Eduard Punset me ha recordado una frase, que no sé a quién se atribuye, que dice: “Cuando la única herramienta de que disponemos es un martillo, tendemos a creer que todos los problemas son un clavo”.
La visión sesgada de la realidad desde el monolito de la ortodoxia y el pensamiento único nos lleva a intentar solucionar los problemas desde un prisma pobre y corto de miras.
La feminista sólo ve problemas en el machismo y soluciones en su feminismo.
El religioso achaca los grandes problemas de la humanidad a la falta de religiosidad. Mucha misa y poco sexo es su receta.
El comunista entiende que una vez que se acabe con el capitalismo y vivamos en el cielo comunista todo será como en las películas de Disney.
La derecha sólo ve los problemas causados por la izquierda y las soluciones encontradas por ellos.
El militar cree que todo se arregla con mano dura.
Y el ecologista remedia el mundo respetando a la naturaleza.
Y todo esto me parece perfecto si se limitan a despotricar delante de la barra de un bar mientras se toman cervezas.
Pero cuando cualquiera de estos personajes obtiene poder, ya no tiene gracia. Empiezan a imponer su moral.
2 comentarios:
Joder, que verdad más grande... y podrìamos ir màs lejos....
Pues me temo que es inevitable. Todo el mundo tiene su ideología. Dale poder a alguien y tratará de imponerla (con más o menos mano izquierda) "por el bien común". Muchas veces con la mejor de las intenciones, pero lo hará.
Lo que nos queda, a grandes rasgos, es congratularnos cuando el que intenta imponerse casa un poco con lo que pensamos nosotros. Así se nos hace menos jodido.
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