jueves, 31 de diciembre de 2009

La culpa

Estamos acostumbrados a considerar la culpa como algo negativo. Pero es un sentimiento consustancial con nuestro ser. No es negativa ni positiva, sólo depende de como la gestionemos. El problema no es sentir culpa, sino en como nos enfrentamos a ella. Negarla no sirve de nada, con ello sólo escondemos el problema en vez tener la oportunidad de solucionarlo. Castigarnos tampoco es la solución. El castigo es
una manera de reaccionar, de ser pasivo y de no actuar, de no encauzar nuestro juicio sobre nosotros para no convertir la culpa en castigo y autodestrucción.

La culpa es la herramienta más poderosa que tiene nuestra conciencia para condicionarnos. Nuestros genes, vivencias, paradigmas, entornos, hábitos y pensamientos matizan nuestra percepción de la realidad y, desde esta perspectiva, podemos intuir, de forma realista o distorsionada, el rol que desempeñamos en nuestro medio. La culpa juega aquí un papel importante en la forma como nos relacionamos con las demás personas.

Tenemos que partir de la base que el ser humano es una obra en perpetua evolución. La única forma de construirnos es con el viejo sistema de ensayo y error. Esos errores, en ocasiones, dañan a otros. La culpa es el sistema del que estamos dotados para ser conscientes de los errores y los daños hechos a otros y a nosotros mismos. Y esta es la gran clave para poner la culpa a nuestro favor o en nuestra contra. Aquí podemos clasificar la culpa en dos tipos:

1. La culpa activa: si la vergüenza que sentimos ante el fracaso sirve para iniciar nuevas líneas de actuación, si consigue que nos abramos a los cambios, la convertimos en una herramienta poderosísima de crecimiento.

2. La culpa pasiva: si la negamos, escondemos o nos autocompadecemos, si sólo reaccionamos ante ella, se convierte en una losa que impide mejorar y nos arrastra a la autodestrucción. Pocos sentimientos provocan tanta obsesión como la culpa pasiva.

Y no siempre se manifiesta como culpa. Muchas veces le damos otros nombres que nos impiden llegar a la esencia del problema y, por ende, a su solución:

1. A veces la disfrazamos como responsabilidad. Nos podemos engañar y hacernos creer que tenemos una responsabilidad, que no sentimos ni queremos, con los demás. Hacer cosas que detestamos pero que pensamos que, si no las hacemos, nos sentiremos culpables. Hay personas que creen que siempre debe haber alguién disponible para ayudarles. Hay manipuladores, auténticamente profesionales, que consiguen este resultado en nosotros. "Si no haces esto por mí, te sentirás culpable" y esto condiciona nuestra conducta.

Pero nuestra primera responsabilidad es con nosotros mismos, pero para ello es preciso desterrar miedos. Saber decir NO. Y esto puede ser difícil, pero necesario. Si no lo hacemos así, si seguimos el camino cómodo, podemos decidir que otros nos controlen en vez de hacer valer nuestros derechos. La culpa pasiva ha ganado. Y es curioso que, con la asunción de estas "responsabilidades" hacia los demás, se oculta, muchas veces, una necesidad imperiosa de ser aceptados, queridos. Y es precisamente lo que no se obtiene. Una persona que se tiene como primera resposanbilidad a sí mismo, suele ser una persona madura, equilibrada, con unas relaciones interpersonales en consecuencia con su estabilidad y bienestar y es, por tanto, una persona mucho mejor aceptada y más querida. Con un cierto grado de "egoísmo" se consigue amar y que te amen mejor.

2. Otras veces la disfrazamos de resentimiento. Cuando se elige complacer al otro, en contra de nuestros deseos y necesidades, surge el resentimiento, un sentimiento profundamente ligado a la culpa. A su vez, al sentir resentimiento, se crea más culpa, creando un círculo maléfico y autodestructivo, tanto de la persona como de la felicidad.

3. Otras lo disfrazamos de secreto, de algo malo que hemos hecho y nos avergüenza que alguién se entere por temor a perder la estima de los demás. Este secreto nos machaca, maniata y nos hace sentir malos e indignos de amor. Esta es una de las fuentes de la baja autoestima. Se da la gran paradoja de que guardamos el secreto para que nos quieran y, el hecho de guardarlo, nos hace insensibles al amor que recibimos pues, una persona con autoestima baja no se siente amado. En estos casos es increíble lo liberador que puede ser contar ese secreto. Puede llegar a cambiar la vida por completo.

4. La culpa disfrazada de bondad. Tendemos a creer que una víctima es bondadosa. Evidentemente es falso, una víctima es una víctima y en ello nada tiene que ver la bondad o maldad del individuo. Pero existe esa tendencia natural a arropar, ayudar y servir a la víctima otorgándole, por el hecho de serlo, una halo de bondad, que puede o no ser cierto. Hay víctimas reales, pero también hay víctimas artificialmente creadas. Estas últimas buscan el beneficio que se les otorga a las verdaderas víctimas y, además de ser arropadas y queridas, también consiguen algo mucho más importante: son consideradas BUENAS. Hay personas que se solazan en su propio sufrimiento, las más de las veces no realista, sin poner un ápice de voluntad en solucionar sus problemas, para así seguir sufriendo o incluso aumentarlo. En este caso son manipuladores de la culpa.

5. La culpa disfrazada de disculpa. ¿Nunca os habéis encontrado personas que lanzan a los cuatro vientos lo culpables que se sienten ante un hecho en el que, objetivamente, no tienen la más mínima responsabilidad o culpa?. Buscan la comprensión de los demás y las palabras clave: "tú no tienes culpa de nada". Además, se benefician del punto 4, la victimización.

Cuando es más fácil que ocurra la culpa pasiva.

La culpa, en la mayoría de ocasiones, es consecuencia de la escala de valores con que nos regimos en la vida. Si se produce un desencuentro entre nuestro ideal de cómo ha de ser nuestro comportamiento y lo que realmente hacemos y nos comportamos, aparecerá la culpa.

La escala de valores es una clave fundamental. Una escala demasiado exigente o rígida, va a ocasionar numerosos conflictos. Debemos ser realistas con nuestras posibilidades. No somos ni podemos pretender ser perfectos. El perfeccionismo paraliza.

El que cree que debe ser buenísimo e impoluto, que no se puede permitir el más mínimo desliz "maligno", está abonado a la culpa pasiva, al autocastigo contínuo y destructivo. Un excesivo nivel de autoexigencia no nos lleva a ser mejores sino a ser infelices y personas insatisfechas.

El que tiene una concepción dual de la moral: blanco o negro, bueno o malo, sin recordar que en todo hay matices, está abonado a la culpa pasiva y a la intransigencia.

Reacciones ante la culpa.

Como he dicho antes, la reacción ante la culpa no es positiva. Es mejor actuar que reaccionar. Se me ocurren tres formas de reaccionar:

1. Reacción de autocastigo. Nos castigamos por todo lo que nos sucede a nosotros e incluso, de lo que les sucede a los demás, tengamos o no auténtica responsabilidad en lo sucedido.

2. Reacción extrapunitiva: culpabilizamos de todo, inclusive de nuestros males, a los demás, como forma de desresponsabilizarnos ante lo sucedido.

3. Reacción "sin castigo": nadie es culpable de lo sucedido. Han sido las circunstancias, los hades, el destino. Posiblemente, de las tres reacciones, sea la mejor, pues nos quita sufrimiento, pero también nos resta la oportunidad de cambiar, de mejorar.

Cuanta mayor concordancia exista entre nuestro pensar y actuar, y cuanto más lejos se mantenga nuestro razonamiento de absolutos, rigideces y perfeccionismos, menos veces se nos generará el sentimiento de culpa. Pero sin duda, cuando somos incoherentes, el sentimiento de culpa aparece. En ese momento, en la medida en que aparquemos la descalificación y el castigo, nos liberaremos de la paralización y mantendremos la suficiente fluidez interna que nos llevará a abordar nuestras faltas de coherencia como problemas a resolver y no como losas autodestructivas.

Si la transgresión de nuestras propias normas hace que se presente la culpa, el reto es convertir ese sentimiento en:

•Una señal, que sirve para cuestionarnos cómo hacemos lo que estamos haciendo. A veces es bueno que nos encontremos en entredicho: las revisiones personales posibilitan nuestro enriquecimiento.
•Un momento de reflexión y análisis de por qué nos surge, sin entrar a desvalorizarnos ni a hundirnos en el desasosiego y el sufrimiento.
•Un diálogo interior que nos lleve a designar y concretar cuál es la conducta por la que sentimos la culpa.
•La búsqueda de soluciones, o en su defecto alternativas a cómo reparar el daño causado.
•La petición de perdón a las personas afectadas por nuestra conducta.
Si el sentimiento de culpa nos afecta de tal forma que nos conduce a una situación emocional que nos impide un análisis claro, conviene acudir a un profesional para que pueda ayudarnos a encontrar las soluciones adecuadas.

Uno de los motivos del enorme éxito de las distintas religiones es el manejo de la culpa. La confesión, la absolución, ofrecer sacrificios a cambio e nuestros pecados....¿a qué os suena?. Muchas de las religiones primero crean la culpa, gracias a un código ético muy estricto e imposible de cumplir, pero a la vez, da la solución, el perdón de Dios.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Evitar la depresión

No voy a hablar de los muchos tipos de depresión que existen ni de los transtornos mayores de la depresión. Sólo quiero incidir en la prevención de algunos tipos de depresión. En todo lo que puede llevar a la misma y está en nuestra mano evitar.

Hay conductas y patrones de comportamiento que facilitan que una persona, más tarde o temprano, pueda desarrollar una depresión. Estas actitudes ante la vida y los problemas se entrelazan con las vicisitudes externas que pueden acontecer y facilitar o dificultar el desarrollo de la depresión. Pero como lo externo a nosotros es difícil de controlar, es mucho mejor aprender a controlar nuestras emociones.

Repasemos algunos aspectos que pueden facilitar la aparición de la depresión.

1. Perfeccionismo.
Ningún perfeccionista es perfecto, ni los que le rodean. Nunca se termina de estar satisfecho con lo que se consigue. Por eso, la persona perfeccionista suma insatisfacciones. La insatisfacción es una llave para entrar en la depresión. Hay que intentar mejorar cada día, pero no ser perfecto.

2. Obsesión por tener una imagen inmaculada.
Todos tenemos una imagen de nosotros mismos, pero obsesionarse con la misma puede ser contraproducente. Vivir para mejorar la imagen, al precio que sea, lleva a tener una vida falsa en donde, las apariencias, cuentan más que las experiencias y el aprendizaje.

3. Justificaciones.
Si cometemos un error, y cometemos muchos, hay tres formas básicas de enfrentarse al mismo:
A) Negarlo tozudamente. Estamos condenados a repetirlo una y otra vez.

B) Admitirlo para, a continuación, justificarlo. Volvemos a estar condenados a repetirlo.

C) Admitirlo y aprender del mismo. Se puede buscar el origen del error, pero nunca para justificarlo, sino para no repetirlo.

4. Miedo.
El miedo es el origen del stress. El stress excesivo puede producir ansiedad y la ansiedad puede ser la antesala de una depresión.
Simplicando mucho, quizás demasiado, podría hablar de dos tipos de miedos:

A) Miedo positivo.
Ante una amenaza real e inminente, el miedo provoca una reacción cerebral que acarrea una respuesta fisiológica, sobre todo la secreción de adrenalina, que nos permite actuar con mayor rapidez y eficacia ante la emergencia. Un león hambriento que se acerca a nosotros con cara de parecerles apetitosos, conseguirá que nuestro miedo provoque suelta de adrenalina, que conseguirá que se acelere la respiración y el corazón y ponga en tensión nuestra musculatura para que sea más fácil enfrentarnos a él o huir.
B) Miedo negativo.
Si nos empeñamos en ver 100 leones todos los días, el mecanismo fisiológico del stress está disparado continuamente y nos lleva a un estado de ansiedad permanente. Para evitar ver tantos leones al día, además de evitar ir a Kenia o al zoo, a mí me ha ido bien una simple clasificación de los problemas:

a) Problemones: sólo son problemones aquellos que ponen en grave riesgo la vida propia o de los que más queremos. En estos casos, controlar las emociones es muy complicado y el llanto es un arma absolutamente necesaria.

b) Problemas: situaciones sociales o personales que, pudiendo ser difíciles, no comprometen ni la vida ni el bienestar propio o de los seres queridos. Cuando hablo de bienestar no me refiero a tener placeres o buen nivel de vida, sino enfermedades crónicas complicadas o dificultad económica seria que dificulte la satisfacción de necesidades básicas como la alimentación o vivienda.

c) Problemillas. Todos los demás. O sea, el 99 % de los "problemas" que aquejan a los españoles.

