martes, 16 de marzo de 2010

Miedo a la libertad

La libertad social y la libertad individual, por lógica, tendrían que formar parte del mismo proceso. Pero nada más lejos de la realidad. En una sociedad "aceptablemente" libre hay gente que se esclaviza y en comunidades dictatoriales hay personas libres.

Ser libre es más fácil en una sociedad libre, pero ser libre, al final, depende de una actitud personal ante la vida. Es pensar por tí mismo y actuar según tu propio pensamiento crítico y autocrítico, aún asumiendo, en regímenes dictatoriales, rechazo o castigo.

Hay sujetos que son libres y respetan la libertad de los demás.

Los hay que son esclavos y transmiten miedo a la libertad.

Pero los hay que son libres y tienen miedo a la libertad de los demás.

Y a estos últimos me quiero referir en esta entrada.

Hay personas que tienen muy claros sus valores y creencias. Y viven según sus ideales. Son libres. Hasta aquí me parece fenomenal. El problema surge cuando pretenden imponer estos valores a los demás, y no necesariamente por ley, sino en ocasiones de una forma más sibilina, incluso más peligrosa: influyendo. Creando un estado de opinión tal que, quién no siga sus cánones, son señalados de forma despreciativa.

Influir es positivo en cuestiones sociales para hacer más fácil la convivencia y mejorar la calidad de vida de todos. Potenciar el uso de transportes públicos, la bicicleta o andar en vez del uso del coche, siendo una elección personal, beneficia al colectivo.

Pero en cuestiones puramente individuales, donde la elección que se haga sólo beneficia o perjudica a la persona, la influencia es propia de un sistema de pensamiento único, una manera de imponer una dignidad universal.

Ser ama de casa (o amo de casa) tiene sus ventajas e inconvenientes. Fomentar que las mujeres sean amas de casa (como hace 50 años) o fomentar que trabajen fuera, como ahora es el paradigma de lo que estoy hablando. Las consecuencias de fomentar una determinada opción lleva, casi ineludiblemente, al prejuicio, al desprecio de la que no hace lo que "está bien visto". En sólo 30 años hemos pasado de denostar a la mujer trabajadora y aplaudir al ama de casa a todo lo contrario.

Y ambos casos esconden el miedo a la libertad.....de los demás. Como no confiamos en que los demás hagan "lo correcto", hay que impulsarlo, fomentarlo. Y no es necesario ni conveniente. No hay casi nada en esta vida que sirva y sea bueno para todos. Se puede tener muy claro que ser amo de casa no va conmigo, pero no significa que no pueda venir bien a otras personas.

Pero no es más que un ejemplo. Hoy en día están muy mal vistas formas de ser que antes eran ensalzadas. Las religiones son otro ejemplo. El que no era cristiano hace 100 años, era mala persona. Hoy ser católico practicante es llevar una marca indeleble de rancio y derechón.

Se vuelven las tornas. Siempre se vuelven las tornas, porque siempre perseguimos la dignidad colectiva. Pero la ley del péndulo es implacable. Lo que hoy es maravilloso, mañana es pésimo y quiénes sufren son los seres que se niegan a ser como dicta la mayoría. Hoy en día ser transigente es políticamente correcto, pero se queda en palabras porque, a la hora de la verdad, la mayoría sólo son transigentes con los que piensan como él. ¿Hasta cuándo los de derechas serán denostados por los de izquierdas y viceversa?.

No estamos acostumbrados a algo tan simple como una información veraz y objetiva, con pros y contras para que, con esa información, cada cual haga lo que crea más conveniente. Es mucho más fácil fomentar e influir y, de esta manera, manejar a los demás y dificultar la libertad de elección. Yo soy libre, porque vivo como quiero y los demás son menos libres porque si no viven según mis cánones, serán despreciados.

10 comentarios:

Lenka dijo...

