lunes, 15 de noviembre de 2010

Quiero que me quieran

No hay nada más humano que querer que nos quieran. Pero dependiendo de como lo consigamos, así de felices podemos ser.

Simplicando el tema al máximo, hay dos formas de obtener el éxito.

1. Que nos quieran es un fin en sí mismo.
Es la más usada. Consiste en hacer todo lo posible para que nos quieran. En las palabras “todo lo posible” hay un amplio rango de palabras y verbos como “sacrificio”, “consentir”, “mimar”, “humillación”, “sometimiento”. No todas usadas por todos, pero casi siempre hay alguna de ellas.

2. Que nos quieran es una consecuencia.
Mucho más rara y difícil, pero a la vez más sana. Nos aman como consecuencia de nuestra manera de relacionarnos con los demás. No consentimos, mimamos, nos sacrificamos, humillamos ni nos sometemos. No buscamos que nos quieran (aunque nos guste), sino que actuamos en la vida con nuestra forma de ser.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Ejemplares

Admiro a personas que se dan a los demás, que han luchado, sufrido y se han sacrificado para que otros vivan mejor.

Pero a veces puede ser contraproducente tomar a este tipo de personas como modelos a seguir.

El ejemplo que más me repele es el de la amantísima madre que trabaja 18 horas al día por el bien de los suyos, que no piensa en sí misma, que todo lo hace por su familia y ella es la última en todo. No puedo, debo ni quiero criticar a las mujeres que hacen esto (aunque creo que están equivocadas y en realidad no están haciendo ningún bien a nadie). Pero si me disgusta enormemente que se las tenga como ejemplos a seguir. Muchas mujeres se sienten culpables por querer ser personas y no sólo madres.