domingo, 10 de mayo de 2009

¿Amar es una cuestión de querer hacerlo?

El amor hay que alimentarlo. Lo que tú hagas por aumentar el amor del otro es importante, no cabe duda. Sin embargo, creo que es aún más importante lo que uno mismo forje por alimentar su propio amor hacia el otro. Pero antes de que llegue el amor suelen suceder una serie de pasos:

Paso 1: ATRACCIÓN
Lo que nos atrae de la persona amada suele ser un misterio. Muchas veces, la persona de la que nos enamoramos, nada tiene ver con el ideal que nos hemos fabricado. Nos gustan más las morenas y ella es rubia, la queríamos alegre y es tremendamente seria, nos encantaban las que son muy abiertas pero ella es muy cerrada. Sin embargo, algo nos atrae, a veces de forma muy intensa, hacia esa persona. En este primer paso de enamoramiento poco podemos hacer de manera activa. Nos ha cautivado sin saber cómo y pudiendo hacer poco para evitarlo. De la misma manera, sucede lo contrario: una persona que creemos ideal para compartir la vida con ella, por más que lo intentemos, no somos capaces de enamorarnos de ella.

En este primer paso, poco podemos hacer para resistirnos al embelesamiento que sentimos o a no conseguir enamorarnos de la persona que creemos adecuada. Es una cuestión en que no entran a formar parte la razón, la lógica.

Paso 2: ENAMORAMIENTO
El enamoramiento también es irracional. Comienza con la atracción especial que no sabemos de dónde viene y, si las cosas se desarrollan de forma adecuada, aparece la pasión del enamorado, que no es más que un trastorno mental transitorio grave, en donde desaparecen por completo el sentido de la realidad y toma el mando el mundo de la distorsión. De pronto, nos sentimos más vivos que nunca, entramos en un estado de alerta máxima e hipersensibilidad y nuestra existencia adquiere una intensidad brutal, disfrutando como nunca de lo bueno y sufriendo como nunca de lo malo. Y lo más importante, desaparece el más mínimo atisbo de crítica hacia el ser amado y lo colmamos de virtudes que no suelen tener nada que ver con la realidad. Deificamos al que no es más que una persona. Todo esto no sucede porque sí, se produce por un entrecruzamiento de sustancias en nuestro cuerpo que se parece bastante a lo que acontece en diversas psicosis.

Dicen que este estado de locura (ya digo que bioquímicamente es muy similar a las psicosis) sólo dura una media de 9 meses. Tras este lapso pueden suceder varias cosas:

1. Te das cuenta que la persona adorada, no sólo no es maravillosa sino que es del todo impresentable. Simplemente, no te conviene. La psicosis da paso a la razón y terminas la relación.
2. Sucede lo mismo que en el punto uno, pero te emperras en continuar esa relación por un sentido del romanticismo y por confundir el amor con el enamoramiento. Lo más probable es que se convierta en una relación tórrida, enferma, que impide el crecimiento personal y abonada al sufrimiento e, incluso, al maltrato mutuo y a la falta de respeto.
3. La venda se cae, pero te das cuenta que, aunque tiene defectos, te conviene. Se inicia una nueva relación basada en el conocimiento y el respeto mutuo. Se va profundizando en el otro. Es una buena base para un amor sano y duradero.
4. La venda se cae, el otro te conviene, pero tú no le convienes a él. Sólo quedan dos opciones: perder tu propia dignidad y rogar, pedir, exigir, perseguir o hacer la vida imposible al otro dando rienda suelta a la venganza o saber terminar una relación, con todo el dolor de tu corazón.

Paso 3: AMOR
El amor ya tiene una mezcla de razón y de sinrazón. Ya no es del todo una locura, sino que hay un componente de cordura. Un cóctel que, si tiene las proporciones adecuadas, puede resultar maravilloso pero, si predomina en exceso una de los dos elementos, puede resultar en una experiencia difícil e insatisfactoria.

Demasiada lógica puede derivar en una frialdad y una monotonía que va matando poco a poco este sentimiento tan maravilloso.

