domingo, 25 de enero de 2009

Gran Hermano

Gran Hermano ha terminado su X edición. Lo anuncio porque nadie se ha enterado. De todos es conocido que GH no lo ve nadie. Los españoles sólo vemos informativos, documentales de la 2, películas y series de calidad.

Vivo en un raro mundo en el que sólo yo, y dos o tres de las llamadas maris, lo han visto y lo han disfrutado.....y no me avergüenza decirlo. Me gusta GH., aunque sea políticamente muy incorrecto escribirlo. Pocos programas tienen tan mala prensa como éste y me imagino que por múltiples motivos:

1. No está bien fisgar en la vida de los demás.
2. Es una plataforma magnífica para las chicas que quieren enseñar sus encantos en Interviú.
3. Es una manera de fabricar famosos a los que echar mano a un precio razonable, pues de todos es sabido que echar mano de los famosos por una actividad profesional es caro y difícil.
4. Los concursantes no representan a la media nacional.
5. Los participantes son zafios, incultos, folloneros, faltos de un mínimo de decencia, tienen pocos recursos intelectuales y pocos o ningún ideal que merezcan la pena ser exhibidos.
6. Se potencia en la sociedad la cultura del dinero y la fama fácil.
7. Los valores que se defienden son de la más baja estofa.

Todas estas razones, y algunas más que me habré dejado en el tintero, me parecen más que suficientes para que a muchas personas no les guste. Y me parece estupendo. Se puede criticar al programa y no verlo y hasta aquí, me parece fenomenal.

El problema surge cuando algunos se elevan de categoría y menosprecian, cuando no insultan directamente, a los que no están de acuerdo con sus gustos. Para demostrar la categoría excepcional que poseen, el buen gusto que los caracteriza, echan pestes de los pobres diablos que, como yo, su seguro servidor, se divierten y aprenden con este programa. Se sienten muy buenos y superiores a la chusma que sigue GH. Pasan una barrera que no se debe franquear: de reprochar un programa a despreciar a los que tienen unos gustos diferentes. De hacer un juicio de valor sobre un hecho (GH) a hacerlo sobre las personas que no están de acuerdo contigo.

A estas personas siempre les digo: tendrás un gusto refinadísimo, superintelectual pero, mientras no aprendas a respetar a los demás, ¿de qué te sirve tanta erudición?. ¿Tu exquisito buen gusto te da derecho a pisotear a los demás?.

Vergüenza

Por otro lado, están los que no pierden ripio del programa pero niegan insistentemente que lo ven y curiosamente, en algunos casos, son los que más critican a los que lo siguen. Se lo saben todo sobre GH, pero “porque me equivoqué de canal”, “porque estaba medio dormido y no me di cuenta”, “porque al pasar de un documental a otro, durante un segundo, un único segundo, lo juro, me pude enterar de todo lo que sucede en esa casa”.

Majo, si te da vergüenza verlo, es porque consideras que es negativo y si es así, no lo veas, simple y llanamente porque, si lo ves y niegas que lo haces, estás haciendo dos cosas negativas: hacer algo que has etiquetado como negativo y además mentir.

¿No es más simple reconocer que te gusta el programa?. ¿Ser sincero contigo mismo y con los demás?. ¿No llevar una carga de negatividad y culpabilidad por ser como eres y gustarte lo que te gusta?.

Pues yo no me retraigo. Me gusta por muchas razones aunque me revientan otras. Contemplar en vivo y en directo las reacciones de un grupo de personas, muy diferentes entre sí, ante determinados estímulos. Como se convive y los resortes que cada uno se busca para llevar a buen puerto sus estrategias. Los mecanismos que llevan a algunos concursantes a la ira, el odio o el miedo. Como se comporta una persona insegura en contraposición a otra con autoestima, como sirve la autocrítica para manejar las emociones. A que puertos lleva el victimismo y la queja contínua y porqué se producen. Me parece apasionante. Ya sé que en los libros puedes aprender y comprender todo esto, pero verlo en carne y hueso, es totalmente diferente.

Comentar con tus hijos todas estas reacciones y dialogar sobre ellas, es otro mundo fascinante para mí. Percibo que ellos están aprendiendo y creciendo con las charlas que tenemos sobre todos estos asuntos. Noto que lo comprenden mucho mejor que si se habla sólo en teoría.

En fin, me apena que haya terminado GH X, pero estoy ilusionado con que empiece GH XI. No tengo remedio, soy un adicto a la gente.

PD: la gala final sólo la vieron 11 millones de personas, aunque 10.990.000 fue por error al cambiar de canal, por supuesto.

45 comentarios:

Jack dijo...

Jodó, así que eres fan!
Yo pertenezco sin demasiado orgullo al grupo que como sufre de una patológica y castrante vergüenza ajena, no lo ha visto en la perra vida. Quizá ayude que el primer año, aquel que supuso un enganche pandémico y que lo revistió todo de novedoso experimento antropológico yo estaba estudiando fuera de españa y literalmente me fue ajeno. Desde entonces, puedo prometer y prometo que no tengo ni la más remota idea de quién ha ganado nunca tamaño despropósito.
Me parece la quintaesencia de la telebasura, oiga. Igual que el Tomate y que ese programa de buscar pareja de donde salen los que antes salían de GH.
No hace falta ser mui listo para saber que se emite porque barre, así que supongo que algo tendrá el agua cuando la bendicen. Jamás me da por juzgar al que lo ve, aunque por silogismo básico creo que si lo que la gente quiere ver es eso, merecemos que sea eso lo que emitan. No me siento superior a tí por no verlo, simplemente no lo veo. No me sé nada de sus mecanismos porque cuando lo pillo en un zapping cambio durante el primer minuto: es lo que tarda en aburrirme o en molestarme. Me fascina que haya gente aficionada a esa variante de la tv, simplemente. Y mientras, me busco la vida para aprender por otros cauces lo que son las relaciones humanas. Y tal. Y créeme, es igual de válido y se llega a las mismas conclusiones.
Por otro lado, con los años se ha convertido en un asunto de coherencia personal: si me molestan los famosillos emergentes con sintaxis precaria, sin mérito artístico y menos oficio que el beneficio que les da su avidez por el éxito televisivo, aumentar los índices de GH sería bastante deshonesto. Más sabiendo como sé cuánto se cobra en la tele por cada cosa. Que no cuenten conmigo.
Pero ya te digo, me resulta fácil ser coherente con eso (coño, qué complicao es con otras cosas) porque me resulta molesto y aburrido a partes iguales. Creo realmente que GH fomenta la estupidez bastante más que cualquier otro programa, y es lícito. No dudo que verlo con tus hijas sea una experiencia enriquecedora (cualquier cosa puede serlo, si me apuras, si le pones cabeza) y no creo que ver algo que a mí me parece estúpido convierta al que lo ve en estúpido. Tampoco creo que el perfil de espectador de GH sea el de educador responsable, pero eso es más una sensación personal.
En cualquier caso, no creo que Gh sea tanto un motivo de espanto por lo que provoca sino por lo que significa. No creo que los castings tan brillantes que tienen sean tanto la enfermedad como el síntoma de hacia dónde están cambiado ciertas cosas de tu generación a la mía.
Pero bué, es lo que hay. Espero que disfrutes de la próxima edición como mínimo lo que disfrutaré yo no viéndola. Supongo que a mí aún me quedan kilotones de paciencia por encontrar para que me guste tanto toda la gente. O casi toda.
Biquiños.

Alberich dijo...

Yo no lo veo, pero respeto q tú lo veas,por supuesto.
Y no lo veo porq me da verguenza ajena,entre otras cosas.Pero lo q me apena es el programa.Su público puede tener miles de razones para verlo,no creo q esté necesariamente relacionado, desde luego.

abrazos!!

Lenka dijo...

Vi la primera edición de Gran Hermano, no desde el principio. Creo recordar que estaba nominado un chico gallego (Israel) y que con él se fue su novia (Silvia) a la que conoció en el programa. A partir de ahí lo vi, y me tragué la final super enganchada, disfrutando como una enana de las caras de pasmo que ponían los tres finalistas cuando les mostraban revistas en las que salían sus compis. Ellos pensaban que eran montajes, una broma del programa. No tenían idea de lo que se había organizado fuera, de que eran estrellas.

Empecé a ver la segunda edición y no la soporté mucho tiempo. Los participantes ya sabían a lo que iban y percibí en ellos mucha pose. Además, me harté de oír eso de que "tía, aquí dentro todo se magnifica", me harté del "yo soy tal y como se ha visto, no tengo estrategia, pero Fulano sí la tiene" y del "se han manipulado las imágenes, yo no hice eso ni dije lo otro, está fuera de contexto". Me harté de las broncas, de la mala educación, del bochorno, de los familiares tirándose de los pelos en plató y justificando las peores conductas de sus vástagos. Reconozco que me dio mucha vergüenza y me pasmó sobre manera que se insistiera tanto en el punto aquel de que los participantes habían superado pruebas muy duras y tenían todos una inteligencia superior a la media. Jo-der.