Es indudable que eso lo hacemos todos. Siempre pensamos que somos más libres y estamos mejor informados que los demás. Siempre nos cuesta enormemente entender cómo el otro puede ser feliz con tal o cual vida. A veces intentamos imponernos con buenas intenciones, con paternalismo quizá, pero imponernos al fin y al cabo. Son esas veces en las que pensamos cosas como "malos no son, pero están equivocados". Otras veces la cosa es pelín más heavy, del tipo de "lo que hacen está mal y no se les puede consentir".

Pero es que no pocas veces ambas cosas se tocan más de cerca de lo que parece. Cómo no pensar que alguien que afirma que una transfusión de sangre es pecado está equivocado? Cuesta. Cuesta un montón. Tiene ese alguien la libertad, además, de imponer esa creencia suya a su hijo de dos años?? Sí porque es su hijo, o no porque es una burrada? Hay cosas que chocan y rechinan. Ojalá fuera todo más fácil de "delimitar".

Hay cosas que en general y en crudo se consideran "buenas". Por costumbre o lo que sea. Casi todos pensamos que es mejor criar a los hijos con afecto que con frialdad, supongo. Cosas así, ni siquiera hace falta llegar a que si es bueno o malo dar palizas a los hijos. Los extremos casi siempre nos parecen más claros, pero también algunos términos intermedios. Pero claro, nos parecen bien a todos, todos?

Hoy día ser católico puede que suene rancio a muchos, sencillamente porque tiene menos "cabida" en un mundo tecnificado y donde campa la ciencia. Es que suena obsoleto de algún modo. Adorar a una imagen de escayola y conquistar el espacio es un anacronismo total, así de entrada. Puede que no sea excluyente, pero es chocante. Creo yo.

Y claro, la historia y sus péndulos. Cuando cualquier credo se ha impuesto durante años es normal que luego provoque un cierto rechazo. Porque se impuso. Porque muchos no desean que se siga imponiendo más. La iglesia católica pasó de perseguida a perseguidora, es lo habitual. Hoy día pierde fuelle, adeptos y credibilidad. Ley de vida. Habrá personas radicales que desearían imponer su "ateísmo", pero muchos otros sólo pretendemos otra cosa: no intentes imponerme nada, déjame en paz. Cree en lo que quieras, pero no cuelgues tus cruces en las paredes de todos. No pretendas tú un trato de favor frente a otros credos o no-credos que tienen tus mismos derechos.

Con los amos de casa, lo mismo. Habrá quienes hagan de eso (sobre todo referido a mujeres) un grito de batalla y pretendan imponer sus ideas, en plan feminazi. Cargándose una opción, lo cual es restar libertades, justo lo que antes ellas mismas criticaban. Yo no voy por ahí. Este tema lo entiendo como lo de fomentar el ir en bus. Es que lo creo mejor, yo. Creo honestamente que es mejor que cada ser humano logre su autogestión y su independencia económica. De ahí a mirar por encima del hombro, juzgar o hasta prohibir, hay un trecho.

No estoy de acuerdo con que siempre se trate de miedo a la libertad de otros. Nop. Ni creo que no se pueda fomentar esto o aquello. Es que, además de una opción individual, creo que el autogestionarse es bueno socialmente. Lo creo de verdad. Creo de corazón que una sociedad de personas que se autogestionan, son independientes y luego, además, comparten una serie de tareas lógicas y normales para la vida diaria, es una sociedad mejor que una en la que el peso de la pasta cae en uno y el de la casa en otro, con las implicaciones que todo eso conlleva en cuanto a dependencia económica e incluso emocional.

Yo lo veo así, y por eso creo que el currar fuera es fomentable. Fomentable, no imponible.

Juan dijo...

Sí, es verdad que a veces es dífícil distinguir. Y pensar que los demás están equivocados también es frecuente, pero no es un buen método para tener una convivencia razonable.

Es preferible sólo pensar en lo que tú crees que debes hacer antes que pensar en lo que los demás deberían hacer con sus vidas.