Demasiada pasión puede derivar en unas fuertes emociones, tanto positivas como negativas, en donde el sufrimiento puede no dejarnos crecer y madurar de forma adecuada.

Paso 4: MANTENIMIENTO DEL AMOR
Para que el amor conseguido sea duradero, es necesario dar pero, como en otras ocasiones he defendido, es incluso más importante saber recibir al otro. Podemos seguir amando si así lo queremos o, podemos ir desamando si así lo decidimos, consciente o inconscientemente. Y muchas veces no depende de lo que el otro haga o deje de hacer, sino que puede depender más de cómo valoremos lo que el otro es o hace. Si nos ponemos las gafas de ver defectos, poco a poco dejamos de ver especial a la pareja. Si nos ponemos las gafas de ver virtudes seguimos regando la relación. Nuestra propia subjetividad mantiene o aleja el amor.

Muchas pueden ser las circunstancias que nos animen a ponernos unas u otras gafas. Pero no me gustan. En este paso 4, creo que deben predominar la razón y la objetividad. Mantener el amor, pero no a toda costa, sino basándonos en la realidad compleja del otro, en sus cambios y su desarrollo en relación con el nuestro. No tener gafas, sino ojos racionales que valoren en su conjunto a la persona amada y, de esta forma, aceptarla con todas sus consecuencias o dejarla si, lo que un día fue amor, se ha convertido en otra cosa.

AMOR SIN ATRACCION PREVIA NI ENAMORAMIENTO
Podemos pasar de estos pasos anteriores y decidir emparejarnos por interés, tras encontrar en el otro elementos que te pueden ayudar a mejorar, a crecer, aunque no haya enamoramiento de por medio. Muchos matrimonios han sido felices de esta manera. Parejas que comenzaron así, si bien nunca han llegado a sentir esa pasión especial del enamoramiento, han llegado a sentir un profundo amor y han establecido una pareja maravillosa y enriquecedora. Probablemente, este tipo de parejas haya sido el más abundante a lo largo de la historia y no siempre han escogido los miembros de la pareja, sino los padres de la misma. Por supuesto que muchas han fracasado, pero otras sí han conseguido el amor a través de uniones tan poco románticas.

Esto me lleva a pensar que ni la atracción ni el enamoramiento son imprescindibles para llegar al amor. El conocimiento profundo después de años de convivencia puede obrar esta maravilla. Para llegar a este punto quizás sea más importante haber sabido recibir y respetar al otro antes que lo que has o te han dado.

10 comentarios:

Sra de Zafón dijo...

¿Y cuando a la otra persona la sigues viendo maravillosa aunque se te haya pasado el enamoramiento, en incluso el amor, aunque no el cariño?
¿Tienes cataratas? jajajajaja.
Entraré con más tiempo.
Un abrazo, Juan.

Juan dijo...

En el amor hay múltiples opciones. También puede suceder lo comentas, de hecho, a mí me pasó en su día. El desamor no tiene porque suceder con odios de por medio.

De momento, no tengo cataratas, jejejeje, pero sigo con demasiadas cosas poco claras. Y la verdad es que me gusta no tener respuesta para muchas interrogantes, me permite seguir pensando y, en muchas ocasiones, cambiar de opinión.

Un abrazo Chusa

Sra de Zafón dijo...

Con mi pregunta me refería a si cuando cesa el período de secuestro bioquímico transitorio propio del enamoramiento, e incluso el más pausado del amor, y sigues viendo maravillosa a la otra persona, si las cataratas serán la respuesta, no a qué tú las padezcas, jajajajajaja.

Es que nunca he vivido la caída de esa venda.

Yo enamorada creo que he estado tres veces, aunque haya estado en estados muy parecidos al enamoramiento en otras ocasiones. De la primera persona que me enamoré había un montón de cosas que no me gustaban que tenían que ver con su manera de vivir y aún así, totalmente consciente de esto, estaba enamorada, pero nunca me sentí idealizando. Estuve con él seis años, y lo dejé por incompatibilidad vital, más que por falta de atracción hacia él.
De mi segundo amor sólo puedo decir que lo sigo viendo el hombre más maravilloso de la tierra, tanto como a mi amor actual, sólo que a quien amo es a mi chico que me parece el hombre ideal para compartir mi vida con él. Además de tener unas ganas locas de su presencia:-)

Yo creo que en mis enamoramientos las ganas del otro, el interés por todo lo que ese ser hace y es y la calma y satisfacción que me provoca la presencia de mi enamorado es mucho más distintivo que la idealización del otro.

