AAA Buenos días, soy de Córdoba, venía para......
BBB No, usted no es nadie, sólo es algo. Por consiguiente, no pertenece a nada ni a nadie.
AAA ¿En qué se basa usted para realizar tamaña afirmación?.
BBB Yo no afirmo, no lo sé hacer. Lo dice la maquinita.
CCC Yo soy maquinita y no me equivoco. Usted no aparece en mis archivos y, si no está en ellos, usted no es nadie.
AAA Joder con la maquinita. Quiero hablar con su superior.
BBB ¿Con qué superior?. ¿Con el mío o con el de la maquinita?
CCC Eso, eso, aclárese.
AAA Con el que mande.
BBB Pues entonces, con el superior de la maquinita.
AAA ¿Dónde lo puedo encontrar?
BBB Al fondo del pasillo a la derecha.
AAA recorre un largo corredor lleno de seres humanos mecanizados y máquinas humanizadas. Paredes blancas sin cuadros, suelos blancos pulidos, techos blancos incólumes. Ni un papel, ni una mota de polvo ni una triste plantita interfieren en la pulcritud fría del ambiente. Tuerce a la derecha y encuentra de frente un artilugio lleno de luces, discos girando y ruidos secos amortiguados. Un cartel anuncia: “Sala del beep eterno. Prohibida la entrada a seres humanos salvo que quieran consultar con el artefacto en jefe”.
AAA Buenos días.
DDD Los días no se computan por su bondad sino por sus parámetros.
AAA Es que hace sol.
DDD El sol no se hace. El Sol se formó hace 4537, 453692 millones de años a partir de nubes de gas y polvo que contenían residuos de generaciones anteriores de estrellas. Gracias a la metalicidad de dicho gas, de su disco circumstelar surgieron, más tarde, los planetas, asteroides y cometas del Sistema Solar. En el interior del Sol se producen reacciones de fusión en las que los átomos de hidrógeno se transforman en helio, produciéndose la energía que irradia. Actualmente, el Sol se encuentra en plena secuencia principal, fase en la que seguirá 5398,2839478 millones de años más quemando hidrógeno de manera estable.
AAA Ah.
DDD ¿Qué quiere consultar?.
AAA Verá, yo....
DDD Yo no veo, computo.
AAA Carajo, no hay forma....
DDD El término carajo –cuya etimología latina probablemente comparte con la palabra italiana cazzo– es, en lenguaje popular, una de las formas de designar al pene, al mismo tiempo que una interjección de fastidio. Explíquese, quiere consultar sobre su pene o sobre su fastidio.
AAA ....acertar con ustedes.
DDD Ustedes es plural y yo soy una máquina singular.
AAA Singular sí que es, joder.....
DDD Joder: Practicar el coito. Molestar, fastidiar. Destrozar, arruinar, echar a perder. ¿Sobre que acepción quiere consultar?.
AAA Bueno, mire usted.....
DDD Bueno: Que tiene bondad en su género. Útil y a propósito para algo. Gustoso, apetecible, agradable, divertido. Yo no miro, computo. ¿Qué quiere consultar?.
AAA Mejor vuelvo mañana.
Se fue alejando por el mismo pasillo mientras oía:
DDD Mejor: Superior a otra cosa y que la excede en una cualidad natural o moral. Preferible o más conveniente. Más bien, de manera más conforme a lo bueno o lo conveniente. Denotar idea de preferencia. Vuelvo: presente de indicativo del verbo volver. Volver: Dar vuelta o vueltas a algo. Corresponder, pagar, retribuir. Dirigir, encaminar algo a otra cosa, material o inmaterialmente. Traducir. Devolver. Restituir. Poner o constituir nuevamente a alguien o algo en el estado que antes tenía. Hacer que se mude o trueque alguien o algo de un estado o aspecto en otro. Mudar. Mañana: Tiempo que transcurre desde que amanece hasta mediodía. Espacio de tiempo desde la medianoche hasta el mediodía. Tiempo futuro más o menos próximo. En el día que seguirá inmediatamente al de hoy. En tiempo venidero. Presto, o antes de mucho tiempo.
Cientos de empleados se afanaban frente a sus máquinas multicolores, multibrillantes y multiutilidad mientras cientos de máquinas computaban frente a sus humanos monocromáticos, poquibrillantes y nuliutilidad. AAA salió del edificio y, ante la primera caricia de aire fresco, respiró hondo, suspiró y se desprendió de su identidad AAA para volver a ser Juan.
viernes, 31 de octubre de 2008
miércoles, 29 de octubre de 2008
Las (malas) costumbres
Creo poder identificar cuatro tipos de costumbres:
Costumbres sociales o protocolarias.
Costumbres gestuales.
Costumbres ahorradoras de energía.
Costumbres emocionales.
Las costumbres sociales las adquirimos a través del aprendizaje. Son distintas según la cultura en que nos movamos. Abrir la puerta y ceder el paso, estrechar la mano, dar dos besos, comer de determinada manera, etc. Son una forma de comunicación interpersonal que facilita la convivencia. Muchas veces confundimos la buena educación con el manejo brillante de estas habilidades sociales.
Las podemos cambiar, sin demasiado esfuerzo, si debemos cambiar de entorno social.
Las costumbres gestuales pueden ser propias aunque también las podemos adquirir a través del aprendizaje. Las articulamos a través de nuestra propia expresividad corporal. Reflejan, sobre todo, emociones. Un buen observador puede conocer mucho mejor a una persona a través de sus gestos que de sus palabras. Hay expresiones verbales que son una forma de gesto.
Las podemos cambiar, pero puede resultar muy complicado.
Las costumbres ahorradoras de energía. No podríamos conducir con la relajación que lo hacemos (quién pueda) si no hubiéramos mecanizado todos los gestos necesarios, ni la secretaria podría escribir a esa velocidad ni podríamos andar, nadar o ir en bicicleta con la gracia que nos caracteriza. Las aprendemos a base de repetirlas una y otra vez con el fin de hacernos la existencia más cómoda y centrar nuestras energías en otros aspectos que lo requieran.
Las podemos cambiar para perfeccionarlas y conseguir mejores resultados con el mismo o menor esfuerzo.
Las costumbres emocionales son las que más me interesan, tanto a nivel conceptual como a nivel práctico. Nuestro buen amigo Olegario (ver el post previo) no se negaba a utilizar costumbres sociales, gestuales, o ahorradoras de energía, pero se negaba a dejarse llevar por las costumbres emocionales. Lo que nos ha ido supuestamente bien lo tendemos a repetir. Nos hace la vida más cómoda, no hay que pensar u observar tanto, porque podemos automatizarlo todo.
Nuestro cerebro está bien provisto para el ahorro y es realmente vago. El cerebelo es un auténtico experto en hacer lo que los informáticos llaman macros: con darle a una tecla sale automáticamente todo lo que se ha guardado asignado a esa determinada tecla. Además, las redes neuronales tienden repetir los mismos circuitos para realizar determinados actos.
Creo que este tipo de costumbres son, en general, negativas. Nos “acostumbramos” a las cosas buenas que nos trae cada día y, al estar automatizadas, no las disfrutamos ni las vivimos de verdad....sólo las repetimos.
Reivindico disfrutar cada mañana del cafelito, las tostadas, haciéndolas conscientes, saboreándolas sin fin, disfrutar del crujido, el sabor del aceite, el aroma del café. Reivindico la ducha, no como acción de asearnos, sino como fuente de vida y de placer. Disfrutar y ser consciente de cada gota de agua que resbala por nuestra piel. Sentir como la toalla nos seca y nos deja el olor de limpio y la sensación de renovación. Disfrutar del paseo hacia el trabajo, fijándonos cada mañana en ese nuevo nido, esa hoja que pugna por abrirse paso, ese capullo de ayer convertido hoy en flor. Disfrutar de tener trabajo con el que nos sentimos útiles y nos ganamos el pan. Disfrutar de los hijos, la pareja, la cama, la cervecita sorbo a sorbo, la calidez del hogar, el silencio, del beso, del abrazo, la caricia. Hacer plenamente consciente nuestro presente con todas sus pequeñas cosas que, si las perdiéramos, las echaríamos de menos.
Nos acostumbramos también a lo negativo, y no me refiero a asumir lo que no tiene remedio, sino a darnos de bruces siempre contra los mismos postes. Si nuestras conductas, nuestra manera de ver la vida, nos lleva tantas veces al pozo de la amargura ¿porqué las repetimos una y otra vez?. El sufrimiento lo solemos achacar a la mala suerte, y en un 10% de las veces es verdad, pero en el restante 90% esa mala suerte se debe a que somos cómodos, muy cómodos y lo automatizamos todo, no estamos dispuestos a cambiar, a dejar nuestras costumbres vitales porque nos proporcionan una falsa ilusión de seguridad.
Estas costumbres, no sólo se pueden, sino que se deben modificar.
Propongo, y me propongo, una buena costumbre: sentir al máximo de nuestras capacidades, aprender a ser virgen, a vivir las emociones como algo eternamente novedoso, acostumbrarnos a no acostumbrarnos. Como he dicho en otras ocasiones, la comodidad es la mayor fuente de nuestras incomodidades.
Costumbres sociales o protocolarias.
Costumbres gestuales.
Costumbres ahorradoras de energía.
Costumbres emocionales.
Las costumbres sociales las adquirimos a través del aprendizaje. Son distintas según la cultura en que nos movamos. Abrir la puerta y ceder el paso, estrechar la mano, dar dos besos, comer de determinada manera, etc. Son una forma de comunicación interpersonal que facilita la convivencia. Muchas veces confundimos la buena educación con el manejo brillante de estas habilidades sociales.
Las podemos cambiar, sin demasiado esfuerzo, si debemos cambiar de entorno social.
Las costumbres gestuales pueden ser propias aunque también las podemos adquirir a través del aprendizaje. Las articulamos a través de nuestra propia expresividad corporal. Reflejan, sobre todo, emociones. Un buen observador puede conocer mucho mejor a una persona a través de sus gestos que de sus palabras. Hay expresiones verbales que son una forma de gesto.
Las podemos cambiar, pero puede resultar muy complicado.
Las costumbres ahorradoras de energía. No podríamos conducir con la relajación que lo hacemos (quién pueda) si no hubiéramos mecanizado todos los gestos necesarios, ni la secretaria podría escribir a esa velocidad ni podríamos andar, nadar o ir en bicicleta con la gracia que nos caracteriza. Las aprendemos a base de repetirlas una y otra vez con el fin de hacernos la existencia más cómoda y centrar nuestras energías en otros aspectos que lo requieran.
Las podemos cambiar para perfeccionarlas y conseguir mejores resultados con el mismo o menor esfuerzo.
Las costumbres emocionales son las que más me interesan, tanto a nivel conceptual como a nivel práctico. Nuestro buen amigo Olegario (ver el post previo) no se negaba a utilizar costumbres sociales, gestuales, o ahorradoras de energía, pero se negaba a dejarse llevar por las costumbres emocionales. Lo que nos ha ido supuestamente bien lo tendemos a repetir. Nos hace la vida más cómoda, no hay que pensar u observar tanto, porque podemos automatizarlo todo.
Nuestro cerebro está bien provisto para el ahorro y es realmente vago. El cerebelo es un auténtico experto en hacer lo que los informáticos llaman macros: con darle a una tecla sale automáticamente todo lo que se ha guardado asignado a esa determinada tecla. Además, las redes neuronales tienden repetir los mismos circuitos para realizar determinados actos.
Creo que este tipo de costumbres son, en general, negativas. Nos “acostumbramos” a las cosas buenas que nos trae cada día y, al estar automatizadas, no las disfrutamos ni las vivimos de verdad....sólo las repetimos.
Reivindico disfrutar cada mañana del cafelito, las tostadas, haciéndolas conscientes, saboreándolas sin fin, disfrutar del crujido, el sabor del aceite, el aroma del café. Reivindico la ducha, no como acción de asearnos, sino como fuente de vida y de placer. Disfrutar y ser consciente de cada gota de agua que resbala por nuestra piel. Sentir como la toalla nos seca y nos deja el olor de limpio y la sensación de renovación. Disfrutar del paseo hacia el trabajo, fijándonos cada mañana en ese nuevo nido, esa hoja que pugna por abrirse paso, ese capullo de ayer convertido hoy en flor. Disfrutar de tener trabajo con el que nos sentimos útiles y nos ganamos el pan. Disfrutar de los hijos, la pareja, la cama, la cervecita sorbo a sorbo, la calidez del hogar, el silencio, del beso, del abrazo, la caricia. Hacer plenamente consciente nuestro presente con todas sus pequeñas cosas que, si las perdiéramos, las echaríamos de menos.
Nos acostumbramos también a lo negativo, y no me refiero a asumir lo que no tiene remedio, sino a darnos de bruces siempre contra los mismos postes. Si nuestras conductas, nuestra manera de ver la vida, nos lleva tantas veces al pozo de la amargura ¿porqué las repetimos una y otra vez?. El sufrimiento lo solemos achacar a la mala suerte, y en un 10% de las veces es verdad, pero en el restante 90% esa mala suerte se debe a que somos cómodos, muy cómodos y lo automatizamos todo, no estamos dispuestos a cambiar, a dejar nuestras costumbres vitales porque nos proporcionan una falsa ilusión de seguridad.
Estas costumbres, no sólo se pueden, sino que se deben modificar.
Propongo, y me propongo, una buena costumbre: sentir al máximo de nuestras capacidades, aprender a ser virgen, a vivir las emociones como algo eternamente novedoso, acostumbrarnos a no acostumbrarnos. Como he dicho en otras ocasiones, la comodidad es la mayor fuente de nuestras incomodidades.
Virgen
Nombre: Olegario (o cualquier otro que os guste más).
Edad: 83 años.
Motivo de ingreso hospitalario: no hace el amor desde hace 20 días.
Esto me encontré un lunes al llegar al Hospital. Os advierto que es una historia real. Hay algún adorno en la historia, pero todo lo importante que en ella se cuenta es absolutamente cierto y vivido en primera persona.
Olegario nunca se acostumbró a nada. “Duramos tan poco que, lo que vivimos, lo debemos hacer de forma intensa y acostumbrarse a algo es matarlo, morir”.
Nunca jugaba a los mismos juegos y, si lo hacía, siempre como si fuera la primera vez..
Nunca pasaba por el mismo sendero para ir a su huerto, porque ese mismo sendero, tantas veces recorrido, cada día era diferente, cada día había una nueva flor, una nueva forma en el arbusto, cada piedra, cada árbol, cada nido le contaban una nueva historia....cada día.
Cada mazorca del maíz que plantaba surgía con una nueva fragancia, con un color distinto. Ya no tenía nuevos nombres para cada una de ellas.
Cada chupito lo percibía como un nuevo vino y cada cigarrillo era como el primero del día después de desayunar.
Cada desayuno de tostadas y aceite era distinto y lo disfrutaba como el hambriento que lleva semanas sin comer.
No se acostumbraba a dormir en un colchón con buenas sábanas y mantas porque, cada vez que se acostaba, lanzaba expresiones de placer....ummmm, ahhhhh, ohhhhh...pero que maravillosa es esta cama.
Se casó con 20 años. Después de 63 años casados, cada beso seguía siendo el primero. Cada caricia robada, era celebrada como la primera. Cada palmetada en el pompi le seguía enrojeciendo de placer y de vergüenza.. Cada mañana se sentía virgen y el corazón le palpitaba cuando volvía del trabajo pensando que esa noche iba a ser la primera vez. Y cada noche durante 63 años fue la primera vez. Ni un sólo día pasó sin que se desfloraran.
Tras 20 días deseando dejar de ser virgen, la esposa acudió a su médico que, tras escuchar el relato decidió, con buen criterio, ingresarlo.
Un cáncer de pulmón con metástasis le impedían la erección.
Murió como a él le gustaba: siendo virgen.
Edad: 83 años.
Motivo de ingreso hospitalario: no hace el amor desde hace 20 días.