Si conseguimos aprender a vivir los problemillas como lo que son, problemillas, tendremos muy pocas posibilidades de caer en una depresión. De los problemillas no hay que preocuparse. Sólo nos tenemos que ocupar. Si nos empeñamos en vivir los problemillas como problemones, se convierten efectivamente en problemones y la vida se convierte en un valle de lágrimas y el mundo es un sitio hecho para sufrir.

Para conseguir ubicar correctamente nuestros conflictos, nos tenemos que dar una ducha de realismo.

No hay que pensar en los problemas sino en las soluciones. Es la única forma que conozco para pasar de ser pasivo en tu vida y verla pasar a ser activo y cambiarla.

5. Aprender a amar.
El amor debe ser gratuito. Se debe dar sin esperar nada a cambio. En el momento en que se espera recibir algo, se crean expectativas que pueden matar el sentimiento y hacernos sufrir. Es un sufrimiento producido por querer controlar lo que otros hacen o sienten. Un amor puede no ser correspondido y en este caso sólo cabe aceptarlo y terminar. Pero también puede ser correspondido pero expresado no como quiero o deseo yo, sino como lo expresa el otro. En este caso sólo cabe saber recibirlo tal y como el otro lo da.

6. Aceptar
"Uno sufre cuando quiere controlar lo que otros hacen. Cuando te rindes a que hagan lo que quieran te liberas de ese sufrimiento. Lo que realmente importa es lo que haces tú, no lo que otros hagan; quién eres tú, no quién es el otro. Cuando les das permiso a ser quiénes ellos quieran, te das permiso a ti mismo a ser quien eres". http://consciencianueva.blogspot.com/2009/08/sufrimiento.html.

No aceptar a los demás puede ser una fuente inagotable de sufrimiento. Conozco padres que darían la vida por sus hijos, pero por mucho que los quieran, no les gusta como son. Es una auténtica tragedia tanto para los padres como para los hijos. Sólo cabe aceptar a los demás como son.

7. Aprender a actuar y no a reaccionar.
Para ello es fundamental ser conscientes de como actuamos y porqué para poder intervenir y no dejarnos llevar. Si ante un "problemilla", como cinco suspensos de nuestro hijo, activamos la respuesta automática (reaccionamos) le echaremos la consabida bronca, que no va a arreglar nada. A la semana volvemos a reaccionar y le compramos la moto y así vamos reaccionando una y otra vez a los estímulos que nos van llegando. Vamos parcheando. No educamos, improvisamos.
Actuar significa tener claros los conceptos de educación global e ir actuando conforme a esos conceptos. Tener claramente marcados unos límites que no se sobrepasan nunca y, cuando se sobrepasan, tiene consecuencias.

8. Disfrutar de lo que se tiene.
No es más feliz el que desea muchas cosas sino el que sabe disfrutar con lo que tiene. ¿Tan difícil es hacer consciente las muchas cosas buenas que tenemos?. Hay que deleitar activamente ese desayuno maravilloso, esa cama magnífica, ese beso, esa caricia y tantas cosas que nos pasan desapercibidas porque nos hemos acostumbrado a ellas. No hay que acostumbrarse a lo bueno.....hay que disfrutarlo.

9. Arriésgate.
Con el tiempo te arrepentirás más de lo que no has intentado que de lo que no has conseguido.

Cuando algo no va bien, cambia. La vida es un eterno cambio y sólo el que lo asume es feliz. Y para cambiar tu vida muchas veces, lo primero, es cambiar tu forma de pensar.

10. Responsabilidad.
No seas responsable. Es mejor estar comprometido. El responsable sólo hace lo que se supone que debe hacer. El comprometido ama lo que hace. Mis hijos no son mi responsabilidad, son mi compromiso. No me pesa hacer por ellos todo lo que hago, porque lo hago con amor. Y lo que está hecho con amor jamás va a reprocharse (ya sabeis, el típico: "con todo lo que he hecho por tí"). Creo que nunca diré eso a mis hijos, porque no lo siento. Todo lo he hecho por MI amor, no por ellos.

11. Sonríe.
Siempre sonríe, aunque no lo sientas, aunque no tengas ganas. La sonrisa, por sí misma, es una de las mayores armas que nos proporciona nuestro ceebro para conseguir ser más positivos.

sábado, 19 de diciembre de 2009

El perro

"Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay gente que ama más a sus perros que a los hombres". Aldous Huxley.

Siempre me han gustado los perros. Mucho. Pero jamás he tenido uno.

Se ha considerado al perro como el mejor amigo del hombre. Hay multitud de alabanzas hacia este animal y, en algunos casos, se le considera el paradigma de lo que deberían ser los humanos. Son fieles, obedientes, cariñosos y leales.

Pero creo que, en muchos casos, no son tan queridos por estas virtudes, sino por otra mucho menos aparente: la falta de crítica.

La adoración al amo, sin la más mínima traza de valoración o enjuiciamiento, se asemeja mucho al hombre en su adoración a los dioses.

"Cuanto más conozco al hombre, más quiero a mi perro," decía Lord Byron.

Pues no me gustaría que mis hijos se parecieran a los perros. Los prefiero leales y cariñosos pero también rebeldes y críticos.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Regreso a Córdoba

Cada vez que regreso a Córdoba me invade la sensación del regreso al hogar. Vuelvo a ser el niño que fui. Vuelvo a oler los olores de mi infancia y a sentir los amores de mi adolescencia.

Todo queda tan cerca y tan lejos.

¿Cuánto queda de mí?. ¿Soy el que quise ser?.

¿Me he respetado?.

¿Juanito ha sido sepultado por este señor que me mira todas las mañanas en el espejo?.

¿Cuántas veces me han manipulado y cuántas otras me he dejado manipular?.

¿Me he dejado llevar por las ideas de los demás o he seguido mi propia línea de pensamiento?.

Sólo las plazas solitarias y las calles estrechas de Córdoba, guardan las respuestas.

martes, 8 de diciembre de 2009

Angel

No era el hombre más listo.
Tampoco el más fuerte, ni el más valiente.
No era el mejor artista ni el mejor pensador.
No era el más guapo ni el más simpático.

Pero era mi héroe.
Un héroe que supo morir a los 74 años de edad con su corazón de niño intacto.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Dieta del polvorón

Tras mi ducha diaria, me peso y ¡¡¡sorpresa¡¡¡: he perdido 1 Kg.
No es posible. Pero, si en las dos últimas semanas no he parado de comer.
La balanza está perfecta y la barriguita más baja. No hay duda. He perdido 1 Kg.
¿Cómo se ha producido el milagro?.

Ahhhh, yahhhh. Ahora recuerdo. ¡¡¡Es culpa de los polvorones y los bombones¡¡¡.
¿No os lo creeis?. Pues creedlo. He llegado a la conclusión que los polvorones y bombones no engordan: ADELGAZAN. Sí, adelgazan….y cuantos más, más adelgazas.

¿Quereis conocer el secreto?. Os hago la receta:

Ingredientes:
1. Un padre que se haga agüilla con su hija.
2. Una hija de casi 18 años, lo más tímida posible.
3. Muchas cajas de polvorones de dos Kg cada una.
4. Cientos y cientos de grandes cajas de bombones.
5. Un buen calzado.
6. Puesto de trabajo alejado y sin aparcamientos.
7. Buenos compañeros de trabajo

Elaboración
El ingrediente 1, en vez de coger la bicicleta habitual para llegar al trabajo, se calza el ingrediente 5 para andar, llena el mochilón con múltiples ingredientes 4 y ambos brazos con 4 pesadas cajas del ingrediente 3. Los ingredientes 3 y 4 deben ser aportados, necesariamente, por el ingrediente 2, que pretende ir de viaje fin de curso a Roma o París. Póngase en marcha y ande 4 Km hasta el ingrediente 6.

Cuando llega el ingrediente 1 al ingrediente 6, lo empieza a recorrer de arriba abajo y de izquierda a derecha en busca del ingrediente 7.

Tras una semana entera realizando esta dieta, no falla, 1 Kg menos.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Libertad individual y colectiva

Hace unos días, en un foro en el que participo, una amiga me hablaba sobre mi “totalitarismo moral”.

Al principio me chocó, pero posteriormente me explicaba que:

“Tu tema recurrente es el totalitarismo moral es una sensación que tengo contigo en todos los hilos. Estás en contra de todo lo que te suene a eso. Curiosamente yo también, pero no lo entendemos igual. Quicir, yo creo que muchos conceptos son universales, buenos y justos, y que por tanto deben ser extensibles a todo el mundo, quieran o no. Sospecho que tú no obligarías a quitar el velo a las musulmanas, por ejemplo, si ellas quieren llevarlo. Bueno, yo creo que cada cual debe llevar lo que quiera en la cabeza, sí, pero por encima de eso, creo que lo que implica está bastante fuera del concepto de estado de derecho. Total, lo prohibiría. ¿Me sigues? Probablemente con eso tú y yo podríamos enzarzarnos días: a tí no te gusta el velo, a mí tampoco. Estaríamos de acuerdo en eso. Pero tú lo permitirías y yo no. Porque a mí, en resumen, imponer ciertas cosas no me parece atropellar libertades. “


Y tiene razón, aunque no lo llamaría totalitarismo moral, sino más bien liberalidad moral o incluso anarquismo moral.

Y es que yo distingo dos tipos de libertad: la individual y la colectiva.

La libertad individual, tal y como la concibo, es única e intransferible. Es algo estrictamente personal y privado, que no se debe imponer.

En la libertad individual cabe prácticamente de todo y el único límite que reconozco es el respeto a los demás. Pienso que todos podemos vestir, pensar y tener la escala de valores que deseemos. La moral o los idearios políticos o religiosos que queramos tener. Los gustos que sean. Todo cabe con la única condición que no la intentemos imponer a nadie. Por poner ejemplo extremos:

1. No veo ningún mal en la paidofilia salvo que se intente ejercer.
2. Tener el ideario del Opus Dei no me parece mal siempre que no intentes imponer a los demás tus convicciones.
3. Ser nazi, comunista, machista, feminazi o racista, también está dentro de la libertad individual, siempre que no perjudique a nadie y que se trate con respeto al judío, negro, facha, mujer u hombre, aún pensando que son inferiores o peores.
4. Y no quitaría el velo a una musulmana que lo quiera llevar, pero sí la ayudaría a quitárselo si está siendo obligada por otros, incluso mediante la Justicia (si viviera en España, claro).

No cabe en la libertad individual insultar, vejar, humillar, ofender, ultrajar o perseguir públicamente al que no piensa, siente, viste o tiene gustos diferentes.

Piensa lo que quieras pero no molestes, por favor.

Pienso que en esto fallan demasiadas personas. En virtud de una mala interpretación de la libertad de expresión, incluso amparándose en la sinceridad, se creen con el derecho de avasallar al de enfrente porque es diferente. Me desagrada el que, públicamente, tacha de mal gusto al que le gusta o disgusta una determinada película, libro o pintura. Me fastidia cuando se insulta de forma generalizada a todos los que tienen una determinada ideología o credo. ¿Tan difícil es criticar desde la lógica, la razón o incluso desde la emoción esa ideología en vez de insultar a todo el que piense así?.

Una cosa es criticar los actos de alguien y otra, muy diferente, es denigrarlo. Las acciones aisladas no definen a las personas. Al señor que roba una vez no se le debería definir para siempre como un ladrón, o al que una vez pegó a una mujer un maltratador, ni definir para siempre como asesino al que asesinó en una ocasión. Un error cometido no hace a una persona en su conjunto ni se la puede tildar de por vida. El error cometido lo tiene que pagar, por supuesto, pero es muy cómodo, para poderlo denigrar de por vida, seguir definiéndole por una acción.

Todos tenemos algo o mucho de maniqueos. No sólo no es malo sino deseable. Al fin y al cabo no es más que tener una escala de valores. El problema surge cuando nos ponemos el traje de salvador del mundo e intentamos imponer nuestro concepto del bien sobre los malos. Algunos casi lo consideran un deber y la mayoría de la violencia que ha habido a lo largo de la Historia se ha producido cuando el concepto del bien de unos se ha intentado imponer a los malos, o sea, a los otros, o sea, a los diferentes. El maniqueísmo activo es, ni más ni menos, intolerancia.

