martes, 16 de agosto de 2011

La visita del Papa

A la Iglesia católica hay muchas cosas que se le puede criticar, pero estas críticas pueden ser desde el respeto o desde la burla, odio, escarnio, mentira, manipulación o crueldad.

El derecho a expresarnos libremente, tan duramente conseguido, no debería ser ensuciado por los fanáticos que hacen de la diferencia de opinión, un motivo para dar rienda suelta a su odio. Los que prefieren insultar al que piensa de manera diferente que discutir puntos de vista, pierden toda la razón que podrían tener por su propia sinrazón.

No me gusta casi ninguna idea del Papa ni de la jerarquía católica, pero tienen todo el derecho del mundo a expresarlas y vivirlas libremente y, los que no estamos de acuerdo, tenemos no sólo el derecho, sino incluso el deber de criticarlas desde la razón, la lógica y, sobre todo, desde el respeto.

¿Oponerse a que una persona venga a nuestro país por sus ideas?.
¿Oponerse a que el Papa pueda hablar del aborto?.

Las organizaciones que se oponen a esta visita han perdido toda credibilidad al no respetar al diferente.

14 comentarios:

Lenka dijo...

En realidad mucha gente se opone a cortes de tráfico durante una semana, molestias de todo tipo para montones de ciudadanos y ciertos actos que parecen demostrar favoritismo respecto a otros colectivos. No deja de sorprenderme la cantidad de críticas que se hacen a las fiestas del orgullo gay (por ejemplo) desde ciertos sectores de la política (que se quejan del ruido, el barullo y demás) cuando luego aplauden una visita que monta un auténtico pollo durante una semana.

Creo que muchos no reaccionaríamos con tanta hostilidad si no viéramos esa misma hostilidad hacia otros colectivos, hacia otras celebraciones y eventos. Creo que nos sería mucho más fácil respetar a la curia católica (sus opiniones, su doctrina, sus manifestaciones) si ellos fueran capaces de respetar a quienes no comulgan con ellos. Ten en cuenta que muchas veces (demasiadas) el colectivo católico se opone radicalmente a cuestiones que ni les afectan ni les restan derechos (el matrimonio homosexual, por ejemplo) montando verdaderas cruzadas contra personas (porque al final es eso: oponerte a las libertades de personas). Partiendo de esa base es difícil que luego te respeten a ti, y un poco marciano que lo exijas.

Yo no me opongo a la visita del Papa por sus ideas. No me opongo a que venga. Me molesta el despliegue, el despilfarro, las molestias. Y me molesta la fanfarria que se le da a un señor que no se limita a expresar sus ideas o su fe (eso me parece perla) sino que actúa de manera absolutamente censurable (en mi modesta opinión) en muchos temas. Se trata de un señor que (como el resto de la curia) no tiene el menor problema en mentir descaradamente cuando le conviene (las chorradas que llegan a decir sobre los preservativos debieran considerarse poco menos que delito contra la salud pública), en condenar públicamente a personas que no obran como Dios manda metiéndose donde nadie les llama (amenazar con excomunión a la familia de una niña violada de nueve años si optan por el aborto???? Con qué derecho moral????) o en vivir de un modo completamente distinto al que predican (llenarse la boca hablando de pobreza y austeridad cuando no en vano dice el dicho eso de "vivir como un cura"...)

Y, ojo, que estamos hablando también de una gente (la curia, no los fieles) que en más de una ocasión han sido cómplices de delitos tan vergonzosos como la pederastia entre sus filas, y no pocas veces los han justificado con argumentos del tipo "algunos menores lo van buscando".

O sea, que no se trata de no respetar un credo o unas ideas. Es otra cosa. Son muchas cosas.

Kaken dijo...

Es, simplemente, no darse por aludido.

Juan dijo...

Lenka, es que tan perversas puedes ver tú sus ideas, como ellos ven las tuyas. Pero tienes que convivir con ellos y ellos contigo y, la mejor manera de convivir no es el insulto sino una crítica respetuosa.

Sólo podemos vivir en una sociedad lo más libre y cómoda posible si nos respetamos todos. La burla sobra.

Queremos que la calle sea de todos, y eso conlleva incomodidades. Yo prefiero no quejarme de que la tomen la Iglesia, los gays o los boys scout porque también la quiero para mí cuando me haga falta exprexarme.

