sábado, 19 de diciembre de 2009

El perro

"Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay gente que ama más a sus perros que a los hombres". Aldous Huxley.

Siempre me han gustado los perros. Mucho. Pero jamás he tenido uno.

Se ha considerado al perro como el mejor amigo del hombre. Hay multitud de alabanzas hacia este animal y, en algunos casos, se le considera el paradigma de lo que deberían ser los humanos. Son fieles, obedientes, cariñosos y leales.

Pero creo que, en muchos casos, no son tan queridos por estas virtudes, sino por otra mucho menos aparente: la falta de crítica.

La adoración al amo, sin la más mínima traza de valoración o enjuiciamiento, se asemeja mucho al hombre en su adoración a los dioses.

"Cuanto más conozco al hombre, más quiero a mi perro," decía Lord Byron.

Pues no me gustaría que mis hijos se parecieran a los perros. Los prefiero leales y cariñosos pero también rebeldes y críticos.

7 comentarios:

Jack dijo...

Juanquerido.
Por mucho que te gusten, si nunca has tenido no puedes saber (como el que no tiene hijos no puede hacerse mucha idea) porqué uno acaba pensando siempre que su perro es mucho mejor persona que él mismo.
Mi perro era mucho mejor persona que yo (entiendemé). Y afortunadamente no era una persona, y dudo que nadie quiera que la gente que tiene alrededor sea como un perro, ni que su perro sea como una personita.
No, es imposible explicarte. Decir que todos los perros son así o asá es como decir que todos los niños o que todas las mujeres o que todos los viejos. Cada perro es cada perro, pero es curioso: hay pocos malos.
Qué sé yo, si sois conscientes de que es para muchos años, de que no son juguetes, de que necesitan mucho tiempo y mucho deporte y mucho cariño, quizá debáis ir hasta la perrera y adoptar uno.
Quizá.
No sé. Está claro que no tienen espíritu crítico (aunque tienen carácter). Si quieres espíritu crítico, o habilidades informáticas, o que hablen idiomas o que te arreglen el coche o te lean los mapas pues no. Definitivamente un perro no es buena idea.
Bicos.

Mary Merecias dijo...

Creo que el perro te quiere de alguna manera desinteresadamente, pero, el perro actua por instinto y no tiene sentimientos como los humanos, al parecer así es. Esa es la diferencia, pero ahi es donde esta el verdadero amor, pienso, de quien quiere estar por voluntad propia a quien esta por que asi le marca el instinto. :)

Juan dijo...

No me refería a esto Jack.

No pretendía hacer una crítica a los perros, sino a los que comparan los perros con personas, saliendo siempre ganando los perros.

No son ni pueden ser comparables. Y en las mismas virtudes que adornan a los perros están precisamente sus mayores defectos: se dejan tiranizar.

También conozco a algún especimen humano que, odia a todos los seres humanos y no tiene ningún amigo, pero su perro es maravilloso y mucho mejor que ninguna persona. Cuando me encuentro con alguien así siempre pienso que esta persona no pretende relacionarse con los demás, sino simplemente que la adoren. Unicamente lo consigue con su perro, por supuesto.

Juan dijo...

Mary, es que para mí, el único amor verdadero debe ser necesariamente desinteresado.

Y tampoco estoy tan seguro de que los perros no tengan sentimientos. Me da la impresión que sí los tienen. Quieren y odian. Quizás no sean tan sofisticados ni tan enrevesados como los de los hombres. Me da la impresión que son como el blanco y el negro sin las inmensas escalas de grises que tiñen todos nuestros sentimientos.

Debo reconocer que siempre he querido un perro, pero por circunstancias, nunca lo he podido tener.

Y si lo tuviera, no me gustaría que fuera demasiado crítico.

Un abrazo

Sra de Zafón dijo...

Me hace gracia, Juan, que tu entrada y la mía empiecen hoy con Huxley, ya es puntería.:-)
A mi Huxley me fascina.
Tal y como yo interpreto esta frase, Huxley nos cuenta que hay humanos que si no los idolotras no se sienten amados, con lo cual ya puedes darles todo tu amor que nunca lo recibirán como tal. Por eso hay algunos que mejor les iría teniendo un perro que un amigo humano, por ejemplo.
creo que la gente que generaliza poco le importa ver mas allá de sus narices, así que cuando alguien dice que prefiere a un perro que a un hombre, suelo pensar que tiene una vida muy pobre, pero no porque quiera al perro, si no porque su experiencia con los humanos haya sido tan mala.
En cuanto a los perros me parecen seres inteligentísimos que han aprendido que comportandose como nuestro niños: de modo zalamero, juguetón y cariñoso, consiguen de sus amos lo que quieren. (Por supuesto me refiero a los amos decentes, no a los que los maltratan, abandonan, etc.)
Estoy convencida de que además de emociones e instinto tienen sentimientos, y de que PIENSAN, no tengo ninguna duda, sería capaz de pelearme con Paulov si hiciera falta :-)
Y como dice Jack, cada perro es un mundo, como cada humano...

Un beso.

Juan dijo...

Exactamente Chusa. Algunos sólo aceptan el amor incondicional y acrítico y eso no es amor, es adoración y sometimiento.

Una cosa es que te acepten y otra muy distinta es que te adulen.

Un abrazo

Lenka dijo...

Por eso entiendo, o creo entender, lo que encierran frases como esa. El perro nunca será persona, desde luego. No puede alcanzar montones de grandezas de la persona. Pero tampoco sus miserias. El perro no es envidioso, ni ególatra, ni estúpido, ni avaro, ni cruel, ni mezquino. Es un perro. Y, en cambio, es un buen compañero en toda su irracionalidad. Tiene algunas de las cosas buenas de las personas y ninguna mala.

Que en realidad no es así? Que lo humanizamos? Seguramente. Que cuando el Trasto estaba ingresado la perra no estaba triste por él, ni lo añoraba, porque no puede "sentir" como nosotros? Que lo que le pasaba era otra cosa instintiva y animal que como no entendemos humanizamos? Quizá, no lo niego. Pero aunque lo que esa perra expresara no fuera tristeza humana, y aunque sus saltos al ver volver al Trasto no fueran alegría humana, aunque sean otra cosa, se le parecen mucho. Es decir, un perro no es persona y es ridículo pretender que lo sea. Pero tiene muchas cualidades parecidas a lo mejor de las personas. Por eso se les quiere, supongo.

Por nobles, fieles, generosos. Porque no son nada de eso pero lo parecen. Porque yo jamás tuve perro ni me gustan especialmente (soy de gatos, los amo, me chiflan precisamente por lo poco humanos que son, eso tiene su encanto) pero ahora sé lo que es amar a un perro.

La especie humana es maravillosa y decepcionante. Un perro no decepciona. Es un perro. Quizá por ahí va la frase, no sé. Cuanto más conozco algunos matices de las personas, incluso a algunas personas, más me gustan los perros. Sobre todo el mío.