lunes, 15 de septiembre de 2014

Rebeldía

Rebeldía
La rebeldía es un comportamiento humano, por el que se subleva a una orden o una obligación (wiki dixit).

Aunque parezca increíble, el afán de muchos médicos por medicalizar todo ha conseguido tipificar algunos casos de rebeldía como una enfermedad por trastorno de conducta oposicionista y desafiante. Evidentemente, no estoy en absoluto de acuerdo.

No hay datos científicos que avalen lo que pienso de la rebeldía, pero estoy profundamente convencido de que ser rebelde, más que un estar, es un ser. 

Como sucede con los toros, hay personas que nacen mansas y otras bravas….conformistas o rebeldes, y no parece que la educación tenga nada que ver en ello. La manera de defenderse de las imposiciones de los demás, de lo que cada cual considera injusticia, es completamente diferente en unos y otros. Y esta distinta manera de reaccionar se produce prácticamente desde el nacimiento.

Poneos a pensar en distintas personas que conozcáis y os daréis cuenta lo fácil que es clasificarlos en uno u otro grupo.

El bravo es rebelde, lucha y se enfrenta a lo que considera injusto, sabe decir que no cuando no está de acuerdo, manifiesta sus ideas en cualquier situación y ante cualquiera. Tiene una agresividad "asertiva", abierta, no se la guarda. Es expansivo.

El manso prefiere adaptarse a los demás para evitar enfrentamientos. Se calla para evitar mostrar su desacuerdo. Cuando le agreden agacha la cabeza y aguanta el chaparrón. Se achanta cuando se le enfrentan. Sin embargo puede ser igual o más agresivo que el bravo, porque la va guardando en vez de expresarla abiertamente y cuando estalla……estalla.

Las dos características forman parte del temperamento y, en consecuencia, son genéticas. Pero la genética predispone, no determina. Ser bravo o manso no es positivo ni negativo, sólo depende de como gestionemos esas actitudes. Repito que esto es una idea personal, no se ha constatado científicamente.

Un bravo puede ser un rebelde "sin causa", un individuo que se opone sistemáticamente a todo sin ofrecer posibilidades alternativas, puede ser destructivo sin construir posteriormente, es el que justifica su mala educación y su manía de insultar en que es "muy sincero". Puede tener miedo, pero ese miedo lo emplea en agresividad/actividad.

Por contra, la bravura bien gestionada es rebelde "con causa", un ser que, ante la injusticia o ante lo que está mal, no duda en cambiarlo y es capaz de enfrentarse al mundo para mejorarlo. La bravura la emplea para construir, para crear algo diferente.

En lo político no son de derechas ni de izquierdas (que poco me gustan estas expresiones), tienden a ser "progresistas", siempre dispuestos a cambiar. En Cuba serían anti-marxistas y en USA tenderían a ser de izquierdas.

Un manso no se rebela casi nunca. Traga, consiente demasiado, incluso que le falten al respeto. No destruye lo que está mal, tiende a justificarlo y abogar, en todo caso, por reformarlo "un poco". Siente demasiado miedo a los cambios bruscos. El miedo le paraliza y le hace aferrarse de manera aún más fuerte a lo conocido, por malo que sea.


Por contra, la mansedumbre bien gestionada tiende a negociar, a crear buen ambiente, a dialogar, a formar grupos poco jerárquicos, sin líderes de ordeno y mando, en que cada uno tiene voz. Sabe trabajar en equipo y tender puentes.