Con respecto al despifarro, prefiero no meterme en lo que hagan con su dinero los demás, por mucho que prediquen la caridad a los pobres y estén en contra del consumismo. Todos podemos hacer mucho más por Somalia de lo que estamos haciendo y no me gustaría nada que alguien viniera a echarme en cara la cervecita y las tapitas que me estoy tomando o el tener mis pequeños lujos. Y te aseguro que si todos los españoles dejáramos la tapita y la cervecita y esos pequeños lujos, saldrían muchísimo más que esos 50 millones de euros que se van a gastar.

Y que la Iglesia no se haya caracterizado precisamente por el respeto a los demás tampoco es óbice para caer en su mismo error. Su intolerancia es precisamente la causa de que esté perdiendo tantos adeptos. Por el contrario, nuestra intolerancia hacia ella se los haría ganar.

Lenka dijo...

Lo siento, pero tengo una máxima: ser radicalmente intolerante con la intolerancia. Será una de esas paradojas que todos tenemos. No puedo ser comprensiva con el racismo, con el machismo, con la violencia, con cualquier actitud que pretenda pasarle por encima a nadie. No creo que me ponga al mismo nivel que el violento (por ejemplo) porque no seré nunca violenta con él, pero seguiré afirmando que es violento sin que tal cosa me parezca insulto, sino mera definición (como si a mí me dicen que soy impaciente o huraña, es totalmente cierto).

No se me ocurre criticar a una persona por su fe (cómo iba a hacerlo, si algunas de las mejores personas que he conocido jamás son devotos católicos???) Lo que critico son ideas, conductas, actos concretos, declaraciones concretas de personas concretas. Se puede criticar al imán que enseña cómo pegar a las esposas sin dejar marcas sin que ello sea atacar al islam ni a sus adeptos, no? Esto es lo mismo.

Respecto al tema del dinero: es que no sólo es el de "los demás". Es que insisto en que la visita del Papa está generando una serie de gastos y molestias que atañen a todos, especialmente (obvio) a los madrileños. No es algo que yo me invente, es algo que ellos mismos están contando porque lo están sufriendo. Se supone que, a cambio, el evento dejará mucho dinero a los comerciantes de la zona, pero curiosamente esos comerciantes afirman lo contrario, porque, como bien explican, qué dinero van a dejarles unos chavales jóvenes que vienen con lo justo y necesario, que tienen el alojamiento gratis, bonos para comer y descuentos en transportes? Qué beneficios van a aportar unos chavales que, como mucho y salvo excepciones, van a gastarse diez euros en una camiseta de recuerdo o en un rosario? Como pasa siempre nos encontramos con un baile de cifras que no termina de encajar y es difícil fiarse ni de unos ni de otros, pero en este caso concreto yo me inclino (en principio, ojo, ya veremos) por creerme al señor que está en su negocio y al final del día hace caja. Entiendo que no tiene necesidad de mentir, y que si la cosa fuera tan rentable lo diría, incluso propondría que estas cosas se repitieran.

Respecto a Somalia... es obvio que nadie renuncia a sus tapitas y sus cañas por mucha hambruna que haya donde sea. Como mucho aportamos diez euros a una cuenta solidaria, o compramos tarjetas de "1 kilo" en el súper para tranquilizarnos la conciencia. La diferencia es que la gente de a pie no hemos hecho voto de pobreza, ni alardeamos de modos de vida ejemplares en la caridad y el servicio al prójimo.

No sé. Como dice una tía abuela mía de 87 años y católica practicante: "esto por qué no lo han hecho en el Vaticano? A los chavales lo mismo les daba viajar a Madrid que a Roma, y el Vaticano ya está allí con Papa incluido, no? Se podrían haber reunido en la Plaza de San Pedro y hacer exactamente lo mismo con menos líos y seguramente menos gasto". Pues como idea no está mal, la verdad.

Juan dijo...

Ser radicalmente intolerante con la intolerancia tiene una doble via: tus intolerancias son diferentes a las intolerancias de los demás. A tí los católicos te pueden ver intolerante con el aborto, por ejemplo, y definirte, no insultarte según tú, como asesina y violenta por estar de acuerdo con matar lo que ellos consideran vida humana.

Cuando se enfrentan las intolerancias de unos contra las intolerancias de otros el único que sale victorioso es el miedo, la incomprensión, la agresividad y, más tarde o temprano, la violencia.