Estoy de acuerdo con todos los puntos que citas como negativos, Juan, pienso así realmente. Lo pienso tras haber visto gran parte de la primera edición (más bien lo que generó después) y un poco de la segunda. Tras las broncas de plató en plató, los concursantes convertidos en divos y tertulianos "serios", la lapidación pública de la puta de Babilonia, todo aquel olisqueo de intimidades al que se prestaron muchos de los propios implicados, no sé, lo encontré muy gore y muy degradante.

Así que no vi más. No lo podía resistir, la verdad. La imagen de una señora chillándole a otra cosas como: "tu hija lo que es es una guarra!!" me ponían literalmente colorada, y ojo que no soy precisamende de las que se escandalizan con facilidad.

Yo, honestamente, no creo que se aprenda nada de un programa como GH. Si acaso lo abyectos, envidiosos, desmedidos, histéricos y falsos que podemos llegar a ser. Lo que todos tenemos de puta y de mercenario. Y, la verdad, vista una edición, creo que vistas todas. Como esa es la única lección que logro sacar, la doy por aprendida. Suficiente.

Ahora bien, no se trata de ningún rollo intelectual. Si alguien logra sacarle más partido (ya sea enseñanza o pura diversión) a ese programa o a cualquier otro, ole y ole. Yo no puedo. Tampoco puedo entender "Redes". Las veces que intenté verlo me quedé con la boca abierta, encogida en el sillón, con la sensación de que me hablaban en ruso y pensando: "dios, pero qué ignorante y estúpida soy!!!!"

Que haya mucho iluminado intelectual que arremeta contra estos formatos, no lo dudo. Que muchos de ellos lo vean a escondidas y lo nieguen, tampoco. Las cifras cantan. Y no lo entiendo. O sí. Quizá muchas personas se hayan acomplejado realmente pensando: "ostras, si confieso ver GH se van a reír de mí, me van a llamar idiota, así que lo negaré". No lo entiendo, porque yo no tengo que justificarme ante nadie. Puedo ver GH y leer a Joyce, o no verlo y no por ello entender a Punset. En cualquier caso, haré lo que me dé la gana. Creo que aún tenemos muchos complejos ante el intelectual, así que hacemos lo que se supone que ellos harían.

Nadie tiene por qué negar si ve un programa o no lo ve. Nadie tiene por qué cortarse de decir que le aburren los reportajes de animales (a mí me aburren los de peces, por ejemplo, los de felinos me encantan) Y claro, tampoco yo voy a sentirme malvada y pérfida, ni una sabihonda, por considerar que GH es un programa infumable y que no pienso perder un minuto de mi vida viéndolo. Es una opinión que se ciñe al programa, porque lo he visto. Es la conclusión a la que llegué. No lo soporto y no quiero verlo, ni por accidente, ni haciendo zapping. Si de mí dependiera ni se emitiría, pero, al fin y al cabo, hay más canales para elegir. Basta con no verlo.

Juan dijo...

Encantado de verte por estos lares Jack.

Pocas veces hay algo bueno o malo intrínsecamente, per se. Lo hace bueno o malo el que lo contempla, o usa.

A GH se le puede mirar desde ángulos muy diferentes y, dependiendo del prisma en que lo contemples, podrá gustarte o aborrecerte, podrás sacar conclusiones positivas o negativas, te podrás divertir o aburrir. La mirada de cada uno es única y es esa forma de ver las cosas lo que hay que respetar. Si se falla en esto tan elemental, se está fallando en todo. No se puede construir una sociedad basada en la tolerancia si no se respetan los gustos de los demás.

Pero cuidado, respetar los gustos no significa que no se puedan criticar. Yo puedo defender el formato de GH lo mismo que tu puedes verlo horrible y no gustarte nada. Puedes ver actitudes en los concursantes que no son recomendables ni dignas de elogio. Yo tampoco comprendo que haya gente que se gane la vida contando con quien se acuesta. Se pueden criticar muchas cuestiones técnicas, todas las que quieras, e incluso actitudes, pero lo que defiendo en la entrada es en no entrar a hacer valoraciones personales ni etiquetar al que sí le gusta.

El rimbombante título de experimento antropológico con el que se vende el programa, es obviamente una exageración, como sucede en cualquier tipo de publicidad de cualquier producto, pero tiene algo de verdad. Ya quisieran muchos antropólogos tener una oportunidad similar de estudiar los comportamientos humanos.

Pero al margen de esto, lo que realmente busca el programa es divertir, simple y llanamente. ¿Y cómo lo consigue?. Con algo tan humano como es fisgar en la vida de los demás (no defiendo que esto sea positivo, pero es humano).

Con respecto a lo que comentas que es un síntoma de hacia donde vamos y no la enfermedad.....yo creo lo contrario, es un síntoma de lo que hemos sido y somos.

Un abrazo Jack, encantado de tenerte por aquí.

Juan dijo...

Hola Alberich. Has dicho en muy pocas palabras lo que yo, con cientos, he intentado exponer. No te gusta, pero respetas al que piensa diferente. Pueden haber miles de razones por las que gusta, tantas como motivos por los que no gusten. Pero nunca se puede faltar al respeto al que no piensa, siente o gusta como uno mismo.

Un abrazo, chavalote.

Lenka, yo tampoco he visto todos los GH, en cuanto los personajes me resultaban sosos lo dejaba de ver. De hecho, sólo he visto dos enteros, el primero y el último. Los demás, sólo a cachos y alguno nada de nada.

Las acciones de muchos de los concursantes no las veo dignas de elogio en absoluto. Los gritos, insultos, intentos de justificar lo injustificable por parte de padres airados, no son actitudes positivas y no las defiendo. Pero eso existe si miras alrededor. Eso es lo que hay y no se puede ocultar. Es la vida en chiquitito, pero con un seguimiento a largo plazo y me fascina, no el grito, sino la estructura mental y los porqués que llevan a ese grito o justificación.

Hace poco, estaba desayunando con mis compañeras, y todas negaban que lo vieran. Me quedé callado escuchando. Dijeron barbaridades del tipo: "es que la culpa de que hayan estas cosas es de los merluzos que lo ven, que no son más que amargados de la vida, incultos, soeces"....y mil lindezas más. Mientras criticaban al programa y a los que lo veían, explicaban porque no les gustaba.....y sabían mucho más que yo de GH, que he seguido todas las galas. Cuando terminaron de despotricar, dije que me encantaba y que me explicaran porque yo era un merluzo, soez, inculto etc. Se les caía la cara de vergüenza y aún más cuando les dije que sabían mucho más que yo, que no sólo se habían visto las galas sino el 24 horas también porque muchas de las razones que dieron pra explicar los motivos de su disgusto no las había visto. Dime de que presumes.....

¿Tan difícil es respetar al diferente?. Es muy fácil ser solidario con los negros o magrebíes que vienen a nuestro país, hablar de multiculturalidad, respeto por el que es diferente pero, si ves GH, no mereces el mismo respeto.

Un abrazo Lenka

Katha dijo...

Hola,

Pues yo no veo ni Gran hermano, la Isla de los Famosos ni nada de eso, por mucho qeu intenten met´ñermelo por los ojos. Puedo asegurar que sólo he visto la finla de la edición I de GH (sólo ese día) y trocillos sueltos (10 minutos, mi cerebro nodaba para más) 2 o 3 veces del petardo aquel de Hotel Glam. La final de GH I la vi porque recuerdo ser la única del trabajo, por aquel entonces no era más que una pobre becaria, que a la hora del café no sabía de qué ni de quién le estaban hablando. Lo del Glam fue para ver a quien le estaban pagando uan pasta y me pareció sinceramente bochornoso.
A lo de la isla podría haberle visto algún aliciente, por aquello de que se tenían que buscar la vida, pero chico no me llama.

NO tengo nada en contra de quien lo veo. De hecho gente qeu se tiene por muy lista e intelectual los ven, no te vayas a creer, y confiesan verlo, para más inri. Lo ven y lo dicen,me parece mucho peor verlo y después negarlo.