Esto me encontré un lunes al llegar al Hospital. Os advierto que es una historia real. Hay algún adorno en la historia, pero todo lo importante que en ella se cuenta es absolutamente cierto y vivido en primera persona.
Olegario nunca se acostumbró a nada. “Duramos tan poco que, lo que vivimos, lo debemos hacer de forma intensa y acostumbrarse a algo es matarlo, morir”.
Nunca jugaba a los mismos juegos y, si lo hacía, siempre como si fuera la primera vez..
Nunca pasaba por el mismo sendero para ir a su huerto, porque ese mismo sendero, tantas veces recorrido, cada día era diferente, cada día había una nueva flor, una nueva forma en el arbusto, cada piedra, cada árbol, cada nido le contaban una nueva historia....cada día.
Cada mazorca del maíz que plantaba surgía con una nueva fragancia, con un color distinto. Ya no tenía nuevos nombres para cada una de ellas.
Cada chupito lo percibía como un nuevo vino y cada cigarrillo era como el primero del día después de desayunar.
Cada desayuno de tostadas y aceite era distinto y lo disfrutaba como el hambriento que lleva semanas sin comer.
No se acostumbraba a dormir en un colchón con buenas sábanas y mantas porque, cada vez que se acostaba, lanzaba expresiones de placer....ummmm, ahhhhh, ohhhhh...pero que maravillosa es esta cama.
Se casó con 20 años. Después de 63 años casados, cada beso seguía siendo el primero. Cada caricia robada, era celebrada como la primera. Cada palmetada en el pompi le seguía enrojeciendo de placer y de vergüenza.. Cada mañana se sentía virgen y el corazón le palpitaba cuando volvía del trabajo pensando que esa noche iba a ser la primera vez. Y cada noche durante 63 años fue la primera vez. Ni un sólo día pasó sin que se desfloraran.
Tras 20 días deseando dejar de ser virgen, la esposa acudió a su médico que, tras escuchar el relato decidió, con buen criterio, ingresarlo.
Un cáncer de pulmón con metástasis le impedían la erección.
Murió como a él le gustaba: siendo virgen.
martes, 28 de octubre de 2008
Redacción sobre la Naturaleza
En un colegio de Sevilla, la maestra manda a sus alumnos de 7 años, una redacción sobre la Naturaleza. Lo que viene a continuación es una de las posibles obras de arte de cualquiera de las criaturitas.
La naturaleza es muy bonita. En el parque de los Príncipes es donde hay más Naturaleza junta.
Lo que más me gusta de la naturaleza son las costillitas de cordero, pero nunca he entendido como andan por el campo.
Hay otras cosas que me gustan de la naturaleza:
Las vacas son muy buenas porque ponen cajas de leche.
Las gallinas hacen sus huevos para que los comamos.
Los pollos hacen muslos y pechugas y las terneras crían filetes para que crezcamos.
Los cerdos no sé cómo se las apañan para construir unos jamones tan ricos.
Mi amiga Rita no sé si es naturaleza, pero también me gusta mucho.
Pero la naturaleza no son sólo animales. Hay otros animales que son vegetales y minerales.
Los árboles sé que no son animales, pero no sé exactamente lo que son, pero los melocotones y las manzanas vienen de ellos. Las latas de piña también. Me lo tengo que creer porque me lo han dicho mis padres aunque, lo único que yo he visto, han sido naranjas en los árboles, y no en todos. Hay muchos que no sirven para nada, más que para ensuciar el suelo con las hojas.
¿Porqué en la naturaleza hay cosas que no sirven para nada?. La naturaleza tiene piedras que no nos sirven para nada pero, sin embargo, también da ladrillos para construir nuestras casas. Los delfines nacen en las piscinas para divertirnos pero ¿que hacen las ballenas?. Sólo les gusta salir por la tele.
Un día salí con mis padres en el coche y conocí uno de los fenómenos más extraños de la naturaleza: las carreteras. Los hombres, que somos los únicos seres inteligentes del universo, hicimos los coches para aprovecharnos de las carreteras. Había además mucho verde y bichos que se parecían a los que salen en los libros, pero no tan bien hechos. En todo el rato que estuve en el coche no ví ni una tele ni una consola, por lo que sospecho que deben crecer en las minas, que también son un invento de la naturaleza.
Dios fue el que creó la naturaleza, pero la quiso hacer en seis días para descansar después. Si hubiera trabajado un poquito más hasta nos servirían los hipopótamos. Aunque hay que agradecerle que la naturaleza nos ayude tanto.
No he podido terminar el folio porque hoy es el cumple de mi hermana, pero sé mucho más de la naturaleza. Aún no he hablado de los columpios y los toboganes.
La naturaleza es muy bonita. En el parque de los Príncipes es donde hay más Naturaleza junta.
Lo que más me gusta de la naturaleza son las costillitas de cordero, pero nunca he entendido como andan por el campo.
Hay otras cosas que me gustan de la naturaleza:
Las vacas son muy buenas porque ponen cajas de leche.
Las gallinas hacen sus huevos para que los comamos.
Los pollos hacen muslos y pechugas y las terneras crían filetes para que crezcamos.
Los cerdos no sé cómo se las apañan para construir unos jamones tan ricos.
Mi amiga Rita no sé si es naturaleza, pero también me gusta mucho.
Pero la naturaleza no son sólo animales. Hay otros animales que son vegetales y minerales.
Los árboles sé que no son animales, pero no sé exactamente lo que son, pero los melocotones y las manzanas vienen de ellos. Las latas de piña también. Me lo tengo que creer porque me lo han dicho mis padres aunque, lo único que yo he visto, han sido naranjas en los árboles, y no en todos. Hay muchos que no sirven para nada, más que para ensuciar el suelo con las hojas.
¿Porqué en la naturaleza hay cosas que no sirven para nada?. La naturaleza tiene piedras que no nos sirven para nada pero, sin embargo, también da ladrillos para construir nuestras casas. Los delfines nacen en las piscinas para divertirnos pero ¿que hacen las ballenas?. Sólo les gusta salir por la tele.
Un día salí con mis padres en el coche y conocí uno de los fenómenos más extraños de la naturaleza: las carreteras. Los hombres, que somos los únicos seres inteligentes del universo, hicimos los coches para aprovecharnos de las carreteras. Había además mucho verde y bichos que se parecían a los que salen en los libros, pero no tan bien hechos. En todo el rato que estuve en el coche no ví ni una tele ni una consola, por lo que sospecho que deben crecer en las minas, que también son un invento de la naturaleza.
Dios fue el que creó la naturaleza, pero la quiso hacer en seis días para descansar después. Si hubiera trabajado un poquito más hasta nos servirían los hipopótamos. Aunque hay que agradecerle que la naturaleza nos ayude tanto.
No he podido terminar el folio porque hoy es el cumple de mi hermana, pero sé mucho más de la naturaleza. Aún no he hablado de los columpios y los toboganes.
lunes, 27 de octubre de 2008
Me gustaría
A veces me gustaría poder traspasarte toda mi experiencia, todas mis vivencias para que fueras más feliz, pero sé que no sólo es imposible sino desaconsejable.
Quisiera enseñarte lo que es la esencia.
Enseñarte a sentir hasta la última hoja que nos rodea, a dejarte llevar por el viento y las olas, a discurrir con el río formando parte de sus aguas, a ser consciente hasta del último trozo de tu piel, a saber aceptar lo que no puedes cambiar, a cambiar lo que no debes aceptar, a saber comprender tu entorno para no sentir miedo, a saber sentir para comprender, a saber dejar la mente en blanco para sentir, a saber abandonar tu cuerpo para dejar la mente en blanco.
Lo esencial es simple. Las complejidades las ponemos nosotros para no entender, porque demasiadas veces no queremos comprender. Somos cómodos, muy cómodos y ésta es la principal fuente de incomodidad. Nos perdemos en palabras e ideales, que muchas veces sólo nos sirven para justificar una forma de vivir que no nos llena pero es la única que queremos conocer...porque somos cómodos, y dejamos de lado la sensibilidad, la simpleza del sentir y dejarse llevar.
Otorgamos el apellido “importante” a demasiadas cosas que no lo son. Creemos en muchas cosas porque nos interesa creer en ellas, porque es más cómodo creer que saber, asimilar lo que nos enseñan que pensar por nosotros mismos, porque es más fácil aprender que desaprender.
Cada uno de nosotros es único....o debiéramos serlo. Pero la educación, la religión, las buenas costumbres, las reglas aceptadas, aunque no pensadas, la interacción con los demás en suma, en vez de hacernos especiales, diferentes, nos homogeniza para sentirnos mejor al formar parte de la manada, pero perdemos nuestra esencia y, al perderla, nos hace sentir solos, incomprendidos, perdidos en un mundo que no entendemos porque no hemos sabido aprehenderlo con nuestros sentidos, nuestros cinco sentidos, sin poner palabras a lo que sentimos.....sólo sentir.
Sólo desde el pensamiento que surge de la Naturaleza, desde la reflexión del entorno que nos rodea, desde la esencia última de lo sentido, la razón adquiere el sello de lo auténtico, de nuestro ser, de nuestra identidad y, sólo desde nosotros mismos, nuestro ser social nos aparta del rebaño y nos regala un mundo de interacciones ricas con los demás y con la Naturaleza.
Mientras escribo todo esto, te has levantado del sillón, me has dicho: “buenas noches papá, te quiero” y me has dado un beso. Así de simple.
Quisiera enseñarte lo que es la esencia.
Enseñarte a sentir hasta la última hoja que nos rodea, a dejarte llevar por el viento y las olas, a discurrir con el río formando parte de sus aguas, a ser consciente hasta del último trozo de tu piel, a saber aceptar lo que no puedes cambiar, a cambiar lo que no debes aceptar, a saber comprender tu entorno para no sentir miedo, a saber sentir para comprender, a saber dejar la mente en blanco para sentir, a saber abandonar tu cuerpo para dejar la mente en blanco.
Lo esencial es simple. Las complejidades las ponemos nosotros para no entender, porque demasiadas veces no queremos comprender. Somos cómodos, muy cómodos y ésta es la principal fuente de incomodidad. Nos perdemos en palabras e ideales, que muchas veces sólo nos sirven para justificar una forma de vivir que no nos llena pero es la única que queremos conocer...porque somos cómodos, y dejamos de lado la sensibilidad, la simpleza del sentir y dejarse llevar.
Otorgamos el apellido “importante” a demasiadas cosas que no lo son. Creemos en muchas cosas porque nos interesa creer en ellas, porque es más cómodo creer que saber, asimilar lo que nos enseñan que pensar por nosotros mismos, porque es más fácil aprender que desaprender.
Cada uno de nosotros es único....o debiéramos serlo. Pero la educación, la religión, las buenas costumbres, las reglas aceptadas, aunque no pensadas, la interacción con los demás en suma, en vez de hacernos especiales, diferentes, nos homogeniza para sentirnos mejor al formar parte de la manada, pero perdemos nuestra esencia y, al perderla, nos hace sentir solos, incomprendidos, perdidos en un mundo que no entendemos porque no hemos sabido aprehenderlo con nuestros sentidos, nuestros cinco sentidos, sin poner palabras a lo que sentimos.....sólo sentir.
Sólo desde el pensamiento que surge de la Naturaleza, desde la reflexión del entorno que nos rodea, desde la esencia última de lo sentido, la razón adquiere el sello de lo auténtico, de nuestro ser, de nuestra identidad y, sólo desde nosotros mismos, nuestro ser social nos aparta del rebaño y nos regala un mundo de interacciones ricas con los demás y con la Naturaleza.
Mientras escribo todo esto, te has levantado del sillón, me has dicho: “buenas noches papá, te quiero” y me has dado un beso. Así de simple.
domingo, 26 de octubre de 2008
¿Quién y qué nos enriquece?
Tarzán, el inolvidable personaje creado por Edgar Rice Burroughs, fomentó su desarrollo en el contacto con la naturaleza. Aprendió que adaptarse era la única manera de sobrevivir. No sabía matemáticas, física, biología, arte ni tenía la más mínima cultura. No sabía leer ni escribir. Pero era sabio.
Tarzán quizás no nos pudiera enseñar materias que a nosotros nos pueden parecer imprescindibles para crecer. Si esta fuera mi visión, tendría auténticos problemas para crecer de verdad. Las materias nos enseñan pero las experiencias nos enriquecen.
Una persona inculta, salvaje, si la desnudo de mis prejuicios, de las vestimentas inadecuadas para mi propio concepto del vestir, de sus forma rudas no habituales en mi entorno, de su manera de moverse o su mala costumbre de escalar todo árbol con el que se encuentra, si paso de la apariencia a la esencia, puedo volver a encontrarme con el mono que nunca he dejado de ser. Puede enseñarme mi naturaleza más primitiva, la única real y auténtica, sin los artificios de la filosofía, las costumbres o los convencionalismos. Puede enseñarme si estoy dispuesto, no a oír sus palabras y ver sus gestos, sino a sentir/percibir lo que hay o puede haber detrás de lo que muestra.
El hombre, en su pretensión de alejarse del animal, en su afán de civilizarse, se ha deshumanizado y ha pasado de ser animal a alimaña. Hemos llenado nuestra vida de prejuicios y justificaciones. Alimentamos nuestra razón y nos intentamos olvidar de nuestra emoción.
Queremos ser diferentes, no sólo de los animales, sino también del resto de los humanos. Pero me da la impresión de que, cuanto más nos esforzamos en diferenciarnos, más borregos nos hacemos: entramos en tribus que nos hacen distintos de los demás pero iguales que el resto del rebaño. Los miembros de cada tribu se visten de forma similar, hablan de los mismos temas, están de acuerdo en las mismas ideas que consideran importantes. Pero, cuando por circunstancias, nos tenemos que alejar de la tribu, nos sentimos perdidos, inadaptados. Sólo el que pretende no ser diferente, el que busca en sí mismo las preguntas, el que escucha con todo su cerebro y todo su corazón a los demás, es realmente distinto y no precisa esforzarse por ser diferente. Simplemente lo es. Esta persona se sabrá adaptar a cualquier circunstancia y a cualquier persona, porque no juzgará, sólo escuchará y aprenderá, sobre todo de los errores de los demás, porque aprender no sólo es emular lo mejor, que es muy difícil, sino rechazar para sí lo peor.
Durante mis primeros años de existencia viví en un barrio donde la gente, no sólo habitaba, sino que también hablaba y se relacionaba. Había pocos libros y mucha convivencia. Los niños eran niños y ejercían de tales. Éramos educados, no sólo por los padres, sino por el barrio entero. Conocí a todo tipo de personas, chismosas muchas, celosas otras, inflexibles muchas, cultas algunas. Todas conformaron, en parte, mis actitudes ante la vida, todas me hicieron reflexionar o sentir y de ninguna puedo decir que me fuera absolutamente indiferente. Viví en un mundo en que la comunicación no era virtual, sino carne con carne, en que la palabra perdía muchas veces su auténtico significado ante la expresión del que la pronunciaba. Aprendí a oír más allá delo que escuchaba. Oír, ver u oler no es suficiente, hay que saber oír, ver y oler.
La película que más me ha impactado ha sido “Los Dioses deben estar locos”. Los bosquimanos me dieron respuestas a algunas preguntas que los pensadores más concienzudos no me supieron responder.
Tarzán quizás no nos pudiera enseñar materias que a nosotros nos pueden parecer imprescindibles para crecer. Si esta fuera mi visión, tendría auténticos problemas para crecer de verdad. Las materias nos enseñan pero las experiencias nos enriquecen.
Una persona inculta, salvaje, si la desnudo de mis prejuicios, de las vestimentas inadecuadas para mi propio concepto del vestir, de sus forma rudas no habituales en mi entorno, de su manera de moverse o su mala costumbre de escalar todo árbol con el que se encuentra, si paso de la apariencia a la esencia, puedo volver a encontrarme con el mono que nunca he dejado de ser. Puede enseñarme mi naturaleza más primitiva, la única real y auténtica, sin los artificios de la filosofía, las costumbres o los convencionalismos. Puede enseñarme si estoy dispuesto, no a oír sus palabras y ver sus gestos, sino a sentir/percibir lo que hay o puede haber detrás de lo que muestra.