El respeto no exige ser comprensivo con el racismo, machismo, etc. Permite la crítica del que piensa o actúa de manera diferente, pero no permite el insulto, el menosprecio, el juicio de valor a la persona (el juicio de valor a las ideas, sí), la chanza en canciones, o el sarcasmo. Hay que aprender a descalificar ideas y no a personas. Una persona puede comportarse en un momento dado de manera violenta y sin embargo ser muy pacífico.

Al imán del que hablas se le pueden y deben criticar sus ideas, incluso exigirle responsabilidades penales por sus actos, pero ¿de qué sirve llamarlo hijoputa, cabrón, nazi etc?. Cuando iniciamos un debate con alguien contrario a nuestro proceder, si se hace desde la agresión personal, las posibilidades de paz se esfuman, sobre todo nuestra propia paz. Al actuar desde el odio le estamos haciendo a nuestro enemigo el mayor de los regalos: nuestro malestar.

La visita del Papa no nos está generando ningún gasto, sino ingresos. Los 50 millones de euros presupuestados no salen de las arcas públicas sino del bolsillo de los peregrinos y de donaciones particulares y de empresas. Y esos 50 millones no se gastan en Japón sino en España, lo que genera empleo, aunque sea por pocos días e impuestos indirectos, además de 4.800.000 euros para el transporte público y más millones a los recintos públicos que acogen a los peregrinos. Ese dinero no llegaría a España sin esta visita. Prefiero obtener 50 millones, aunque haga rebajas, que no obtener ni un euro sin rebajas.

Con respecto a las molestias en las calles sólo se puede optar por una de dos soluciones: 1) en la calle no puede haber ningún tipo de manifestación, jornada, carrera popular, etc.
2) la calle es de todos y en ella podemos expresar lo que deseemos, siempre con un orden y con los permisos adecuados para evitar los abusos.

La segunda opción acarrea molestias, pero hoy por ti mañana por mí. Posiblemente muchos que estén encantado con la visita del Papa, en su día protestaron por las molestias generadas en las jornadas del orgullo gay y viceversa. Pero al ser la calle de todos, de vez en cuando hay que cederla para que mañana me la tengan que ceder a mí.

La gente de a pie alardea, y mucho, de su caridad y de su bondad. Se llenan la boca de palabras como solidaridad con el tercer mundo, ayuda al inmigrante, más gasto social, etc, pero a la hora de la verdad sólo dicen lo que los demás deben gastar (la Iglesia, el Estado, etc) y sólo con decirlo tranquilizan sus conciencias y creen que son buenísimos. Menos hablar de lo que deben hacer los demás y más hacer personalmente, así nos iría muchísimo mejor. Los profetas del buenismo con los dineros ajenos no solucionan problemas.

En la ayuda y solidaridad con los desfavorecidos, la Iglesia hace más que todas las ONGs juntas, así que para que yo critique lo que deben o no hacer con su dinero, mucho tendría que hacer yo para no resultar patético.

Y sí, tienen San Pedro, pero también tienen la libertad de manifestar sus creencias donde quieran o les dejen. Y para nuestra suerte, han elegido Madrid para dejar sus 50 millones de euros. Ojalá vinieran en las mismas condiciones otro millón de peregrinos recordando a Elvis, otro millón de musulmanes, otro millón de gays, otro millón de heteros y otro millón de ateos.

Lenka dijo...

Costillo, no creo ser de las que insultan a las personas. Procuro siempre opinar sobre hechos, ideas o conductas, no sobre las personas en sí. Por otro lado tampoco soy perfecta, y seguro que alguna vez he soltado algún "serán cabrones!!!" como lo hemos soltado todos alguna vez cuando las noticias nos cuentan que un señor ha matado a su mujer, una tipa se ha cargado a sus hijos o un imán ha hecho apología del maltrato. Somos humanos, no somos perfectos ni podemos servir siempre de ejemplo de tolerancia y mesura. A todos se nos calienta la boca alguna vez, pero insisto en que procuro siempre no criticar a la persona, sino el hecho. Y en este caso concreto repito que algunas de las mejores personas que conozco son fervientes católicos (seglares y "militantes"), así que entiendo lo injusto de generalizar y lo innecesario de faltar.

