He pasado por este estado de locura transitoria cuatro veces en mi vida. Siempre ha sido maravilloso, pero agotador.
Llevo 25 años casado con mi compañera (a los que hay que sumar otros siete de noviazgo) y ya no estoy enamorado de ella, ahora la amo profundamente, sin cegueras, sin prisas, sin ansiedades.
No la amo por su belleza (que la tiene y mucha), ni por su elegancia, inteligencia, honestidad o lealtad. Hay mujeres más bellas, elegantes e inteligentes y tan honestas y leales como ella. Pero sólo ella es ELLA.
Hace años que no intento saber que es lo que me ha enamorado. La veo y me derrito. La huelo y sé que estoy en mi hogar. Le hablo y sólo en ella radica mi intimidad más profunda. No necesito saber nada más, sólo sentirla.
Después de 32 años nunca he intentado cambiarla pero siempre ha seguido enamorándome sus cambios. Después de 32 años me sigue sorprendiendo, cada día es una nueva mujer y cada día vuelvo a caer en sus encantos.
8 comentarios:
Graciasssss, jejeje, últimamente estamos de un empalagoso¡¡¡
Bes¡¡
Aaay, q....hermoso!(y q envudia jeje)
Me alegro profundamente por ustedes. Os mereceis el amor. Sabeis q soy sincero :)
Un abrazo a ambos [y a sus pies Dr].
Muchas gracias Alb.
De empalago amoroso nadie murió
Con el corazón en la mano, ni más ni menos :)
Es de admirar que te abras así de capa y nos muestres tus entretelas, cuando son escasos los hombres que hablan así de sus compañeras.
Un fuerte abrazo :)
Gracias Mac.
Quizás yo he tenido suerte y he dado con esa persona especial que todos deberíamos tener. Vivir en pareja para mí es maravilloso, pero sólo en mis circunstancias, es decir, que la persona que te acompaña la consideras como una compañera, amiga, amante con la que poder compartir tantas cosas con ella, sin perder tu independencia y tu ser. Sabiéndonos respetar.
Esto es difícil de conseguir. Y yo he tenido esa inmensa suerte,
Un abrazo
Qué ascazo más bonitooooo!!!!
;)
No, en serio, me encanta. Enhorabuena por haberos encontrado y por haberos descubierto (porque no siempre sabemos ver)
Yo creía haber estado enamorada muchas veces. Y lo estuve, pero no de las personas que tenía al lado, sino de lo que yo me empeñaba en imaginar que eran. Ahora sé que quiero de verdad a quien está conmigo. Curiosamente porque es con quien menos me duró la chifladura histérica y con quien antes se sustituyó eso por paz. Porque ha sido la única persona capaz de lograr (sin hacer nada) que me levante de la cama sonriendo y no de mal humor (una cosa que yo creía ya parte de mi carácter).
Al principio me pegué un buen susto. Pensé que igual no le quería. Como no andaba sufriendo por las esquinas, ni tenía que medir mis palabras, ni elaborar estrategias... menos mal que me di cuenta de que, precisamente por no tener que hacer nada de eso, por fin estaba viviendo algo real.
Creo que has dicho la palabra clave, Lenka: paz.
En cualquier relacción que establezcamos es necesario sentir esa paz, que no te vulneran, que no te dañan, que no esperas un golpe.
Eso significa que te aceptan y aceptas al otro, y desde ahí ya sólo es cuestión de construir y disfrutar.
Me alegro mucho que que lo tuyo con tu Trasto también sea real.
Un bes, Brujilla.
Exacto Lenka, el enamoramiento tiene un componente de ceguera muy importante y nos solemos enamorar de una imagen que nosotros construimos. El amor profundo es otra cosa bien distinta. Ves a la otra persona tal y como es y la aceptas tal cual. Hasta los cambios los vas asumiendo como el proceso natural que es.
Si cuando amas sufres, algo está fallando. Pueden haber malos momentos, por supuesto, pero esos malos momentos no pueden ser la tónica general de la relación.
Y también me ha llamado la atención la palabra paz, lo mismo que a Kaken. El amor y la paz van íntimamente unidos. Ya lo decían los hippies.
Publicar un comentario