El hombre, en su pretensión de alejarse del animal, en su afán de civilizarse, se ha deshumanizado y ha pasado de ser animal a alimaña. Hemos llenado nuestra vida de prejuicios y justificaciones. Alimentamos nuestra razón y nos intentamos olvidar de nuestra emoción.
Queremos ser diferentes, no sólo de los animales, sino también del resto de los humanos. Pero me da la impresión de que, cuanto más nos esforzamos en diferenciarnos, más borregos nos hacemos: entramos en tribus que nos hacen distintos de los demás pero iguales que el resto del rebaño. Los miembros de cada tribu se visten de forma similar, hablan de los mismos temas, están de acuerdo en las mismas ideas que consideran importantes. Pero, cuando por circunstancias, nos tenemos que alejar de la tribu, nos sentimos perdidos, inadaptados. Sólo el que pretende no ser diferente, el que busca en sí mismo las preguntas, el que escucha con todo su cerebro y todo su corazón a los demás, es realmente distinto y no precisa esforzarse por ser diferente. Simplemente lo es. Esta persona se sabrá adaptar a cualquier circunstancia y a cualquier persona, porque no juzgará, sólo escuchará y aprenderá, sobre todo de los errores de los demás, porque aprender no sólo es emular lo mejor, que es muy difícil, sino rechazar para sí lo peor.
Durante mis primeros años de existencia viví en un barrio donde la gente, no sólo habitaba, sino que también hablaba y se relacionaba. Había pocos libros y mucha convivencia. Los niños eran niños y ejercían de tales. Éramos educados, no sólo por los padres, sino por el barrio entero. Conocí a todo tipo de personas, chismosas muchas, celosas otras, inflexibles muchas, cultas algunas. Todas conformaron, en parte, mis actitudes ante la vida, todas me hicieron reflexionar o sentir y de ninguna puedo decir que me fuera absolutamente indiferente. Viví en un mundo en que la comunicación no era virtual, sino carne con carne, en que la palabra perdía muchas veces su auténtico significado ante la expresión del que la pronunciaba. Aprendí a oír más allá delo que escuchaba. Oír, ver u oler no es suficiente, hay que saber oír, ver y oler.
La película que más me ha impactado ha sido “Los Dioses deben estar locos”. Los bosquimanos me dieron respuestas a algunas preguntas que los pensadores más concienzudos no me supieron responder.
sábado, 25 de octubre de 2008
Verdad, certeza y evidencia
He buscado las definiciones que sobre la verdad hay en distintos diccionarios y enciclopedias y ninguna entrada me ha convencido. He encontrado frases de pensadores brillantes y tampoco me han dado las respuestas esperadas. En el post previo he puesto algunas de las que más me han llamado la atención.
Para mi propia comprensión, prefiero utilizar tres palabras para intentar entender mejor lo que es la verdad: el propio vocablo verdad, la certeza y la evidencia.
Para mí, la verdad no es objetiva. Sólo existe la verdad subjetiva. No hay VERDAD, sólo mi verdad.
Se me podrá decir que las matemáticas son verdad objetiva. Uno más uno siempre son dos. Sin embargo, yo diría que esto es exactitud en unas determinadas condiciones. Una persona más otra siempre forman dos personas, pero esas dos voluntades juntas pueden ser mucho más que dos o mucho menos que una. Con la creatividad puede suceder algo similar. Los dos que crearon Google, ¿lo habrían conseguido por separado?. ¿Asterix hubiera surgido sin el genio sumado de sus dos creadores?. También en estos casos 1+1 consiguen mucho más que dos por separado aunque, matemáticamente, dos sea igual a dos.
Las leyes físicas o biológicas son “verdades” incuestionables. ¿pero lo son de verdad?. Muchas de las fórmulas físicas son verdad...para un entorno determinado que es el planeta Tierra, pero en otros contextos puede que no sirvan. La biología nos explica que, en ciertas condiciones, no es posible la vida y, sin embargo, la vida se encarga de sacarle del error en el río Tinto, y si en nuestro propio planeta se cuestionan estas verdades biológicas, cuanto más no se pondrá en duda en los cientos de miles de millones de planetas que hay. Ya ni el biólogo más audaz es capaz de seguir asegurando que sin agua ni carbono no es posible la vida.
Las “verdades” matemáticas, físicas o biológicas no son verdades en tanto en cuanto no son universales. Son EVIDENCIAS que se cumplen siempre en unas determinadas circunstancias. Y es que, esto, es la EVIDENCIA: en determinadas situaciones y, siempre que se cumplan las mismas condiciones de estudio, los resultados serán siempre los mismos. Pero si se cambian las condiciones los resultados serán diferentes: no son la verdad absoluta y universal que buscamos.
La CERTEZA, para mí, no es más que la necesidad que tiene el ser humano de creer su propia verdad. Es la principal fuerza que nos aleja del miedo. Sin certeza no hay confianza y, sin ella, todo se desmorona a nuestro alrededor.
Sin embargo, a mí me gusta reivindicar la incertidumbre. Es verdad que la certeza aleja del miedo, pero también aleja del crecimiento. Estar en posesión de la verdad es el primer paso para crear el dogma y, del dogma a la imposición de nuestra verdad, sólo hay un paso.
La certeza sólo tiene respuestas. La incertidumbre sólo hace preguntas.
La certeza se expande, la incertidumbre crea.
La certeza obliga, la incertidumbre investiga.
La certeza se conforma, la incertidumbre es inconformista.
La certeza se autoalimenta, la incertidumbre está hambrienta.
La certeza ancla al pasado, la incertidumbre observa el presente y se plantea los futuros.
Para mi propia comprensión, prefiero utilizar tres palabras para intentar entender mejor lo que es la verdad: el propio vocablo verdad, la certeza y la evidencia.
Para mí, la verdad no es objetiva. Sólo existe la verdad subjetiva. No hay VERDAD, sólo mi verdad.
Se me podrá decir que las matemáticas son verdad objetiva. Uno más uno siempre son dos. Sin embargo, yo diría que esto es exactitud en unas determinadas condiciones. Una persona más otra siempre forman dos personas, pero esas dos voluntades juntas pueden ser mucho más que dos o mucho menos que una. Con la creatividad puede suceder algo similar. Los dos que crearon Google, ¿lo habrían conseguido por separado?. ¿Asterix hubiera surgido sin el genio sumado de sus dos creadores?. También en estos casos 1+1 consiguen mucho más que dos por separado aunque, matemáticamente, dos sea igual a dos.
Las leyes físicas o biológicas son “verdades” incuestionables. ¿pero lo son de verdad?. Muchas de las fórmulas físicas son verdad...para un entorno determinado que es el planeta Tierra, pero en otros contextos puede que no sirvan. La biología nos explica que, en ciertas condiciones, no es posible la vida y, sin embargo, la vida se encarga de sacarle del error en el río Tinto, y si en nuestro propio planeta se cuestionan estas verdades biológicas, cuanto más no se pondrá en duda en los cientos de miles de millones de planetas que hay. Ya ni el biólogo más audaz es capaz de seguir asegurando que sin agua ni carbono no es posible la vida.
Las “verdades” matemáticas, físicas o biológicas no son verdades en tanto en cuanto no son universales. Son EVIDENCIAS que se cumplen siempre en unas determinadas circunstancias. Y es que, esto, es la EVIDENCIA: en determinadas situaciones y, siempre que se cumplan las mismas condiciones de estudio, los resultados serán siempre los mismos. Pero si se cambian las condiciones los resultados serán diferentes: no son la verdad absoluta y universal que buscamos.
La CERTEZA, para mí, no es más que la necesidad que tiene el ser humano de creer su propia verdad. Es la principal fuerza que nos aleja del miedo. Sin certeza no hay confianza y, sin ella, todo se desmorona a nuestro alrededor.
Sin embargo, a mí me gusta reivindicar la incertidumbre. Es verdad que la certeza aleja del miedo, pero también aleja del crecimiento. Estar en posesión de la verdad es el primer paso para crear el dogma y, del dogma a la imposición de nuestra verdad, sólo hay un paso.
La certeza sólo tiene respuestas. La incertidumbre sólo hace preguntas.
La certeza se expande, la incertidumbre crea.
La certeza obliga, la incertidumbre investiga.
La certeza se conforma, la incertidumbre es inconformista.
La certeza se autoalimenta, la incertidumbre está hambrienta.
La certeza ancla al pasado, la incertidumbre observa el presente y se plantea los futuros.
La verdad
El lenguaje de la verdad debe ser, sin duda alguna, simple y sin artificios.
Séneca
La verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad, con el apresuramiento y la incertidumbre.
Tácito
Si los hombres, una vez que han hallado la verdad, no volviesen a retorcerla, me daría por satisfecho.
Goethe
Si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre.
Einstein
La manera como se presentan las cosas no es la manera como son; y si las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría.
Marx
Intento comprender la verdad, aunque esto comprometa mi ideología.
Graham Greene
La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad.
Sir Francis Bacon
Sólo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa.
Andre Maurois
Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado.
George Sand
Tu verdad no; la verdad / y ven conmigo a buscarla. /La tuya, guárdatela.
Antonio Machado
Si buscas la verdad, podrás encontrar confort al final; si buscas confort, no encontrarás ni verdad ni confort.
Clive Staples Lewis
La astucia puede tener vestidos, pero a la verdad le gusta ir desnuda.
Thomas Fuller
Lo malo de los que se creen en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarlo no aciertan ni una.
Camilo José Cela
Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado.
Andre Gide
No es en los hombres, sino en las cosas mismas, donde es preciso buscar la verdad.
Platón
Verdad es lo que la mayoría ve como verdad, pero la mayoría también puede cambiar de opinión a lo largo de la historia.
Salman Rushdie
Las verdades se convierten en dogmas desde el momento en que comienzan a ser discutidas.
G.K. Chesterton
Séneca
La verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad, con el apresuramiento y la incertidumbre.
Tácito
Si los hombres, una vez que han hallado la verdad, no volviesen a retorcerla, me daría por satisfecho.
Goethe
Si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre.
Einstein
La manera como se presentan las cosas no es la manera como son; y si las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría.
Marx
Intento comprender la verdad, aunque esto comprometa mi ideología.
Graham Greene
La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad.
Sir Francis Bacon
Sólo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa.
Andre Maurois
Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado.
George Sand
Tu verdad no; la verdad / y ven conmigo a buscarla. /La tuya, guárdatela.
Antonio Machado
Si buscas la verdad, podrás encontrar confort al final; si buscas confort, no encontrarás ni verdad ni confort.
Clive Staples Lewis
La astucia puede tener vestidos, pero a la verdad le gusta ir desnuda.
Thomas Fuller
Lo malo de los que se creen en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarlo no aciertan ni una.
Camilo José Cela
Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado.
Andre Gide
No es en los hombres, sino en las cosas mismas, donde es preciso buscar la verdad.
Platón
Verdad es lo que la mayoría ve como verdad, pero la mayoría también puede cambiar de opinión a lo largo de la historia.
Salman Rushdie
Las verdades se convierten en dogmas desde el momento en que comienzan a ser discutidas.
G.K. Chesterton
viernes, 24 de octubre de 2008
La ví pasar
Los ví pasar...la sonrisa, el árbol y el niño....Los ví pasar,
la azucena, el beso y la lluvia
Los ví pasar,
desde mi balcón, en mi silla de nea
Los ví pasar.....los ví pasar
Y en mi habitación henchida de silencios
dormidos susurros, miedos encontrados
me impedían huir
y...... sólo veía pasar
el río con las mismas aguas, siempre diferentes
lo ví pasar,
entre paseos secretos a los amantes
los ví pasar,
con sus risas de amor y sus besos robados
en la noche sin luna,
los ví, sí, los ví
porque los sentí pasar
mi balcón, mi silla y mi habitación quedaban
y desde ellos, mis ojos muertos, mi muerte en vida
la ví pasar..... a la vida... la ví pasar.....
A la vida dejé pasar.
la azucena, el beso y la lluvia
Los ví pasar,
desde mi balcón, en mi silla de nea
Los ví pasar.....los ví pasar
Y en mi habitación henchida de silencios
dormidos susurros, miedos encontrados
me impedían huir
y...... sólo veía pasar
el río con las mismas aguas, siempre diferentes
lo ví pasar,
entre paseos secretos a los amantes
los ví pasar,
con sus risas de amor y sus besos robados
en la noche sin luna,
los ví, sí, los ví
porque los sentí pasar
mi balcón, mi silla y mi habitación quedaban
y desde ellos, mis ojos muertos, mi muerte en vida
la ví pasar..... a la vida... la ví pasar.....
A la vida dejé pasar.
jueves, 23 de octubre de 2008
El niño de las sonrisas imposibles
El caballero de las sonrisas imposibles y las miradas limpias.
Nació siendo especial. Supongo que hubo una extraña conjugación de estrellas, las más brillantes sin duda, para que una sonrisa pudiese llegar a adquirir el verdadero matiz de la felicidad. Hay sonrisas socarronas, educadas, tímidas e incluso malvadas. Pero la sonrisa de este caballero es única porque, nadie más, es capaz de reír con los ojos, los labios y todo el cuerpo, dejando en el aire un halo de paz, ternura y bienestar como él.
No creáis que tuvo una infancia fácil….afortunadamente. El primer año de colegio fue maltratado por su maestra…..y perdió toda la confianza, primero en los demás y después en sí mismo. El niño con sonrisa tranquila se transformó en el niño de vida rápida y sonrisa preñada de ansiedad. Todo le tenía que salir perfecto buscando, en la aprobación y el aplauso de los demás, el bienestar y la confianza que no poseía. Pero, por más que se esforzaba, aún haciendo las cosas bien, nada le salía perfecto y toda su autoestima, basada en las hazañas que quería realizar, se veía mermada por unos logros inferiores a los que deseaba. Creo que, en ocasiones, no se sintió querido ni por sus padres ni por sus hermanas.
Esta situación está cambiando, y mucho. Nunca le ha faltado el amor de su familia…..sólo le faltaba quererse a sí mismo. La mirada torva que buscaba el beneplácito de los demás, se está convirtiendo en unos ojos radiantes como el sol y dulces como la luna que relucen con la bondad que rezuma de su corazón.
Hijo, no tienes nada que demostrar ni demostrarte. Tu mirada limpia revela quien eres y lo que eres. Esa mirada limpia consérvala siempre, porque te capacita para contemplar la vida desde la perspectiva de la honestidad y la bondad.
Te quiero tanto, tanto, que adoro tus sonrisas imposibles y tu mirada limpia de la misma forma que me conmueven tus miradas torvas y tus risas de ansiedad. Adoro tu alegría, porque es tuya y adoro tus lágrimas porque parten de ti.
Te quiero sin porqués ni para qués.
Te quiero, no porque seas mi hijo, sino porque un rizo de tu pelo enredó mi corazón, un guiño de tus ojos destapó mis sentimientos y una mirada limpia, con una sonrisa imposible, los hizo florecer hasta convertirse en el jardín más bello y perfumado del mundo. Un jardín único, como tú, en donde sólo crece la flor del amor.
Te quiere con locura el hombre más cuerdo del mundo: tu padre.
Nació siendo especial. Supongo que hubo una extraña conjugación de estrellas, las más brillantes sin duda, para que una sonrisa pudiese llegar a adquirir el verdadero matiz de la felicidad. Hay sonrisas socarronas, educadas, tímidas e incluso malvadas. Pero la sonrisa de este caballero es única porque, nadie más, es capaz de reír con los ojos, los labios y todo el cuerpo, dejando en el aire un halo de paz, ternura y bienestar como él.