Y es difícil y todos somos muy dados a aconsejar, yo el primero. Pero me doy cuenta que los consejos sirven de muy poco. Prefiero en general hablar en primera persona de lo que yo hago y porqué. Informar y exponer tu punto de vista más que intentar convencer o tratar sacar del error al otro.

Con las transfusiones, por ejemplo, no se les puede poner si se niegan a ellas. Y me parece acertado. Con los niños es diferente. Cuando son imprescindibles, ponemos un parte al juez y es éste quién decide (siempre decide que hay que ponerlas en contra de la opinión de los padres). Pero en este caso es que no se trata de una decisión individual para tí mismo, sino para otra persona. Es imponer tu credo a la otra persona, jugando con su vida.

Con las religiones, siempre me ha rechinado ese intento de imponer a toda la sociedad la propia moral, de intentar trasladar a la vida civil tus convicciones religiosas. No lo soporto. ¿Tan difícil es vivir tu fe sin meterte en la vida de los demás?. Si no quieres divorciarte, no lo hagas, si no quieres abortar, no lo hagas, si eres gay y católico, no te cases con otro gay, pero no se lo impidas a los que no piensan como tú.

Sí creo que es una especie de miedo a la libertad de los demás. Si no lo fuera, no habría intento de imponerlo, ya sea de forma legal o haciendo proselitismo. El que es diferente siempre ha despertado recelo y se le ha intentado cambiar, denostar o directamente castigar o hacerlo desaparecer. No soportamos bien que haya gente demasiado diferente y por eso se lucha para que la todos comulguen con una cierta forma de ver la vida. En el trasfondo de todo esto lo que subyace es el miedo, en este caso, miedo a que cada uno sea libre de ser y desarrollarse como quiera.

Lenka dijo...

Claro, pero eso ocurre (creo) cuando se intenta imponer, como bien dices. Fomentar no siempre es imponer, o eso creo yo, igual me equivoco. Fomentar es, o debiera ser, otra cosa. Fomentar el autoempleo aconsejando a los emprendedores, dándoles facilidades, mostrándoles ciertos recursos, no implica despreciar a los otros trabajadores ni otras opciones, sólo implica eso: fomentar el autoempleo ante una situación equis. Oiga, hay esto por si lo quiere, y se puede hacer, no es imposible. Y, a lo mejor, es una buena opción para usted. Piénselo, a ver.

Cuando fomentar se queda en eso, estupendo. Otra cosa es forzar, presionar, juzgar. Otra cosa es la actitud que acompañe a ese "fomento". Pero fomentar ciertas opciones, de entrada, no me parece mal ni creo que se riña con otras. En el caso de currar en casa... por qué o para qué fomentarlo? Quiero decir, sabemos lo que es y cómo se hace, no? Se suele fomentar lo que es "útil", entendiéndolo como "productivo". Igual suena fatal, pero así suele ser. El curro de amo de casa es un curro del copón, y es útil para la familia que decida organizarse así, pero es "útil" socialmente hablando? Reporta algo? Es chungo de medir, me temo. Quizá por eso ya no se fomenta.

Ahora muchas agencias de viajes fomentan el ocio para solteros. Significa eso que se desprecia a las parejas? No, es que ellos tienen ya mucha oferta. De hecho, otras agencias fomentan precisamente el "conoce a tu media naranja!" y tampoco me parece un desprecio a la soltería.

Quiero decir que no siempre fomentar implica "esto es mejor". No, es contemplar una opción. Y no pocas veces la cosa va más bien unida al concepto de "mercado", nos guste o no.

Tengo que pensar más cosas!

Juan dijo...

Es que una cosa es publicitar para que se compre algo, como viajes de solteros, que no lleva implícito ningún tipo de desprecio a nadie y otra fomentar que se trabaje fuera de casa y no se sea ama de casa. Esto sí lleva implícito el desprecio.

Fomentar el autoempleo, no implica tampoco que se menosprecie al que trabaja por cuenta ajena, es dar una opción más.