¿Me considero más intelectual por no ver ese tipo de programas? No, de hecho hay quien me recuerda mi incultura día a día. Simplemente mi cerebro no puede con ello. Sobretodo con el tipo de gente que elijen para concursar. Y mira que una tiene sus rarezas, sus manías, como cualquier hijo de vecino, pero es que no puedo con ello. Ni siquiera por "curiosear". Me encanta ver a la gente cómo se viste, cómo se mueve. Le comentaba a una compañera el otro día que un día que tuve de vacaciones me fui de compras al barrio de los "ricos", más que de compras me fui de excursión. Confieso ser terrible y hacerme una gracia tremenda las "señoras" todas con los mismos sombrerito, tinte de pelo, ropa, botas... Las jovencitas, todas idénticas. Ellos todos, toditos todos con la misma bufanfa, el mismo abrigo de paño azul. Entendedme bien, el objetivo no era en modo alguna la mofa o la risa, simplemente comparo, comnparo con mi día a día. Vivo en un barrio todo lo opuesto al barrio que os mencionaba, en un barrio en el que podríamos decir que empiezo a ser minoría étnica. El objetivo era ver el contraste. En ese sentido soy curiosa. Y lo cierto es que la gente del barrio adinerado no me pareció más feliz que la del pobre en el que vivo, me parecieron todos demasiado estirados, demasiado serios.

Tengo que dejaros.

Saludos

Sra de Zafón dijo...

Buenas tardes, Juan
Algún defectillo tenías que tener, jajajajajajajaa.

Lo primero de todo decirte que respeto profundamente lo que cada uno hace con su tiempo, y entiendo perfectamente que algo que para mí sea horrendo para otro sea algo maravilloso. Sin ningún pero.

Ahora bien, te aseguro que hay personas en este país que "sólo vemos informativos, documentales de la 2, películas y series de calidad." (lo de la calidad es muy discutible, siempre) y que no mentimos porque nos dé verguenza confesar que vemos cosas que nos parecen indignas. Evidentemente yo no formo parte de los once millones que vieron la final ni cambiando de canal.

De las cosas que más valoro en mi vida es mi tiempo, y sentir que lo pierdo viendo a personas relacionándose en clave Gran Hermano o Ana Rosa me hace sentirme gilipollas, ya que no me llega el tiempo para todo el cine que me apetece ver, todos los libros que me apetece leer y todas las conversaciones que me apetece tener.
Con la tele no me ocurre nada diferente a lo que me ocurre en otros ámbitos de mi vida, hay personas que tras conocerlas no me vuelvo a relacionar con ellas, lugares que tras visitarlos no los vuelvo a pisar, etc.

Yo también soy adicta a la gente y las relaciones humanas y Gran hermano, la Isla, o ese tipo de programas donde se confunden la solidaridad con eñ llorar cuando a alguien le ponen la pierna encima, la sensibilidad con la sensiblería y el amor con los revolcones, simplemente me parecen una perdida de mi tiempo, e insisto que "del mío" no del tuyo ni el de nadie que quiera pasar su tiempo mirándolos.
Además los grandes egos, como el de la Milá, me resultan chirriantes e insufribles.

Pues nada Juan, que como siempre: Gran Entrada.

Un abrazo

Juan dijo...

jajajja Katha, menuda excursión. Más que la barrio adinerado parece que ibas al zoo de excursión, jajajajaja.

Yo me fijo poco en las ropas de los demás, pero sí que me encanta contemplar las expresiones, formas de andar, risas, rostros etc. A veces me pongo a imaginar como pueden ser sus vidas teniendo como único dato cualquiera de estas actitudes en la calle. Lo hago sólo como divertimento, pero creo que este juego me ha hecho ser más observador.

Lo de la isla y el hotel glamour, y demás no los he visto ni me interesan. De hecho, veo poquísimo la televisión. Algún informativo, el teletexto y fútbol. Rara vez sigo una serie y pocas veces una película, ya que las prefiero grabadas y sin publicidad.

Un abrazo Katha.


Jajajaja Chusa: tengo muchos más defectillos donde escoger, jajajaja: me encanta el fútbol y soy del Barsa. ¿Te parece poco? jajajajaja.

Por supuesto que sé que hay personas que sólo ven documentales, informativos y series de calidad. A lo que me refería es que, según lo que cuentan, nadie ve otro tipo de programas, pero según el ranking de programas más vistos, no te encuentras un documental ni de cachondeo. No logro entender porque hay personas que se avergüenzan de sus propios gustos. A mí me gusta GH y La casa de la pradera, como me gustan Gibran, Hesse, Nietzche, García Márquez, Neruda o el gran Benedetti. Puede parecer extraño tener un gusto tan dispar, pero es mi gusto y me gusta, jajajajaj. Pero sobre todo no me avergüenza, soy ASIN, jajajaja.

Yo casi nunca tengo la impresión de perder el tiempo, quizás porque escojo y porque disfruto de lo que me gusta. Si no veo el tomate, no es porque tenga la impresión de perder mi tiempo, ni me lo planteo desde esa perspectiva. No lo veo porque no me gusta. La expresión "perder el tiempo" me da un poco de yuyu. Tengo una entrada previa al respecto.

Dices "ese tipo de programas donde se confunden la solidaridad con eñ llorar cuando a alguien le ponen la pierna encima, la sensibilidad con la sensiblería y el amor con los revolcones,"....jajajaja y lo dices con toda la razón del mundo. Pero todo eso lo vemos a diario en la calle. No lo justifico, en absoluto, pero es lo que hay, y para mí es un ejercicio para aprender a comprender y conocer los porqués de cada uno. En la vida real no puedes seguir a este tipo de personas en su discurrir ni a entender sus porqués, pero en GH, es una forma de estudiar todas estas reacciones (al menos eso es lo que hago y lo que me divierte). Digamos que es una especie de entrenaiento que a la vez me divierte enormemente.

Otro defectillo Chusa: Mercedes Milá me resulta muy atractiva, jajajajajaja.

Es que soy ASIN, jajajajajaja.

Un abrazo Chusa

Io dijo...

Hola Juan!

Vaya por delante que respeto todos los gustos, que para eso los colores. Y nadie me parece mejor ni peor por pasar el rato viendo un reality, o un torneo de golf o un combate de boxeo. Creo que esto último sería incluso más complicado de analizar. (Yo tuve un novio que decía ser muy pacifista y que no se perdía ni uno. ????)

Vi la primera edición completa. Me enganché. Me pareció un experimento muy atractivo para estudiar la naturaleza humana, atractivo, malsano y morboso, de acuerdo, mirar por el ojo de la cerradura, pero caí. La segunda edición ya no me enganchó. La gente iba con la lección aprendida, y los concursantes no despertaron mi interés, pero aún así la ví. Después ya dejé de verla.

Me pasó igual con Supervivientes. Las primeras ediciones me gustaron incluso más que GH, por aquello de tener que buscarse el sustento y sobrevivir a la intemperie. Me preguntaba constantemente si yo sería capaz de pasar por las penalidades que pasaban ellos, o cómo me las ingeniaría para aguantar el día a día y comer sin matar un animal.

Tras las primeras ediciones los realitys me desencantaron. Aunque te doy la razón en el fondo de la cuestión: la cantidad de gente que lo ve y lo niega. Yo tengo amigos y familiares que no se pierden ni una, y no me parece que su nivel humano o intelectual esté ni por encima ni por debajo del mío. Creo que es un entrenimiento como otro cualquiera. Personalmente prefiero un documental o una serie de calidad o una buena pelicula, aunque en realidad apenas veo televisión últimamente (salvo House, no me lo pierdo nunca), pero creo que eso sólo habla de mis gustos, no creo que me convierta en mejor o peor persona.

Lo que me pregunto es a quién queremos engañar, porque las cifras hablan por sí solas y es absurdo negar la evidencia. Nadie reconoce jamás haber contratado los servicios de una prostituta, pero es el negocio que más dinero mueve. Dentro de poco tendremos que fumar a escondidas y negar semejante debilidad.

Somos humanos, con nuestros vicios y virtudes, y este tipo de complejos no hacen sino negar nuestra propia humanidad, y así nos va.

Como siempre, enhorabuena por una exposición magnífica!

Mil besos!

Lenka dijo...

Conste que insisto en lo del respeto, ojo, vaya por delante. Pero me intriga una cosa, Juan. Dices (y creo que aciertas) que lo del cacareado experimento sociológico es una exageración, puro marketing. Estamos de acuerdo. Lo es, publicidad. Dices también que ya quisieran muchos antropólogos poder observar así la vida de la gente. Ahí discrepo. Y discrepo porque, desde el momento en que un grupo de personas SABEN que están siendo observadas, que pueden ganar un premio, que les ofrecerán posar en bolas, o dinero a cambio de ampliar datos sobre su intimidad, que están participando en un producto, que hay audiencias, que los concursantes normales "no dan juego" y se van a la calle, que, en general, el espectador (y por tanto el jefe) quieren carnaza, cuernos, pelea, sangre, zancadilla, tirones de pelo, polémica y movidas, teniendo en cuenta todo eso, me temo que no es ningún experimento, ni refleja fielmente la naturaleza humana.