No creáis que tuvo una infancia fácil….afortunadamente. El primer año de colegio fue maltratado por su maestra…..y perdió toda la confianza, primero en los demás y después en sí mismo. El niño con sonrisa tranquila se transformó en el niño de vida rápida y sonrisa preñada de ansiedad. Todo le tenía que salir perfecto buscando, en la aprobación y el aplauso de los demás, el bienestar y la confianza que no poseía. Pero, por más que se esforzaba, aún haciendo las cosas bien, nada le salía perfecto y toda su autoestima, basada en las hazañas que quería realizar, se veía mermada por unos logros inferiores a los que deseaba. Creo que, en ocasiones, no se sintió querido ni por sus padres ni por sus hermanas.
Esta situación está cambiando, y mucho. Nunca le ha faltado el amor de su familia…..sólo le faltaba quererse a sí mismo. La mirada torva que buscaba el beneplácito de los demás, se está convirtiendo en unos ojos radiantes como el sol y dulces como la luna que relucen con la bondad que rezuma de su corazón.
Hijo, no tienes nada que demostrar ni demostrarte. Tu mirada limpia revela quien eres y lo que eres. Esa mirada limpia consérvala siempre, porque te capacita para contemplar la vida desde la perspectiva de la honestidad y la bondad.
Te quiero tanto, tanto, que adoro tus sonrisas imposibles y tu mirada limpia de la misma forma que me conmueven tus miradas torvas y tus risas de ansiedad. Adoro tu alegría, porque es tuya y adoro tus lágrimas porque parten de ti.
Te quiero sin porqués ni para qués.
Te quiero, no porque seas mi hijo, sino porque un rizo de tu pelo enredó mi corazón, un guiño de tus ojos destapó mis sentimientos y una mirada limpia, con una sonrisa imposible, los hizo florecer hasta convertirse en el jardín más bello y perfumado del mundo. Un jardín único, como tú, en donde sólo crece la flor del amor.
Te quiere con locura el hombre más cuerdo del mundo: tu padre.
miércoles, 22 de octubre de 2008
Orígenes de la violencia
Para comenzar, hay que distinguir entre agresividad y violencia.
AGRESIVIDAD
La agresividad es innata. Todos debemos nacer con un cierto grado de agresividad. Serán los genes y las influencias hormonales los que decidan cuanto tiene cada persona. El hombre es genéticamente (cromosoma Y) y hormonalmente (hormonas andrógenas) más agresivo que la mujer, aunque por supuesto hay excepciones a esta regla.
La agresividad nos ha permitido sobrevivir a los condicionantes naturales. Conforme nos hemos socializado hemos ido cambiando el tipo de agresividad, desde una más física/corporal, a una agresividad más mental, para adaptarnos mejor al entorno en que nos desenvolvemos. Recalco la palabra adaptarnos, al hablar de agresividad, porque es una de las fuerzas más poderosas para acomodarnos mejor al medio.
Dependiendo de como gestionemos nuestra agresividad obtendremos resultados distintos:
Una de las acepciones para la palabra agresividad según la RAE es: Brío, pujanza, decisión para emprender algo y arrostrar sus dificultades. Ghandi o la Madre Teresa de Calcuta no habrían conseguido sus éxitos sin una buena ración de agresividad Muchos de los grandes logros de la Humanidad provienen de una gestión apropiada de la agresividad.
Sin embargo, otra entrada para agresividad de la RAE es: Tendencia a actuar o a responder violentamente. Recordemos a Hitler.
Todos los niños nacen con su ración de agresividad intacta. Serán los padres y el entorno los que deban ayudar a que el niño gestione de la mejor manera posible su agresividad. Ojo, digo gestionar, no aniquilar.
VIOLENCIA
Es la agresividad enfocada a hacer daño. Dado que el hombre es más agresivo, también tiene tendencia a ser más violento.
La violencia no es buena ni mala. Depende de cuando y porqué se use. Si es ofensiva o defensiva. Si es para desterrar injusticias o aumentar privilegios. Desterrar la violencia del mundo es un ideal, muy bonito y plausible pero, imposible. En un mundo habitado por seres iguales a Mr Spock, sin emociones y sin agresividad sería posible, pero en un mundo emocional, no. Los slogans bien intencionados del NO A LA GUERRA, por sistema, no me parecen adecuados. Prefiero el NO A ESTA GUERRA.
La violencia usada como arma desde una posición de poder para doblegar al débil (al fin y al cabo, la forma más generalizada de violencia en cualquier ámbito) me parece deplorable y es nuestra asignatura pendiente.
Estoy absolutamente convencido de que la mejor manera de luchar contra la violencia es evitando el maltrato infantil. Es la más importante de atajar, porque es el origen de la mayor parte de todas las violencias. “Para que desaparezca el lago antes hay que secar el río”. No es la única fuente, pero sí la más importante. No todos los niños maltratados serán violentos, pero sí se conoce por estudios científicos que la mayoría de los comportamientos violentos se dan en adultos que fueron objeto de maltrato infantil.
Cuando hablo de maltrato infantil me refiero a malos tratos lesivos, abusos sexuales, torturas y privaciones continuadas e incluso, transmisión de ideas dogmáticas de poder, por ejemplo machismo, racismo o xenofobia.
Los gobiernos hacen poco o nada al respecto. Los niños no tienen grupo de presión. El nuestro se preocupa de la violencia contra la mujer de manera desproporcionada a lo que dedica a la violencia infantil. Los grupos de presión han orientado la lucha a “secar el lago” sin hacer verdaderos esfuerzos para “secar el río que alimenta al lago”.
Algunos países están emprendiendo con éxito algunos de estos desafíos. Por ejemplo, hay casos en los que se puede acceder gratuitamente a prestaciones sociales diseñadas para madres con problemas evidentes a la hora de criar a sus recién nacidos: futuras madres con enfermedades mentales o depresiones agudas, entornos violentos o situaciones muy marginales.
AGRESIVIDAD
La agresividad es innata. Todos debemos nacer con un cierto grado de agresividad. Serán los genes y las influencias hormonales los que decidan cuanto tiene cada persona. El hombre es genéticamente (cromosoma Y) y hormonalmente (hormonas andrógenas) más agresivo que la mujer, aunque por supuesto hay excepciones a esta regla.
La agresividad nos ha permitido sobrevivir a los condicionantes naturales. Conforme nos hemos socializado hemos ido cambiando el tipo de agresividad, desde una más física/corporal, a una agresividad más mental, para adaptarnos mejor al entorno en que nos desenvolvemos. Recalco la palabra adaptarnos, al hablar de agresividad, porque es una de las fuerzas más poderosas para acomodarnos mejor al medio.
Dependiendo de como gestionemos nuestra agresividad obtendremos resultados distintos:
Una de las acepciones para la palabra agresividad según la RAE es: Brío, pujanza, decisión para emprender algo y arrostrar sus dificultades. Ghandi o la Madre Teresa de Calcuta no habrían conseguido sus éxitos sin una buena ración de agresividad Muchos de los grandes logros de la Humanidad provienen de una gestión apropiada de la agresividad.
Sin embargo, otra entrada para agresividad de la RAE es: Tendencia a actuar o a responder violentamente. Recordemos a Hitler.
Todos los niños nacen con su ración de agresividad intacta. Serán los padres y el entorno los que deban ayudar a que el niño gestione de la mejor manera posible su agresividad. Ojo, digo gestionar, no aniquilar.
VIOLENCIA
Es la agresividad enfocada a hacer daño. Dado que el hombre es más agresivo, también tiene tendencia a ser más violento.
La violencia no es buena ni mala. Depende de cuando y porqué se use. Si es ofensiva o defensiva. Si es para desterrar injusticias o aumentar privilegios. Desterrar la violencia del mundo es un ideal, muy bonito y plausible pero, imposible. En un mundo habitado por seres iguales a Mr Spock, sin emociones y sin agresividad sería posible, pero en un mundo emocional, no. Los slogans bien intencionados del NO A LA GUERRA, por sistema, no me parecen adecuados. Prefiero el NO A ESTA GUERRA.
La violencia usada como arma desde una posición de poder para doblegar al débil (al fin y al cabo, la forma más generalizada de violencia en cualquier ámbito) me parece deplorable y es nuestra asignatura pendiente.
Estoy absolutamente convencido de que la mejor manera de luchar contra la violencia es evitando el maltrato infantil. Es la más importante de atajar, porque es el origen de la mayor parte de todas las violencias. “Para que desaparezca el lago antes hay que secar el río”. No es la única fuente, pero sí la más importante. No todos los niños maltratados serán violentos, pero sí se conoce por estudios científicos que la mayoría de los comportamientos violentos se dan en adultos que fueron objeto de maltrato infantil.
Cuando hablo de maltrato infantil me refiero a malos tratos lesivos, abusos sexuales, torturas y privaciones continuadas e incluso, transmisión de ideas dogmáticas de poder, por ejemplo machismo, racismo o xenofobia.
Los gobiernos hacen poco o nada al respecto. Los niños no tienen grupo de presión. El nuestro se preocupa de la violencia contra la mujer de manera desproporcionada a lo que dedica a la violencia infantil. Los grupos de presión han orientado la lucha a “secar el lago” sin hacer verdaderos esfuerzos para “secar el río que alimenta al lago”.
Algunos países están emprendiendo con éxito algunos de estos desafíos. Por ejemplo, hay casos en los que se puede acceder gratuitamente a prestaciones sociales diseñadas para madres con problemas evidentes a la hora de criar a sus recién nacidos: futuras madres con enfermedades mentales o depresiones agudas, entornos violentos o situaciones muy marginales.
martes, 21 de octubre de 2008
Estudio del sexo
El sexo se conoce desde antiguo.
Sexudos investigadores de la Universidad de Piensaconlacola (USA) hallaron restos humanos de hace 6000 años en posición, usando el término científico, “a cuatro patas”. Tras este hallazgo el sexo se data en, al menos, 6000 años.
Otros autores más metafóricos creen que es aún más anterior. En algunas pinturas rupestres, se ven ciervos, caballos, hombres con flechas y hasta con lanzas y, en muchas de estas representaciones, sólo se ven cinco figuras, cinco.....por el culo o el coño te la hinco. Y no hablemos de los hallazgos en Logroño....Los hincas del Perú perfeccionaron hasta el extremo el arte del cinco (pero no el de Logroño).
No se vuelve a practicar sexo hasta la época de Julio César, cuando exclamó: Bruto, tú también hijo mío, mientras le daban por culo.
Posteriormente, se ha ido generalizando su uso y, hoy en día, es posible encontrar en Internet alguna que otra página dedicada al estudio de este apasionante tema.
Existen diversos tipos de sexo.
Sexo horal: se practica con el reloj. No suele gustar a las mujeres porque, cuando los hombres dan en punto, ellas aún van por la media.
Sexo anal: sólo se practica con mujeres denominadas comúnmente “Ana”.
Sexo vecinal: consiste en introducir el pene en la reunión anual de propietarios de la Comunidad. (¿O era vaginal?)
Sexo clitoridiano: todo el mundo sabe que no existe.
Sexo metrosexual: esperemos que tampoco exista.
Sexo homosexual: sólo se puede practicar con homos sexis.
Sexo henterosexual: hasta se desnudan y todo.
Sexo monosexual: se practica solo, o con un único primate.
Sexo bisexual: con dos primates.
Sexo plurisexual: con tres o más primates.
Prácticas sexuales habituales:
Genito-genitales.
Genito-anales.
Oro-genitales.
Oro-anales.
Oro-orales.
Dígito-genitales.
Dígito-anales.
Dígito-digitales.?????.
Tipos de orgasmos
Nuestro organismo contiene multitud de orgasmos: orgasmo hepático, orgasmo renal y los orgasmos de los sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto.
Tipos de erecciones
Erecciones generales: todos se ponen de acuerdo para celebrar una erección en un día determinado. Se empieza a las 8 de la mañana y se termina a las 8 de la tarde. Después se cuentan y se asignan los escoños.
Erecciones locales: son un poco más privadas que las anteriores.
Erecciones autonómicas: no hay control. Se convocan recién despertados por las mañanas.
Espero que este compendio sirva para generalizar una práctica que, hoy en día, sólo la cultivan algunas minorías ilustradas.
Sexudos investigadores de la Universidad de Piensaconlacola (USA) hallaron restos humanos de hace 6000 años en posición, usando el término científico, “a cuatro patas”. Tras este hallazgo el sexo se data en, al menos, 6000 años.
Otros autores más metafóricos creen que es aún más anterior. En algunas pinturas rupestres, se ven ciervos, caballos, hombres con flechas y hasta con lanzas y, en muchas de estas representaciones, sólo se ven cinco figuras, cinco.....por el culo o el coño te la hinco. Y no hablemos de los hallazgos en Logroño....Los hincas del Perú perfeccionaron hasta el extremo el arte del cinco (pero no el de Logroño).
No se vuelve a practicar sexo hasta la época de Julio César, cuando exclamó: Bruto, tú también hijo mío, mientras le daban por culo.
Posteriormente, se ha ido generalizando su uso y, hoy en día, es posible encontrar en Internet alguna que otra página dedicada al estudio de este apasionante tema.
Existen diversos tipos de sexo.
Sexo horal: se practica con el reloj. No suele gustar a las mujeres porque, cuando los hombres dan en punto, ellas aún van por la media.
Sexo anal: sólo se practica con mujeres denominadas comúnmente “Ana”.
Sexo vecinal: consiste en introducir el pene en la reunión anual de propietarios de la Comunidad. (¿O era vaginal?)
Sexo clitoridiano: todo el mundo sabe que no existe.
Sexo metrosexual: esperemos que tampoco exista.
Sexo homosexual: sólo se puede practicar con homos sexis.
Sexo henterosexual: hasta se desnudan y todo.
Sexo monosexual: se practica solo, o con un único primate.
Sexo bisexual: con dos primates.
Sexo plurisexual: con tres o más primates.
Prácticas sexuales habituales:
Genito-genitales.
Genito-anales.
Oro-genitales.
Oro-anales.
Oro-orales.
Dígito-genitales.
Dígito-anales.
Dígito-digitales.?????.
Tipos de orgasmos
Nuestro organismo contiene multitud de orgasmos: orgasmo hepático, orgasmo renal y los orgasmos de los sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto.
Tipos de erecciones
Erecciones generales: todos se ponen de acuerdo para celebrar una erección en un día determinado. Se empieza a las 8 de la mañana y se termina a las 8 de la tarde. Después se cuentan y se asignan los escoños.
Erecciones locales: son un poco más privadas que las anteriores.
Erecciones autonómicas: no hay control. Se convocan recién despertados por las mañanas.
Espero que este compendio sirva para generalizar una práctica que, hoy en día, sólo la cultivan algunas minorías ilustradas.
Proceso científico versus dogmatismo
Proceso científico versus dogmatismo.
Cuando se piensa en un científico se suele tener la imagen de un genio medio chiflado, que sabe un montón de matemáticas, física o química.
Este no es el concepto que tengo. El científico para mí es una persona curiosa que no se conforma con las verdades dogmáticas. Cuestiona lo aprendido y desaprende cuando la evidencia lo demuestra.
Un científico se caracteriza por utilizar lo que se denomina método científico, que no es otra cosa que sentir curiosidad por lo que le rodea, preguntarse los porqués y someter a la experimentación y a la prueba las hipótesis midiendo con precisión los procesos observados.
La ciencia no sólo nos hace vivir más cómodos o matar de forma más eficaz (como cualquier herramienta humana puede ser positiva o negativa según el uso que le le dé), para mí va mucho más allá de lo material: tiene unas enormes posibilidades pacificadoras y solucionadora de conflictos. La extensión popular de la ciencia es el mejor fortín contra la sinrazón y violencia de los actos derivados del pensamiento dogmático.
Nos educan (adoctrinan) bajo un perfil autoritario. Nos dicen lo que está bien o mal. La discrepancia sobre los principios aceptados por la mayoría de la sociedad, habitualmente basados en la “tradición más que en la razón” provoca rechazo social.
Gran parte del sufrimiento ocasionado a lo largo de los siglos se debe a actitudes dogmáticas en la búsqueda de soluciones. Se culpa de la mayoría de nuestras penas, sin prueba ni fundamento científico, a los herejes, judíos, banqueros o cualquier colectivo que nos indiquen nuestros prejuicios.
