lunes, 20 de octubre de 2008

Derecha e izquierda. Conservador y progresista

Derecha e izquierda

La derecha, más que un conjunto de pensamientos o ideas, son un conglomerado de normas dogmáticas, generalmente no asociadas a un razonamiento lógico, en torno a las cuales se construye una forma de vida, en la que el pensamiento crítico no cabe. Se suelen unir en torno a tres puntos básicos: Patria, Dios y Familia. Nada es discutible, porque son conceptos etéreos, basados en la fe y no en la razón.

Sólo hay un tipo de patria razonable, la que marca las fronteras de su propio país, al que hay que defender, incluso hasta la muerte, se tenga o no se tenga razón en caso de conflicto con la patria de los otros.

Dios existe y todas nuestras acciones están guiadas por ese Dios que, en correspondencia, nos bendice por encima de los no creyentes. Es nuestra obligación hacer proselitismo sobre nuestra religión y, en ocasiones extremas, imponer por la fuerza nuestra fe.

Sólo hay un tipo de familia: la que forman un hombre, una mujer y, en su caso, los hijos. Todo lo demás debe estar prohibido o mal visto.

La derecha no tiene porque ser capitalista. En Occidente, es cierto que ha abrazado el capitalismo pero, a lo largo de la historia, muchas civilizaciones han sido de derechas, con las tres características citadas, y no han tenido un sistema capitalista. Irán, en la actualidad, es una sociedad de derechas no capitalista.

La izquierda sí es un ideal, una aspiración. Es la consecuencia natural de la desigualdad social. Supone el intento de igualar a los ciudadanos. Todos deben tener los mismos derechos, deberes y oportunidades. Se establece, de esta forma, un compromiso de respeto hacia el que es diferente.

La izquierda no tiene porqué ser marxista. En nuestro entorno, aunque la veamos como sinónimo de socialista, la izquierda ha existido siempre. Sí es cierto que Marx dió a la izquierda una dialéctica y un pensamiento poderoso, lleno de lógica y razonamiento, pero no se le puede considerar como el fundador de la izquierda. Espartaco era de izquierdas, la Revolución francesa también y, en general, tantos movimientos a lo largo de la Historia que han luchado contra un poder establecido e injusto que trataba con desigualdad manifiesta a los individuos.

Conservadores y progresistas
Ser progresista es estar abierto a los cambios. Ser conservador es adaptarse al entorno conocido, posiblemente por miedo al cambio.

Bajo mi punto de vista, no tiene nada que ver con la izquierda y la derecha. En España la izquierda es progresista y la derecha conservadora. En China, Cuba o la antigua Unión Soviética, la izquierda es la conservadora y la derecha la progresista.

Ser conservador o progresista creo que tiene más que ver con la carga genética y con la esencia misma de una persona que de las ideas, el entorno o la educación recibida, aunque tampoco hay que desechar el entorno. Dos gemelos, por tanto con carga genética idéntica, que hayan crecido separados en Cuba y en USA, serán probablemente ambos conservadores (uno sin embargo de izquierdas y otro de derechas)....o viceversa, ambos progresistas: uno antisistema y otro anticastrista.

Me baso para realizar esta afirmación en un trabajo de John Alford sobre 8000 hermanos, unos gemelos (tienen los mismos genes) y otros mellizos (no comparten el mismo material genético). Teniendo en cuanto que tanto los gemelos como los mellizos comparten la misma educación, edad y entorno, Alford demostró que los gemelos tienden a tener las mismas actitudes sociales, ambos son conservadores o ambos son progresistas, mientras que los mellizos difieren significativamente en su forma de pensar.

Como decía en una entrada previa, no soy seguidor del determinismo genético. El entorno, la educación, la propia voluntad y el esfuerzo pueden ser más influyentes que los genes, pero éstos pueden ayudar a explicar muchas de nuestras distintas actitudes.

La esencia última de la derecha, la izquierda, lo conservador y lo progresista, difieren mucho del concepto al uso.

3 comentarios:

Jose dijo...

Bueno, como acabarás de intuir, yo tengo que ser de izquierdas. Y soy progre para lo que creo que hay que ser proge y conservador para lo que creo que hay que ser conservador. Creo que es más un tema de matices que de pareceres....como casi todo en esta vida!!jaja!!

y el próximo que abra un blog, me linkee y nisiquiera me lo diga no le adjunto!ea!!jaja!!

Juan dijo...

Bienvenido Jose.

Disculpa que te haya linkeado sin comentártelo. Lo puse en el foro y no caí en que también te linkeé a tí sin que lo pudieras saber.

Bueno, como todo en la vida, no hay nada negro ni blanco, sino muchos matices de grises. Con esto de conservador o progresista también. De hecho, creo que la virtud está en el medio. Saber lo que merece la pena ser conservado y saber cambiar lo que no funciona de forma adecuada. Es todo un arte y muy difícil. La medida de lo que hay que cambiar o conservar es lo que te hace tener un perfil más bien conservador o progresista.

He exagerado y simplificado el cuadro para no hacer una disertación larguísima con todos los matices, imposible de tragar.

Me alegra que me hayas dado la oportunidad de explicarlo.

Un abrazo y ¡¡¡enhorabuena otra vez¡¡¡.

Celadus dijo...

No se, supongo que la herencia puede determinar cierta predisposición para afrontar los cambios con mayor o menor facilidad. Pero en absoluto creo que determine que uno sea progresista o conservador por sí solo. Sobre todo, porque como bien dices, ambos términos tiene matices y no se les puede considerar compartimentos estancos.
Un saludo.