Libertad colectiva

No sé por donde he leído, y tampoco sé si es cierto, que en la Antigua Persia, cuando moría el rey, se tenían cinco días de libertad absoluta. Cada uno podía hacer lo que le diera la gana y, las acciones realizadas durante estos cinco días, no recibirían ningún castigo posterior. Pues en este tiempo se daban multitud de asesinatos, robos, saqueos y violaciones. Los más fuertes se hacían dueños del país. Cuando terminaban estos días, se coronaba al nuevo rey y el pueblo respiraba tranquilo y gozoso porque volvía la ley.

Las leyes, por mucho que protejan a los poderosos, los protegen menos que la falta total de leyes. Por este motivo aquí ya no soy tan liberal ni ácrata.
La libertad colectiva radica en unas normas que todos debemos cumplir aunque no estemos de acuerdo con ellas. Precisa una negociación social para que todos, o la inmensa mayoría, estén a gusto dentro de la colectividad.

Estas normas tienen que respetar escrupulosamente el concepto de libertad individual que he expuesto.

Pero no suelen estar a gusto 100% de todos. A unos les sobrarán unas leyes, a otros les parecerán injustas otras. Y precisamente lo que me gusta de la democracia es la capacidad (no demasiado grande, es cierto) de poder cambiar las leyes de acuerdo con las circunstancias que se van viviendo. Manifestarse o votar para cambiar algo me parecen correctos. El incumplimiento de las leyes no, por muy justo que sea, y estaré de acuerdo con el castigo que le corresponda al que las incumpla.

martes, 29 de septiembre de 2009

Mujeres que aman demasiado

Demasiadas mujeres se obsesionan con hombres adictos al trabajo, al alcohol, a las drogas o a cualquier otra cosa....menos a ella. Se enganchan a sujetos inmaduros y no son capaces de salir de una relación que sólo lleva al sufrimiento.

"A pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia común para muchas mujeres que casi creemos que es así como deben ser las relaciones de pareja", explica la terapeuta estadounidense Robin Norwood, autora del libro “Las mujeres que aman demasiado”.

Desean “salvar” al hombre que aman. Si son capaces de cambiarlo conseguirán el fin último que las impulsa: que la ame. Justifican lo injustificable: la crueldad, la indiferencia, la deshonestidad o la adicción de sus parejas. Soportan y disculpan cualquier maltrato hasta el punto de conseguir “comprender” que ella es la que ha cometido el error por el que el pobre chico la ha molido a palos. Cuanto más humillada es, más le ama y más le consiente, porque sólo con el inmenso amor que le da.....cambiará....y la amará.

En su historial de amoríos, siempre subyace la necesidad de sentirse mejores (siempre es el otro el que tiene que cambiar para ser tan bueno como ellas) y de sufrir por amor. Tal cual nos lo han vendido desde tiempos inmemoriales: el amor, si se sufre, es más romántico, más “verdadero”.

La obsesión por estos tipos es tal que llegan a olvidarse de amigos, familia (que suelen advertirla de lo que ella no quiere oir) o cualquier otro tipo de interés personal. Toda su vida gira en torno a su......adicción. Porque al fin y al cabo se convierte en una adicta a amor.

¿Eres una mujer que ama demasiado?

Según Robin Norwood puedes hacerte las siguientes preguntas:
¿Para usted estar enamorada significa sufrir?, ¿La mayoría de sus conversaciones con amigas o compañeros de trabajo son acerca de él?. ¿Disculpa su mal humor, su mal carácter su indiferencia o sus desaires? ¿Subraya en los libros todos los pasajes que le ayudarían? ¿Soporta conductas que no le agradan pensando que si usted fuera lo suficientemente atractiva, él cambiaría?.

Si su contestación ha sido afirmativa, plantéese que su relación de pareja perjudica su bienestar emocional y que debe buscar ayuda para superar la situación.

martes, 16 de junio de 2009

Fortaleza y debilidad

Hacía tempo que no me asomaba por esta ventana. Soy un auténtico vago, no tengo perdón de Dios (ni falta que me hace).

Pero hoy me apetecía escribir un poco y darle trabajo a mi pobre teclado, algo oxidado ya del poco uso.

Recientemente he tenido interesantes conversaciones sobre la debilidad y fortaleza personal y me he dado cuenta que, en diferentes sociedades, el tema se trata de manera totalmente distinta.

En USA, la Alemania nazi o entre los masai, por poner tres ejemplos (de muchos miles que se podrían poner) en que la fortaleza es sinónimo de éxito, el fuerte es el que, normalmente, tiene la sartén por el mango. Siempre tiene la razón, ya sea porque la tiene o porque la impone, y cuenta con un nutrido grupo de débiles, aborregados que precisan estar en el lado vencedor, que confirman su infalibilidad. El fuerte es el elegido, el deseado, al que se pone de ejemplo para toda la sociedad, el espejo en el que hay que contemplarse y, todo aquel que ose ponerlo en duda, es barrido sin contemplaciones.

En la cultura adoradora del vencedor, sin embargo, hay muy pocos que consiguen el éxito y, el resto de la “chusma”, son fracasados.

Sin embargo, hay otro tipo de sociedad, entre las que incluyo a la España actual, que erigen al débil en el modelo a seguir. Es todo un orgullo pertenecer a este colectivo, ridiculizando al fuerte. Ser hijo de un personaje importante es contraproducente. Lo que se aplaude es ser hijo de un obrero, contra más humilde mejor. El buen estudiante es ridiculizado, lo que mola es el que suspende hasta el recreo. El empresario, por muy honrado que sea y por muchos puestos de trabajo que cree, siempre es mirado con ojeriza y, contra más fuerte sea su empresa, más antagonismo despierta.

Ambas maneras de conformar la sociedad pecan de lo mismo: prejuicios. Se valora, no lo que se es o como se es, sino lo que se consigue. Si obtienes muchos suspensos, eres un fracasado en USA o un héroe en España.

Al fuerte se le convierte en prepotente si se le aprecia en exceso y al débil se le convierte en mas débil si se le mima en su debilidad.

Hay que respetar la fragilidad, pero no hay que fomentarla.

Hay que respetar la fortaleza, pero no a costa de hundir al menos dotado.

Hay que respetar al ser humano por lo que es, no por lo que consigue.

domingo, 17 de mayo de 2009

Impresionante documento

Como soy tan torpe que aún no he aprendido a colgar vídeos, os sugiero que sigáis es enlace.

jueves, 14 de mayo de 2009

Aborto masculino

Aunque no es lo que quiero desarrollar en esta entrada, primero quiero posicionarme en cuanto al aborto.

Nosotros somos una especie: homo sapiens. Y lo único que nos hace ser homo sapiens es un determinado perfil de ADN. Ese perfil de ADN, lleva toda la información para que tengamos las características morfológicas propias de nuestra especie. Esta es la única característica esencial que nos diferencia de cualquier otra especie. Desde el mismo momento de la fecundación, ese ADN ya está formado y en desarrollo....por consiguiente, ya se es homo sapiens....en fase embrionaria. El homo sapiens pasa por distintas fases de desarrollo: embrionario, fetal, primera y segunda infancia, adolescencia, etc, pero no deja de ser homo sapiens y no unas simples celulitas, porque unas simples celulitas somos todos, más o menos desarrolladas.

Además, desde el mismo momento de la fecundación, ya es un ser vivo, porque cumple todas las características para ser considerado como tal: se desarrolla, crece, tiene potencial de reproducirse y morirá.

Biológicamente esto es así, no es opinable. Es un hecho biológicamente incontestable y no sujeto a debate. El embrión es un homo sapiens y es un ser vivo. Ningún científico discutirá esto porque esto es una evidencia científica.

Hay otras muchas cuestiones que sí son opinables:
1. Cuestiones de índole moral: ¿cuando tienen alma los embriones?.
2. De índole jurídica: ¿desde cuándo y cuantos derechos tiene un embrión, un feto, un recién nacido…..?
3. De índole filosófica: ¿desde cuando consideramos a un homo sapiens, ser humano sujeto a derechos y deberes?.
y, en estos debates, no debe entrar el científico porque nunca se conseguirán evidencias científicas. Deben formar parte de un debate social.

Mi opinión, basada en los anteriores argumentos, es que nadie tiene derecho a eliminar a un ser vivo (salvo para alimentarse o en legítima defensa), mucho menos a un homo sapiens. Yo puedo matar mañana a una hormiga y nadie me va a meter en la cárcel por ello....pero eso no me da derecho a matar hormigas. Una cosa es no penalizar un hecho y otra muy diferente es tener derecho a hacerlo.

Por eso, estoy de acuerdo con la despenalización del aborto. No podría meter a una mujer en la cárcel por abortar como no podría meter en la cárcel a un cazador por cazar o al que mate a una hormiga, pero ninguno de ellos tiene derecho a abortar, cazar o matar hormigas. Y si no se tiene derecho, aunque no se castigue si lo ejecuta, tampoco se le van a sufragar los gastos con el dinero de los demás.

Los derechos nos los podemos dar o quitar mediante un determinado ordenamiento jurídico. El régimen jurídico que deseo, y por el que votaría, no incluiría el derecho al aborto sino sólo la despenalización (que es exactamente lo que tenemos en España).

El motivo por el que estoy a favor de la despenalización del aborto (a pesar de estar radicalmente en contra del mismo) es porque soy incapaz de prohibir algo a los que piensan de manera diferente a mí.

Pero la cuestión que deseo plantear hoy es otra distinta, de la que nunca se habla cuando se debate sobre el aborto.

Si a una mujer se le da la posibilidad legal de decidir sobre si tener un hijo a o no. Incluso después de parir, sigue teniendo la opción a decidir si se hace o no responsable de la criatura, pudiéndola dar en adopción, con lo que no tendría ningún derecho, pero tampoco ningún deber sobre el bebé…..¿Porqué los hombres no tenemos ningún derecho a decidir?. Estamos al albur de lo que decida la mujer. Si desea abortar, no podemos (ni debemos) hacer nada legalmente. Si desea tenerlo, tampoco tenemos opción de no hacernos responsables del crío. La mujer decide, y me parece bien, pero el hombre también debería tener la opción de decidir si se responsabiliza o no del bebé y, si no lo desea, no tendría ningún derecho, pero tampoco ningún deber con él. Creo que es lo más justo.

Madres a la fuerza no, pero padres a la fuerza tampoco.

domingo, 10 de mayo de 2009

¿Amar es una cuestión de querer hacerlo?

El amor hay que alimentarlo. Lo que tú hagas por aumentar el amor del otro es importante, no cabe duda. Sin embargo, creo que es aún más importante lo que uno mismo forje por alimentar su propio amor hacia el otro. Pero antes de que llegue el amor suelen suceder una serie de pasos:

Paso 1: ATRACCIÓN
Lo que nos atrae de la persona amada suele ser un misterio. Muchas veces, la persona de la que nos enamoramos, nada tiene ver con el ideal que nos hemos fabricado. Nos gustan más las morenas y ella es rubia, la queríamos alegre y es tremendamente seria, nos encantaban las que son muy abiertas pero ella es muy cerrada. Sin embargo, algo nos atrae, a veces de forma muy intensa, hacia esa persona. En este primer paso de enamoramiento poco podemos hacer de manera activa. Nos ha cautivado sin saber cómo y pudiendo hacer poco para evitarlo. De la misma manera, sucede lo contrario: una persona que creemos ideal para compartir la vida con ella, por más que lo intentemos, no somos capaces de enamorarnos de ella.

En este primer paso, poco podemos hacer para resistirnos al embelesamiento que sentimos o a no conseguir enamorarnos de la persona que creemos adecuada. Es una cuestión en que no entran a formar parte la razón, la lógica.

Paso 2: ENAMORAMIENTO
El enamoramiento también es irracional. Comienza con la atracción especial que no sabemos de dónde viene y, si las cosas se desarrollan de forma adecuada, aparece la pasión del enamorado, que no es más que un trastorno mental transitorio grave, en donde desaparecen por completo el sentido de la realidad y toma el mando el mundo de la distorsión. De pronto, nos sentimos más vivos que nunca, entramos en un estado de alerta máxima e hipersensibilidad y nuestra existencia adquiere una intensidad brutal, disfrutando como nunca de lo bueno y sufriendo como nunca de lo malo. Y lo más importante, desaparece el más mínimo atisbo de crítica hacia el ser amado y lo colmamos de virtudes que no suelen tener nada que ver con la realidad. Deificamos al que no es más que una persona. Todo esto no sucede porque sí, se produce por un entrecruzamiento de sustancias en nuestro cuerpo que se parece bastante a lo que acontece en diversas psicosis.