Al dogmático le será cada vez más difícil catequizar, a medida que la gente descubra que el método científico da respuestas donde antes sólo podía existir la fé.
Como dice Eduard Punset: “La substitución progresiva del conocimiento, o más bien del desconocimiento dogmático, por el proceso científico conduce, inevitablemente, a sociedades más abiertas, menos herméticas; más cuestionantes, menos intransigentes; más dadas al consenso, menos impostoras; más justas y menos insolidarias.”
Por supuesto, siempre habrá incrédulos con la ciencia y crédulos para la fé, pero irán siendo los menos.
La ciencia intenta acabar con el dogmatismo pero, para conseguirlo, ella misma debe erradicar su propio dogmatismo. No vale aquello de: lo que no se puede demostrar no existe. Más bien hay que cambiarlo por “lo que no se puede demostrar es porque aún no existe la herramienta adecuada para medirlo.”
Otra cuestión, que puede servir para otra reflexión, es la calidad (o más bien, la total falta de calidad) de muchos experimentos científicos. Lo que es cierto es que la herramienta, el proceso científico, es magnífica. Un magnífico pincel en las peores manos, nunca va a proporcionar un buen cuadro.
Cuando se piensa en un científico se suele tener la imagen de un genio medio chiflado, que sabe un montón de matemáticas, física o química.
Este no es el concepto que tengo. El científico para mí es una persona curiosa que no se conforma con las verdades dogmáticas. Cuestiona lo aprendido y desaprende cuando la evidencia lo demuestra.
Un científico se caracteriza por utilizar lo que se denomina método científico, que no es otra cosa que sentir curiosidad por lo que le rodea, preguntarse los porqués y someter a la experimentación y a la prueba las hipótesis midiendo con precisión los procesos observados.
La ciencia no sólo nos hace vivir más cómodos o matar de forma más eficaz (como cualquier herramienta humana puede ser positiva o negativa según el uso que le le dé), para mí va mucho más allá de lo material: tiene unas enormes posibilidades pacificadoras y solucionadora de conflictos. La extensión popular de la ciencia es el mejor fortín contra la sinrazón y violencia de los actos derivados del pensamiento dogmático.
Nos educan (adoctrinan) bajo un perfil autoritario. Nos dicen lo que está bien o mal. La discrepancia sobre los principios aceptados por la mayoría de la sociedad, habitualmente basados en la “tradición más que en la razón” provoca rechazo social.
Gran parte del sufrimiento ocasionado a lo largo de los siglos se debe a actitudes dogmáticas en la búsqueda de soluciones. Se culpa de la mayoría de nuestras penas, sin prueba ni fundamento científico, a los herejes, judíos, banqueros o cualquier colectivo que nos indiquen nuestros prejuicios.
Al dogmático le será cada vez más difícil catequizar, a medida que la gente descubra que el método científico da respuestas donde antes sólo podía existir la fé.
Como dice Eduard Punset: “La substitución progresiva del conocimiento, o más bien del desconocimiento dogmático, por el proceso científico conduce, inevitablemente, a sociedades más abiertas, menos herméticas; más cuestionantes, menos intransigentes; más dadas al consenso, menos impostoras; más justas y menos insolidarias.”
Por supuesto, siempre habrá incrédulos con la ciencia y crédulos para la fé, pero irán siendo los menos.
La ciencia intenta acabar con el dogmatismo pero, para conseguirlo, ella misma debe erradicar su propio dogmatismo. No vale aquello de: lo que no se puede demostrar no existe. Más bien hay que cambiarlo por “lo que no se puede demostrar es porque aún no existe la herramienta adecuada para medirlo.”
Otra cuestión, que puede servir para otra reflexión, es la calidad (o más bien, la total falta de calidad) de muchos experimentos científicos. Lo que es cierto es que la herramienta, el proceso científico, es magnífica. Un magnífico pincel en las peores manos, nunca va a proporcionar un buen cuadro.
lunes, 20 de octubre de 2008
Derecha e izquierda. Conservador y progresista
Derecha e izquierda
La derecha, más que un conjunto de pensamientos o ideas, son un conglomerado de normas dogmáticas, generalmente no asociadas a un razonamiento lógico, en torno a las cuales se construye una forma de vida, en la que el pensamiento crítico no cabe. Se suelen unir en torno a tres puntos básicos: Patria, Dios y Familia. Nada es discutible, porque son conceptos etéreos, basados en la fe y no en la razón.
Sólo hay un tipo de patria razonable, la que marca las fronteras de su propio país, al que hay que defender, incluso hasta la muerte, se tenga o no se tenga razón en caso de conflicto con la patria de los otros.
Dios existe y todas nuestras acciones están guiadas por ese Dios que, en correspondencia, nos bendice por encima de los no creyentes. Es nuestra obligación hacer proselitismo sobre nuestra religión y, en ocasiones extremas, imponer por la fuerza nuestra fe.
Sólo hay un tipo de familia: la que forman un hombre, una mujer y, en su caso, los hijos. Todo lo demás debe estar prohibido o mal visto.
La derecha no tiene porque ser capitalista. En Occidente, es cierto que ha abrazado el capitalismo pero, a lo largo de la historia, muchas civilizaciones han sido de derechas, con las tres características citadas, y no han tenido un sistema capitalista. Irán, en la actualidad, es una sociedad de derechas no capitalista.
La izquierda sí es un ideal, una aspiración. Es la consecuencia natural de la desigualdad social. Supone el intento de igualar a los ciudadanos. Todos deben tener los mismos derechos, deberes y oportunidades. Se establece, de esta forma, un compromiso de respeto hacia el que es diferente.
La izquierda no tiene porqué ser marxista. En nuestro entorno, aunque la veamos como sinónimo de socialista, la izquierda ha existido siempre. Sí es cierto que Marx dió a la izquierda una dialéctica y un pensamiento poderoso, lleno de lógica y razonamiento, pero no se le puede considerar como el fundador de la izquierda. Espartaco era de izquierdas, la Revolución francesa también y, en general, tantos movimientos a lo largo de la Historia que han luchado contra un poder establecido e injusto que trataba con desigualdad manifiesta a los individuos.
Conservadores y progresistas
Ser progresista es estar abierto a los cambios. Ser conservador es adaptarse al entorno conocido, posiblemente por miedo al cambio.
Bajo mi punto de vista, no tiene nada que ver con la izquierda y la derecha. En España la izquierda es progresista y la derecha conservadora. En China, Cuba o la antigua Unión Soviética, la izquierda es la conservadora y la derecha la progresista.
Ser conservador o progresista creo que tiene más que ver con la carga genética y con la esencia misma de una persona que de las ideas, el entorno o la educación recibida, aunque tampoco hay que desechar el entorno. Dos gemelos, por tanto con carga genética idéntica, que hayan crecido separados en Cuba y en USA, serán probablemente ambos conservadores (uno sin embargo de izquierdas y otro de derechas)....o viceversa, ambos progresistas: uno antisistema y otro anticastrista.
Me baso para realizar esta afirmación en un trabajo de John Alford sobre 8000 hermanos, unos gemelos (tienen los mismos genes) y otros mellizos (no comparten el mismo material genético). Teniendo en cuanto que tanto los gemelos como los mellizos comparten la misma educación, edad y entorno, Alford demostró que los gemelos tienden a tener las mismas actitudes sociales, ambos son conservadores o ambos son progresistas, mientras que los mellizos difieren significativamente en su forma de pensar.
Como decía en una entrada previa, no soy seguidor del determinismo genético. El entorno, la educación, la propia voluntad y el esfuerzo pueden ser más influyentes que los genes, pero éstos pueden ayudar a explicar muchas de nuestras distintas actitudes.
La esencia última de la derecha, la izquierda, lo conservador y lo progresista, difieren mucho del concepto al uso.
La derecha, más que un conjunto de pensamientos o ideas, son un conglomerado de normas dogmáticas, generalmente no asociadas a un razonamiento lógico, en torno a las cuales se construye una forma de vida, en la que el pensamiento crítico no cabe. Se suelen unir en torno a tres puntos básicos: Patria, Dios y Familia. Nada es discutible, porque son conceptos etéreos, basados en la fe y no en la razón.
Sólo hay un tipo de patria razonable, la que marca las fronteras de su propio país, al que hay que defender, incluso hasta la muerte, se tenga o no se tenga razón en caso de conflicto con la patria de los otros.
Dios existe y todas nuestras acciones están guiadas por ese Dios que, en correspondencia, nos bendice por encima de los no creyentes. Es nuestra obligación hacer proselitismo sobre nuestra religión y, en ocasiones extremas, imponer por la fuerza nuestra fe.
Sólo hay un tipo de familia: la que forman un hombre, una mujer y, en su caso, los hijos. Todo lo demás debe estar prohibido o mal visto.
La derecha no tiene porque ser capitalista. En Occidente, es cierto que ha abrazado el capitalismo pero, a lo largo de la historia, muchas civilizaciones han sido de derechas, con las tres características citadas, y no han tenido un sistema capitalista. Irán, en la actualidad, es una sociedad de derechas no capitalista.
La izquierda sí es un ideal, una aspiración. Es la consecuencia natural de la desigualdad social. Supone el intento de igualar a los ciudadanos. Todos deben tener los mismos derechos, deberes y oportunidades. Se establece, de esta forma, un compromiso de respeto hacia el que es diferente.
La izquierda no tiene porqué ser marxista. En nuestro entorno, aunque la veamos como sinónimo de socialista, la izquierda ha existido siempre. Sí es cierto que Marx dió a la izquierda una dialéctica y un pensamiento poderoso, lleno de lógica y razonamiento, pero no se le puede considerar como el fundador de la izquierda. Espartaco era de izquierdas, la Revolución francesa también y, en general, tantos movimientos a lo largo de la Historia que han luchado contra un poder establecido e injusto que trataba con desigualdad manifiesta a los individuos.
Conservadores y progresistas
Ser progresista es estar abierto a los cambios. Ser conservador es adaptarse al entorno conocido, posiblemente por miedo al cambio.
Bajo mi punto de vista, no tiene nada que ver con la izquierda y la derecha. En España la izquierda es progresista y la derecha conservadora. En China, Cuba o la antigua Unión Soviética, la izquierda es la conservadora y la derecha la progresista.
Ser conservador o progresista creo que tiene más que ver con la carga genética y con la esencia misma de una persona que de las ideas, el entorno o la educación recibida, aunque tampoco hay que desechar el entorno. Dos gemelos, por tanto con carga genética idéntica, que hayan crecido separados en Cuba y en USA, serán probablemente ambos conservadores (uno sin embargo de izquierdas y otro de derechas)....o viceversa, ambos progresistas: uno antisistema y otro anticastrista.
Me baso para realizar esta afirmación en un trabajo de John Alford sobre 8000 hermanos, unos gemelos (tienen los mismos genes) y otros mellizos (no comparten el mismo material genético). Teniendo en cuanto que tanto los gemelos como los mellizos comparten la misma educación, edad y entorno, Alford demostró que los gemelos tienden a tener las mismas actitudes sociales, ambos son conservadores o ambos son progresistas, mientras que los mellizos difieren significativamente en su forma de pensar.
Como decía en una entrada previa, no soy seguidor del determinismo genético. El entorno, la educación, la propia voluntad y el esfuerzo pueden ser más influyentes que los genes, pero éstos pueden ayudar a explicar muchas de nuestras distintas actitudes.
La esencia última de la derecha, la izquierda, lo conservador y lo progresista, difieren mucho del concepto al uso.
domingo, 19 de octubre de 2008
Eres mi religión
Las lágrimas de Maná cantaban
Iba caminando por las calles empapadas en olvido
Iba por los parques con fantasmas y con ángeles caídos
Iba sin luz iba sin sol
Iba sin un sentido
Iba muriéndome
Iba volando sobre el mar
Con las alas rotas.......
Y sus lágrimas me hicieron ver, me hicieron comprender.
Nunca he escrito sobre ti, porque no hago otra cosa que vivir en ti.
Mis alas, ya rotas y cansadas, me llevaron por mundos desconocidos, buscando el árbol, mi árbol. Descubrí el bosque, los ríos, los lagos y las montañas. Las nubes eran mis amigas y el cielo mi horizonte. A través de la Naturaleza me descubrí. Salí fuera de mí para penetrar en lo más profundo de mi ser.
Quizás volar forme parte de mi esencia. Pero en mis pinceles habita un árbol y en mis láminas blancas surgen seguros, multicolores.
Iba volando sobre el mar, con las alas rotas.
Un árbol de luz surgió ante mí. Pequeño, asustado, confundido, maltratado por los vientos, temeroso de las tempestades. Era el único árbol de luz del bosque. Raíces retorcidas por el dolor se esparcían por la tierra, sin profundizar, lo que le otorgaba una inestabilidad que le hacía grácil, elegante y desvalido. El tronco subía, se desplazaba, se retorcía, sin saber cómo crecer, pero sus estrías rezumaban honradez y honestidad. Sus ramas apuntaban en todas las direcciones, creciendo con todos los vientos, exponiéndose a todas las aguas. Lo que me enamoró fueron sus hojas. No tenían color, pero sí luz y calor.
Ay amor apareciste en mi vida y me curaste las heridas
Ay amor eres mi luna eres mi sol eres mi pan de cada día
Y apareciste con tu luz......
Y me posé en ti. Y descansé. Tus flores me perfumaban en primavera, tus hojas me confortaban en verano, tus ramas me acariciaban en otoño, en invierno abriste una cueva en tu tronco y me diste tu calor.
Ay amor, eres mi religión....
Creo en ti, en tus raíces, en tu tronco, en tus ramas, flores y hojas. Creo en tu luz, creo en tu amor.
Abre el corazón, abre el corazón......
Abriste tus hojas, desplegué mis alas y crecimos, crecimos juntos. Y juntos, volaremos con mis alas y nos sostendremos con tus raíces.
http://www.youtube.com/watch?v=6-_suV3GCOQ
Iba caminando por las calles empapadas en olvido
Iba por los parques con fantasmas y con ángeles caídos
Iba sin luz iba sin sol
Iba sin un sentido
Iba muriéndome
Iba volando sobre el mar
Con las alas rotas.......
Y sus lágrimas me hicieron ver, me hicieron comprender.
Nunca he escrito sobre ti, porque no hago otra cosa que vivir en ti.
Mis alas, ya rotas y cansadas, me llevaron por mundos desconocidos, buscando el árbol, mi árbol. Descubrí el bosque, los ríos, los lagos y las montañas. Las nubes eran mis amigas y el cielo mi horizonte. A través de la Naturaleza me descubrí. Salí fuera de mí para penetrar en lo más profundo de mi ser.
Quizás volar forme parte de mi esencia. Pero en mis pinceles habita un árbol y en mis láminas blancas surgen seguros, multicolores.
Iba volando sobre el mar, con las alas rotas.
Un árbol de luz surgió ante mí. Pequeño, asustado, confundido, maltratado por los vientos, temeroso de las tempestades. Era el único árbol de luz del bosque. Raíces retorcidas por el dolor se esparcían por la tierra, sin profundizar, lo que le otorgaba una inestabilidad que le hacía grácil, elegante y desvalido. El tronco subía, se desplazaba, se retorcía, sin saber cómo crecer, pero sus estrías rezumaban honradez y honestidad. Sus ramas apuntaban en todas las direcciones, creciendo con todos los vientos, exponiéndose a todas las aguas. Lo que me enamoró fueron sus hojas. No tenían color, pero sí luz y calor.
Ay amor apareciste en mi vida y me curaste las heridas
Ay amor eres mi luna eres mi sol eres mi pan de cada día
Y apareciste con tu luz......
Y me posé en ti. Y descansé. Tus flores me perfumaban en primavera, tus hojas me confortaban en verano, tus ramas me acariciaban en otoño, en invierno abriste una cueva en tu tronco y me diste tu calor.
Ay amor, eres mi religión....
Creo en ti, en tus raíces, en tu tronco, en tus ramas, flores y hojas. Creo en tu luz, creo en tu amor.
Abre el corazón, abre el corazón......