Porque sí, claro, comen, hacen pis, se peinan, duermen, morrean, discuten, y hasta meten la pata, porque sí, supongo que es cierto que no pueden "posar" todo el rato. Pero posan, porque saben que se les está viendo, porque todos conocen a la perfección la mecánica del asunto, porque (pienso yo) todos los que han luchado por estar ahí habrán observado antes qué tipo de jugador gana y cuál pierde, quiénes caen bien y quiénes mal, quién llega a la final o se va el primero. Y porque, no podemos negarlo, sabiendo que te miran no actúas igual.

No lo veo como un experimento ni como reflejo de nada. Para observar la naturaleza humana me basta con mirarme a mí y a los que me rodean, o leer biografías. Y ni así está uno buceando absolutamente en la psicología de nadie. No del todo, no con toda fiabilidad. Si yo misma me autoengaño y mi justifico en la soledad de mi casa... qué no haría sabiendo que me ve media España?

Y es que no es sólo vivir mientras te miran, es todo lo que hay fuera. Es que (creo yo) ahí se entra con una meta, con un fin, que, por lo visto, suele ser vivir luego del cuento todo lo que se pueda, salir en revistas, ir a tertulias a comentar y recomentar intimidades propias y de los compis, hacerse famoso y seguir vendiendo, a ver si la bonita historia de amor de la casa sigue palante o si ahora aquel es un cerdo y ella una guarra, y se aprovechó de mí, y sólo me quiere pa vivir a mi costa y sacar dinero (lo vi tras finalizar la primera edición y fue tal empacho y tal vergüenza que se me quitaron las ganas)

Recuerdo a una penca que lloraba en la casa porque quería el dinero para su hija con una enfermedad (cosa que emocionó a medio país) y pocos días después a la misma penca usando a esa misma niña de excusa para justificar que había sido puta (y, ojo, medio país lapidándola) para luego ir a contar que el gran amor de su vida al que había conocido en GH era un marrano vicioso que se hacía pajas (nunca imaginé que una ex lumi pudiera ser tan carca y tan imprensionable!!), luego grabar un disco, luego yendo de diva y pegándose como una verdulera con otras concursantes... y más adelante, afortunadamente, no supe nada más ni de ella ni de ningún otro.

Pensé que, si eso es lo que la raza humana me podía enseñar por medio de la observación, yo me bajo. Prefiero no mirar. Porque soy lo bastante mal pensada como para saber que se puede ser (todos podemos ser) verduleras, putas, mercenarios, cabrones, envidiosos, manipuladores y arrastrados. Podemos todos, y podemos ser cosas peores. Asesinos y maltratadores y hasta genocidas. Lo sé, lo tengo claro, y por eso creo que GH no puede enseñarme mucho más sobre el nivel al que podemos llegar.

Y lo juro, de verdad, no es por ir de cultureta, pero en medio de todo el horror que nos golpea en la vida real, no me interesan mucho esos pequeños universos. Quiero decir, con la que está cayendo en Gaza me la trae el pairo que una tipa pueda ser tan zorrón como para tirarse a un fulano sólo porque cree que así tiene más posibilidades de ganar un premio. Por ejemplo. Ya sé cómo se llama eso, lo hace mucha gente fuera de GH. Desde que el mundo es mundo.

No sé, prefiero ver un documental sobre peña que descubre vacunas, o escala el Everest, o ayuda a otros o pinta cuadros. Me apetece más ver esa otra cara del ser humano, la encuentro más estimulante. Me hace sentir mucho mejor saber que hay gente capaz de dejarlo todo para ir al tercer mundo a cavar pozos y pensar que todos podemos hacer (aunque sea a menor escala) cosas tan nobles como esa, que comprobar (por enésima vez) que podemos ser banales y exhibicionistas. Es que eso ya lo sé. Sin falta de GH. Y, ojo, lo otro también lo sé. Pero no me canso de verlo.

Eso sí, repito que si alguien logra sacar partido de GH, o de lo que sea, aprender cosas, o entretenerse sin más, estupendo. Sólo es una oferta más. No creo que por ver GH se sea más tonto o más insensible sobre lo que pasa en Gaza. Para nada. Repito, es una oferta más. Yo, simplemente, no la compro. Y no me creo superior por no comprarla. Uso mi opción porque creo en ella, nada más.

Saludos a todos!

Sra de Zafón dijo...

jajajaja, Juan, que lo del defecto eera de broma, que imagino que alguno tendrás como todios, jajjajaa.

¡Qué perverso, jajajajaj, que te gusta la Mílá, jajajajajajaja.

Ahora en serio, en ningún momento dije yo que quien vea gran hermano pierde el tiempo, yo sí siento que lo perdería si lo veo, ya que me gusta disfrutar de lo que hago y, como ya te dije, con la tele me pasa como con la vida, lo que no me mola no lo practico.

Un beso,
jajajajaja, ¡Mercedes Miláaaaaaa! , jajajajajajaj- (imagina una vaca apuntándote con un dedo y partiéndose el culo)

Celadus dijo...

Yo tampoco me creo para nada eso del experimento sociológico. Más bien me parece una patraña para justificar la telebasura y camuflarla como algo cultural. Yo vi el primer GH, lo vi entero y reconozco que me gustó. Era algo novedoso y los participantes lo vivian como algo nuevo también. Pero hasta ahí llegué. Nunca más lo he vuelto a ver, ni tampoco ningún programa semejante. Aunque eso en mi no tiene mucho mérito porque apenas veo la tele. Sí, yo soy otro de esos que solo ven docus de la 2 (y ya ni eso porque me da la modorra y me duermo), noticias y alguna que otra serie (pocas y las suelo ver en el ordenador). Pero como para gustos colores, cada uno disfruta con lo que quiere. Y bien mirado es una suerte poder disfrutar con ese tipo de programas. Así que enhorabuena, Juan. Los demás nos lo perdemos.

Kaken dijo...

Hola a todos.

Gran Hermano es ciertamente incómodo: defendible desde el punto de vista técnico y televisual (increíble despliegue)e indefendible en el plano ..moral? social? ético?, no lo sé, pero no se sostiene. Quizás porque el fin no justifica los medios, porque los concursantes van a lo que van o porque ya conocemos sobradas portadas de Interviú.

Y?? y qué?

Pues que hay quien lo ve y lo disfruta a su manera, quién no lo ve, quién lo ve pero no lo dice y los que no lo ven y no quieren que los demás lo vean.

Hace muchísimos años que para mí se acabó el deseo de borrar de la faz de la Tierra todo lo que no me gustaba, supongo que la edad me está volviendo tolerante, paciente y pasota...y mi trabajo me cuesta, pero me merece la pena.

Hay una cosa que me ha llamado mucho la atención en el último comentario de Lenka.

Lenka, me has ayudado a darme cuenta de una cosa que me ronda desde hace mil días: lo sabe.
Es decir, comentas y bien, que los concursantes saben a lo que van, haces un análisis muy certero.
Pero yo lo transpolo sin querer a otras situaciones y mi conclusión es que no es lo mismo saber algo de antemano (dato futurible) que experimentarlo.
Al menos a mí me ha pasado muchas veces que he elegido algo "a sabiendas" y cuando lo he vivido...ya era otra cosa.

Ultimamente recuerdo a menudo eso de que "lo que dices te cae en la boca", pues revivo situaciones en las que antes yo era cara y no cruz...la vida cambia y las personas también, así que de odiar GH pasé a exprimirlo, de ser pro-palestina pasé a...con esto ya no puedo...y mil cosas más. Supongo que es la búsqueda del equilibrio, por más que no pueda ser compartido por todos, por supuesto.

Chusa, que curioso me resulta que veas en la Milá un gran ego...lo que puede la mirada, para mí es una tía que es ella misma, muy natural y me resulta admirable en ese sentido, y también en ese sentido se parece mucho a Juan y a otra persona que conozco radicalmente distinta, pero los tres comparten esa facilidad para mostrarse, esa naturalidad a la que aspiro.

"Supongo que a mí aún me quedan kilotones de paciencia por encontrar para que me guste tanto toda la gente. O casi toda."

A mi me ocurre algo similar, Jack, pero no me concuerda esta frase con toda tu exposición anterior.

Por último apuntar, aunque creo que no le va a interesar a casi ninguno de vosotros ;-), que creo que en este Gh han ganado los que no hacían juicios de valor, solo de actitudes...y por eso se ha montado la que se ha liado...

De tooodo se puede aprender y cada cual es muy libre de elegir sus fuentes.

Un bes a todos.

Juan....bes ;-)

Juan dijo...

IO, tu última frase me ha encantado: "Somos humanos, con nuestros vicios y virtudes, y este tipo de complejos no hacen sino negar nuestra propia humanidad, y así nos va". Lo malo es que muchas veces nuestros vicios no sólo los ocultamos a los demás, sino que nos los ocultamos a nosotros mismos, no los reconocemos con lo que la solución es difícil.