Dicen que este estado de locura (ya digo que bioquímicamente es muy similar a las psicosis) sólo dura una media de 9 meses. Tras este lapso pueden suceder varias cosas:

1. Te das cuenta que la persona adorada, no sólo no es maravillosa sino que es del todo impresentable. Simplemente, no te conviene. La psicosis da paso a la razón y terminas la relación.
2. Sucede lo mismo que en el punto uno, pero te emperras en continuar esa relación por un sentido del romanticismo y por confundir el amor con el enamoramiento. Lo más probable es que se convierta en una relación tórrida, enferma, que impide el crecimiento personal y abonada al sufrimiento e, incluso, al maltrato mutuo y a la falta de respeto.
3. La venda se cae, pero te das cuenta que, aunque tiene defectos, te conviene. Se inicia una nueva relación basada en el conocimiento y el respeto mutuo. Se va profundizando en el otro. Es una buena base para un amor sano y duradero.
4. La venda se cae, el otro te conviene, pero tú no le convienes a él. Sólo quedan dos opciones: perder tu propia dignidad y rogar, pedir, exigir, perseguir o hacer la vida imposible al otro dando rienda suelta a la venganza o saber terminar una relación, con todo el dolor de tu corazón.

Paso 3: AMOR
El amor ya tiene una mezcla de razón y de sinrazón. Ya no es del todo una locura, sino que hay un componente de cordura. Un cóctel que, si tiene las proporciones adecuadas, puede resultar maravilloso pero, si predomina en exceso una de los dos elementos, puede resultar en una experiencia difícil e insatisfactoria.

Demasiada lógica puede derivar en una frialdad y una monotonía que va matando poco a poco este sentimiento tan maravilloso.

Demasiada pasión puede derivar en unas fuertes emociones, tanto positivas como negativas, en donde el sufrimiento puede no dejarnos crecer y madurar de forma adecuada.

Paso 4: MANTENIMIENTO DEL AMOR
Para que el amor conseguido sea duradero, es necesario dar pero, como en otras ocasiones he defendido, es incluso más importante saber recibir al otro. Podemos seguir amando si así lo queremos o, podemos ir desamando si así lo decidimos, consciente o inconscientemente. Y muchas veces no depende de lo que el otro haga o deje de hacer, sino que puede depender más de cómo valoremos lo que el otro es o hace. Si nos ponemos las gafas de ver defectos, poco a poco dejamos de ver especial a la pareja. Si nos ponemos las gafas de ver virtudes seguimos regando la relación. Nuestra propia subjetividad mantiene o aleja el amor.

Muchas pueden ser las circunstancias que nos animen a ponernos unas u otras gafas. Pero no me gustan. En este paso 4, creo que deben predominar la razón y la objetividad. Mantener el amor, pero no a toda costa, sino basándonos en la realidad compleja del otro, en sus cambios y su desarrollo en relación con el nuestro. No tener gafas, sino ojos racionales que valoren en su conjunto a la persona amada y, de esta forma, aceptarla con todas sus consecuencias o dejarla si, lo que un día fue amor, se ha convertido en otra cosa.

AMOR SIN ATRACCION PREVIA NI ENAMORAMIENTO
Podemos pasar de estos pasos anteriores y decidir emparejarnos por interés, tras encontrar en el otro elementos que te pueden ayudar a mejorar, a crecer, aunque no haya enamoramiento de por medio. Muchos matrimonios han sido felices de esta manera. Parejas que comenzaron así, si bien nunca han llegado a sentir esa pasión especial del enamoramiento, han llegado a sentir un profundo amor y han establecido una pareja maravillosa y enriquecedora. Probablemente, este tipo de parejas haya sido el más abundante a lo largo de la historia y no siempre han escogido los miembros de la pareja, sino los padres de la misma. Por supuesto que muchas han fracasado, pero otras sí han conseguido el amor a través de uniones tan poco románticas.

Esto me lleva a pensar que ni la atracción ni el enamoramiento son imprescindibles para llegar al amor. El conocimiento profundo después de años de convivencia puede obrar esta maravilla. Para llegar a este punto quizás sea más importante haber sabido recibir y respetar al otro antes que lo que has o te han dado.

miércoles, 29 de abril de 2009

Violencia de pareja

En 1999 la revista Clinical Psychology Review revisó 19 estudios sobre violencia doméstica homosexual: el 28% de las parejas homosexuales de ambos sexos registraron violencia física; en concreto se registró violencia en el 48% de las parejas lesbianas y en el 38% de las parejas de varones. En un estudio sólo de parejas lesbianas, se registraban maltratos psicológicos entre un 73% y un 90% de las parejas. Más de un 30% de las lesbianas habían estado en una relación donde al menos había sucedido una agresión física. Y entre un 73% y un 90% de parejas de lesbianas tuvo maltrato psicológico.

En el informe del National Institutes of Health del año 2000: “los convivientes del mismo sexo registraron una violencia con la pareja íntima significativamente mayor que los convivientes de sexos opuestos”. El 39,2% de las lesbianas declaró haber sido agredida físicamente, acosada o incluso violada por su pareja del mismo sexo. Entre los varones homosexuales, un 15,4% admitió haber sufrido estas actividades.
En 2007, un estudio del "Journal of Urban Health", publicado por la New York Academy of Medicine, confirmaba los datos de otro publicado en 2006 en la revista "Advocate". En ambos, un 32,2% de los encuestados admite haber sido víctima de violencia doméstica por parte de sus parejas homosexuales.


"¿Género? ¿Por qué no hablar de violencia de pareja? Se trata de una normativa elaborada desde el sexismo feminista; de proteger a la mujer por encima de todas las cosas, dejando de lado otros tipos de violencia entre personas con relaciones sentimentales, sexuales y afectivas. El resto de modelos de convivencia están desprotegidos", señala taxativamente el presidente de la Asociación de Gais y Lesbianas de Cantabria (Alega), Regino Mateo, entrevistado en EL DIARIO MONTAÑÉS (19/03/06).


Todo esto viene a colación a raíz del asesinato de un hombre homosexual en Adra a manos de su expareja, que posteriormente se ha suicidado (como sucede en un alto porcentaje de la mal llamada violencia de género).

La ley integral sobre violencia de género está hecha para contentar al sexismo feminista y criminalizar al machismo y a los hombres.

Los datos que indican que el machismo no tiene nada que ver con la mayoría de los asesinatos de hombres contra mujeres son abrumadores. Pero la feminazis han conseguido, con su política machacona, que todos hablen de “violencia machista” lo que no es más que violencia de pareja. Recuerdo algo que colgué en su día para demostrar que no se debe hablar de violencia machista sino de violencia de pareja.

1. En la violencia doméstica, también mueren hombres a manos de sus mujeres (16 en 2007), hombres a manos de sus parejas homosexuales (6 en 2007) y mujeres a manos de las suyas (3). Es prejuicioso y peligroso pensar que todas son por machismo.

2. La raíz de la violencia doméstica NO es el machismo, sino la violencia del hombre. Mueren 1200 personas asesinadas al año en España y la inmensa mayoría son hombres a manos de otros hombres. Gran parte de las muertes violentas a lo largo de la historia, han sido de hombres a manos de otros hombres.

3. En los países menos machistas del mundo, como Suecia, Finlandia o Noruega, las muertes por violencia doméstica son el triple que en España. O los finlandeses machistas son mucho más machistas que los españoles o el machismo no tiene tanto que ver en este tipo de violencia. Por el contrario, en los países islámicos, el número de muertes es claramente inferior a la de España.

4. En las relaciones entre hombres, la violencia física es un factor habitual y mucho más frecuente que la violencia del hombre contra la mujer. Por consiguiente, éste es el factor en que se debe actuar fundamentalmente: desterrar la violencia masculina en general. El discurso sobre la responsabilidad del machismo en la violencia doméstica lo único que consigue es una legislación injusta y vengativa que provoca más violencia (como se está viendo claramente en España).

5. En los celos patológicos (los celillos son hasta agradables) hay una base educacional importante, contra la que es posible luchar. El que es más celoso no es el que más ama (como nos hacen creer) sino el que más sentido tiene de la posesión y, para mí, poseer y amar son dos verbos que nunca se pueden conjugar juntos. La necesidad de posesión, no tiene nada que ver con el sexismo, de hecho, hay tantas mujeres celosas como hombres. Lo que sucede es que una mujer celosa es un coñazo y un hombre celoso es un peligro.

6. El alcohol y las drogas tienen un efecto muy importante sobre nuestra parte racional, que casi la borra, dejando salir toda la emotividad, tanto positiva como negativa. La agresividad surge más fácilmente, cuando el freno de la razón se ha quitado. No hay más que ver la cantidad de violencia que se genera en los fines de semana, casi siempre auspiciada por hombres bebidos o drogados. Pues esta violencia, no sólo se da en la calle sino que también se traslada al hogar. El fomento de un consumo responsable de alcohol, medidas específicas contra los maltratadores alcohólicos y la lucha contra la drogadicción (que requeriría muchas entradas, dada la complejidad del tema), son otras medidas a adoptar.

7. Los datos que he dado al comienzo de esta entrada sobre la violencia en parejas homosexuales dan quizás la clave más importante de este tipo de violencia: las relaciones de pareja (la componga quien la componga) tiene un componente emocional tan intenso que, personas con dificultades para controlar estas emociones, no sean capaces de asimilar adecuadamente una ruptura y pueden terminar mal.

El machismo en el seno de las relaciones heterosexuales existe y, desgraciadamente, es muy frecuente: meterse en la forma de vestir de la mujer, dificultarle el acceso al trabajo, no compartir el 50% del trabajo y mil cosas más que todos conocemos, pero de ahí a criminalizarlo achacándole las muertes de las que no son responsables, hay un trecho.

Este supuesto “machismo asesino” ha dado lugar a leyes injustas y discriminatorias en contra de los hombres que lo único que están haciendo es aumentar la violencia de forma importante.

Son demasiados los hombres que están sufriendo violencia judicial por parte de sus ex. Basta que la mujer le presente una denuncia de maltrato para que pueda estar, incluso años, sin ver a sus hijos, hasta que se resuelven los juicios, apelaciones etc, además de pasar en el calabozo 72 horas como mínimo por el simple hecho de ser denunciado. Si la denuncia es de un hombre contra una mujer, legalmente, no sucede nada de esto. ¿Todos los españoles somos iguales ante la ley?

lunes, 13 de abril de 2009

Educación por sexos



En un interesante artículo de “El país” se debate sobre el elevado fracaso escolar en el sexo masculino. Las cifras son tan devastadoras como reales. Creo que todos tenemos esa misma impresión, que se ve ratificada por las cifras oficiales: en la educación, las mujeres obtienen mejores resultados que los hombres.

Ante este hecho indiscutible me surgen muchas dudas y pocas respuestas.

1. ¿Este modelo educativo es el que necesitan los hombres?.
Está claro que si tantos chicos fracasan, teniendo en cuenta que el coeficiente intelectual de hombres y mujeres es el mismo, posiblemente el fracaso no sea una cuestión de sexo sino de modelo.

2. ¿Este modelo educativo es justo con las mujeres?.
Si la superioridad de la mujer es tan manifiesta en nuestra organización educativa, ¿no les estamos cortando las alas al tener que “esperar” a los condiscípulos varones?.

3. ¿Es razonable que se mezclen en una misma clase a niñas con niños de la misma edad cronológica pero de edades biológicas tan distintas?.
De esta forma se retrasa a las chicas y se les exige en exceso a los chicos. Ni a unas ni a otros se les da lo que necesitan. ¿En esto consiste la igualdad?.

4. ¿Debemos ir a una educación diferenciada entre hombres y mujeres?.
Mi respuesta es un rotundo no…..pero no tengo argumentos lógicos que avalen lo que siento. La lógica dice que sería recomendable para una mejor formación académica, pero mis emociones me dicen que sería un grave error.

