miércoles, 2 de marzo de 2011

Cada loco con su tema.

Eduard Punset me ha recordado una frase, que no sé a quién se atribuye, que dice: “Cuando la única herramienta de que disponemos es un martillo, tendemos a creer que todos los problemas son un clavo”.

La visión sesgada de la realidad desde el monolito de la ortodoxia y el pensamiento único nos lleva a intentar solucionar los problemas desde un prisma pobre y corto de miras.

La feminista sólo ve problemas en el machismo y soluciones en su feminismo.

El religioso achaca los grandes problemas de la humanidad a la falta de religiosidad. Mucha misa y poco sexo es su receta.

El comunista entiende que una vez que se acabe con el capitalismo y vivamos en el cielo comunista todo será como en las películas de Disney.

La derecha sólo ve los problemas causados por la izquierda y las soluciones encontradas por ellos.

El militar cree que todo se arregla con mano dura.

Y el ecologista remedia el mundo respetando a la naturaleza.

Y todo esto me parece perfecto si se limitan a despotricar delante de la barra de un bar mientras se toman cervezas.

Pero cuando cualquiera de estos personajes obtiene poder, ya no tiene gracia. Empiezan a imponer su moral.

2 comentarios:

Alberich dijo...

Joder, que verdad más grande... y podrìamos ir màs lejos....

Lenka dijo...

Pues me temo que es inevitable. Todo el mundo tiene su ideología. Dale poder a alguien y tratará de imponerla (con más o menos mano izquierda) "por el bien común". Muchas veces con la mejor de las intenciones, pero lo hará.

Lo que nos queda, a grandes rasgos, es congratularnos cuando el que intenta imponerse casa un poco con lo que pensamos nosotros. Así se nos hace menos jodido.