Abriste tus hojas, desplegué mis alas y crecimos, crecimos juntos. Y juntos, volaremos con mis alas y nos sostendremos con tus raíces.
http://www.youtube.com/watch?v=6-_suV3GCOQ
Extremistas
Hay que diferenciar, en primer lugar, el concepto de extremista, fanático y el de radical.
El radical busca y profundiza “hasta la raíz” en el origen de los problemas. Y es, desde la raíz, desde donde propugna los cambios de la sociedad. Son cambios, habitualmente, de contenido altamente revolucionario, pero bien concebidos y racionalizados. Radical fue la Revolución francesa, el marxismo, Julio César o, en la actualidad, algunos movimientos feministas. El radical, cuando consigue sus objetivos, es capaz de cambiar el mundo durante generaciones.
El extremista no es llevado por la razón sino por la emoción. Parte de reflexiones con poca o ninguna base y las defiende, no desde la lógica, sino desde sentimientos más o menos violentos: ira, odio, violencia verbal o física.
El fanático, según la RAE, defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas. Por consiguiente, todos los extremistas y radicales son fanáticos, pero no a la inversa. Se puede ser fanático de un grupo de música o un club de fútbol, por ejemplo, y no tener ninguna de las características de extremistas y radicales.
Decidir lo que son o no ideas extremistas es harto complicado. Lo que aquí y ahora resulta normal e incluso conservador, allí y antes era extremismo puro y duro. No me interesan por tanto lo que son o no ideas extremas, sino los que son o no extremistas.
Características del extremista
1. Son personas que tensan las posiciones y las llevan hasta el límite. Distorsionan la realidad hasta llevarlos a un punto de irrealidad imposible.
2. Impaciencia. Los objetivos hay que lograrlos aquí y ahora.
3. La victoria ha de ser absoluta. No les basta con conseguir avances, siguen la consigna del “todo o nada”. Por eso, negociar con extremistas, no es buena idea. No se puede negociar con el que no se conforma nunca. El extremista aborrece de los compromisos o acuerdos.
4. “El que no está conmigo, está contra mí”.
5. Escoge a un enemigo, real o imaginario, al que hace responsable de todos los males de la humanidad. A ese enemigo lo llega a odiar incluso hasta la muerte. Para el religioso ultra, la laicidad es el mal único, para la feminista extremista, el machismo es el origen de todos los males o para el extremista de izquierda, es el capitalismo la raíz de todos los males.
6. Uso de la violencia. Como la victoria ha de ser completa e inmediata, los mecanismos racionales para conseguir cambios no les sirven. El uso de la violencia verbal y física, e incluso en último extremo, del terrorismo, es el final lógico para estos sujetos.
7. Su ideología no sólo es la mejor....es la única. Esto los lleva a la intolerancia.
8. Son individuos profundamente tribales, sin la menor traza de autocrítica. Nunca van solos, sino en pandilla y, los miembros de su tribu, no tienen culpa de nada, no son responsables de los actos, a veces abominables, que cometen. Estos actos son consecuencia lógica de la maldad absoluta de la tribu contraria.
9. Los extremistas se creen con el derecho a completar su propio destino, aún a costa de imponer sus criterios por la fuerza, sintiéndose la vanguardia y la élite de la humanidad. La propia trascendencia de sus ideas les otorga impunidad ante los actos más salvajes que puedan cometer, justificados por un fin último y elevado. No sienten remordimiento ni muestran la más mínima empatía por el que ha sufrido las consecuencias de sus actos.
El extremista ¿nace o se hace?.
No se me ocurren respuestas satisfactorias. Pienso que el extremista, de alguna forma, nace. Creo que debe existir una predisposición genética para que, a algunos individuos, les sea más fácil enrolarse en aventuras, llamémoslas, románticas. Deben ser personas que, al contrario que a la mayoría, el cambio no les produce miedo, sino todo lo contrario, una forma de sentirse bien. Por supuesto que deben haber psicópatas en estos movimientos, pero intuyo que deben ser los menos, aunque siempre bien aprovechados por los cabecillas. También hay personas que tras determinadas vivencias, más o menos traumáticas, llegan a este tipo de movimientos.
Sin un caldo de cultivo adecuado, el extremista no se desarrolla plenamente. Será un individuo tozudo, prejuicioso, siempre en posesión de la verdad, intolerante y violento, pero en un ámbito privado.
Cuando varios “extremistas genéticos” encuentran en un lugar determinado un motivo o una idea para luchar, es cuando desarrollan todo el potencial. Da igual que idea sea, con tal de que esa idea les enfrente a toda la sociedad. Un extremista determinado, si hubiera nacido en Alemania en los años 20, se hubiera convertido en nazi, si hubiera nacido en los años 30 en China hubiera sido maoísta y si naciera en Afganistán sería un islamista extremista. Lo de menos es la idea que decide defender, lo importante es desarrollar la personalidad para la que han sido programados.
No creo en el determinismo genético, pero sería igualmente absurdo desdeñar la influencia que los genes pueden tener en nuestras actitudes.
Al contrario que los radicales, los extremistas sólo son capaces de cambiar el mundo durante un corto y sangriento lapso de tiempo.
El radical busca y profundiza “hasta la raíz” en el origen de los problemas. Y es, desde la raíz, desde donde propugna los cambios de la sociedad. Son cambios, habitualmente, de contenido altamente revolucionario, pero bien concebidos y racionalizados. Radical fue la Revolución francesa, el marxismo, Julio César o, en la actualidad, algunos movimientos feministas. El radical, cuando consigue sus objetivos, es capaz de cambiar el mundo durante generaciones.
El extremista no es llevado por la razón sino por la emoción. Parte de reflexiones con poca o ninguna base y las defiende, no desde la lógica, sino desde sentimientos más o menos violentos: ira, odio, violencia verbal o física.
El fanático, según la RAE, defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas. Por consiguiente, todos los extremistas y radicales son fanáticos, pero no a la inversa. Se puede ser fanático de un grupo de música o un club de fútbol, por ejemplo, y no tener ninguna de las características de extremistas y radicales.
Decidir lo que son o no ideas extremistas es harto complicado. Lo que aquí y ahora resulta normal e incluso conservador, allí y antes era extremismo puro y duro. No me interesan por tanto lo que son o no ideas extremas, sino los que son o no extremistas.
Características del extremista
1. Son personas que tensan las posiciones y las llevan hasta el límite. Distorsionan la realidad hasta llevarlos a un punto de irrealidad imposible.
2. Impaciencia. Los objetivos hay que lograrlos aquí y ahora.
3. La victoria ha de ser absoluta. No les basta con conseguir avances, siguen la consigna del “todo o nada”. Por eso, negociar con extremistas, no es buena idea. No se puede negociar con el que no se conforma nunca. El extremista aborrece de los compromisos o acuerdos.
4. “El que no está conmigo, está contra mí”.
5. Escoge a un enemigo, real o imaginario, al que hace responsable de todos los males de la humanidad. A ese enemigo lo llega a odiar incluso hasta la muerte. Para el religioso ultra, la laicidad es el mal único, para la feminista extremista, el machismo es el origen de todos los males o para el extremista de izquierda, es el capitalismo la raíz de todos los males.
6. Uso de la violencia. Como la victoria ha de ser completa e inmediata, los mecanismos racionales para conseguir cambios no les sirven. El uso de la violencia verbal y física, e incluso en último extremo, del terrorismo, es el final lógico para estos sujetos.
7. Su ideología no sólo es la mejor....es la única. Esto los lleva a la intolerancia.
8. Son individuos profundamente tribales, sin la menor traza de autocrítica. Nunca van solos, sino en pandilla y, los miembros de su tribu, no tienen culpa de nada, no son responsables de los actos, a veces abominables, que cometen. Estos actos son consecuencia lógica de la maldad absoluta de la tribu contraria.
9. Los extremistas se creen con el derecho a completar su propio destino, aún a costa de imponer sus criterios por la fuerza, sintiéndose la vanguardia y la élite de la humanidad. La propia trascendencia de sus ideas les otorga impunidad ante los actos más salvajes que puedan cometer, justificados por un fin último y elevado. No sienten remordimiento ni muestran la más mínima empatía por el que ha sufrido las consecuencias de sus actos.
El extremista ¿nace o se hace?.
No se me ocurren respuestas satisfactorias. Pienso que el extremista, de alguna forma, nace. Creo que debe existir una predisposición genética para que, a algunos individuos, les sea más fácil enrolarse en aventuras, llamémoslas, románticas. Deben ser personas que, al contrario que a la mayoría, el cambio no les produce miedo, sino todo lo contrario, una forma de sentirse bien. Por supuesto que deben haber psicópatas en estos movimientos, pero intuyo que deben ser los menos, aunque siempre bien aprovechados por los cabecillas. También hay personas que tras determinadas vivencias, más o menos traumáticas, llegan a este tipo de movimientos.
Sin un caldo de cultivo adecuado, el extremista no se desarrolla plenamente. Será un individuo tozudo, prejuicioso, siempre en posesión de la verdad, intolerante y violento, pero en un ámbito privado.
Cuando varios “extremistas genéticos” encuentran en un lugar determinado un motivo o una idea para luchar, es cuando desarrollan todo el potencial. Da igual que idea sea, con tal de que esa idea les enfrente a toda la sociedad. Un extremista determinado, si hubiera nacido en Alemania en los años 20, se hubiera convertido en nazi, si hubiera nacido en los años 30 en China hubiera sido maoísta y si naciera en Afganistán sería un islamista extremista. Lo de menos es la idea que decide defender, lo importante es desarrollar la personalidad para la que han sido programados.
No creo en el determinismo genético, pero sería igualmente absurdo desdeñar la influencia que los genes pueden tener en nuestras actitudes.
Al contrario que los radicales, los extremistas sólo son capaces de cambiar el mundo durante un corto y sangriento lapso de tiempo.
sábado, 18 de octubre de 2008
La flora y fauna del gimnasio
El ecosistema del gimnasio es un medio hostil para muchas especies, pero otras han evolucionado hasta adaptarse a las exigencias de sus duras condiciones de habitabilidad.
Los gimnasios se inauguraron con el homo musculens en Kenia. Fue descubierto por Sir Allan Thompson en 1987. Mientras estudiaba en el foso konga sobre restos fósiles humanoides, se encontró con un hallazgo único: un fósil humanoide, con los huesos habituales en estos casos, y músculos hasta en las orejas, perfectamente conservados, junto a un espejo en que el fósil se miraba mientras flexionaba con gracejo ambos miembros superiores. A su lado, un fósil de mujer que le contemplaba, sin músculos, sólo con huesos y con la boca muy abierta. Por toda la cueva, se hallaban multitud de huesos con forma parecida a nuestras pesas actuales, cuernos de búfalos retorcidos, que recuerdan mancuernas y pieles de animales cosidas que, supuso con perspicacia, era el atuendo habitual de este homínido. Extrajo esta conclusión tras comprobar que no tenía mangas, por lo que dejaba al aire sus grandes bíceps para jolgorio de la dama que le contemplaba con tanta admiración.
A lo largo de la historia, ante la pujanza de esta especie, que era la que más se reproducía (recordemos a la mujer con la boca abierta y comprenderemos mejor), otras muchas especies siguieron los mismos pasos. Este es el motivo por el que hoy en día tenemos tal variedad de especies distintas en nuestros gimnasios.
Vamos a conocer mejor los especímenes que nos podemos encontrar en este ambiente.
Pavo real
Es la especie más frecuente. Tienen un andar pausado, con las piernas abiertas y con los codos separados casi un metro del tronco, posiblemente por el grosor de bíceps y tríceps. Tienen grandes pechos aunque carezcan de mamas. Son lampiños. No poseen, mangas ya que no tienen capacidad para mudar la camiseta de tirantes. No necesitan árboles para cobijarse como les sucede a los monos (una especie muy allegados a ellos), pero precisan estar siempre en un entorno de espejos. Nunca van al gimnasio, viven en él. Sólo salen en contadas ocasiones para ir a pasearse por la playa.
Aves migratorias
Anidan y ponen sus huevos en el gimnasio en primavera. Posteriormente emigran pero vuelven en Septiembre y en Enero, aunque nunca para quedarse.
Foca
Animal con gran cantidad de grasa que encuentra en este hábitat cintas y bicicletas con las que humedecer su piel. No les suele hacer falta tanto ejercicio pues, en cuanto entran, ya empiezan a sudar. Su periodo de anidación es largo, pues ponen sus huevos en el gimnasio en Enero y los incuban hasta Junio. Tras perder en esta temporada muchas de sus reservas, emigran para rellenar de nuevo sus tejidos lipídicos durante el verano, buscando, y encontrando, tierras más fértiles, como los bares con mesas al aire libre donde crecen las cervezas y otras plantas propias del verano. En Septiembre, tras el fructífero periodo estival, suelen volver al gimnasio hasta la primera mitad de diciembre, momento en que lo vuelven a abandonar para el duro trabajo que les espera en las mesas de Navidad.
Vaca
Es una especie en todo idéntica a la foca, pero no suda. Tras estudios exhaustivos, se ha descubierto que, en realidad, no van al gimnasio....sólo pasan por allí. Se pasean 18 segundos por la cinta pero la abandonan a todo correr porque notan una desagradable sensación de ahogo, muy propia de todo el género vaqueril. Tienen una extraña propensión por las bicicletas de las que extraen un alegre ritmo de una pedalada cada hora. Cuando se juntan varias vacas se ponen de acuerdo en tres cosas: las medicinas engordan, el agua engorda y el gimnasio....engorda.
Loro
Ave extraña donde las haya. No fortalece bíceps. No intenta mejorar su salud cardiovascular. No le importa su barriga caída. Sólo acuden al gimnasio a fortalecer un sólo musculo: la lengua.
Dragón
Animal mitológico del que tenemos constancia de su existencia, porque paga religiosamente todas las cuotas mensuales, aunque nadie le haya visto aún.
Mosca
Distinguimos dos tipos de moscas: la común, que vuela de aparato en aparato sin ton ni son, siempre con cara de despistada y la cojonera, que también vuela de aparato en aparato, parándose para decir a otros animales el poco peso que se están poniendo.
Canguro
Animal que no anda. Se desplaza con pequeños saltitos. Sólo da un gran salto al llegar a la puerta de un gimnasio para no tener que olfatearlo, ya que es alérgico al olor del sudor.
Cabrillas
Son las crías adolescentes de las cabras. Se caracterizan por ir siempre en manada. Al gym entran perfectamente conjuntadas, pintadas y peinadas. Entran en los vestuarios y, tras dos horas, salen perfectamente equipadas, pintadas y peinadas. Sus ubres están habitualmente bien marcadas. Ríen mucho, pero nadie sabe porqué a ciencia cierta. Tras 20 minutos de risa y uno de cinta, salen del gimnasio perfectamente conjuntadas, pintadas y peinadas.
Cacatuas
Seres milenarios que acuden sólo por las mañanas, porque son jubiladas y la cuota es más baja. Exigen siempre un profesor que sea pavo real porque, aunque saben que son animales unineuronales, les gusta mucho sus plumas. Mueven tres veces la cervical, dos la lumbar, suben los brazos cuatro veces, los bajan otras tantas y estiran (o eso dicen). Tras terminar la clase se juntan todas las cacatuas al sol para poner verde a la que ha faltado y hablar del plumaje del profe.
Los gimnasios se inauguraron con el homo musculens en Kenia. Fue descubierto por Sir Allan Thompson en 1987. Mientras estudiaba en el foso konga sobre restos fósiles humanoides, se encontró con un hallazgo único: un fósil humanoide, con los huesos habituales en estos casos, y músculos hasta en las orejas, perfectamente conservados, junto a un espejo en que el fósil se miraba mientras flexionaba con gracejo ambos miembros superiores. A su lado, un fósil de mujer que le contemplaba, sin músculos, sólo con huesos y con la boca muy abierta. Por toda la cueva, se hallaban multitud de huesos con forma parecida a nuestras pesas actuales, cuernos de búfalos retorcidos, que recuerdan mancuernas y pieles de animales cosidas que, supuso con perspicacia, era el atuendo habitual de este homínido. Extrajo esta conclusión tras comprobar que no tenía mangas, por lo que dejaba al aire sus grandes bíceps para jolgorio de la dama que le contemplaba con tanta admiración.