Yo soy consciente de la mala calidad moral/social de GH, comprendo que a mucha gente no le guste y que considere el programa una basura, como ya he expuesto en la entrada (el programa, no la gente que lo ve) pero intento (no siempre lo consigo), exponer y exponerme en mi realidad, en lo bueno y en lo malo. Quizás por dos necesidades interconectadas:

1. Los que me quieran que realmente me quieran por lo que soy y no por una imagen manipulada por mí.
2. Necesidad de autocrítica constante. Quiero ver mis defectos, mis "malos" gustos, mis contradicciones. Son la mejor fuente que conozco para conocerme, respetarme y quererme....o lo que es lo mismo, ser feliz.

Un abrazo Io.

Juan dijo...

Lenka, con respecto al experimento antropológico me refería a si tuvieran la oportunidad de hacer lo mismo, pero sin las cámaras, premios ni alharacas de GH. Está claro que GH sólo pretende audiencia y ganar dinero y ningún experimento científico serio puede tener ese único fin. Como decía en el comentario, sólo es una forma de publicidad, pero la verdad en el primer Gh estuvieron cerca de conseguirlo. Los demás son harían de otro costal. Aunque también es cierto que nadie puede estar fingiendo durante 24 horas al día durante cuatro meses, pero no es la misma naturalidad que se conseguiría en un experimento serio.

En Psicología, como bien dices, no hay fiabilidad absolutamente en nada. De hecho, cualquier experimento psicológico siempre se estrella en la misma piedra: la subjetividad tanto del observador como del observado. Intentan aplicar el método científico en sus estudios y consiguen algunos resultados, pero son bastante pobres. A mí, sin embargo, no me sirve con mirarme a mí mismo, a mi entorno o a los libros. Sigo sin comprender todo lo bien que yo quisiera la naturaleza humana. Me sigue plateando muchas más preguntas que respuestas. Gh es algo más, con todos sus defectos, que además me divierte (si no me divirtiera, no lo vería ni borracho).

Todos tienen una meta, es cierto, que no siempre es ganar. Pero es curioso observar como la inmensa mayoría se van apartando progresivamente de la estrategia que se habían planteado al principio y empiezan a parecerse mucho más a sí mismos.

Creo que lo de Gaza no tiene cabida. Siempre, en cualquier periodo histórico que analices, han ocurrido catástrofes humanitarias. No creo que haya habido un sólo día de paz enlos últimos siglos. Sin ir más lejos, en la actualidad, hay conflictos mucho más importantes (en cuanto a cantidad de sufrimiento y de muertes) que lo que sucede en Gaza. Somalia, Etiopía, Sierra Leona, Corea del Norte, Irak o Afganistán son ejemplos mucho más crudos y terribles. Y muchos más conflictos silenciosos de los que poco o nada sabemos.

Vivir con alegría, tomarnos algún jolgorio o divertirnos de la manera que a cada cual le apetezca no tiene nada que ver con ser más o menos solidario. No podemos estar siempre preocupados por lo que sucede en cualquier parte del mundo, porque siempre estaríamos llorando.

Un abrazo Lenka.

Juan dijo...

Chusa, es verdad, me gusta la Milá. Yo no la veo egocéntrica, aunque lo mismo lo es, sino una mujer segura de sí misma, sin complejos, abierta, guerrera, inteligente y luchadora. Además, la veo hasta guapa (ya estoy oyendo carcajadas, jajajajajaja). En suma: la veo muy atractiva. Lo mismo, si la conociera en persona, se me caían todos los palos del sombrajo, pero la imagen que percibo es la de una naranja completa, jejejeje.

Lo de perder el tiempo no me refería a lo de GH, sino a la frase en sí misma. Es una frase de la que intento huir (aunque no siempre lo consigo). Como ya te comenté, tengo una entrada al respecto en que lo explico. En resumen, emplear esa frase, a menudo, puede conseguir un tipo de vida con urgencias que hay que llenar, llevando a la ansiedad, stress. Reivindico la vida sin prisas.

Imagino a una vaca, pero no logro imaginarme un dedo apuntándome, sino una pezuña, jajajajaja.

Un abrazo Chusa

Sra de Zafón dijo...

Pues sí Kaken, igual de curioso me resulta a mí que tú puedas ver naturalidad en semejante descontrol de un superego.
Quizás confundas naturalidad con hiperexpresividad del superego porque aspires a la naturalidad, (tú lo dices en tu comentario) pero quienes nos movemos en ella, ( en ser como somos sin estar pendientes de lo que piensen de nosotros los demás) no nesitamos de la hisperexpresividad, ni de hacer constantes juicios morales para mostrarnos.
De la MIlá a mi me llega su ego ideal, lo que ella intenta ser desesperadamente, y utilizo esta palabra “desesperadamente” por el gran despliegue, nada natural, que hace para mostrarse y demostrar lo natural que es.
Hace años, en una reunión de psicólogos Gestalt, uno de los modelos patológicos de superego que barajaron como ejemplo era precisamente el de La Milá. :-)

Hace un programa qué sólo vi una vez, (he de decirlo, ya que esta mujer llega a darme grima ) en que una cámara oculta descubre un fraude y al final llega ella como látigo justiciero a intentar hacer pasar vergüenza al transgresor. “ Aquí estoy yo, como mi moral supercojonuda, tú eres un gusano asqueroso y como tengo una cámara de televisión (que hoy en día es como el ojo de dios) vamos a dejar claro quien soy yo (como pienso, como juzgo) y quien eres tú.”
Eso veo yo en Mercedes Mila. Esta mujer no se muestra, si no que se demuestra con desesperación.

También te cuento que personas inseguras y con la autoestima en difícil equlibrio , y personas que aman y “padecen” (entiéndase esta expresión en su justa medida) a este tipo de personas, puedan confundir el deseo de mostrarse con el de demostrarse. Y ver naturalidad donde sólo existe un deseo desesperado de reconocimiento.

Pero a lo mejor todo esto que te cuento, no es más que una distorsión mía por mis malas compañía, ya sabéis que los psicológos están locos. :-)

Un beso, Kaken

Juan dijo...

Celadus, es positivo intentar disfrutar con todo lo que se pueda, pero comprendo que eso es imposible en muchas circunstancias. A mí me aburre soberanamente casi toda la televisión y otras muchas cosas.

Recuerdo que durante una época intenté que me gustara la música clásica. Veía a tantas personas a mi alrededor que disfrutaban enormemente de ella que no me lo quería perder. No lo conseguí. Disfruto de algunas piezas, pero pocas.

Sin embargo, viene la Milá y zas, me engancho. No tengo una idea clara de porqué me gusta, pero me gusta y no lucho contra lo que me divierte, simplemente lo disfruto.

Como le explicaba a Lenka, lo del experimento sociológico es una milonga, una forma de publicidad, aunque algo hay si lo ves desde una cierta perspectiva.

Y no te pierdes nada Celadus, seguro que sabes disfrutar de tus cosas sin necesitar de GH, aunque el próximo año te enganchas y discutimos sobre los concursantes, jajajajajaja.

Un abrazo

Sra de Zafón dijo...

Hola Juan, escribíamos a la vez.
"una naranja entera" pues me da a mi que esta mujer si pudiese ser media naranja de alguien lo sería, fíjate lo que te dice una vaca. :-) Pero que me de a mí, no siginica nada, por supuesto.

Acabo de escribirle a Kaken, como verás, ahí dejo mi mirada hacia la Milá.

No me rió de que te guste, jajajajajajajajajajajajaajajajaja. Mentira, sí que lo hago, porque me hace mucha gracia, pero no por su belleza o no belleza física.

Un beso, Juan, en tu casa se aprende mucho.

Juan dijo...

Kaken, yo no veo incómodo GH. Gusta o no gusta. Parecerá más o menos enriquecedor, más o menos divertido, pero no me supone ningún cargo de conciencia que me guste ni que lo odien otros. Lo que me resulta curioso es que para algunos sí lo pueda ser: los que lo ven y lo niegan.

No creo que haya que defenderlo, se defiende por sí mismo, con la audiencia que tiene y el dinero que genera (que al fin y al cabo son sus únicas metas).

Lo que hablas sobre las elecciones: elegir siempre es una incógnita, no hay seguridades de ningún tipo de que una elección sea la certera a largo plazo. Es certera en el momento en que la tomas, porque así lo consideras, pero lo que hoy es acertado mañana puede ser todo lo contrario.

Hacer juicios de actitudes y no de valor, que difícil es, pero creo que es el camino acertado. Es una lucha constante en mi vida, pero no siempre lo consigo, aunque lo tengo siempre en mente. Los juicios de valor se escapan tan fácilmente.

Un beso Kaken.

Rose dijo...