Llegar al amor sin pasar por ello, como tantas parejas "pactadas" o casos de amigos que acaban viviendo juntos no sé lo que es, ni me apetece saberlo, la verdad. Aunque me parezca estupendo llegar al amor por cualquier camino.

Un beso.

Jose dijo...

Pues, aunque espero que nadie que conozco se enfade conmigo, te tengo que dar la razón casi al 100%. Hay unos pequeños matices que no entiendo/comparto, pero el resto creo que es muy certero.

Lo que yo creo que has descrito, a parte del amor/enamoramiento biológico, es el amor MASCULINO. Es lo que los hombres tendemos a "ver". Sin que se me entienda mal. Es cierto que hombres y mujeres estamos diseñados de manera distinta (y gracias al que corresponda) y esa distinción es la que nos hace diferentes. Nosotros vemos el amor de una manera, ellas lo ven de otras. Nosotros le damos valor a algunas cosas y ellas a otras, y esa unión de valores hace que las piezas del puzzle encajen. Incluso te voy a decir una cosa (aunque suene a barbaridad, tu sabes que si yo lo digo no tiene que ser tanta), en las parejas homosexuales también funciona eso. Siempre uno de los dos integrantes tiende a feminizar y el otro a masculinizar ciertos aspectos. No siempre es la misma persona la que masculiniza o feminiza, son papeles que se intercambian segun el hecho o sentimiento a tratar.

A lo que venia. Tus "pasos" son ciertos, e incluso razonables, pero no creo que tengan que seguir ese orden. A todos se nos cae la venda algun dia, y ese dia tenemos que hacer balance, tanto del presente como del pasado como del futuro. Y sobre eso decidir. Conozco parejas que estan juntas porque separarse les resulta demasiado tedioso, o porque tienen miedo a después no tener a nadie. Incluso conozco parejas que, aun habiendo pedido la separación legalmente, siguen viviendo en la misma casa y durmiendo en la misma cama por el que dirán y por el que seria de nosotros solos a esta edad.

El dia que se te caiga la venda lo que hay que hacer es mirar a los ojos de tu pareja, y si ambos seguis teniendo ese brillo en la mirada, si todavia os levantais buscandoos y te sigues acordando del otro cuando ves una noticia o algo que quieres comentar juntos, ponte la venda otra vez ;)

PD: toy resfriao, la semana pasada rompí con mi pareja (una persona que pensaba que era perfecta y despues resulto que no) y toy en el paro, asi que he soltado alguna barbaridad no me la tengas en cuenta ;)

Juan dijo...

Ah, Chusa, te había entendido mal. Es que una de mis frases habituales es: "no lo veo claro", jajajajaja, por eso pensaba que las cataratas a las que te referías era a esas.

Pues sí, cuando se cae la venda, puedes descubrir que ese ser maravilloso sigue siendo maravilloso, entonces acontece la maravilla del amor enamorado.

Supongo que lo que te ha sucedido a tí, de no idealizar a las personas de las que te has enamorado, le puede suceder a muchas personas. Yo creo que tampoco he idealizado a las mujeres de las que me he enamorado, pero lo contrario creo, sin datos concretos, que sucede con más frecuencia.

Un abrazo Chusa

Juan dijo...

Pero José, por Dios, no has soltado ni eres de las personas que suelan soltar barbaridades.

Pues no sé si he descrito el amor masculino. Desde luego no era mi intención. Pretendía una visión global, en absoluto exhaustiva y sin pretender abarcar toda la inmensidad de los caminos hacia el amor. Al ser hombre, mi visión del amor puede parecer masculina, pero no ha sido mi intención.

Tienes razón en que, a la hora de amar, globalmente, los hombres y mujeres tenemos algunas diferencias. Pero individualemnete, hay millones de hombres muy femeninos a la hora de acercarse al amor y viceversa.