A lo largo de la historia, ante la pujanza de esta especie, que era la que más se reproducía (recordemos a la mujer con la boca abierta y comprenderemos mejor), otras muchas especies siguieron los mismos pasos. Este es el motivo por el que hoy en día tenemos tal variedad de especies distintas en nuestros gimnasios.
Vamos a conocer mejor los especímenes que nos podemos encontrar en este ambiente.
Pavo real
Es la especie más frecuente. Tienen un andar pausado, con las piernas abiertas y con los codos separados casi un metro del tronco, posiblemente por el grosor de bíceps y tríceps. Tienen grandes pechos aunque carezcan de mamas. Son lampiños. No poseen, mangas ya que no tienen capacidad para mudar la camiseta de tirantes. No necesitan árboles para cobijarse como les sucede a los monos (una especie muy allegados a ellos), pero precisan estar siempre en un entorno de espejos. Nunca van al gimnasio, viven en él. Sólo salen en contadas ocasiones para ir a pasearse por la playa.
Aves migratorias
Anidan y ponen sus huevos en el gimnasio en primavera. Posteriormente emigran pero vuelven en Septiembre y en Enero, aunque nunca para quedarse.
Foca
Animal con gran cantidad de grasa que encuentra en este hábitat cintas y bicicletas con las que humedecer su piel. No les suele hacer falta tanto ejercicio pues, en cuanto entran, ya empiezan a sudar. Su periodo de anidación es largo, pues ponen sus huevos en el gimnasio en Enero y los incuban hasta Junio. Tras perder en esta temporada muchas de sus reservas, emigran para rellenar de nuevo sus tejidos lipídicos durante el verano, buscando, y encontrando, tierras más fértiles, como los bares con mesas al aire libre donde crecen las cervezas y otras plantas propias del verano. En Septiembre, tras el fructífero periodo estival, suelen volver al gimnasio hasta la primera mitad de diciembre, momento en que lo vuelven a abandonar para el duro trabajo que les espera en las mesas de Navidad.
Vaca
Es una especie en todo idéntica a la foca, pero no suda. Tras estudios exhaustivos, se ha descubierto que, en realidad, no van al gimnasio....sólo pasan por allí. Se pasean 18 segundos por la cinta pero la abandonan a todo correr porque notan una desagradable sensación de ahogo, muy propia de todo el género vaqueril. Tienen una extraña propensión por las bicicletas de las que extraen un alegre ritmo de una pedalada cada hora. Cuando se juntan varias vacas se ponen de acuerdo en tres cosas: las medicinas engordan, el agua engorda y el gimnasio....engorda.
Loro
Ave extraña donde las haya. No fortalece bíceps. No intenta mejorar su salud cardiovascular. No le importa su barriga caída. Sólo acuden al gimnasio a fortalecer un sólo musculo: la lengua.
Dragón
Animal mitológico del que tenemos constancia de su existencia, porque paga religiosamente todas las cuotas mensuales, aunque nadie le haya visto aún.
Mosca
Distinguimos dos tipos de moscas: la común, que vuela de aparato en aparato sin ton ni son, siempre con cara de despistada y la cojonera, que también vuela de aparato en aparato, parándose para decir a otros animales el poco peso que se están poniendo.
Canguro
Animal que no anda. Se desplaza con pequeños saltitos. Sólo da un gran salto al llegar a la puerta de un gimnasio para no tener que olfatearlo, ya que es alérgico al olor del sudor.
Cabrillas
Son las crías adolescentes de las cabras. Se caracterizan por ir siempre en manada. Al gym entran perfectamente conjuntadas, pintadas y peinadas. Entran en los vestuarios y, tras dos horas, salen perfectamente equipadas, pintadas y peinadas. Sus ubres están habitualmente bien marcadas. Ríen mucho, pero nadie sabe porqué a ciencia cierta. Tras 20 minutos de risa y uno de cinta, salen del gimnasio perfectamente conjuntadas, pintadas y peinadas.
Cacatuas
Seres milenarios que acuden sólo por las mañanas, porque son jubiladas y la cuota es más baja. Exigen siempre un profesor que sea pavo real porque, aunque saben que son animales unineuronales, les gusta mucho sus plumas. Mueven tres veces la cervical, dos la lumbar, suben los brazos cuatro veces, los bajan otras tantas y estiran (o eso dicen). Tras terminar la clase se juntan todas las cacatuas al sol para poner verde a la que ha faltado y hablar del plumaje del profe.
viernes, 17 de octubre de 2008
Abuela Nati
Miraba con la intensidad del azul que sólo es posible tras la tormenta. Las nubes vencieron y nunca más pudo ver, ¡¡¡pero como miraba¡¡¡. Clavaba sus pupilas inútiles y, su mirada, taladraba hasta lo más profundo del alma. No le hacía falta ver porque sabía mirar. No necesitaba oír para comprender.
Recuerdo su voz ronca, incluso masculina, pero cuando me sentaba a su vera para escuchar una y mil historias, sólo percibía dulzura.
Recuerdo una cara fuerte, rasgos toscos, poco femeninos, pero nunca fui consciente de su falta de belleza, porque lo inundaba todo con su presencia.
Recuerdo a una gran dama, la más grande que he conocido. No tenía títulos nobiliarios, ni dinero. No sabía leer ni escribir. No era elegante en el vestir. Sólo poseía callos en las manos después de trabajar sola para sacar adelante a 10 hijos a golpe de azadón en el campo y callos en la voz a golpe de gritar más fuerte que nadie para llamar la atención sobre la fruta que vendía. Sin embargo, nos hacía sentir a todos seres únicos, dignos de amor, su amor.
Recuerdo que nunca engañaba ni estafaba. Llamaba a las cosas por su nombre. Lo bueno o lo malo que tuviera que decir, lo decía a la cara, sin tapujos. Curiosamente, no se ganó enemigos después de 83 años de verdades. Decía lo que pensaba pero no condenaba. ¿Será que no duele tanto la verdad como la condena que demasiadas veces colamos en nuestra “sinceridad”.?
Recuerdo a una mujer con dos hijas muertas, sus dos únicas lágrimas. Nunca lloraba por nada más. Todo lo demás se podía arreglar o se podía asumir.
Recuerdo que no le gustaba que le regalaran flores. Decía que después de la flor venía la fruta, que era lo que vendía y lo que más y mejor comía.
Recuerdo que, a pesar de la época que le tocó vivir, supo ver muy bien cuál era el papel de la mujer en el mundo. Sus cuatro hijas, como ella misma, trabajaron durante toda su vida. “Amad a los hombres, pero nunca dependáis de ellos”. “No seáis sumisas ni aparentéis debilidad porque os protegerán y, el que protege, esgrime carta de propiedad”.
Recuerdo que todos sus hijos la llamaban todos los días por teléfono, cuando no se presentaban directamente en su casa. Nunca lo pidió. Nunca pedía nada. Sólo ofrecía y, ofrecía tanto, que una visita o una llamada nunca eran una obligación sino un placer.
Recuerdo que todos los domingos me daba una peseta. Sabía dar, pero lo que la caracterizaba ante todo era que sabía recibir. Sabía respetar a los demás de tal forma que cualquier cosa que quisieras ofrecerle era un regalo exclusivo y maravilloso. Todo lo que viniera de ti era querido y mimado. Los besos, los regalos, las opiniones, todo era bien acogido o escuchado.
No recuerdo el día de su muerte, porque nunca ha muerto. Aún hoy, su mirada azul y sus pupilas inútiles me taladran hasta lo más profundo de mi alma.
Recuerdo su voz ronca, incluso masculina, pero cuando me sentaba a su vera para escuchar una y mil historias, sólo percibía dulzura.
Recuerdo una cara fuerte, rasgos toscos, poco femeninos, pero nunca fui consciente de su falta de belleza, porque lo inundaba todo con su presencia.
Recuerdo a una gran dama, la más grande que he conocido. No tenía títulos nobiliarios, ni dinero. No sabía leer ni escribir. No era elegante en el vestir. Sólo poseía callos en las manos después de trabajar sola para sacar adelante a 10 hijos a golpe de azadón en el campo y callos en la voz a golpe de gritar más fuerte que nadie para llamar la atención sobre la fruta que vendía. Sin embargo, nos hacía sentir a todos seres únicos, dignos de amor, su amor.
Recuerdo que nunca engañaba ni estafaba. Llamaba a las cosas por su nombre. Lo bueno o lo malo que tuviera que decir, lo decía a la cara, sin tapujos. Curiosamente, no se ganó enemigos después de 83 años de verdades. Decía lo que pensaba pero no condenaba. ¿Será que no duele tanto la verdad como la condena que demasiadas veces colamos en nuestra “sinceridad”.?
Recuerdo a una mujer con dos hijas muertas, sus dos únicas lágrimas. Nunca lloraba por nada más. Todo lo demás se podía arreglar o se podía asumir.
Recuerdo que no le gustaba que le regalaran flores. Decía que después de la flor venía la fruta, que era lo que vendía y lo que más y mejor comía.
Recuerdo que, a pesar de la época que le tocó vivir, supo ver muy bien cuál era el papel de la mujer en el mundo. Sus cuatro hijas, como ella misma, trabajaron durante toda su vida. “Amad a los hombres, pero nunca dependáis de ellos”. “No seáis sumisas ni aparentéis debilidad porque os protegerán y, el que protege, esgrime carta de propiedad”.
Recuerdo que todos sus hijos la llamaban todos los días por teléfono, cuando no se presentaban directamente en su casa. Nunca lo pidió. Nunca pedía nada. Sólo ofrecía y, ofrecía tanto, que una visita o una llamada nunca eran una obligación sino un placer.
Recuerdo que todos los domingos me daba una peseta. Sabía dar, pero lo que la caracterizaba ante todo era que sabía recibir. Sabía respetar a los demás de tal forma que cualquier cosa que quisieras ofrecerle era un regalo exclusivo y maravilloso. Todo lo que viniera de ti era querido y mimado. Los besos, los regalos, las opiniones, todo era bien acogido o escuchado.
No recuerdo el día de su muerte, porque nunca ha muerto. Aún hoy, su mirada azul y sus pupilas inútiles me taladran hasta lo más profundo de mi alma.
miércoles, 15 de octubre de 2008
Preocupaciones
Preocupación: lo que sucede antes de ocuparse de algún problema. ¿Alguien ha conseguido resolver algún problema por el hecho de preocuparse? Supongo que no. Así pues, estamos hablando de un sentimiento que hace sufrir y no sirve para nada. ¿O sí? Ya lo veremos más tarde.
Toda preocupación nace del miedo y, el miedo, es el principal estimulante del Sistema Nervioso Simpático, que hace segregar adrenalina y otras sustancias similares, que provocan taquicardia, aumento de la respiración, mayor aporte sanguíneo al cerebro, tensión muscular y otras muchas acciones en el organismo tendentes a prepararnos para luchar o huir del peligro. Es el sistema de stress, absolutamente necesario para la supervivencia de las especies. Es nuestra protección ante los peligros de la Naturaleza.
Desgraciadamente, nuestro sistema de stress no es capaz de diferenciar el miedo producido ante la presencia de un león y el que se deriva de tantas “amenazas” de nuestra vida diaria. Si “vemos” cada día cien leones, nuestro sistema de stress se activa otras tantas veces. Lo que en un principio era fundamental para nuestra subsistencia se convierte en nuestro mayor enemigo.
Nuestro organismo no está capacitado para un estado hiperadrenérgico continuo y aparece la ansiedad y todo un cortejo de síntomas producto de ese exceso de adrenalina: respiración suspirosa, opresión en el pecho, estado de hipervigilancia, dolores musculares múltiples, cansancio, mareos, dolores de cabeza, acorchamiento en distintos sitios de nuestro cuerpo, estreñimiento, diarreas o ambas sucesivamente, dolores abdominales o insomnio. Es entonces cuando hablamos de las “víctimas del stress”.
TIPOS DE STRESS
Hay dos tipos de stress:
Uno viene “de fábrica”, que es el que nos hace reaccionar ante un peligro inminente para nuestra integridad: el stress positivo. Este tipo de stress es universal, todos lo tenemos y todos lo necesitamos. Incluso hay personas que lo potencian, que lo necesitan para sentirse más vivos. Algunas atracciones de feria o algunas actividades, como tirarse de un puente, consiguen una ración de adrenalina que, al ser puntual, nos proporciona placer.
Otro es aprendido o adoptado. En nuestra civilización se han sacralizado el sufrimiento y el miedo. “Niño, ten cuidado que te puedes caer”, “no hagas tal o cual cosa que te puede suceder….”. Vislumbramos mil peligros en todo. Enseñamos a nuestros hijos, no desde la lógica o el sentido común, sino desde la perspectiva del miedo, con lo que potenciamos en ellos una visión de la vida en que, las preocupaciones, siempre deben estar presentes, siempre hay que estar alertas. También los medios de comunicación son muy dados a las “alarmas”: alerta naranja por una ola de calor en Sevilla, como si en Agosto en Sevilla hubiera que alertar a alguien de que van a hacer 40º. Pero esa sensación de alerta, activa el miedo de muchos y, lo que es normal, se convierte en una amenaza.
La preocupación, en ocasiones, puede ser utilizada, consciente o inconscientemente, como una manera de controlar, o incluso, manipular a los demás. Esos padres que esperan a sus hijos levantados “muertos de preocupación”, y lo hacen bien visible para que los hijos se sientan culpables de su falta de descanso, puede ser uno de los miles de ejemplos que todos hemos sufrido alguna vez. Esta es la preocupación con la que se obtienen réditos.
Así pues, las preocupaciones pueden tener una o varias víctimas: la que se preocupa y el o los que son motivo de la preocupación.
A mí nunca me ha gustado que se preocupen por mí. Me pueden decir que lo hacen por amor, pero es falso. Lo hacen por miedo a la pérdida, en el mejor de los casos o como forma de manipulación, para conseguir que haga lo que el otro quiere, en el peor. Para demostrar amor creo mucho más razonable y positivo la confianza y el respeto: “haces esto que me preocupa, pero confío en ti y te respeto”. Incluso cuando me estoy equivocando, prefiero que me informen de mi posible error, pero respeten mis decisiones por muy erradas que sean. La mayor forma de respeto es dar libertad al otro, aun sabiendo que se está equivocando porque, de mis errores, es de donde más he aprendido, cuando más he madurado.
¿HAY SOLUCIONES?
Sí, aunque no es fácil. Desaprender lo aprendido siempre es posible, aunque supone un esfuerzo importante. Quizás la mejor vía, aunque no imprescindible, es acudir a un buen psicólogo.
Hay que aprender a ocuparse de los problemas y no a preocuparse por ellos.
Asumir que no todo puede ser controlado y, lo que sí puede controlarse, muchas veces es mejor no hacerlo.
Es preferible adaptarse al mundo que intentar adaptar el mundo a nosotros.
Lo que es rígido puede ser más duro pero, sin lugar a dudas, es más fácil de romper. La flexibilidad es un valor que nos ayuda a ser felices y facilita el respeto a los demás. Las cosas no sólo se pueden hacer como nosotros las hacemos ni las únicas ideas válidas son las nuestras. Ser flexible con uno mismo y con los demás es el primer paso para respetarnos y respetar.
Educar no consiste en asustar o alarmar, sino en informar y, en ocasiones, castigar. Los niños aprenden poco de nuestras palabras y mucho de nuestros actos. Evitar que se equivoquen (siempre que no sean errores excesivamente graves) es crear irresponsables e inmaduros.
