En muchas ocasiones, la visita a un buen psicólogo podría
mejorar muchos síntomas que creemos orgánicos pero que en realidad vienen de
una inadaptación emocional.
Un sustituto barato, quizás no tan eficaz, pero no menos
doloroso, es escribir una autobiografía HONESTA.
Para que una autobiografía funcione deben de cumplirse los
siguientes requisitos.
1.
Mientras se escribe, se tiene que tener la
certeza absoluta de que nadie, absolutamente nadie, lo va a leer. Esto es lo
más importante de todo.
2.
No dulcificar ninguna situación vivida. Contarla
tal y como la recordamos.
3.
No salvaguardar la propia imagen. En caso
contrario se tendería a adaptar los recuerdos a nuestra imagen actual para no
ponerla en tela de juicio.
4.
No justificarse ni justificar a otros.
5.
No juzgarse ni a sí mismo ni a los demás.
6.
Escribir lo que sucedió y lo que se sintió.
También se puede contar lo que los recuerdos te están haciendo sentir en el
momento en que escribes. Pero nunca juzgues, sólo siente.
7.
No vale con pensarlo sin escribirlo.
8.
Si el recuerdo está entre tinieblas, escríbelo
de todas maneras y, sobre todo, escribe lo que sientes entre esas tinieblas.
9.
Si no estás dispuesto a escribir la verdad de lo
que recuerdas no lo comiences. No servirá de nada. La
verdad tiene muchas caras y aquí no se trata de ser objetivo ni de ser justo
con nadie. Se trata de escribir lo que recuerdas, aún sabiendo que lo que
recuerdas puede no ser exacto, e incluso puede estar absolutamente equivocado,
pero es lo que te ha forjado.
2 comentarios:
Magnífica idea. Hace años que lo intento, pero cometo el error de querer no sólo contar, sino entender y justificar. Mal. Inento entender por qué pasó tal o cuál cosa, qué motivó a este o aquel a actuar así, y, sobre todo, intento justificar a todo el mundo.
Tendré que volver a empezar y aprender a contar las cosas crudamente, como las recuerdo, sin más. No sé si seré capaz...
No es nada fácil Te lo digo por experiencia propia. Es duro, pero a mí me ha servido mucho (aún sigo en ello). Es una manera de meditar más que de pensar.
En la meditación debes dejar la mente en blanco y dejar fluir lo que te venga sin intentar retenerlo.
En una autobiografía terapéutica es similar: contar sin juzgar y sabiendo que nadie lo va a leer (volveríamos a intentar dulcificar y/o condenar).
Si algún día fueras a un terapéuta, esta autobiografía le serviría muchísimo.
Publicar un comentario