Pero en el tema del ama de casa, creo que puedes coincidir conmigo, no se ha hecho así. Se ha hablado hasta la saciedad de las "parásitas", "marujas", que están alienadas y muchas más lindezas de ese estilo.

Me parece estupendo que se fomente la libertad de elección, pero una libertad real, decirle a quién quiera quedarse en casa que es un trabajo tan digno como cualquiera. Pero si se fomenta que se trabaje fuera porque trabajar de ama de casa es alienante y no productivo para la sociedad, pues ya se está comiendo el coco a los demás. No se pretende dar libertad sino forzar, no imponiendo por la fuerza, es verdad, pero es otro tipo de imposición más indirecta.

Y fomentar, es positivo siempre que sea para cuestiones sociales y no individuales, que es lo que defiendo.

Lenka dijo...

Pero Juan, cuántas veces has oído tú a un ministro decir semejantes cosas de las amas de casa? Ni siquiera las erizas más erizas con cargo político se han puesto jamás delante un micro a decir: "hemos diseñado este plan de empleo para sacar de casa a las marujas alienadas e improductivas". Yo, al menos, no lo he oído nunca en la vida. El trabajo "fuera" de la mujer se fomenta, sí, pero de otras maneras y sin imponer ni comer el coco. Al menos no se come el coco "institucionalmente". Se pelea (mejor o peor) para que las chicas estudien si quieren, incluso carreras u oficios "de hombres". Se pelea contra el techo de cristal, contra el acoso en el curro, contra cobrar menos... se intenta (poco aún) la conciliación familiar y laboral, etc, etc. Y sí, se da mucho la brasa con tontunas como el "trabajadores y trabajadoras". Pero desde las instituciones no se come ningún coco, creo yo.

Otra cosa es lo que se dice y se oye en la calle. Pero chato, es que en la calle y según el sesudo tertuliano de turno, las amas de casa son parásitas, las que concuden son inútiles, las que salen mucho son zorras, las que siguen solteras será por feas, por bolleras o por insoportables, las que se niegan a cargar con todo lo de casa son vagas o gobernantas, las que no quieren niños son raritas o egoístas, las que curran fuera son ambiciosas y calculadoras, las que follan mucho son guarras, las que follan poco son reprimidas, las que osan admitir que han sido maltratadas le echan cuento pa sacarle perras al ex, las que se lo callan son tontas del higo y sometidas...

Lamentablemente (esto va a sonar muy nazi) opinar y sentar cátedra puede cualquiera. En la calle puedes oír cualquier burrada a poco que abras las orejas. Desde que el tío que se queda en casa con los niños es poco hombre y calzonazos y la mujer lo tiene dominao, hasta que las mujeres tenemos la obligación de estar arregladas pa nuestras parejas.

Una cosa es lo que se fomente "oficialmente" y cómo se fomente (y creo que por ese lado no hay desprecio por la labor de los amos y amas de casa) y otra cosa es lo que se oiga en los bares. Pero eso no es "fomento", eso es tertuliar. La calle es machista, somos machistas. O sexistas, mejor dicho. Y todavía nos queda mucho camino por ahí, me temo.

Juan dijo...

Es que fomentar tiene eso malo. Si los que gobiernan dicen "esto es bueno" y los medios de comunicación dicen "esto es bueno", el tertuliano de turno dice "pues lo contrario es malo" y se crea un estado de opinión en contra.

Los políticos jamás dirán nada que les reste millones de votos de millones de amas de casa. No son tontos. Basta ensalzar a la mujer trabajadora para que el que no piensa por sí mismo, que son muchos, desprestigie a la que no hace eso que es bueno.

Con este tipo de "publicidad en positivo" se debería terminar. No es de recibo intentar hacer ver a toda una sociedad que cierta actitud o manera de ver la vida puramente individual es buena.

Las actitudes individuales ante la vida no las hay ni mejores ni peores, ni buenas ni malas. Sólo hay actitudes distintas. Follar mucho ni poco, hacerlo por amor o por deseo, ser homo o hetero, ser religioso o no serlo, ser de izquierdas o derechas, trabajar en casa o fuera, no es bueno ni malo, por lo que no es de recibo fomentar una determinada opción.