Que para muchos católicos yo soy una asesina por estar a favor del aborto (aunque yo no tenga pensado hacer uso) lo tengo claro, porque me lo han llamado muchas veces (y cosas peores). La diferencia, ya ves, es que yo no osaría llamar imbécil ni descerebrada a una mujer que decidiera tener un hijo por encima de todo, aunque hubiera sido violada, aunque tuviera quince años, aunque el niño presentara malformaciones o aunque peligrara su vida. Es SU decisión y yo lo respeto, por raro que pueda resultarme su caso concreto. Frente al aborto creo ser tolerante: defiendo que cada mujer pueda elegir. Ellos no. Para ellos no hay elección posible, si obras como ellos desean haces lo correcto y si no eres una asesina. Creo que hay diferencias. Porque si hablamos de definiciones y no de insultos, a mí sólo podrían llamarme "proaborto", del mismo modo que yo sólo podría llamarles a ellos "provida" (por más que no esté muy de acuerdo con esa palabra, pero bueno, es la que se usa en estos casos). Resulta que luego no es así. Que muchas veces debates con según qué personas, y mientras tú intentas argumentar tus ideas ellos (algunos) se limitan a llamarte criminal.

Yo no estoy casada, pero no me molesta que otros se casen. No me dedico a organizar manifas contra las bodas religiosas y los vestidos blancos. Con no hacerlo yo, me vale. Los demás que hagan lo que quieran. Por qué entonces se empeñan ciertos sectores en decirnos quién tiene o no tiene derecho a casarse?? Máxime teniendo en cuenta que los gays, por ejemplo, se casan por lo civil! Que yo sepa nunca han intentado obligar a un cura a que los case. Así pues, por qué se meten ciertos sectores?? Por qué siguen empeñados en que el matrimonio (y casi cualquier cosa, en realidad) lo inventó la Iglesia? Por qué se empeñan (o lo parece) en que ciertas cosas son "suyas" y de nadie más?

Lenka dijo...

Con lo del dinero ya te digo que no hay consenso. Unos dicen que esto nos beneficia, otros que es un despilfarro tremendo que pagamos todos. A quién creemos? Esto es como las manifas: según la organización fueron dos millones, según "los otros" (los que sean) apenas doscientos mil. ¿¿?? Se verá, supongo. Ojalá en efecto esto deje dinero en lugar de llevárselo.

Y sí, cielos, ojalá vinieran fans de Elvis, musulmanes y gays a celebrar sus convenciones. Ahora en serio, Costillo, tú crees DE VERDAD que se les iba a dar el mismo trato?? La Espe, el gobierno central, tú te crees en serio que iban a proporcionar alojamiento gratis y descuentos en transporte para un millón de musulmanes o de gays???? Vamos, hombre. El día del orgullo es una nimiedad (en cuanto a asistencia) y estos que defienden el derecho de los peregrinos a ver al Papa son los que se quejan cuando los gays salen a la calle. Son los mismos que se manifiestan en contra de las mezquitas, calcula cómo reaccionarían ante una convención de musulmanes en Madrid. No, no se mide por el mismo rasero, y mientras no se haga no me parece justo. Si la calle es de todos, es de todos. Si lo público es de todos, que sea de todos.

Y no, ya vale de victimismos y de quejarse de que se les persigue, porque no es cierto. No se persigue ninguna fe, ni a los que la profesan. Lo que se pretende es el fin de ciertos privilegios. Porque con privilegios no existe la igualdad. Así que sí, como tú dices, o todos o ninguno.

Kaken dijo...

Cuando he hablado de insultos no me refería a tí, sino a tantas personas que estos días se han manifestado de forma poco respetuosa, incluso violenta. Y este no es el camino.

Sobre la intolerancia de la Iglesia ya hemos hablado muchas veces. No me extraña en absoluto que intenten meterse en la vida privada de los demás y hagan una raya de los buenos y los malos. No es una institución que se caracterice por el respeto a los demás, sino por el intento de manipular, culpabilizar y prohibir a todos, lo que sólo forma parte de sus creencias. Aún no han aprendido que sus ideales son sólo suyos y no los pueden imponer a los demás.

Pero lo que defiendo es que a pesar de que sus ideas y acciones me dan repelús, más razón aún para criticarlas desde el respeto y la razón. Es fácil respetar al que piensa igual que nosotros. Lo difícil del respeto es hacerlo con los que no están de acuerdo contigo.