Si separamos el mundo del hombre y la mujer hasta los 17 o 18 años, el desconocimiento mutuo, la diferenciación, incluso la rivalidad al tener sistemas distintos, podrían desembocar en lo que ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad: la formación de dos mundos, el masculino y el femenino, no como universos distintos que se unen para sumar, sino como diferentes visiones que se enfrentan: la diferencia que separa en vez de la diferencia que enriquece. Cuando la diferencia sirve de excusa para enfrentarse, al final uno de ellos sojuzgaría al otro. Más tarde o temprano, volvería el sexismo más rancio.

5. ¿Porqué, si las mujeres están académicamente mejor preparadas, los hombres triunfan en el mundo laboral?.
La respuesta simple es el machismo. Y no me cabe duda que en algunos casos es cierto, pero no me sirve como respuesta general.

Entre hombres y mujeres, no sólo los relojes biológicos son distintos, también lo son nuestros genes, nuestros cerebros y nuestras hormonas.

Para triunfar en el mundo del trabajo (que no tiene nada que ver con triunfar en la vida), las mismas características que hacen al hombre inferior en el plano académico, lo hacen superior en el plano laboral: la agresividad, la competitividad, la pobreza emocional, el individualismo.

En el colegio estas facetas están penalizadas, pero en la vida son la llave del “éxito”.

Por decirlo con una sola frase, con todos los matices que se quieran añadir, la escuela ha sido pensada en femenino y el mundo en masculino. En la primera triunfan las mujeres y en el segundo los hombres.

Como inciso, quiero hacer dos aclaraciones. 1) Cuando hablo de triunfo y éxito, no me refiero a lo que yo considero éxito, sino a lo que la sociedad llama éxito: ser director, presidente, ministro, empresario del año, etc. 2) En todo momento me refiero a hombres y mujeres como grupos y no como individualidades. Son datos estadísticos grupales e intento entenderlo todo desde un punto de vista sociológico y no personal. Hay millones de excepciones de mujeres que triunfan en el ámbito del trabajo y hombres que brillan en el académico.

He hablado de la pobreza emocional del hombre (repito, hablando en términos sociológicos y no individuales). Y esta es una de las claves más importantes. La pareja o los hijos no son vividos de la misma forma por hombres y mujeres en general. Creo que hay factores educacionales y genéticos en ello. Para la mujer, en general, lo primero es su familia, mientras que para el hombre, lo primero es el trabajo (o el poder que se deriva de ese trabajo). Si hay una vacante de director de una sucursal bancaria, que conlleva un horario de trabajo poco compatible con los hijos, la mujer casi nunca luchará por esa plaza mientras que los hombres, por muchos hijos que tengan, van a intentar hacerse con el cargo.

Me gusta mucho más la visión que las mujeres tienen del mundo laboral. Su escala de valores es mucho más sensata, más humana. Trabajar para vivir y no al revés. La sociedad que hemos construido (fundamentalmente los hombres) premia la visión masculina y, el gran triunfador, no es la persona equilibrada que trabaja para cubrir las necesidades, pero disfruta y lucha por su pareja y sus hijos….con su pareja y sus hijos. Sino el que acumula poder, dinero, distinciones o posición social mediante el uso del trabajo como herramienta obsesiva de superioridad.

¿A alguién se le ocurre cual podría ser un modelo educativo más eficaz y equitativo?

domingo, 29 de marzo de 2009

Forrest Gump

Forrest Gump tenía un coeficiente intelectual de 75 y así ha pasado a la historia del cine, como un tonto encantador. “Yo no soy tonto. Mi madre dice que sólo es tonto el que dice tonterías”.

Quizás todos tengan razón y, efectivamente, todo lo que hacía era obra de una persona con un CI bajo. Pero nunca he podido ver esta película (ya han sido varias) sin pensar que el único motor en la vida de Forrest era el amor. No hay una sola escena en la película en que se manifieste a un hombre tonto sino a un hombre que todo lo que hace, lo hace con amor y, sobre todo, por amor.

Sus ¿tonterías?
“¿Has estado alguna vez con una chica?”. “Siempre me siento con ellas en clase de economía doméstica.”

En el ejército fue considerado un superdotado pues, ante la pregunta del sargento en el primer día de instrucción “¿qué es lo que haces en el ejército?”, respondió: “todo lo que usted quiere que haga mi sargento”. “Este chico es un genio, llegará a General”.

Consiguió la medalla de honor y se la dio el presidente. No tuvo escrúpulos en enseñarle la herida por la que se la concedieron….en el pompis. La medalla se la regaló a su Jenny por hacer lo que ella le dijo que hiciera en Vietnam: correr.
“Su sueño se ha hecho realidad: se ha convertido en una cantante de Folk” pensó cuando vio a su Jenny cantando desnuda. La desnudez de la mujer amada no le importaba como la consecución de su sueño.

“Aunque yo siempre estaba corriendo siempre pensé que aquello nunca me llevaría a ningún lado”.

Pero corriendo fue campeón de fútbol americano y, como miembro de la selección nacional, conoció al presidente y, “lo mejor de conocer al presidente era lo bien que se comía…… y gratis”.

Corriendo salvó a multitud de soldados de una emboscada.

Corriendo se convirtió en el nuevo gurú de los que no tenían un sentido para sus vidas….hasta que un día dejó de correr porque se había cansado. Sólo él sabía porque corría: “porque tenía ganas de correr.”

Ante una multitud antimilitarista en Washington sólo tuvo ojos para su Jenny. Miles de personas se esfumaron cuando vio su cabellera al viento. “Fue el momento más feliz de toda mi vida”.

“Una promesa es una promesa”. “Siempre intento cumplir mis promesas”.

Sus logros
Descubrió el espionaje del caso Watergate, porque las linternas no le dejaban dormir.

Enseñó a bailar a Elvis Presley.

Venció a los chinos al tenis de mesa “por lo que me hice casi tan famoso como Pinocho”.

Fue felicitado por tres presidentes de USA.

Conoció a John Lennon durante una entrevista televisiva.

Era dueño de unos de los negocios más prósperos de USA: gambas Bubba Gump y, por supuesto, tenía doce barcos….doce Jennys.

El slogan “a veces pasa”, lo inventó el.

“Sonría por favor” salió de su genialidad ingenua.

Sus amigos
Con Bubba: “¿Sabes porque somos tan buenos compañeros?. Porque siempre cuidamos el uno del otro.” Y arriesgó su vida, corriendo como siempre, corriendo como nunca, porque entonces sí le dio un sentido a su carrera, tenía que salvar a su muy mejor amigo. Murió en sus brazos, en Vietnam, mientras le decía: “quiero ir a mi casa.”
Pero no olvidó su promesa: se dedicaría a las gambas, no porque le importaran, sino porque le interesaban a Bubba.

Cuando vio al teniente Damm, dejó su barco a la deriva y se echó a nadar porque sólo le interesaba su amigo. Si se rompía el barco, daba igual, se podía arreglar.
“Teniente Damm: tiene piernas nuevas…..piernas mágicas.”

Su madre
“Su madre está enferma”, le comunicaron por radio mientras trabajaba en el barco. Saltó del mismo y echó a nadar, por supuesto llegó corriendo a su casa.

“Yo no lo sabía, pero estaba destinada a ser tu mama”. “¿Cuál es mi destino mamá?”. Eso lo tendrás que buscar por ti mismo. La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te vas a encontrar. Mamá siempre me explicaba las cosas de forma que yo las entendiera.

Mamá decía que el hombre sólo necesita un poco de dinero para vivir, el resto es para presumir…….y repartió su fortuna. Gracias a esto podía cortar la hierba del parque gratis.

Su gran amor
“Era lo más hermoso que había visto en mi vida. Era un ángel”. “Era mi muy mejor amiga….mi única amiga”.

“Yo siempre he querido ser tu novio”.

Fue violento una sola vez: cuando el novio de Jenny la maltrató. “El no debería pegarte Jenny”.

“Fue una noche especial para los dos. Ojalá no se hubiera acabado nunca.”

“Pensaba en Jenny a todas horas”.

“Nunca había puesto nombre a un barco, pero sólo podía ponerle un nombre: el nombre más bonito del mundo entero.”

“No sabía nada de Jenny desde hacía mucho tiempo pero esperaba que, hiciera lo que hiciera, fuera feliz”

“Y entonces, apareció”. Hola Jenny….y no hizo falta más.

“Era estupendo tenerla en casa”.

“Cada día yo cogía flores bonitas y las ponía en su habitación”.

“¿Quieres casarte conmigo?. Sería un buen marido Jenny”.

“YO NO SOY MUY LISTO, PERO SÉ LO QUE ES EL AMOR”. Y esa misma noche hizo el amor por primera y única vez en su vida.

“Te fuiste un sábado por la mañana. Te hice enterrar aquí, junto a nuestro árbol. Mamá siempre decía que la muerte era parte de la vida. Ojala no lo fuera.”
Ante su tumba le dijo: “Te echo de menos. Si necesitas algo, yo no estaré lejos”.

Su hijo
“Eres una mama, Jenny”.

“Se llama Forest.”

“¡¡¡Como yo¡¡¡”

“Tu eres su padre.”

“Es lo más hermoso que he visto, pero ¿es listo o es…?”.

Se acercó al niño, se sentó junto a él y se puso a ver la tele…..con su hijo.

Tras la muerte de Jenny, sólo le queda amar a su hijo. Le lleva a la parada del autobús y, tras decirle: “sabes que te quiero”, se sienta, queda petrificado, pierde la mirada mientras vuela una pluma mecida por el viento. El estará allí todo el día. No tiene nada más que hacer que esperar a que vuelva su amor, el amor en forma de hijo.

miércoles, 11 de marzo de 2009

¿Alguién quiere hablar de esto?

Me permito copiar íntegramente la última entrada de Eduard Punset. Consigue una de las cosas que más admiro: en pocas palabras expone los principales problemas políticos a los que nos enfrentamos. Espero que os guste.

He bajado más tiempo del previsto de mi nube y me gustaría aprovecharlo para saber qué piensan los que piensan conmigo; en especial, los que tendrían ahora la edad de Cristo de haber nacido cuando se inició la transición a la democracia. ¿Nos equivocamos los que teníamos uso de razón entonces? ¿O sin habernos equivocado el tiempo ha convertido aciertos en rémoras?

Primero. La necesidad de reflotar a los partidos políticos nos hizo optar por un sistema que ha conferido un poder excesivo a sus órganos directivos. La única manera de devolver el poder a los ciudadanos es cambiando el sistema electoral para que se elijan a personas que pertenecen a partidos políticos en lugar de a partidos políticos que deciden las personas que nos gustan.

Segundo. Nos ha seguido marcando demasiado nuestro pasado en política exterior. La influencia de la vecindad con los países árabes y de amistad histórica con los países latinoamericanos nos ha impedido profundizar la relación con la primera potencia científica y tecnológica del mundo: EEUU.

Tercero. La descentralización del poder central mediante el establecimiento del sistema autonómico debió haber quitado bazas y justificación a los partidos nacionalistas con ánimo disgregador. ¿Se consiguió el objetivo anhelado?

Cuarto. Acercar el poder de decisión al pueblo mediante la soberanía y elecciones municipales se ha hecho de una manera, en cambio, que ha constituido una fuente constante de corrupción a nivel local. La distribución de la estructura financiera entre Estado, autonomía y municipios, seguramente no es correcta.

Quinto. Si se excluye la devolución de la soberanía popular y la apertura al exterior –que no es poco-, no se ha hecho nada serio para adecuar los sistemas educativos a la modernidad. Lo poco que se está haciendo es el fruto del esfuerzo de la sociedad civil al margen de los gobiernos.

Sexto. La universalización necesaria de las prestaciones sociales ha mermado su calidad y reconocimiento por parte de la sociedad civil: educación, sanidad, ocio, protección civil y seguridad. Tarde o temprano habrá que buscar nuevas y originales formas de fortalecer el Estado del Bienestar.

Séptimo. Ni el Estado ni la sociedad civil han hecho todo lo necesario para sentar las bases de la incorporación de la mujer a los procesos de producción. El actual sistema está profundamente desequilibrado, sin apenas compensación para las mujeres con hijos que trabajan y menos todavía para las mujeres con hijos que no trabajan.

lunes, 9 de marzo de 2009

Seguridad Social

El sistema sanitario público español es una auténtica joya, fruto del trabajo y la previsión de muchos. Con todos sus grandes defectos, es un modelo a seguir para cualquier país que quiera hacer del estado de bienestar, el centro de la actividad social.