Cada persona, al margen del sexo al que pertenece, puede amar de manera muy distinta. Es más, no sólo amas como amas sino que ese amor puede estar influenciado por como sea la pareja.

Lo que comentas de las parejas homosexuales también sucede en las heterosexuales. El hombre a veces se comporta como se supone que lo debiera hacer la mujer y viceversa. Es absolutamente normal y maravilloso. Y creo que cada vez va a ser y se va a ver de forma más natural. Los roles masculino y femenino deben desaparecer para que todos seamos más libres y actuemos de acuerdo a como sintamos en cada momento. Estos roles son cadenas que nos atan en todo momento. Muchas veces he dicho que me considero un hombre muy femenino y como sabes, soy hetero, pero es que no tiene nada que ver.

Los pasos son un intento de analizar algo que no se puede abarcar por completo y se pueden admitir mil formas distintas o que no siguen a pies juntillas lo que he expuesto.

Los motivos para estar juntos, sin amor por medio, pueden ser miles, y todos ellos respetables. En la mayoría de estos casos hay un trasfondo de miedo y de cobardía, pero allá cada cual con su vida.

Es un placer tenerte por aquí Jose. Te deseo una buena venda y unos buenos ojos brillantes.

Un abrazo

Lenka dijo...

Amar, creo, es una cuestión tan aparentemente simple y tan tremendamente compleja, que supongo que es inútil buscar recetas mágicas.

He visto a personas amar sin condiciones y ser feliz, de una manera que parecía tan fácil, tan natural... hay quien cree que eso es conformismo. No me atrevería a decir tanto. Quizá es gente que nunca llega a ver caer su venda. O que, tras esa caída, asume lo que hay, hace balance y le sale positivo.

Los hay que se mantienen por tozudez, miedo, comodidad, tedio, interés... mil cosas. Son felices en realidad? No lo sé.

Conozco a personas que idealizan de tal modo que van de chasco en chasco. Personas, creo yo, que están ancladas emocionalmente en la fase del enamoramiento. Quizá son yonkis de esa fase de mariposas y emociones (yo pasé por esa adicción). Y cuando cae la venda, el horror. Todo está mal, nada se ajusta a lo esperado. Sé de personas que se sienten realmente engañadas, estafadas. Pero no las engañó el otro, sino ellas mismas. Creo que son personas enamoradas del amor. Lo que adoran es cómo se sienten. La persona amada sólo ocupa el hueco que da sentido a esa sensación. Es como si no amaran a esa persona, sino lo que esa persona les evoca, lo que les hace sentir, lo que imaginan o proyectan a través de ella.

Despertar a ese sueño es devastador. No hay príncipe, no hay princesa. "Sólo" un ser humano. Si uno descubre que ha estado enamorado del amor, puede tratar de corregirlo en futuras historias. Pero muchos no se dan cuenta o no quieren darse cuenta. Se empecinan en su mala suerte, en lo injusta que es la vida, en lo mal que les tratan sus parejas, incapaces todas (por puro egoísmo y maldad) de hacerles felices. Realmente no creo que sea una forma de amar. Parece muy inmaduro. Pero me temo que está más extendido de lo que creemos.

Creo que amar es otra cosa. Lo has definido bien, Juan, aunque los sentimientos no sean una ciencia exacta. Creo que se aproxima muchísimo a lo que cuentas. Luego cada persona es un mundo y decide qué le compensa o no. Pero creo que, en principio, no es mala idea darnos cuenta de que el amor es cosa de dos. Que no sólo nosotros sufrimos la caída de la venda. El otro también. Que el amor no se fuerza. Que no siempre responde a lo que se buscaba. Que hay que trabajarlo. Y que somos personas cargadas de defectos. Que el otro merece tanto la felicidad como nosotros. Montones de cosas a tener en cuenta, me temo!!

Juan dijo...

Enamorados del amor. Pues sí, puede ser una suerte de adicción a esas sensaciones tan especiales que se tienen.

Conozco a algun@s que lo tienen, incluso que se quedan anclados a un antiguo amor que desapareció por cualquier circunstancia y no son capaces de abrirse de nuevo a la vida y a un nuevo amor. Lo desean, pero no hacen nada por conseguirlo.