¡Hola!
Escribo sin leer los comentarios. Como siempre, a la carrera....
No he visto nunca GH, no lo veo, y supongo que, a estas alturas, nunca lo veré. El único programa de ese tipo que he conseguido ver, y al cual me medio enganché hasta el final, fué la segunda edición de OT, por un motivo tan simple como la cercanía... Una de las concursantes, que además resultó ganadora, era del pueblo donde vivo...
En mi caso supongo que no ver ese tipo de programas no tiene mucho mérito porque apenas veo TV, pero es que además me aburren soberanamente, además de en ciertas ocasiones asquearme... Ahora, no entro a juzgar el que otras personas los vean. Que el de al lado lo quiere ver, es su problema. Pero cuando me lo quiere imponer a mí, entonces comienza a ser mi problema. Y eso fué un poco lo que me sucedió con la primera edición de GH. Recuerdo que en el trabajo, y con algunos amigos, no había otro tema de conversación. Parece ser que "todo el mundo" lo veía, y como yo aseguraba que yo no, pues era el bichito raro, y tenía que aguantar comentarios del tipo "si, sí, mucha gente dice que no lo ve, pero ahí están todos, enganchados" o "¿cómo, pero que no lo ves? ¿hija, tú en qué mundo vives, si es de lo mejor?". Pues no, yo no mentía, simplemente NO lo veía... Durante esa época, me ví totalmente excluída de muchas conversaciones, fuera de la manada, vaya, jejejejejejjj...
Juan, te admiro por saber extraer algo educativo, tanto personalmente como para tus hijos, de un programa como ese. Creéme que jamás había oído/leído algo igual. Y esto tengo que comentárselo a mi amiga Ol., que fué la única de mis amigas que siempre ha asegurado que ella no vé ese tipo de programas...
Besos a todos....

Juan dijo...

Chusa, lo que dices tiene mucho sentido y puedes tener razón, no lo niego. Sólo puedo hablar de lo que percibo a través de un programa de televisión y lo que veo me gusta.

Quizás, si la conociera en persona, me disgustaría muchísmo si descubriera que es como tú la percibes.

La próxima vez que la vea me voy a poner las gafas de vaca (mejor de toro que me quedará mejor) y la intentaré contemplar desde la perspectiva que indicas.

Por cierto, nunca había pensado nada sobre la hiperexpresividad del superego. Me has dado para pensar, jejejejeje. ¿Todo esto sale de unos simpels pastos?. Jajajajajaja.

Un abrazo.

Rose dijo...

Vuelvo a la carga porque no sé si me he expresado bien. Quería decir que yo no juzgo la inteligencia o la cultura de cada cual por los programas de televisión que vé. Creo que todos hemos visto películas horrendas, o hemos leído libros malísimos, y hemos pasado un rato realmente estupendo haciéndolo... Pero en concreto con este programa que comentas (sólo en su primera edición, eso sí), yo SI me he sentido juzgada en varias ocasiones por no verlo. Me han tildado de rara, de "supermegachachiintelectual", y veladamente, también de mentirosilla... A quienes no lo veiais ¿no os ha pasado?
Besos nuevamente...

Juan dijo...

Rose, lo que te pasó a tí con la primeda edición de Gh es lo mismo que ahora pasa, pero al revés: quién no lo veía, no estaba en la onda. Era casi una vergüenza no verlo.

Parece que el rebaño llama. Ahora quién lo ve, está fuera del rebaño, por eso tanta gente que lo ve niega que lo vea. Por supuesto que hay muchos millones de españoles que no lo siguen.

Pero las cosas no deben ser así. Al que le gusta, le gusta y al que no, pues no y punto. Pero ser mal visto por un gusto u otro es lo que no entiendo.

La imposición en los gustos o en la modas no son de mi agrado. Si todos ven "Perdidos", me parece estupendo, pero a mí no me gusta. A mí me gusta Gh y a otros no, pues estupendo también. No debería hacer falta comentar nada más, ni defenderse u ocultarse porque te divierta lo que a otros le disgusta.

Te sorprendería Rose, los temas que hemos sacado a la hora de la cena y la sobremesa sobre las virtudes y defectos de los concursantes, con nuestros hijos, en plan de preguntas como ¿qué te parece que haya hecho esto o lo otro?. ¿Crees que es positivo tomarse las cosas de esta determinada forma?. Plantear muchas cuestiones psicológicas, teniendo como ejemplo a los concursantes, para después ir mucho más allá.

Un abrazo Rose.

Katha dijo...

Hola,

Juan, no sólo me fijo en la ropa, me hacia gracia su "tiesez", algo que parecía decir el famoso "porque yo lo valgo", porque soy estupenda/o, porque tengo dinero.
No, no iba al zoo, pero sí a imaginar como dices tú.

Ya te digo que el barrio adinerado al mío se parecen como un huevo a una castaña. Vamos, na de na.

Por cierto, yo no veo GH ni nada de eso, y opino no perderme nada por no hacerlo. Pero "le doy al fucsia", cosa que otros opinan es la "subcultura del pañuelo". Vamos, que a lo mejor lo mío es peor ;-)

Saludos

PD: ¿Mercedes Mílá atractiva? ¡Por dios! A mí esa señora, con el ego más que subido, como apunta Chusa, me parece de todo menos tractiva, es más, yo la calificaría como un pelín "intratable".

JR dijo...

yo no lo veo, no por nada sino porque veo otras cosas que me gustan más. Peor me encanta que lo pongan, que la gente lo vea y que un tio como Juan lo defienda.

A mi me encantó la primera edición, y después he ido viendo programas sueltos de vez en cuando.
Por ejemplo reucerdo a un tio que se llamaba Pepe y ganó, que dió tantas buenas lecciones que sus videos los deberían poner en las escuelas. el tío demostró que siendo un poco listo se podía llevar el concurso de calle ( con tecnicas extrapolabres a la vida) y encima al final repartió el premio con su amigo.

Pues eso, gracis por tu articulo.

Juan dijo...

Katha, es curioso como en la misma ciudad puede haber una diferencia de riqueza tan evidente. Me imagino que sucede en cualquier ciudad española, aunque afortunadamente, las diferencias se van estrechando.

Yo he vivido en barrio obrero y en barrio no rico, pero sí pudiente y me encuentro más cómodo en el primero, pero me gusta más el segundo por las mejores posibilidades que te da.

Ya he visto tu blog fucsia, y me parece estupendo. Es algo que disfrutas, que haces con cariño y te admiro por la valentía que supone que algo, mal aceptado por la sociedad, a tí no te avergüence y lo digas sin tapujos. Yo no veo nada de lo que ruborizarse.

Me parece muy curioso que pienses igual que Chusa en lo de Mercedes Milá. Le he estado dando vueltas a lo que comentaba ella y me he dado cuenta que conozco a personas de este tipo, con las que siempre me he sentido incómodo y no sabía muy bien el porqué. Ahora ya lo sé (¡¡¡que tendrán esos pastos¡¡¡).

Muy posiblemente tengais razón las dos y no haya sabido verlo. La próxima vez que salga estaré atento, jajajajaja. Hay veces que cuando cambias de gafas, cambias la visión de las cosas.

Es increíble lo que se aprende en los blogs.

Un abrazo Katha.

Juan dijo...

Muchas gracias JR. El de Pepe no lo ví. Sólo he visto el primero y el último y algún trozo de algunos de enmedio. Y tienes razón, también pienso que siendo un pelín listo puedes ganar el concurso.

A veces se puede aprender hasta en los lugares y circunstancias más inverosímiles.

Más que la calidad del enseñante, que tiene su importancia por supuesto, está la calidad del que aprende. Ni el mejor maestro le enseña a alguién cerrado y el peor maestro puede hacer maravillas con un alumno hambriento por aprender, abierto al mundo.

Un abrazo JR, me encanta verte por aquí.

Katha dijo...

Juan,
Si a tí te gusta el estilo de presentadora de la Milá, es totalmente respetable, es sólo que a mí la señora se me atraganta al pocod e salir en la pantalla.

Yo no me siento muy cómoda en el barrio en el que vivo. Como te comentaba nos encontramos en minoría étnica y cultural. El problema no es la gente, con la que nunca he tenido ningún problema, sino, como bien indicas tú, con la falta de oportunidades. Se materializa especialmente en el cole del niño. El nivel de los coles es penoso y en aquel en el que es aceptable es imposible entrar... Pero, tal y como está el tema de la vivienda, no nos es factible mudarnos a otro sitio.

Un día fui a ver a una compañera que acababa de tener un niño a su barrio, uno de los más pudientes de la ciudad. Allí también me encontraba fuera de lugar. Allí todas las mamás bajaban al parque con "la chica".

La excursión que te comentaba fue a la zona más "chic" de la ciudad.

Sinceramente, las diferencias entre barrios no se van suavizando, yo creo que siguen siendo las de siempre, tal vez incluso se van agudizando. Ciertos barrios están un tanto olvidados por las administraciones.

En cuanto al fucsia... Antes no lo comentaba, la gente, la de confianza, a veces te miraba con una sonrisita: "¿qué escribes cosas rosas?" Pues mira, sí. Al que le parezca bien estupendo, y al que no, me da igual. Intento dar a mi fucsia un tono dulce sin empalagar. ¿Subcultura del pañuelo? No, subcultura de sentimientos.

Saludos.

Juan dijo...

Katha, en el barrio en que me crié, las cabras pasaban por la calle, estaba sin asfaltar y la leche se compraba directamente a la primera cabra que pasara por allí. Y no era de los peores barrios de Córdoba. Las cosas, al menos en Córdoba, si han cambiado.

Tienes razón en cuanto a las oportunidades que te da un barrio u otro.

Lo de subcultura no lo entiendo. De hecho el término cultura puede ser empleado de tantas formas diferentes como cada uno las quiera ver.

Una caca encerrada en una caja de cristal puede ser lo más de los más en cultura transgresora y de vanguardia para algunos y para otros ser....una mierda.

Tu decides lo que es cultura, que al fin y al cabo según la RAE es "Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico". Lo que te permite desarrollar tu juicio crítico sólo lo decides tú.

Un abrazo Katha

Jack dijo...

Doña K, porqué no le cuadra?
Que intento ejercitar la paciencia (aunque con resultados desiguales) lo saben los chinos. Que preferiría que me gustara casi toda la gente (toda tampoco quiero) aunque sólo me guste alguna también. Igual es una cuestión de tiempo, no te digo que no. Pero qué es lo que no te concuerda?
En otro orden de cosas, a mí la Milá me provoca sentimientos encontrados. Tengo una relación confusa con el carisma...
Y Juan, bienhallada. Sabes que no tenía la impresión de que fuera la primera vez que escribía en tu casa? Tengo una sensación rara de veros a menudo.

Bicos

Juan dijo...

Pues creo que sí es la primera vez Jack.

¿Porqué tienes una sensación rara de vernos?. Jajajajajaja.

A mí tampoco me gusta toda la gente, es imposible. Debería llamar al blog adicto a casi toda la gente, jajajaja.

Un abrazo jack

Lenka dijo...

Claro, una cosa es saber a lo que se va y otra es lo que luego pueda ocurrir, experimentarlo. Tienes razón, Kaken. Pero sigue sin interesarme. Y me pasa con otras muchas cosas que seguramente me estoy perdiendo. Me pasa con emborracharme, por ejemplo. Sé lo que es porque lo he visto en otros, pero nunca me he emborrachado, al menos no más de la risa floja. No sé (ni entiendo) lo que es beber hasta ponerse literalmente enfermo, marearse y echar la pota. Y debe ser la leche, porque lo hace casi todo el mundo, o al menos lo han hecho alguna vez. A mí sigue sin apeterme, sigo sin verle el atractivo y, según cumplo años, menos. No me apetecía ponerme mala a los 16 años, ahora menos.

Igual nunca sabré lo que es tener un pedo del quince, y lo mismo no es mala cosa de experimentar, aunque sólo sea para sacar una lección de ello. Pero resulta que he tenido la enorme potra de aprender en cabeza ajena (y eso que dicen que es imposible!!) No tengo la sensación de estar perdiéndome nada. Claro, no será lo mismo que experimentarlo. Cómo es una tajada descomunal desde dentro? Ni idea. Sólo las conozco desde fuera, y no me mola nada lo que parecen.

Total, que no me ha hecho falta experimentar eso para aprender que no lo quiero. Pero claro, esto es sólo un ejemplo de lo más chorra, conste. Como lo de Gaza, Juan. Claro que hay más conflictos, y siempre los hubo y los habrá, claro que no podemos pasarnos la vida llorando, más nos vale! Es sano entretenerse, desde luego que sí. Y, afortunadamente, hay muchísima oferta para entretenerse. Y todos hacemos uso de nuestra libertad para elegir. A mí GH me parece zafio, aburrido y poco interesante, así que elijo otras cosas, nada más.

Y sí, entiendo a Rose, porque me ha pasado lo mismo muchas veces. Ser la rarita, la sabihonda, la que va de guay, por no verlo. Como ves, lo de la intolerancia suele funcionar en ambos sentidos. Si criticas a quien ve GH pueden acusarte de listillo o de intolerante. Incluso si criticas sólo el programa te puede pasar. Si doy con personas como tú, que no atacan ni se justifican, entiendo que estoy ante alguien que me respeta, y más aún, alguien satisfecho con su elección. Pero cuando me han señalado tanto me he preguntado si esas personas no se ponían a la defensiva porque, en el fondo, les daba un poco de palo admitir que lo veían. Que puede ser, claro, igual que los hay que lo ven y lo niegan. La presión social está ahí, lo mismo para recordarnos que somos merluzos si lo vemos como para recordanos que somos unos intelectualillos si no lo vemos.

Jajajaja, no, si el caso es criticar!!!!!

Juan dijo...

jajajaj Lenka, es que es así y es verdad. Te pueden criticar personalmente, tanto si lo ves como si no lo ves, si te gusta o no. Por eso me pregunto: ¿tan difícil resulta criticar un programa o un libro o cualquier cosa, sin tener que entrar a hacer valoraciones personales sobre los que tienen un gusto distinto?.

Tu has expuesto en esta entrada los motivos por los que no te gusta. Estoy totalmente de acuerdo y me parecen fenomenal tus razones. No te gusta y punto y no por eso hay que etiquetarte de nada. Lo mismo que me pasa a mí,pero a la inversa. No me considero zafio ni basura porque me guste GH ni ñoño o cursi porque me guste La casa de la pradera. Yo no soy mis gustos, soy y somos mucho más que eso.

Un abrazo Lenka.

Jack, me gustaría si puedes, que comentaras lo que te parece, técnicamente, el formato de Gh.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Chico, no sé. Ahí me pillas. Me parecería aventurarme demasiado juzgar algo de lo que apenas he visto 15 minutosen total en los 8 o 9 años que lleva emitiéndose. Quizá me quede una sensación de que en cuanto a realización no es muy allá: hacen lo justo requerido, en plan montaje pa salir del paso. Aunque imagino que no hace falta más y tú nunca has echado en falta planos más rebuscados. Quicir, no es lo que echaría yo en falta si me gustara gran hermano ni lo que habría ido a buscar si me hubiera apetecido verlo.
Pero por lo demás, una cosa sí la tengo clara. Algo que consigue un 32 de share en su décima edición, como formato ha de ser impecable. Lo que junte para conseguirlo lo sabría mejor si lo viera, pero imagino que serán las ganas de la gente de ver a otra gente con ganas de ser vista, qué sé yo, da lo mismo. Pero no seré yo la necia que ponga pegas a un formato que hace en la final la audiencia que hizo gh10 el otro día... Eso, mal que me haga pensar que la tele nunca será la que a mí me gustaría, es un éxito incontestable.
No sé a qué te refieres exactamente, pero es todo lo que puedo opinar.
Bicos
Jack

Katha dijo...

Juan,

Me explico. Lo de la "subcultura del pañuelo", me lo dijo alguien de mi entorno cercano para despreciar el rosa. Yo no había oído el término en la vida. Supongo que se refería a lo de ser cosas para "marujas", para acabar llorando a moco tendido.

No me refería a otra cosa.

Por cierto, en mi trayecto de vuelta a casa he escrito un escueto relato acordándome de tu entrada de lo que le sgusta a los hombres de las mujeres. Digamos que es mi "respuesta", una de las muchas que te dejé, que una es muy pesada. A ver si me da tiempo a pasarla ahora, que una es un poco lentorra con las teclas.
Por cierto el vagón no es el mejor sitio para escribir, con toda la gente mirándote como si fueras una loca. Están acostumbrados a ver a la gente, pero no a garabatear sin parar en un cuaderno.

Sobre lo que me comentabas del barrio donde te criaste. Obviamente no vivo en una zona de chabolas, garcias a dios. Esto está asfaltado, con las calles iluminadas, si bien los robos de cobre hacen algún que otro estrago de vez en cuando. En ese aspecto sí, las cosas han cambiado. Pero, para que te hagas una idea, los cables de la luz están cruzando en alto las calles y sujetos a la fachadas de los edificios, algo impensable en otros barrios más selectos.
Lo terrible es que haya zonas de chabolismo donde los niños no crezcan en un ambiente adecuado ni tengan acceso a una educación.

Saludos

Sra de Zafón dijo...

Tienes razón Juan, creo que la "culpa" de mis gafas la tiene la hierba fresca. Creo que andar pastando sin sujetador me coloca las ideas, jajajajajajajaja.
Besos de vaca.

Juan dijo...

Jack, gracias por contestar. Me refería exactamente a lo que tú has comentado, lo que es toda la cuestión técnica, los silencios, montajes, estructuras de las entrevistas, iluminación, sonido, en fin, todo lo que rodea a un programa de televisión. Pero es normal que si no has visto prácticamente nada no puedas tener una opinión formada.

Te lo comentaba porque la parte técnica me parece muy bien conseguida. pero como no esntiendo bien de estas cosas por eso te preguntaba.

Por cierto, ¿cual es la tele que a tí te gustaría?. Imagina que eres la directora general. ¿Qué tipo de programas pondrías que puedan satisfacer los gustos de la mayoría?.

Un abrazo Jack.

Juan dijo...

Katha, eso de las cosas de "marujas" siempre me ha llamado la atención. Se a qué tipo de mujer se refiere y me parece tremendamente injusto.

Mi madre, una de mis abuelas, todas mis tías y algunas personas más muy cercanas y queridas por mí lo son y siempre me rebelo ante ese término despectivo. Es cierto que tienen una serie de características comunes que pueden o no pueden gustar, pero siempre se olvidan de otras virtudes increíbles de muchas de esas "marujas".

Mi madre podría haber dado clases de humanidad, honestidad, bondad y compromiso a muchos de los que se suben a su propia arrogancia para despreciar a otros seres humanos que piensan o sienten de forma distinta, que no necesariamente peor.

Dices: "Por cierto el vagón no es el mejor sitio para escribir, con toda la gente mirándote como si fueras una loca." Este no es un buen motivo para no escribir en el vagón. Si sólo se hace lo que los demás esperan de nosotros difícilmente vamos a poder ser o hacer lo que nos interesa. ¡¡¡Que te miren como a las locas¡¡¡, pero al final las buenas ideas se contagian y algún día, a no mucho tardar, a lo mejor te encuentras a otra persona haciendo lo mismo.

Un abrazo Katha.

En Multiópticas hay gafas para todos los gustos, Chusa, pero sin un verde adecuado a la vista, los ojos se van secando.

Un abrazo de toro.

Katha dijo...

Juan,

No me malinterpretes. Yo no desprecio en forma alguna a las "marujas". Todos les debemos mucho a nuestras madres y abuelas, a nuestras marujas, cuya inmensa e intensa labor del día a día casi nadie les reconoce.

Y en cuanto a escribir en el transporte público. La verdad, me da lo mismo lo que opinen. Yo no tengo otro momento en mi ajetreada vida en el que poder hacerlo. Me pongo los cascos, cojo cuaderno y boli, y me olvido de todo. Me aislo tanto que a veces me toca salir del vagón corriendo porque ya he llegado a la estación y están a punto de cerrar las puertas, o incluso me paso de estación de lo ensimismada que voy. Era un simple comentario: a la gente le sorprende ver escribir. A veces, alguien de al lado tuerce con disimulo la cabeza para ver qué escribes con tanto empeño. A lo que me refería en concreto anoche, es que el comienzo del mini relato es un poco subido de tono, sobretodo para lo que acostumbro a escribir yo, que soy un pelín mojigata, y rodeada de extraños da un poco de... "palo". :-))

Saludos.

Juan dijo...

¡¡¡No Katha, no te he malinterpretado¡¡¡. Ya sé que tu no habías pensado eso, sino tu amigo, el de la subcultura del pañuelo.

No entiendo porque hay que despreciar lo que a otros les gusta. En este caso, el rosa, te puede gustar o no, pero de ahí a despreciarlo hay un mundo de humanidad y respeto por los demás.

A raiz de este comentario me he acordado de las marujas y el modo despreciativo que, hacia ellas, emplea mucha gente.

Una cosa es decir que no me gusta el cotilleo (valoración de actitud) y otra bien diferente decir que todas las marujas son cotillas (valoración de persona con etiqueta incluída). No se si me he explicado.

Un abrazo Katha.

Jack dijo...

Jo. Si fuera directora general de un canal privado haría más o menos lo que están haciendo todos: ser consciente de en qué mercado he conseguido ser directora general, no poder abstraerme de las audienias (que ven la publicidad y luego consumen, verdadero motor de la tele y su razón de ser: un programa vale lo que se consiga sacar por sus minutos de publicidad, de ahí viene el monto del presupuesto. Un programa muy visto es valioso en tanto en cuanto sus espectadores lo ven, sí, pero mucho más por cuántos minutos ven los anuncios que se intercalan) y tendría que joderme y programar mierda. Siempre y cuando comprobase (y a las pruebas me remito) que la mierda vende y vende bien los coches y las cremas de sus intermedios. No te engañes, si fuese directora general y mi sueldo fueran 11 millones de euros anuales, sería muy feliz comprando el formato de GH.
Ahora bien. Si fuera directora general de un canal público y considerase que tengo una responsabilidad de información, divulgación y entretenimiento exclusivamente, al margen en la medida de lo posible de los caprichos de la oferta y demanda (como en su día pudo serlo la 2), me esforzaría en hacer una mezcla entre los contenidos de la 2, con cine español sin cortes, un buen programa de libros, unos informativos serios y una o dos series nacionales de calidad (que las hay, o las hubo), alguna serie de fuera (las de la hbo, cualquiera, pero no sólo) y copiaría descaradamente los contenidos de divulgación del canal Arte francés. Me esforzaría un huevo por encontrar un programa para ninios que no los tratase como adultos ni como retrasados (doy fe de que todos los proyectos que se han intentado tipo "érase una vez la vida" están en cajones cogiendo polvo). Conservaría un show nocturno de entretenimiento con buenafuente, o con el güayomin, o con cualquiera que no hable al espectador como si fuera imbécil. Y dejaría que otros programasen formatos de telerrealidad y de contenido farandulero o de escaso rigor informativo, porque al fin y al cabo las audiencias serían pocas y fieles, en vez de muchas y promiscuas. Para eso hay muchos canales.
Los tres o cuatro meses que durara antes de que me despidieran también sería muy feliz.
Ya lo creo.
:))
Supongo que daría por hecho que por fuerza ha de haber más gente como yo, que cuando se sienta frente a la tele zapean hsta descubrir que no están representados, la apaga y se pone a otra cosa. Y a la gente a la que no le interesase mi cadena les quedarían todas las demás.
Pero ya te digo, ni siquiera la tele pública es ajena a los caprichos del margen de beneficios. Cosas veredes.
Bicos,
Jack

Juan dijo...

Muchas gracias Jack.

Está claro que una cadena privada no está para perder dinero y los contenidos tendrían que ser de acuerdo con una audiencia mayoritaria.

Creo que la tele se adapta a la mayoría, pero me da la impresión que al revés también puede funcionar. Series de calidad, como Roma, Arriba y abajo, Yo Claudio fueron auténticos bombazos en su momento. Los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente es otro ejemplo de magnífica calidad (para mi gusto) y gran éxito. O programas como La clave de José Luis Balbín. Cuando se ofrece un producto imaginativo, con calidad, puede gustar mucho más de lo que se piensa.

Es posible que no hayan buenas ideas o no se tenga ganas de correr riesgos o hay poca confianza en los telespectadores, pero estoy convencido que el nivel cultural medio del espectador español es más alto de lo que creen los programadores.

Lo de la televisión pública si que no lo entiendo. Se supone que es un servicio público, pero se comporta como un competidor más
de las privadas. El inmenso presupuesto que tienen no lo veo reflejado en la pantalla. Se ha convertido en una inmensa devoradora de euros sin ofrecer a cambio nada de nada, o al menos, algo que la diferencie de las privadas.

Cuentas con mi voto cuando te propongan para directora.

Un abrazo y muchas gracias.

Kaken dijo...

Hola todos.
Un último apunte sobre este GH: ha ganado por un elevado porcentaje una persona bastante normal y corriente, pero el público que le ha votado ha captado la diferencia, el no criticaba a las personas, si no a las actitudes.

Y este buen mozo al que podeis hacer todas las salvedades que querais (no es mi héroe, conste) ya ha manifestado públicamente que a él no le van a encontrar por los platós peleándose con nadie, que pasa, que se queda con lo bueno.

Si esto sigue así y en algo puede ser minimamente representatvo de nuestra sociedad, igual algo está cambiando (hasta en la forma de ver y entender GH).

Por cierto, gracias a todos por lo fácil que me poneis ser asertiva :-)
Un bes

Lenka dijo...

Pues bueno, si dentro del crisol de triunfitos verduleros recorre platós con la madre a cuestas, al final resulta que también había concursantes normales y educados, y con otras metas en la vida... pues oye, aunque sean minoría los normales (que no lo sé), algo es algo. Si eso es representativo de nuestra sociedad habrá que lamentarse (si es que ganan los verduleros) o alegrarse (si ganan los cívicos) o contentarse mínimamente si quedan en tablas.