Curiosamente, fue durante el régimen de Franco en donde se pusieron los cimientos de la Seguridad Social. Los sucesivos gobiernos democráticos, con sus luces y sombras, han profundizado y mejorado esta forma de protección social. Si hay algún punto en que la inmensa mayoría de los españoles estamos de acuerdo, es en el mantenimiento y mejora de esta herencia.

La base fundamental del sistema de salud es la universalidad de las prestaciones. Tener la tranquilidad de que, en caso de una enfermedad grave, cualquier español puede tener garantías de una asistencia sanitaria de primer orden, no tiene precio…..aunque sí que lo tiene, pero a eso iremos más tarde.

Cuando he dicho calidad de primer orden, sé de lo que hablo. Nuestra Sanidad es capaz de ofrecer lo mejor y lo último, a un nivel técnico y humano que nada tiene que envidiar a los mejores hospitales norteamericanos. Nuestros médicos son realmente buenos y muy preparados. Nuestros enfermeros posiblemente sean los mejores del mundo, y no es una exageración. Miles de médicos y enfermeros españoles, que están trabajando en Suecia, Reino Unido, Portugal o Francia asombran en aquellos países por su profesionalidad y humanidad. De hecho, cada año, son solicitados miles de compatriotas para que se vayan a trabajar a estos y otros países. No hay médico que vaya a USA a perfeccionar alguna técnica que no reciba ofertas muy jugosas para quedarse.

Pues bien, tenemos el dinero, tenemos a los profesionales adecuados (he hablado de médicos y enfermeros, pero puedo incluir a cualquiera de las profesiones sanitarias que trabajan en cualquier centro), tenemos las posibilidades de formación seria para los nuevos titulados, tenemos la convicción de toda nuestra sociedad de que esta forma de actuación es la correcta, sin embargo, veo nubarrones en el horizonte.

Problemas
El gasto sanitario se ha disparado hasta unas cotas imposibles de mantener a largo plazo. La burocratización progresiva del sistema, la inflexibilidad en la organización, la asunción de mayores competencias, el aumento incontrolado de usuarios (cada vez es más frecuente asistir a marroquíes no residentes en España que sólo acuden a nuestro país como turistas para encontrar asistencia sanitaria gratuita) y, por encima de todos ellos, el imparable aumento del gasto farmacéutico, hacen de nuestro sistema nacional de salud un gigante con pies de barro. Soluciones hay, ¿pero estamos dispuestos a asumirlas?

Origen de los problemas
1. Derivados del mal uso de los servicios. Como he hablado en la entrada previa, del uso de los servicios de salud se ha pasado al abuso de los mismos. La Sanidad ha pasado de cuidar de personas enfermas a hacerse cargo de todo tipo de problemas que poco tienen que ver con la medicina. Muchos problemas puramente sociales o psicológicos han pasado al ámbito de la Sanidad, donde no estamos preparados para esta problemática, por lo que los resultados que obtenemos son malos y caros. Sabemos tratar la Tuberculosis o el SIDA del drogadicto, pero no sabemos qué hacer con un drogadicto. Podemos curar la puñalada recibida por una mujer por parte de su marido, pero sólo llegamos hasta ahí. La profunda tristeza y la indefensión de esta mujer no requiere tanto de un psiquiatra sino de otros tipos de ayuda. Curar las infecciones del que vive debajo de un puente son nuestra especialidad, pero de nada sirve curarlo si, al darle de alta, le devolvemos al mismo puente. Los trabajadores sociales y otros profesionales tienen mucho más que decir en estos casos que los trabajadores de la salud, que se han preparado para otras lides.

2. Abuso por parte de los usuarios. Corre un chiste que es absolutamente cierto: en la sala de espera del médico se reúnen las mismas personas todos los días. Un día no acude Mari Pili y las otras se preguntan extrañadas: ¡¡¡qué raro que Mari Pili no haya venido hoy¡¡¡. A lo que les responde la más enterada: es que hoy no ha venido al médico porque está enferma. Pues sucede, aunque parezca extraño. Las consultas médicas se han llenado de personas sanas con problemas nimios que no precisan de ningún tipo de actuación médica. Un catarro, salvo excepciones, sólo requiere de abundante agua. Una gripe, con leche calentita, agua abundante, cama y algún antitérmico suave dura lo mismo y da las mismas molestias que con el mejor tratamiento prescrito por el mejor infectólogo del mundo (que si es el mejor del mundo le mandará leche caliente, agua, cama y paracetamol). Si me he dado un golpe en el brazo y me molesta durante unos días, no hay que acudir a Urgencias de Traumatología a que me digan lo que ya sé. No busquemos la salud en el Hospital o en el Centro de Salud, sino en el sentido común, el ejercicio y en llevar una vida sana.

3. Abuso por parte de las asociaciones de pacientes. Las asociaciones de pacientes, en ocasiones, más que una labor de información o de concienciación, lo que intentan es una presión directa sobre el gobierno para beneficio de sus propios intereses. Buscan estos beneficios, mediante la victimización (llegan a exagerar hasta límites insospechados la enfermedad de la que se trate), la exageración (suelen abultar las cifras de afectados hasta límites increíbles) y la desinformación(son las primeras en hacerse ecos de los supuestos avances que gentilmente les han cedido las farmacéuticas para conseguir vender un determinado medicamento, generalmente mucho más caro que el que hay pero igual de eficaz). Por supuesto que no todas funcionan de esta manera y hay múltiples ejemplos de asociaciones ejemplares.

4. Abuso por parte de los profesionales. Una mala preparación o simplemente una dejadez imperdonable, multiplica el gasto innecesario. Para algunos profesionales es más fácil tirar de receta que de consejos adecuados, mucho más baratos y, sobre todo, mucho más eficaces. Hemos acostumbrado al personal a que todo tiene solución con la pastillita adecuada y el usuario está encantado con esta solución, más fácil y cómoda, pero demasiado costosa en dinero y en efectos indeseados. A veces se debe a falta de tiempo, en otras ocasiones, muchos compañeros creen en lo que hacen cuando tratan con medicamentos un colesterol de 200 o una fiebre claramente viral con antibióticos. Pero también está el que lo hace a sabiendas tras recibir regalos de un laboratorio farmacéutico. En un caso por haber descuidado la formación y en otro como simple y pura estafa, en ambos hay una clara responsabilidad.

5. Abuso de las farmacéuticas. Este punto da para una y cien entradas. Las empresas farmacéuticas sólo buscan el beneficio económico. Muchas lo consiguen mediante un trabajo honesto, científico y riguroso y contra esto no tengo nada que objetar: se beneficia el empresario y se beneficia la sociedad entera. Pero otras consiguen abultados negocios haciendo auténticas barrabasadas, como la creación de nuevas enfermedades, creando necesidades aprovechándose de la ignorancia de la gente en temas científicos. Para que os hagáis una idea del gasto farmacéutico en España y su constante subida, según las cifras oficiales, en 1990 el gasto fue de 2.524.250.840 euros (el 0.51% del PIB) y en 2008 11.960.488.108 euros (casi el 1% del PIB) con una subida en 18 años de 473.82 %. Claramente insostenible a largo plazo.

6. Abuso de los medios de comunicación. Son los primeros en hacerles el juego a la gran industria de la salud propagando a los cuatro vientos los “interesantes” descubrimientos sobre nuevas enfermedades y nuevos medicamentos que no sirven para nada. El mensajero, en este caso, tiene una enorme responsabilidad, pues los que publican este tipo de noticias no suelen tener una mínima preparación que les haga capaces de distinguir el grano de la paja. Si quieren publicar artículos de salud, que acudan a expertos en el tema que sean capaces de criticar el artículo en cuestión.

7. Abuso por parte de los políticos. Saben lo que está pasando y, si no lo saben, no sé si es peor. Cortar todos estos abusos sé que tendría un coste muy alto para cualquier político honrado que acometa un cambio, pero es absolutamente imprescindible si queremos salvar nuestro sistema.

8. El buenismo de buena parte de la sociedad. Cualquier persona que acuda a nuestro país, tiene los mismos derechos a usar los servicios sanitarios que los españoles. Por poneros un ejemplo que vivo en primera persona. La unidad de hemofilia de mi Hospital lleva a aproximadamente 300 pacientes con esta enfermedad. El tratamiento con factor es carísimo y se estima en unos 50 millones de pesetas por paciente y año. Gracias a esta medicación los hemofílicos pueden hacer una vida absolutamente normal. Pues en los últimos años ya llevamos contabilizados 30 niños marroquíes que acuden cada tres meses como turistas con sus padres para acudir a la Unidad a recoger el factor. Estos 30 niños nos cuestan a todos 1.500 millones de pesetas cada año. Pero la cosa no va a menos, sino que están aumentando de una forma increíble. Estimamos que dentro de dos años, al ritmo actual, nos haremos cargo de 100 niños….Sólo contando con marroquíes, porque esto se ha ido extendiendo y no nos extrañaría que en menos de 10 años llegasen a ser 1000 niños del Magreb, pues los médicos marroquíes ya se han empezado a enterar de nuestra generosidad y cada vez informaran a más familias sobre el maravilloso tratamiento que regalamos en Sevilla. Osea, según las estimaciones que se han hecho por los economistas del Hospital, dentro de 10 años, y sólo con marroquíes, anualmente tendremos que gastar 50.000 millones de pesetas para tratar a estos 1000 hemofílicos. Todo el presupuesto del tercer Hospital más grande de España se irá en el tratamiento de estos críos. Pero tranquilos, que todavía nos queda ayudar a los niños hemofílicos rusos, argelinos, polacos, egipcios, etc. ¿Hasta cuándo sostendremos lo insostenible?.

La próxima entrada será sobre las posibles soluciones que se me ocurren, pero me encantaría oíros a vosotros.

sábado, 7 de marzo de 2009

Mi salud ya no me pertenece

Mi salud ya no me pertenece, es de mi médico de cabecera o de mi especialista.

La medicina da respuestas para todo y soluciones para casi todo. Hay una pastillita para cada problema.

El dolor siempre es malo.

Yo no tengo que hacer nada para conservar mi estado de salud en las mejores condiciones posibles.

Una Resonancia Magnética Nuclear lo diagnostica todo.

Ante cualquier problema, acuda a su médico.

Estas y otras muchas afirmaciones similares están medicalizando nuestra sociedad. Muchos problemas puramente sociales se están convirtiendo en patologías médicas. Del uso y la necesidad de la Medicina Pública se ha pasado al abuso de la misma. La tristeza ha muerto, viva la depresión. El violador no es un cabrón sino un enfermo. La drogadicción ha pasado de ser un problema puramente social a ser una patología más. Si estoy gordo es por culpa del endocrino que no me pone la dieta adecuada. Asesinas a alguien y no es un acto criminal, que va, has tenido un simple transtorno mental transitorio. Si tienes muchos miedos padeces de ansiedad.

Tranquilos, que la medicina lo soluciona todo. Tenemos ansiolíticos para los miedos, antidepresivos si se le muere un hijo, terapias cognitivas para que el asesino ya no tenga más transtornos transitorios, antiarrítmicos para el cocainómano y antiinflamatorios si le duele el cuello con 80 años. Tenemos todo tipo de pastillitas, capsulitas, supositorios, inyecciones y operaciones para que le sea comodísimo estar sano sin que usted tenga que hacer nada.

¿Adelgazar pasando hambre y haciendo ejercicio?....¡¡¡¡habráse visto¡¡¡¡, ¿para eso pago la seguridad social?: usted déme una pastillita o una dieta milagro y hágame perder 20 kilos. Que tengo gripe, de eso nada, no me puedo meter en cama: muchas pastillas para que la gripe no la sienta.

¿Que tengo que ponerme un preservativo para no contraer una enfermedad venérea?: oiga usted, que yo pago mis impuestos para follar como quiera. Si la pillo, es que me he puesto malo. Usted me pone el antibiótico y me cura.

