miércoles, 5 de septiembre de 2018

¿Existe el feminazismo?

Feminazis
Oigo por todos sitios que el feminazismo no existe, que es un invento machista. Que sólo hay feministas y que éstas luchan por la igualdad.

No dudo que en la mayoría de casos es así, pero no en todos. El feminismo, como cualquier corriente política, social, económica, o de cualquier tipo, no es uniforme ni monolítico. Pretender que tod@s l@s feministas piensan, sienten y actúan igual es absurdo. Somos diferentes y en este tema también. Y como en cualquier otro tema, hay personas moderadas, extremistas y, cómo no, dictatoriales. 

No hay un único modo de pensar “capitalista” (USA, Finlandia y China lo son y hay que ver que diferencias hay), “comunista” (maoístas, trotskistas, stalinistas, socialistas, anarcocomunistas……) o “machista” (islamistas radicales y europeos machistas). Pues tampoco sucede con el feminismo

Para mí el feminismo es la lucha por la igualdad de oportunidades y por la libertad de elegir de hombres y mujeres. Y es en la libertad de elección donde radica la gran diferencia. Si el machismo decidía lo que la mujer podía o no hacer o sentir, el feminazismo sigue haciendo lo mismo. Algunos ejemplos que ilustran lo que digo, sacado de conversaciones personales, ya sean presenciales o digitales:

·      Sólo se es verdaderamente feminista si se es anticapitalista
·      Las mujeres que se dedican al hogar son unas parásitas machistas
·      La penetración es siempre una violación
·      A los niños hay que obligarles a jugar con muñecas y a las niñas con balones
·      La mujer que mata a un hombre es porque éste previamente la ha maltratado
·      Cortarle el pene a tu marido porque te ha sido infiel es empoderamiento de la mujer

Son sólo algunos ejemplos. Tengo muchos más. 


Ya no son sólo los machistas los que deciden lo que deben o no hacer las mujeres. Las feminazis son las que hacen lo mismo: imponen a la mujer una nueva dictadura de como debe ser.

lunes, 6 de agosto de 2018

Inmigrantes

Leo en estos días discursos muy diferentes, desde la izquierda y la derecha, sobre la inmigración, que lejos de mejorar la situación, la empeora. 

Como cualquier tema que se convierte en partidista, unos y otros se tiran los trastos, no porque interese más o menos el asunto, sino porque se conforma como arma ideológica contra el rival (ahora enemigo) político. 

Son discursos que no pretenden solucionar el problema sino afear la conducta ajena y, para ello, ambos bandos se sirven de extremismos y falsedades. 

Cuando millones de personas de cada bloque piensan exactamente lo mismo, incluso con las mismas palabras sobre un tema, percibo mucha manipulación y poco entendimiento y reflexión. Y el debate sobre la inmigración ha estallado con todo tipo de sentimientos encontrados y sin la más mínima racionalidad. 

El pobre diablo que tenga una opinión propia será vituperado por unos y otros. Pensar es muy peligroso y como en cualquier dictadura que se precie, o estás conmigo o contra mí. No hay gama de grises, o eres blanco o negro. O queremos y apoyamos a todos los inmigrantes ilegales que lleguen o electrificamos las vallas de Ceuta y Melilla y bombardeamos los cayucos. 

Es lo que tiene no usar el cerebro, los demagogos nos convierten en extremistas y sólo vemos enemigos donde sólo hay visiones diferentes de la sociedad