El índice de movilidad social hace referencia a la facilidad con la que una persona puede subir o bajar en la escala social de un país.
Es uno de los mejores índices de justicia social. Cuando hay poca movilidad social significa que hay pocas posibilidades de mejorar tu situación mediante el esfuerzo. Una sociedad poco móvil no premia el esfuerzo ni castiga la desidia. El destino de un individuo viene predeterminado por la situación económico-social de los padres.
Por el contrario, en las naciones con alto índice de movilidad, el mérito es el factor fundamental para que un individuo desarrolle al máximo su potencial.
Hay diversas maneras de estudiarlo y son realmente complejas. Quizás, la que más se aproxime a la realidad, sea la que estudia el nivel de los padres respecto a sus hijos. Si los hijos ocupan escalas muy diferentes a los padres significa que la riqueza o pobreza de los padres no influye en el status del hijo, que éste mejorará o empeorará su situación dependiendo de su esfuerzo. En este caso hay verdadera igualdad de oportunidades, pero ojo, que la movilidad y la desigualdad en la distribución de la renta no se encuentran teóricamente relacionadas. Sigue habiendo desigualdad de rentas sólo que, esta desigualdad, no está relacionada con la cuna sino con el mérito.
La educación, a primera vista, parecería que es el factor clave para conseguir un mayor índice de movilidad social. Si la calidad de enseñanza es alta, sin tener en cuenta la economía de los padres, mediante un sistema público de enseñanza universal, gratuito y de calidad, se debería tender a que los hijos tengan más igualdad de oportunidades. Sin embargo, esto sólo es verdad en parte. Con una buena educación universal se consigue mejor índice de movilidad educacional (titulación), pero no cambia demasiado el índice de movilidad ocupacional (nivel de puesto de trabajo). Hay otros factores más importantes para la movilidad ocupacional como son el nivel de industrialización, la ideología, ya sea política, religiosa o cultural, imperante en un país y el nivel de envidia de la sociedad.
La envidia, que existe en todas las sociedades, pero no en el mismo grado, se convierte en una clave esencial para entender este concepto. En un país en que se alaba al que consigue superarse es más probable que haya más movilidad ocupacional y, por el contrario, si se desprecia al que más se esfuerza y consigue cotas más altas habrá menos movilidad.
Los países con mejores niveles de movilidad social son los escandinavos. España se encuentra en una zona media en Europa. Chile es otro de los países más justos.
Gran Bretaña y USA, aunque pudiera parecer lo contrario por aquello de la tierra de las oportunidades, tienen unos niveles de movilidad social bastante bajos debido a un sistema de enseñanza en que lo privado prima sobre lo público. Sus universidades son magníficas, pero hay que pagarlas y sólo pueden estudiar en ellas los ricos o los pobres hiperdotados.
La meritocracia es, a mi juicio, el sistema más justo para construir una sociedad. No hay que hablar de igualdad a secas, sino de igualdad de oportunidades.
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