Causas
1. No hemos vuelto intolerantes al dolor y al sufrimiento. Precisamente esa falta de tolerancia a algo que es inherente a la propia vida, nos hace padecer más dolor y nos hace sufrir más. Esto no significa que debamos ser unos sufridores. El sufrimiento y el dolor inútiles hay que combatirlos, pero hasta cierto límite y no haciendo de la falta de molestias el eje de nuestra vida. Demasiadas veces, una pequeña molestia acarrea menos problemas que el tratamiento que la hace desaparecer o mitigar.
2. No nos responsabilizamos de nuestra salud. En vez de ello, cargamos con nuestras enfermedades a la Medicina. Pero resulta que los tratamientos siempre conllevan riesgos y no siempre se obtienen resultados óptimos. El mejor tratamiento que existe para una enfermedad es no tenerla. Parece obvio pero, visto lo visto, esta obviedad hay que recordarla. Todos los problemas que conlleva la obesidad se evitarían si nos responsabilizáramos de hacer una dieta correcta. Muchos de los dolores que acarrean una buena parte de las enfermedades reumáticas no existirían, si hacemos del ejercicio físico habitual nuestra forma de vida. El único tratamiento realmente eficaz y sin ningún efecto adverso para el cáncer de pulmón es.....no fumar, o sea, no llegar a padecerlo. Y así podríamos seguir hasta el infinito.
3. Cuando para conservar la salud te bombardean desde todos los medios de comunicación con las 1000 medidas que hay que tomar.....al final no tomas ninguna, sencillamente porque el día sólo tiene 24 horas y no darían para hacer todo lo que hay que hacer para estar sano. Pero es mucho más simple que todo esto. Dejémonos de los miles de consejos, todos ellos bien intencionados, y tomemos sólo tres: coma bien (que no mucho), haga ejercicio y evite los tóxicos (tabaco, alcohol en exceso y drogas). Siguiendo sólo estos tres consejos habremos evitado o paliado el 80 % de las enfermedades.
4. Los médicos tenemos buena parte de culpa de la medicalización. Al fin y al cabo, nosotros somos los principales beneficiarios de que la gente acuda a nuestras consultas. No nos conformamos con las enfermedades de verdad sino que incluso nos inventamos situaciones para “enganchar” a nuevos clientes con “enfermedades” que son poco menos que imaginarias o bien procedemos a etiquetar como enfermedad lo que no es más que un problema social.
5. Las empresas farmacéuticas son las más poderosas y con más beneficios del mundo. Hasta ahí estaría bien si esos beneficios se obtuvieran a través de una lucha efectiva contra la enfermedad, mediante la investigación. Y esto sucede en algunas compañías pero, demasiado a menudo, se dedican a inventar nuevas enfermedades o simplemente a hacer “nuevos medicamentos” que no son más que copias de anteriores en los que ha caducado la patente pero mucho más caros.

Enfermedades inventadas
Algunos ejemplos de enfermedades inventadas, con su correspondiente tratamiento, son las siguientes
1. El duelo. Ya no es algo normal en la vida. Es una patología que hay que tratar con “magníficos medicamentos” que llenan las arcas de las farmacéuticas. La tristeza ha muerto: viva la depresión.
2. La menopausia ya no es un estado natural de la mujer. Es una patología que hay que combatir.
3. El colesterol: nos lo venden como enfermedad, pero sólo es un factor de riesgo. Además, los límites para considerar unos valores normales de colesterol se van bajando, con lo que cada vez más personas “padecen” de esta “terrible enfermedad” y, por consiguiente, cada vez más clientes necesitan de los servicios de la industria farmacéutica. Hoy en día es patológico tener más de 200, (si se pusiera la normalidad en 260 se quedarían con muchos menos clientes) cuando los riesgos reales dependen de otras circunstancias más importantes como el sedentarismo, obesidad, diabetes, tabaquismo, alimentación, etc.
4. La osteoporosis tampoco es una enfermedad sino un factor de riesgo. Todos los estudios realizados indican que existe osteoporosis,y con ello riesgo de tener en el futuro fracturas de cadera, con un valor de -2.5 en cadera. Pero esta cifra en cadera la tienen pocas personas. ¿Solución?: se mide también en columna lumbar, en donde es muy fácil alcanzar esta cifra mágica de -2.5, y ya tenemos millones de nuevos pacientes. En realidad, el riesgo en columna lumbar es ínfimo, y no es necesario ningún tipo de tratamiento medicamentoso. Es suficiente con un poco de ejercicio y una alimentación adecuada.
5. La timidez. ¿Pero no se han enterado?. ¡¡¡No existen los tímidos¡¡¡. En realidad son enfermos de “Fobia social”. Se encontraron algunos fármacos que desinhibían a los que lo tomaban, pero no había público para aplicarlos. ¿Qué hacemos?. La timidez no es un carácter o una consecuencia de unas vivencias sino una enfermedad gravísima que es necesario tratar…..con fármacos.
6. Hipertensión arterial. De nuevo nos encontramos con un factor de riesgo convertido en enfermedad. Si en vez de poner 16 como peligroso situamos el umbral en 14, el número de clientes que usarán pastillas se multiplicará por 100.
7. Niños hiperactivos. El verdadero trastorno por déficit de atención es una enfermedad rarísima que tiene un tratamiento bastante eficaz. Pero son tan pocos los niños con este trastorno, que hay que sumar muchos más “enfermos” a este perturbación. Niños aburridos, maltratados, superdotados, empotrados delante de la televisión durante horas, traviesos, con escaso afecto, son magníficos ejemplares para colocarles el diagnóstico y, con ello, la pastillita. Los padres se ponen contentísimos porque ya no son responsables, la farmacéutica también se alegra, porque tienen un nuevo cliente.
8. Disfunción eréctil. Volvemos al tema de una patología rara, que dispone de un tratamiento eficaz, pero al tener escasa clientela se magnifica el problema. Con 80 años se tiene que seguir en la brecha como si se tuvieran 20. Si estás agotado, con stress, preocupaciones, problemas y no tienes ganas de hacerlo todos los días y a todas horas……no es algo normal ni natural, no, padeces de disfunción eréctil y hay que tratarla con pastillitas. Hay causas orgánicas, como en algunos pacientes con diabetes, pero la mayoría son psicológicas y, desde este prisma, hay que contemplarlas.
9. Disfunción sexual femenina. Ya se disponen de magníficos parches de andrógenos para el tratamiento de esta “enfermedad” tan extendida en las mujeres. Caballeros, ya no se tienen que esforzar tanto. Señoras, ya no tienen que tener tantas jaquecas. La curación está….en un parche.
10. Andropausia. El envejecimiento no es natural ¿quién le ha dicho semejante sandez?. Hay que combatirlo con todas las armas a nuestro alcance.
11. Anorexia y trastornos de alimentación. De nuevo un problema real, que es rarísimo, y se ha magnificado hasta cotas increíbles tratándolo como una auténtica epidemia, de la que nos salvan los laboratorios con sus pastillas. Las cifras hablan de unas 2000-3000 anorexias verdaderas en España. Pero las asociaciones de pacientes y médicos, convenientemente asesorados por la industria farmacéutica, cifran en 500.000 los casos. Pues no, se tratan en la mayoría de los casos, de conductas adquiridas por problemas psicológicos o educacionales.ç
12. Síndrome postvacacional. Jajajajaja. No requiere de más explicación.

En el libro “Los inventores de enfermedades” nos da la clave sobre las distintas formas de crear enfermedades nuevas. Las resume en cinco:
1.-Los procesos normales de la vida como problemas médicos, ejemplo: la alopecia
2.- Los problemas personales y sociales como problemas médicos, ejemplo: la timidez como fobia social
3.- Los factores de riesgo como enfermedad, ejemplo: la osteoporosis
4.- Los síntomas poco frecuentes como epidemias de extraordinaria propagación, ejemplo: la disfunción eréctil
5.- Los síntomas leves como indicios de enfermedades más graves, ejemplo: síndrome de colon irritable.

A este estado de cosas se ha llegado con la plena complicidad de:
1. Médicos, que en la mayoría de casos, lo hacen pensando que están haciendo lo correcto. Si se le presentan datos sobre la peligrosidad de un nivel de colesterol de 200, pues a recetar se ha dicho. Para evitarlo, es indispensable una formación científica sólida pues, aprendiendo estadística, epidemiología y otras ramas del saber científico, se aprende a distinguir la paja del grano.
2. Todos nosotros: en nuestra sociedad se da cada vez con más frecuencia la gran comodidad que supone convertir situaciones vitales en enfermedades, con la consiguiente dejación de responsabilidades propias en manos de otros, como las farmacéuticas, que están encantadas de asumir esas “cargas”. Como apunta Domingo Orozco: los nuevos tiempos llevan consigo la necesidad de estar siempre en plenitud de facultades, "la sociedad manda el mensaje de que se debe aspirar a un estado de completo bienestar, algo que es utópico". Incluso la OMS ya no define a la salud como la ausencia de enfermedad, sino como una situación de bienestar físico, social y mental "por lo que, según esta interpretación, es muy difícil que una persona esté sana".
3. Farmacéuticas, que están encantadas de la dejación de la responsabilidad que cada uno tiene consigo mismo para mantener un buen estado de salud.

Pues la medicina además de curar a personas enfermas... quiere mejorar a las personas sanas, es decir a quitar esas pequeñas molestias que todo el mundo tiene y son normales, pero las farmacéuticas quieren convencernos de que no son signos de salud, y que si se pueden evitar ¿por qué no? sólo tienes que tomar una pastilla o un jarabe, ponerte un parche, o darte un masaje con un gel especial.


La medicina en la que creo intenta curar a personas enfermas, no quiere mejorar a las personas sanas. Las pequeñas molestias que todo el mundo tiene y son normales no son signo de falta de salud. Estamos más sanos de lo que nos hacen creer. El cuerpo humano es la máquina más perfecta que existe, que sabe regularse y que tiene también achaques. Es sobre esos achaques sobre los que hay que intervenir pero sin tocar esa regulación natural que tiene el cuerpo, sin intentar manipular los valores normales y medicarlos para que se ajusten a unos parámetros que se han inventado las farmacéuticas.

lunes, 23 de febrero de 2009

Mis primeros amores

Mi primer amor asomó a los 11 años. Esther, ojos azules clarísimos, tristes como sólo pueden ser tristes unos ojos vivos. Tan parecida a Jeanette, la cantante que me descubrió las maravillas de la mujer.

Nunca supo de mi existencia a pesar de que ella llenaba todos mis silencios, todas mis horas, todos mis anhelos, todas mis fantasías, toda mi vida. Jamás hablé con ella, no me consideraba digno de semejante honor, pero la miré hasta que las pestañas se cansaban de mi éxtasis.

Hasta los 16 años no hubo otra mujer, no hubo ningún otro amor salvo el que sentía por ella.

María Dolores fue la primera chica a la que besé. La primera que me dijo que merecía la pena. La primera que me abrió el mundo al amor de carne y hueso, a la caricia, a las miradas enamoradas. En un mes transitó mi niñez a la madurez, mi inseguridad a la calma, mis odios a mis amores. En un mes dejé de ser Juanito a ser Juan. En 30 maravillosos días de Agosto en Mijas, saqué el jardín que guardaba escondido en mi pecho, del que desconocía su existencia, y lo saque a la luz. Por primera vez me sentí hombre y no monstruo.

Terminaron las vacaciones, volví a Córdoba y nunca la volví a ver, pero siempre hay una palabra de agradecimieto en el libro de mi vida para ella.

Posteriormente inicié una búsqueda de la mujer con la que pudiera compartir el presente y el futuro. No me quedé sentado a esperar. No tuve claro en ningún momento lo que quería. Muchas chicas, muy diferentes entre sí, me acompañaron en parte del camino. De unas me quedaba con sus sueños, de otras con sus sonrisas, otras me consumieron de pasión. Algunas me regalaron sus tristezas, otras me ofrecieron su soledad. Con casi todas disfruté de sus besos, algunos ciertamente ansiosos. Pero todas, sin excepción, me hablaron de la belleza de la mujer, que va más allá de unos rasgos físicos más o menos curvilíneos. Todas me hablaron de una especial sensibilidad, de otra manera de ser y de hacer, más humana, más emocional, más intensa.

Fueron muchas, de algunas ya ni me acuerdo, pero a todas les agradezco por ser como son y por ser como soy. Nunca deje que una relación se alargara más de lo necesario. En cuanto descubría que ella no era ELLA, no perdía ni hacía perder el tiempo.

Una noche, después de una enorme decepción, miraba hacia una ventana de un séptimo piso de un edificio. Sólo en ese momento descubrí que la mujer de mi vida estaba tras esa ventana. ELLA aún no lo sabía, pero sus rizos, esa noche, me acunaron y me cantaron la más bella melodía de amor.....y, aún hoy, cada noche, siento el perfume de su pelo.

martes, 17 de febrero de 2009

Mi bosque

Un sauce reía y sus ramas expandieron el aroma de un color vivo por todo el bosque.