Otros siguen una búsqueda casi desesperada de ese amor romántico de novela rosa y van descubriendo príncipes y princesas para, en pocos meses, descubrir que no pertenecen a la "realeza" y vuelta a empezar.

No sé que hay detrás de este fenómeno, quizás falta de madurez, falta de realismo, un egocentrismo exacerbado o un espíritu demasiado soñador, que no se quiere despertar a la cruda realidad. Quizás un deseo de vivir en un estado de perenne melancolía en que se sienten a gusto, cómodos o protegidos.

Quizás sean felices así, o no, véte tú a saber. Pero pueden hacer daño al otro.

Hay otr@s que no toleran el cambio en el ser amado. Se enamoraron de una persona de 18 años y parece como si desearan que permaneciera intacto, tal cual, que no evolucionara. Estos también se sienten estafados: "ésta no es la persona con la que comencé la relación". Y puede ser que, en efecto, esos cambios sean inaceptables. Pero también hay que comprender que una persona, lo mismo que una relación, son entes vivos , con capacidad, e incluso necesidad, de evolucionar y hay que saber apreciar y aceptar estos cambios, que muchas veces surgen de la propia relación, lo cual puede ser maravilloso (o terrible, según el caso, dependiendo de lo sana que sea la pareja).

Un abrazo Lenka

Lenka dijo...

Precisamente eso terminó con la más larga de mis relaciones. Pasamos momentos muy duros y la ruptura fue dolorosa (tras diez años es como si te amputaran un trozo, en serio!) Nos costó mucho cerrar esa herida, porque hubo sensación de fracaso, de pérdida, de haber tirado tantos años a la basura... pero eso es fruto del dolor, del impacto. Luego, afortunadamente, tras la reflexión y la calma, los rencores se evaporaron y todo pasó a un estado distinto. Encontramos una gran paz, una liberación. Fue como atreverse a saltar, tomar las riendas. Para qué estar juntos si ya sólo nos hacíamos daño? Fue una renuncia mutua por el bien propio y del otro. Porque necesitábamos otras cosas y las merecíamos, ambos.

Hoy somos amigos, los dos hemos rehecho nuestras vidas y nos alegramos por la felicidad del otro. Mi sentimiento hacia él es fraternal. Tantos años... es como un hermano, no exagero. Hoy resulta fácil recordar lo bueno, lo bonito, lo entrañable. Y cuando me preguntan esa es mi explicación: "teníamos 18 y 21 años cuando empezamos a salir. Y 28 y 31 cuando rompimos. Es que ya no éramos los mismos, habíamos cambiado, era otra fase, y queríamos seguir caminos incompatibles. Y nos pareció más justo separarnos que obligar a uno de los dos a ceder y no ser feliz". Creo que fue una sabia decisión. Dura, claro, pero eso se pasa, se supera. Hoy estaríamos frustrados, amargados. Menudo plan. No, si tienes claro tu camino es justo y es tu derecho recorrerlo. Tu derecho y el del otro, claro.

Hoy no siento que desperdiciara diez años ni nada tan melodramático. Siento que tuve una experiencia bonita muchas veces, amarga otras, que aprendí mucho, que parte de lo que soy se lo debo a esa relación con esa persona, que compartimos mucho (siempre bromeo con que "tomamos el biberón juntos") y que toda esa historia me ayudó a crecer y a ser yo. Y qué coño, que es la vida!!!

Una ruptura no es una tragedia. Te hace sentir como en una tragedia, pero es un paso más. Y a veces es lo mejor que puedes decidir. Por ti y por el otro. Estoy convencida.

Juan dijo...

No sólo fuisteis sabios, sino muy valientes. Después de 10 años es una decisión muy dura que muchos no se atreven a tomar por comodidad o, sobre todo, por miedo.

Pero mucho mejor aún es afrontar la ruptura, con mucho dolor por supuesto, pero sin ánimo de venganza ni de intentar culpar al otro. No se pierde elamor, ya se encontrará, sino que se gana un amigo del alma.

Un abrazo