Lo del dinero, de verdad, no tiene color. Por mucho que se torturen las cifras para dar apariencia de que se gasta dinero de todos, es falso. Han torturado cifras porque en caso contrario se quedaban sin argumentos.

A los fans de Elvis y demás no creo que les fuesen a dar el mismo trato y me parece injusto. Un turismo de rentas bajas no sólo dejaría dinero (poco, eso es verdad), sino que daría una imagen de España muy saludable. La calle es de todos y los privilegios sobran.

Kaken dijo...

Esto....lo anterior no lo he escrito yo, Costillo se ha confundido de cuenta¡¡ :-)

Lenka dijo...

Jajaja, de acuerdo, Kaken, queda aclarado.

Costillo, estamos básicamente de acuerdo. Lo de las cifras, insisto, es como lo de las manifas (creo yo): un desmadre. Un sindios pa que cada cual pueda dar más fuerza a su opinión. Lo que me parece curioso es que no solamente "antipapas exaltados" están hablando de que la cosa no da dinero, también otras personas que en principio parecen "neutrales" y que, más aún, en principio son los máximos interesados en que esto dé dinero (comerciantes de la zona, por ejemplo). Y respecto a que la visita papal nos cuesta dinero a todos también lo sostienen personas que no son precisamente radicales antipapa, incluyendo ciertos sectores de la propia Iglesia (fieles, me refiero) que critican "semejante despilfarro" en tiempos de crisis mundial. Así que o bien hay mucha gente mal informada o no entiendo nada.

Juan dijo...

Los comerciantes dicen que van a ganar poco, y es verdad. Los que vienen son gente joven, con tres euros en los bolsillos.

Que los fieles critiquen el despilfarro, también es cierto, pero una cosa es que consideren que es un despilfarro y otra muy diferente es que se haga con fondos públicos: hay muchas maneras de poder gastar 50 millones de euros en cosas más necesarias. Es obvio que resulta cuanto menos chocante que un señor te hable en contra del consumismo y a favor de los pobres desde el palacio más lujoso del mundo.

Pero sigue siendo dinero suyo y con él puede hacer lo que le plazca, hasta ser inconsecuente con lo que predica. Se expone a que lo critiquen pero también se expone a que lo critiquen aquel que critique el despilfarro y a su vez no haga nada por los desfavorecidos. No me gusta nada que la gente se queje de la paja en el ojo ajeno y no vea la viga en el propio.

En las semanas previas yo también estaba en contra de la visita del Papa porque creía que se hacía con fondos públicos. El otro día me llevé el sorpresón cuando leí en El Pais las cifras. Me sentí engañado por una propaganda a la que hice caso sin haberme informado correctamente.

Lenka dijo...

Desde luego que TODOS (o casi) nos lamentamos mucho de la desgracia ajena y hacemos bien poco por contribuir a remediarlo (siempre hay quien hace, pero la mayoría se queda con el "no sirve de nada". Y ojo, que razón no les falta. Pero siempre será mejor hacer que no hacer, pienso). La diferencia es que no TODOS hemos hecho de la solidaridad, el amor al prójimo, la caridad y el sacrificio nuestra bandera personal. Qué va. A Bill Gates se le puede criticar muy mucho por no dar millones y millones a obras benéficas. Que los da, claro, porque desgrava y te hace buena publicidad (seamos buena gente y pensemos también que además lo hace con la mejor intención). Se podría criticar a cualquiera por no contribuir más, cada cual en la medida de sus posibilidades (y, claro, cuanto más rico el interfecto, más criticable, supongo). Pero es que Bill Gates es un señor que, imagino yo, hace tiempo se hizo el propósito de amasar una fortuna personal y vivir muy bien. En cambio, la curia vaticana y el Papa se llenan la boca hablando de misericordia, amor, entrega y caridad cristiana, pero no se ve que cundan con el ejemplo. Por eso creo, honestamente, que en este caso concreto Bill Gates es el de la paja en el ojo, mientras que los de la sotana son los de la viga.

Kaken dijo...

Hablando de banderas, sacrificio, sufrimiento, castidad, mansedumbre... otras palabras que la Iglesia ha adoptado como banderas y éstas han hecho mucho más daño aún que la inconsecuencia que supone el voto de pobreza y la enorme riqueza de la que disponen.

Juan dijo...

Vaya, lo de arriba no es de kaken, vuelve a ser mío. Esto de compartir ordenador.....