Un ciprés no dirigió sus plegarias al cielo porque, en el suelo, un nuevo arbusto le escuchaba.

Un gran eucalipto dejó de crecer para alimentar con su tierra el nacimiento de una hoja, una única hoja.

Un roble hablaba de una imposible historia de amor.

Un leñador soñó que su hacha florecía y dejó de cortar para nutrir.

Un beso solitario buscaba dueño y una boca ansiosa buscaba beso.

Y en el bosque de los deseos llegó la primavera y, con ella, la realidad

Y, con la realidad, llegaste tú.

Contigo dejé de soñar y comencé a vivir.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Amor al trabajo 2

Nunca segundas partes fueron buenas, pero la quiero hacer con el mismo cariño que la primera. De hecho, la primera se me fue de las manos. Recordé mis sueños de maestro y me explayé en ellos, dejando de lado el tema que quería comentar. Escribir tiene esas cosas. Los pensamientos empiezan a volar y los sueños se adueñan de la situación.

La primera pregunta que se podría hacer ante el título de la entrada es:

¿Porqué trabajar?
Hay muchas respuestas que podrían ser obvias: el poderío económico, la brillantez social, el reconocimiento público, pero la razón principal para la mayoría sería simplemente para poder subsistir.

Desde este prisma, trabajar se convierte en un medio obligatorio para conseguir un fin necesario. Y, como la mayoría de las obligaciones, termina convirtiéndose en un lastre que resta. Deja de formar parte de nuestra vida, de nuestro ser, para convertirse en un pozo traga-tiempo, del que somos muy conscientes, hasta el punto de dejar pasar la semana en estado de sonambulismo esperando el fin de semana y sobreviviendo los 11 meses de trabajo soñando con el mes de vacaciones. Las expectativas sobre ese mes ansiado son tan maravillosas que casi siempre decepciona. No vivimos mientras trabajamos, nos limitamos a vegetar a la espera de terminar.

Hay factores que pueden hacer que el trabajo se vuelva aún más difícil: malos jefes, ambiente enrarecido, compañeros trepas o pelotas, ocupar un puesto diferente a la formación que se tiene o simplemente, un trabajo feo, repetitivo o pesado.

Yo reivindico el trabajar por amor y con amor.
· Por amor a los demás, para prestarles nuestro mejor servicio.
· Por amor a nuestra empresa, para que sea fuerte, ofrezca productos de calidad y que sea más difícil que pase por situaciones peligrosas para nuestra propia estabilidad laboral.
· Conseguir que nuestro trabajo sea nuestra mayor distracción.
· Integrar el trabajo en nuestra propia vida de tal manera que, más que un lastre, sea una extensión de nuestro ser hacia los demás y hacia nosotros mismos. El amor por cualquier cosa nos hace grandes, el desamor por el trabajo, en cambio, nos hace mediocres a nosotros y compartimos esa mediocridad con los demás.
· El amor al trabajo nos hace amos de sus resultados mientras que el desamor nos hace esclavos del reloj, que nunca termina de dar la hora para salir.
· Los frutos de un trabajo con amor, entre otras cosas, son la prosperidad material y espiritual.

En nuestra mano está quejarnos del sueldo, los compañeros, los jefes, la empresa, el stress y dar rienda suelta a nuestras frustraciones o elegir el camino de la sonrisa, de los ojos brillantes, de la pasión por nuestra labor.

Pero difícilmente encontraremos a alguién con pasión por el trabajo si no tiene pasión por la vida.

lunes, 9 de febrero de 2009

Minorías

A raíz de leer una entrada de Eduard Punset titulada “Para que se ocupen de tí, tienes que pertenecer a una minoría”, que podeis leer pinchando en el vínculo que tengo a su blog, se me ha ocurrido hablar de este tema.

No estoy del todo de acuerdo con el señor Punset, pero no le falta razón en algunos aspectos.

Cuando hablo de minorías, no me refiero tanto al número de personas que conforman un conjunto, sino a un grupo específico que requiere de una ayuda especial (económica, de servicios o jurídica) para poder llevar una vida normal y así tender a una sociedad, no igualitaria, que no me gusta nada la palabra, sino equitativa. Hablo de esta distinción esencial, ya que, como puso Kaken en su blog cuando hablaba de equidad, la palabra igualdad se suele utilizar de manera interesada. La equidad es más justa: dar a cada uno lo que se merece. Supone una igualdad de oportunidades y de deberes.

Hablar de minorías hoy en día, muchas veces nos sirve para confirmar lo buenísimos que somos, sin entrar a valorar en profundidad el auténtico alcance de tantas chorradas que se oyen y hacen. Parece que nos hemos vueltos ciegos a lo que yo llamo “el abuso de las minorías”. No se pueden poner objeciones a las “ayudas” al colectivo inmigrante, gay, enfermo con SIDA o drogadicto, por poner algunos ejemplos, so pena de ser calificado de homófobo, racista o cualquier otro insulto por el estilo. Por supuesto, si estás en contra de la discriminación positiva (vaya primera chorrada, la discriminación siempre es positiva para el discriminador y negativa para el discriminado) en favor de la mujer, eres un machista de tomo y lomo.

Para comenzar el tema, lo primero que hay que hacer en una política seria, es la definición del problema.

¿Qué minorías necesitan ayuda?.
· Colectivos que por diversos motivos, tienen una disminución en sus capacidades, no achacables a su propia voluntad. Ancianos, niños, enfermos o discapacitados en distintos grados, entran de lleno en esta categoría. Aquí no hay duda de la necesidad de que toda la sociedad, con el Estado por delante, hagan todo lo posible para disminuir en lo posible, la dependencia o dificultades de estos colectivos. No se puede decir que tengan más derechos, sino que tienen más necesidades que atender.
· Colectivos con sus capacidades íntegras, pero con derechos cercenados por las autoridades o dificultados por la sociedad. El colectivo gay, hasta hace poco, era un ejemplo. En algunos casos, los inmigrantes también pueden tener algunos derechos, al menos dificultados. En estos casos se necesita, por una parte, una acción puramente legal que otorgue los derechos que no posean y, por otro, un cambio de mentalidad de la sociedad, para que esos derechos conquistados se afiancen en el día a día. Otro colectivo sangrante es el de la trata de blancas (no la prostitución libremente ejercida) a las que hay que dar todas las facilidades legales para que puedan salir de su esclavitud.
· Colectivos con capacidades íntegras pero, por razones ajenas a su voluntad, necesitan puntualmente un soporte. El ejemplo típico son los parados, especialmente los de larga duración, por tener una edad poco apetecible para los empresarios. Las facilidades dadas a empresas para contratar a este tipo de personas, no se pueden considerar tampoco como una discriminación, sino como una auténtica necesidad. En este grupo entrarían también las personas demasiado jóvenes y sin experiencia.

En estos casos, muy globalmente expuestos, creo que todo el mundo está de acuerdo en la necesidad de una ayuda complementaria y entran de lleno en el concepto de equidad.

Abusos de las minorías
Para algunos, el hecho de pertenecer a uno de estos colectivos desfavorecidos, les da derecho a todo sin ningún deber a cambio. Le das la mano y se toman el brazo. Lo consideran como una patente de corso para hacer lo que les da la gana. No piden, exigen derechos y gritan más que nadie, pero se olvidan de sus deberes mínimos. Habitualmente los que más gritan son los que más se tendrían que callar. Voy a exponer algunos ejemplos ilustrativos que conozco bien.

1. Drogadictos y SIDA. Este problema ya casi ha desaparecido, pero fue sangrante en su momento. Las buenísimas autoridades consintieron todo tipo de atropellos de una parte de este colectivo. Ingresaban hechos polvo, con 40º de fiebre por una Tuberculosis activa. Tras una semana de tratamiento (el habitual en la Tuberculosis oscila entre seis y nueve meses para la desaparición completa del germen), mejoraban la sintomatología y pedían el alta voluntaria....cuando aún eran bacilíferos (aún podían transmitir la enfermedad). Consecuencias de este acto: iban contagiando a toda la población por una parte, y creaban resistencias en el bacilo por la otra, por lo que una enfermedad que se trataba con una garantías de éxito muy grandes, pasó a ser una enfermedad mortal en algunos casos por tenernos que enfrentar a bacilos multirresistentes (los bichos se las sabían todas). Hubieron miles de casos de Tuberculosis entre la población, alguna mortales. Pero por otra parte, salvo en contadas excepciones, seguían haciendo el amor sin preservativo y sin advertir de su situación a sus parejas, incluso las estables no lo sabían. Consecuencias: miles de personas fueron infectadas por ellos, sabiendo lo que estaban haciendo y, a pesar de ello, por echar un polvo no dudaban en matar (por aquel entonces, el SIDA era mortal). ¿Qué hicieron las autoridades?: decirnos a todos que eramos malísimos porque los discriminábamos....y era verdad y había que luchar contra ello, pero nunca hicieron nada para protejer a miles de personas que murieron porque estos sujetos no se querían poner un preservativo. Eso sí, todos ellos cobraban un subsidio mensual....a cambio de nada. ¿No hubiera sido más fácil obligarles a acudir todos los días a un centro para que se tomaran las pastillas y a cambio recibir ese subsidio?. ¿No hubiera sido más justo tenerlos ingresados mediante orden judicial hasta que dejaran de ser contagiosos en la Tuberculosis (con un mes suele ser suficiente)?. Pues no, eran una minoría y los gobernante se sentían muy chachis y buenos defendiendo sus derechos, aunque a cambio se cometiera un auténtico genocidio que ha costado miles de vidas inocentes a manos de unos genocidas sin preservativo.

2. Paro agrícola. ¿Porqué los trabajadores del campo tienen derechos que no tienen los demás trabajadores?. Trabajan 30 peonadas (no sé si este es el número exacto), que casi nunca son reales, pues se las firma el alcalde en cuestión o a la hora de empezar a trabajar, les entra una depresión grave o una lumbalgia, se dan de baja durante un mes y ya tienen sus treita peonadas: un año de paro. Así llevan viviendo familias enteras desde hace más de 20 años. En su vida han pagado un euro de impuestos, sólo reciben y reciben, exigen y exigen. Cuando cumplan sus 65 años, tendrán su pensión, por supuesto. Pero en el campo no trabaja ni Dios....que sea español, claro. Hay que traer marroquíes, rumanos y polacos....mientras 400.000 “trabajadores” del campo españoles cobran sus subsidios y llaman fascistas al PP porque les quieren quitar su chollo.

3. ¿Porqué 300.000 votos vascos nacionalistas obtienen 7 diputados y más de 1.000.000 de votos de IU tienen sólo dos representantes?. ¿Porqué hay que apoyar a estas minorías, es que son discapacitados?.

4. Gitanos. Tuve una novia gitana durante tres años y conozco el tema de primera mano. Entre los gitanos hay dos ramas bien diferenciadas. Una que se ha integrado perfectamente en la sociedad y otra, a la que llaman “canasteros”, que se niegan a la integración. Estos últimos tienen sus propias leyes, costumbres, su propia justicia y unos valores que, en algunos casos, son incompatibles con el tipo de sociedad en que nos hemos constituido. Por poner algún ejemplo: para ellos robar a un gitano es un delito brutal, pero robar a un payo es aplaudido. Si un niño nace mongólico o con defectos congénitos son matados sistemáticamente (¿Alguién de la sala conoce a un niño gitano con síndrome de Down?). Para que os voy a hablar del papel de la mujer en su tipo de sociedad. Además son racistas: ser gitano es un orgullo que hay que cantar a los cuatro vientos. ¿Qué pasaría si yo saliera en la televisión a cantar a los cuatro vientos mi orgullo de ser blanco?. Los padres de mi novia me rechazaron e incluso me amenazaron por mi raza. Pero para los buenísimos de siempre, nosotros somos los que discriminamos, y en muchos casos es verdad, ¿pero porqué no hablan y luchan con la misma fuerza contra el racismo gitano?. Hay que hacer lo posible por los que se quieran integrar, pero a los que no quieran integrarse, ni una ayuda, oiga. No estamos para fomentar racismos, machismos ni fomentar la pureza de raza.

Hay que ser solidario, evitar los prejuicios, fomentar la equidad, hacer una sociedad más justa y equilibrada.....pero no hay que ser giliXXXXXX