Kaken dijo...

Claro, Lenka, entiendo tu comentario,pero me parece que se mezclan temas.
Es decir, entre lo que tu comentas que dice el pueblo llano, hay cosas políticamente correctas y otras que no lo son para nada, no sé si me explico.
Y lo que sucede en presente es que las amas de casa son lo peor (o las limpiadoras por libre, sin contrato)

Y yo lo he vivido en vivo y en directo por parte de alguna feminazi y por parte de alguna monja.
Más de una vez..

Lenka dijo...

Ya. Y yo no paro de recibir mensajes de que soy lo peor por no estar lo bastante delgada. Me lo dicen los anuncios, las revistas, las pelis, las series, los videoclips, mi madre, las vecinas y el universo entero. La sociedad al completo me recuerda cien veces al día con cien mensajes distintos que no valgo tanto como una mujer delgada, que no soy para nada fomentable. La cuestión es si yo me creo que eso es cierto o no. Igual esto es un disparate, pero puestos a fomentar, yo prefiero que se fomente la autogestión e independencia económica de los individuos (hombres o mujeres) que las tetas gigantes. La verdad.

Juan dijo...

Es que no hay que escoger entre una cosa u otra. Simplemente no fomentar lo que es una decisión puramente individual.

Lo que comentas del peso tienes toda la razón del mundo. Todo el mundo parece que tiene derecho a opinar sobre el peso de los demás y decidir lo que es mejor para todos, fomentar las tallas 36-38 me parece repugnante. Porque, como he comentado en otros ejemplos, de fomentar estar delgada, se pasa con una facilidad asombrosa a insultar a las que no lo están.

En el ejemplo del peso, sí es conveniente la información. La gente debe saber que con un BMI por encima de 30 hay riesgos de enfermedades. Por debajo se puede decir que no hay ningún riesgo, por lo que pesar más o menos, sin sobrepasar este límite, sólo es cuestión de preferencias personales.

Según esto, si se mide 1,65 se puede pesar hasta 82 Kg sin riesgos para la salud.

Lenka dijo...

Bien. Vale. Supongo que a estas alturas de la película todas las amas de casa están al corriente del riesgo que corren no ganando su propio dinero, verdad?

Por otro lado, es lógico que en este país se fomente el trabajo remunerado. Es que lo dice incluso la Constitución. El pleno empleo está considerado como un bien social y los poderes públicos tienen la obligación de fomentarlo. Currar en casa no está remunerado, así que no se considera empleo como tal. Ergo no entra en ese "fomento". No se considera un bien social.

Por esa razón, supongo, se fomenta el currar fuera. Lo que en ningún caso significa humillar o despreciar a quien opte por currar dentro (y la opción existe). Que se le desprecia a pie de calle? Ya. También a las gordas, como te decía. Pero de eso tiene la culpa la calle, sin más. Los prejuicios de la gente. Nosotros.

Por parte de las instituciones me parecería absurdo fomentar el curro en casa. Es que, siendo realistas, ni es seguro ni es productivo (hablando de pasta, sin más). Y, es más, me parecería peligroso fomentar que en el seno de las parejas o familias un miembro dependiera económicamente del otro. Me parecería chungo, de verdad. Qué ventajas tendría? Qué inconvenientes? Qué riesgos?

Me parece más lógico que se fomente lo contrario, la independencia económica. Para empezar porque eso te da ventajas y facilidades. Porque evita situaciones de "poder" en casa (situaciones que pueden ser muy sanas o muy enfermizas, como sabemos). Porque evita situaciones de desprotección, indefensión e inferioridad de uno frente a otro. Y porque genera pasta. Creo que hay buenas razones, monetarias y de otros tipos. A lo mejor por eso se considera un bien el trabajo fuera de casa y por eso se fomenta, no lo sé.