viernes, 4 de mayo de 2012

Transgénicos

Hay detractores y defensores de los transgénicos, ambos con argumentos poderosos a su favor. Voy a intentar simplificar algo que es muy complejo.

Defensores
Con los transgénicos existe mayor seguridad de que la cosecha que se planta va a seguir adelante, al ser productos más resistentes a los caprichos de la Naturaleza y además se obtienen más kilos de alimentos por hectárea cultivada. Sus defensores proclaman que es la mejor manera de terminar con el hambre.

Detractores
Observan dos problemas básicos:
1. Seguridad sobre la salud de los consumidores. No hay una seguridad absoluta de que no sean dañinos para la salud. Los experimentos con ratas descubren que hay alteraciones celulares en las que consumen maíz o soja transgénica con respecto a las ratas que consumen maíz o soja natural. Pero en esos mismos estudios también se aclara que estas diferencias no han conllevado ningún menoscabo en la salud general. Es decir, hay diferencias celulares que no conllevan un peor estado de salud.
2. Seguridad medioambiental: Los transgénicos pueden ser un grave riesgo para la biodiversidad y tienen efectos irreversibles e imprevisibles sobre los ecosistemas.

Mi opinión
No existe casi nada que sea nuevo que se pueda asegurar que no afecte negativamente a la salud. Y no sólo en transgénicos. La electricidad, los microondas, teléfonos, tinta de los periódicos, decenas de miles de productos químicos que se emplean en las mil cosas que usamos a diario. Si se prohibieran todos los productos en que no se haya asegurado en un 100% que no producen ningún daño en la salud, volveríamos a la Edad Media.

Vivimos, creo yo, en una histeria colectiva de seguridad. Pero el riesgo es inherente a la vida y, sin riegos no hay cambios, sin incertidumbres no hay avances.

Si desde el siglo XVIII se hubieran prohibido todos los avances de los que disfrutamos ahora, hasta no haber asegurado al 100% que no producen problemas de salud, seguiríamos viviendo en las mismas condiciones que en el siglo XVIII y con la misma esperanza de vida de entonces: 50 años. En el camino seguro que esas incertidumbres, a veces han terminado en catástrofe para algunos, pero en su conjunto, han sido avances decisivos para tener mayor cantidad y calidad de vida, incluída la salud.

Creo que el debate sobre los transgénicos entra de lleno en esta dialéctica. Y es más, con los mismos datos que aportan sobre la salud de las ratas, la seguridad de los transgénicos es infinitamente mayor que la de miles de productos que empleamos y que tampoco se conocen a ciencia cierta los riesgos. Que hayan alteraciones celulares sin enfermedad acompañante en los ratones, no significa, desde el punto de vista científico, absolutamente nada. Distintas dietas comportan diversidades celulares sin impacto en la salud. Dietas de soja natural y dietas de maíz natural en ratones también provocan diversidad celular.

Otro debate absolutamente distinto, que creo de mucha más importancia en el tema de los transgénicos, no se refiere a la salud de los consumidores, en donde creo que el problema es prácticamente nulo, sino en el impacto medio ambiental. Y ahí sí que tengo mucho temor a los transgénicos.

Mi impresión personal es que los transgénicos se deberían prohibir, pero no por su impacto en la salud (antes habrían que prohibir otros muchos miles de productos), sino por su impacto medio ambiental.

4 comentarios:

Celadus dijo...

Se te olvida un dato importante en este tema: el control sobre las semillas. Usar transgénicos supone que el agricultor está obligado a comprar cada año las semillas al proveedor, sin poder guardar parte de la cosecha anterior para volver a sembrar. Imagínate lo que esto supone para los agricultores del tercer mundo.

Juan dijo...

No lo he olvidado Paco, sólo he intentado dar unas pinceladas básicas sobre el tema y para ello me he centrado en la salud humana y salud medioambiental.

Pero como bien dices, hay otros muchos matices que no he tocado, como la cuestión económica que, como en lo demás, hay efectos positivos y negativos. Y lo que comentas es uno de ellos: la dependencia alimentaria del tercer mundo a las empresas de transgénicos, que no es precisamente un problema menor.

Lenka dijo...

Ostras, eso ni se me había pasado por la cabeza. Gracias por apuntarlo, Celadus.

Interesante tema, Juan. Otro de esos en los que (al menos a mí me pasa) oyes y lees tanto, tan diverso y (aparentemente) tan sensato a favor y en contra... que no sabes qué pensar!

Juan dijo...

Es lo que siempre pasa. La gente prefiere manipular antes que informar. Y manipulan los dos lados. Y no sólo en este tema, prácticamente sucede en casi todo. Se prefiere tener seguidores ciegos que personas que están de tu lado tras estar perfectamente informada.

Muchas veces me han dicho que yo estoy a favor de los bancos y en contra de la gente porque he desmontado la sarta de mentiras que hay en torno a ellos (y muchas verdades también). Y no es que esté a favor ni en contra, es que me gusta que las críticas sean auténticas y no mentiras que se van repitiendo ad infinitum hasta que se convierte en verdad irrebatible.