Hay que ser realistas y aplicar la lógica. De esta forma, posiblemente muchas de las cosas que nos preocupan y las vivimos como grandes problemas, no sean más que, en la mayoría de casos, pequeños contratiempos. Me ha ayudado mucho dividir los eventos en tres opciones: lo esencial, lo importante y lo banal. Lo esencial es aquello que es imprescindible para la vida: comida, techo y aire para respirar. Lo importante es la salud, el amor, la amistad y poco más. Todo lo demás es banal. Ganar 700 euros al mes sólo es un problemilla banal. Da para comer, tener techo y aire. No es incompatible con la salud (si decides no preocuparte), el amor ni la amistad. Habrá cosas agradables que no podremos hacer, pero lo esencial y lo importante lo seguimos teniendo. Puedo decir que yo he vivido con bastante menos y seguí siendo muy feliz.
El perfeccionismo es fuente inagotable de preocupaciones. Cuando todo tiene que ser perfecto, hay muchas cosas que pueden fallar y que requieren nuestra atención: hay mucha presión y mucha preocupación. Por otro lado, nada ni nadie es perfecto y, si el perfeccionista no es perfecto, nunca terminan de salirle las cosas como a él le gustaría siendo una fuente inagotable de insatisfacción, cuando no de culpabilidad, por no conseguir ser superman o superwoman. Me apena que momentos que tendrían que estar llenos de felicidad e ilusión, como por ejemplo una boda, termine siendo un calvario para los novios. Todo tiene que salir perfecto y la ilusión se troca en preocupación durante meses. Esto nos lleva al siguiente apartado.
Hacer que nuestra vida sea lo más simple posible. Nos complicamos en exceso. Vivir a 50 Km de nuestro trabajo, escoger un colegio a 15 Km de nuestro domicilio, hipotecarnos en más de lo que podemos por tener 10 metros más, trabajar como locos para ir una semana al Caribe y un larguísimo etcétera de materialismo disfrazado de “cosas necesarias” para vivir que, en vez de hacernos más libres, nos esclavizan y nos proporcionan enormes preocupaciones cuando empiezan a aparecer las facturas.
No es fácil, pero no es imposible. Todo lo que merece la pena cuesta trabajo. El famosísimo “pero no te preocupes”, no sirve para nada, sino todo lo contrario. En última instancia, si no sabemos como cambiar, siempre tendremos la opción de acudir a un buen psicólogo. También puede dar buenos resultados la meditación oriental (aunque no tengo experiencia personal sí que conozco casos en que ha resultado una ayuda muy eficaz), distintos tipos de ejercicio físico (Taichi, Chikun, yoga, Pilates). Pero hay algo que nunca puede faltar: el esfuerzo personal.
Toda preocupación nace del miedo y, el miedo, es el principal estimulante del Sistema Nervioso Simpático, que hace segregar adrenalina y otras sustancias similares, que provocan taquicardia, aumento de la respiración, mayor aporte sanguíneo al cerebro, tensión muscular y otras muchas acciones en el organismo tendentes a prepararnos para luchar o huir del peligro. Es el sistema de stress, absolutamente necesario para la supervivencia de las especies. Es nuestra protección ante los peligros de la Naturaleza.
Desgraciadamente, nuestro sistema de stress no es capaz de diferenciar el miedo producido ante la presencia de un león y el que se deriva de tantas “amenazas” de nuestra vida diaria. Si “vemos” cada día cien leones, nuestro sistema de stress se activa otras tantas veces. Lo que en un principio era fundamental para nuestra subsistencia se convierte en nuestro mayor enemigo.
Nuestro organismo no está capacitado para un estado hiperadrenérgico continuo y aparece la ansiedad y todo un cortejo de síntomas producto de ese exceso de adrenalina: respiración suspirosa, opresión en el pecho, estado de hipervigilancia, dolores musculares múltiples, cansancio, mareos, dolores de cabeza, acorchamiento en distintos sitios de nuestro cuerpo, estreñimiento, diarreas o ambas sucesivamente, dolores abdominales o insomnio. Es entonces cuando hablamos de las “víctimas del stress”.
TIPOS DE STRESS
Hay dos tipos de stress:
Uno viene “de fábrica”, que es el que nos hace reaccionar ante un peligro inminente para nuestra integridad: el stress positivo. Este tipo de stress es universal, todos lo tenemos y todos lo necesitamos. Incluso hay personas que lo potencian, que lo necesitan para sentirse más vivos. Algunas atracciones de feria o algunas actividades, como tirarse de un puente, consiguen una ración de adrenalina que, al ser puntual, nos proporciona placer.
Otro es aprendido o adoptado. En nuestra civilización se han sacralizado el sufrimiento y el miedo. “Niño, ten cuidado que te puedes caer”, “no hagas tal o cual cosa que te puede suceder….”. Vislumbramos mil peligros en todo. Enseñamos a nuestros hijos, no desde la lógica o el sentido común, sino desde la perspectiva del miedo, con lo que potenciamos en ellos una visión de la vida en que, las preocupaciones, siempre deben estar presentes, siempre hay que estar alertas. También los medios de comunicación son muy dados a las “alarmas”: alerta naranja por una ola de calor en Sevilla, como si en Agosto en Sevilla hubiera que alertar a alguien de que van a hacer 40º. Pero esa sensación de alerta, activa el miedo de muchos y, lo que es normal, se convierte en una amenaza.
La preocupación, en ocasiones, puede ser utilizada, consciente o inconscientemente, como una manera de controlar, o incluso, manipular a los demás. Esos padres que esperan a sus hijos levantados “muertos de preocupación”, y lo hacen bien visible para que los hijos se sientan culpables de su falta de descanso, puede ser uno de los miles de ejemplos que todos hemos sufrido alguna vez. Esta es la preocupación con la que se obtienen réditos.
Así pues, las preocupaciones pueden tener una o varias víctimas: la que se preocupa y el o los que son motivo de la preocupación.
A mí nunca me ha gustado que se preocupen por mí. Me pueden decir que lo hacen por amor, pero es falso. Lo hacen por miedo a la pérdida, en el mejor de los casos o como forma de manipulación, para conseguir que haga lo que el otro quiere, en el peor. Para demostrar amor creo mucho más razonable y positivo la confianza y el respeto: “haces esto que me preocupa, pero confío en ti y te respeto”. Incluso cuando me estoy equivocando, prefiero que me informen de mi posible error, pero respeten mis decisiones por muy erradas que sean. La mayor forma de respeto es dar libertad al otro, aun sabiendo que se está equivocando porque, de mis errores, es de donde más he aprendido, cuando más he madurado.
¿HAY SOLUCIONES?
Sí, aunque no es fácil. Desaprender lo aprendido siempre es posible, aunque supone un esfuerzo importante. Quizás la mejor vía, aunque no imprescindible, es acudir a un buen psicólogo.
Hay que aprender a ocuparse de los problemas y no a preocuparse por ellos.
Asumir que no todo puede ser controlado y, lo que sí puede controlarse, muchas veces es mejor no hacerlo.
Es preferible adaptarse al mundo que intentar adaptar el mundo a nosotros.
Lo que es rígido puede ser más duro pero, sin lugar a dudas, es más fácil de romper. La flexibilidad es un valor que nos ayuda a ser felices y facilita el respeto a los demás. Las cosas no sólo se pueden hacer como nosotros las hacemos ni las únicas ideas válidas son las nuestras. Ser flexible con uno mismo y con los demás es el primer paso para respetarnos y respetar.
Educar no consiste en asustar o alarmar, sino en informar y, en ocasiones, castigar. Los niños aprenden poco de nuestras palabras y mucho de nuestros actos. Evitar que se equivoquen (siempre que no sean errores excesivamente graves) es crear irresponsables e inmaduros.
Hay que ser realistas y aplicar la lógica. De esta forma, posiblemente muchas de las cosas que nos preocupan y las vivimos como grandes problemas, no sean más que, en la mayoría de casos, pequeños contratiempos. Me ha ayudado mucho dividir los eventos en tres opciones: lo esencial, lo importante y lo banal. Lo esencial es aquello que es imprescindible para la vida: comida, techo y aire para respirar. Lo importante es la salud, el amor, la amistad y poco más. Todo lo demás es banal. Ganar 700 euros al mes sólo es un problemilla banal. Da para comer, tener techo y aire. No es incompatible con la salud (si decides no preocuparte), el amor ni la amistad. Habrá cosas agradables que no podremos hacer, pero lo esencial y lo importante lo seguimos teniendo. Puedo decir que yo he vivido con bastante menos y seguí siendo muy feliz.
El perfeccionismo es fuente inagotable de preocupaciones. Cuando todo tiene que ser perfecto, hay muchas cosas que pueden fallar y que requieren nuestra atención: hay mucha presión y mucha preocupación. Por otro lado, nada ni nadie es perfecto y, si el perfeccionista no es perfecto, nunca terminan de salirle las cosas como a él le gustaría siendo una fuente inagotable de insatisfacción, cuando no de culpabilidad, por no conseguir ser superman o superwoman. Me apena que momentos que tendrían que estar llenos de felicidad e ilusión, como por ejemplo una boda, termine siendo un calvario para los novios. Todo tiene que salir perfecto y la ilusión se troca en preocupación durante meses. Esto nos lleva al siguiente apartado.
Hacer que nuestra vida sea lo más simple posible. Nos complicamos en exceso. Vivir a 50 Km de nuestro trabajo, escoger un colegio a 15 Km de nuestro domicilio, hipotecarnos en más de lo que podemos por tener 10 metros más, trabajar como locos para ir una semana al Caribe y un larguísimo etcétera de materialismo disfrazado de “cosas necesarias” para vivir que, en vez de hacernos más libres, nos esclavizan y nos proporcionan enormes preocupaciones cuando empiezan a aparecer las facturas.
No es fácil, pero no es imposible. Todo lo que merece la pena cuesta trabajo. El famosísimo “pero no te preocupes”, no sirve para nada, sino todo lo contrario. En última instancia, si no sabemos como cambiar, siempre tendremos la opción de acudir a un buen psicólogo. También puede dar buenos resultados la meditación oriental (aunque no tengo experiencia personal sí que conozco casos en que ha resultado una ayuda muy eficaz), distintos tipos de ejercicio físico (Taichi, Chikun, yoga, Pilates). Pero hay algo que nunca puede faltar: el esfuerzo personal.
martes, 14 de octubre de 2008
Nacido para volar
El había nacido para volar.
Ella había echado raíces y se imponía majestuosa sobre la montaña, como un árbol milenario, ajena a las bellezas propias pero disfrutando de las ajenas.
El miraba la tierra bajo sus alas. Sonreía ante la pequeñez de lo que contemplaba y se conmovía con el inmenso azul del cielo.
Ella vivía en la tierra, se nutría de ella. Sus hojas, marchitas ya, daban sombra y cobijo.
El, vivía en su mundo de ideas elevadas. Ella vivía con su mundo, con él.
Libros, filosofía, ética, pensamiento frente a necesidades diarias, limpieza, ropa limpia y planchada, charla insustancial, comida diaria.
Palabras vacías, que él llenaba de contenido, como honor, patria, justicia.
Palabras vacías, que ella daba sentido, como amor, relación, bienestar, armonía.
El nunca fue consciente de su presencia. Era algo simplemente mundano, poco digna de sus elevadas miras.
Ella sólo detestaba su ausencia porque, cuando él estaba, surgían las más bellas flores, se convertía en un árbol de eterna primavera.
Ella enfermó. La muerte fue el momento más dulce de toda su existencia. El, con lágrimas en los ojos, la miró locamente enamorado por primera vez y, por primera y última vez, le dijo TE AMO.
Ella había echado raíces y se imponía majestuosa sobre la montaña, como un árbol milenario, ajena a las bellezas propias pero disfrutando de las ajenas.
El miraba la tierra bajo sus alas. Sonreía ante la pequeñez de lo que contemplaba y se conmovía con el inmenso azul del cielo.
Ella vivía en la tierra, se nutría de ella. Sus hojas, marchitas ya, daban sombra y cobijo.
El, vivía en su mundo de ideas elevadas. Ella vivía con su mundo, con él.
Libros, filosofía, ética, pensamiento frente a necesidades diarias, limpieza, ropa limpia y planchada, charla insustancial, comida diaria.
Palabras vacías, que él llenaba de contenido, como honor, patria, justicia.
Palabras vacías, que ella daba sentido, como amor, relación, bienestar, armonía.
El nunca fue consciente de su presencia. Era algo simplemente mundano, poco digna de sus elevadas miras.
Ella sólo detestaba su ausencia porque, cuando él estaba, surgían las más bellas flores, se convertía en un árbol de eterna primavera.
Ella enfermó. La muerte fue el momento más dulce de toda su existencia. El, con lágrimas en los ojos, la miró locamente enamorado por primera vez y, por primera y última vez, le dijo TE AMO.
domingo, 12 de octubre de 2008
Introducción
Calor. Hace mucho calor. Sentado en mi sillón favorito, contemplo el parque de los Príncipes de Sevilla. Un vaho ardiente deforma toda la perspectiva. Las palmeras se doblan. Las jacarandas, perdido su azul primaveral, resisten mi contemplación y el alma huye de mi cuerpo para encontrarse volando entre palomas.
Es una tarde aburrida, maravillosamente aburrida porque, sólo cuando no tengo nada que hacer, me siento realmente libre, absolutamente libre: mis pensamientos y yo. Mis recuerdos y yo. Mi pasado y yo. Nada me ata en estos momentos. Sólo dependo de mi capacidad de inventar, soñar, crear, pensar, recordar o simplemente, dejar la mente en blanco.
No recuerdo haberme quejado jamás de aburrimiento, quizás, porque nunca me aburro cuando estoy conmigo. Será que me encanta “perder el tiempo” o, dicho de otra forma, considero que la mejor forma de emplear el tiempo es perderlo en no estar haciendo nada “de provecho”.
Soy una persona aburrida (para los demás, no para mí), demasiado “normal”. Nunca he sobresalido en nada, ni por inteligente ni por tonto. No pinto bien, escribo regular, no destaco en ningún deporte, no soy guapo ni feo, no tengo gustos refinados ni soy entendido en ninguna materia. No busco notoriedad pues no dispongo de ella.
No concibo mi vida saliendo todos los días de casa para ver obras de teatro, cine, exposiciones o viajes que llenen mi tiempo. Me gusta estar sentado sin hacer nada. A pesar de todo, o quizás por todo eso, soy una persona feliz.
No huyo de la compañía, la disfruto. Una cerveza bien fría, una buena conversación y unos ojos enfrente que expresen más que las palabras dichas, son la gloria pero, mi sillón….es el cielo.
Fruto de este “aburrimiento”, ha surgido la idea de este blog. Un espacio que quiero dedicar, como no podría ser de otra forma, a lo que más me gusta: las personas que me rodean (incluyéndome a mí mismo, que soy persona, que me rodeo y, sobre todo, que me gusto).
Detesto las masas tanto como adoro a las personas, tomadas de una en una.
Quiero ir describiendo distintos personajes reales, ya sean amigos, familiares, conocidos o pacientes. Salvo excepciones muy concretas no identificaré a nadie por su verdadero nombre.
Pretendo describir semblanzas y aportar lo que me dicta la lógica sobre cada persona, así como lo que me hizo sentir cuando estuve a su lado.
Huiré de juzgar, por lo que nunca habrá condena.
Las relaciones interpersonales serían más simples si viviéramos según el patrón de la mayoría de las películas americanas: los malos son malos sin la más mínima traza de bondad y los buenos no conocen la maldad. Qué fácil, pero que aburrido.
No somos buenos, ni malos. Los genes, la educación recibida, las vivencias y como afrontamos el día a día, nos va conformando. Somos seres racionales, sí, pero también sentimentales y, probablemente, esto último sea lo que definitivamente nos hace más humanos, lo que más nos hace sufrir y a la vez disfrutar. Lo que, en última instancia, nos hace únicos.
Todo lo que soy y lo que he aprendido ha sido fruto de la interacción con los demás. “Ellos” han ido conformando mi propia visión de la vida. Me han servido las actitudes positivas pero mucho más las negativas por lo que, lejos de reprobar, sólo puedo sentir agradecimiento por haber formado parte de mi existencia.
No todo van a ser semblanzas. También habrá temas libres, según tenga la necesidad, intuición u oportunidad.
Bienvenidos
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