Detrás de los grandes conceptos se pueden esconder las mayores barbaridades.
Se trata de encontrar una palabra, lo suficientemente abstracta y sin significado, que la podamos llenar de contenidos grandiosos, sentimentales y que hagan llorar al más pintado con sólo pronunciarlas. Se le da un valor por encima de cualquier otra cosa para que se convierta en ideal, lo máximo, lo mejor.
Una vez conseguido que el concepto es irrebatiblemente sagrado, vienen los manipuladores y hacen ver a todos que ellos son los grandes defensores de esa palabra mágica. Y en nombre de ese concepto cometen las mayores barrabasadas, que curiosamente coinciden con sus propios intereses. Y ya está todo liado.
Y el pueblo emborregado, comete asesinatos, violaciones, vejaciones, torturas, en nombre del concepto.
Es perfecto, no hay culpa, no hay responsabilidad. Son héroes y no villanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario