Creo que la Sanidad pública española es el avance social más valorado del Estado del bienestar en España. Pocas cosas como la Sanidad son tan equilibradas, justas y redistribuidoras de riqueza. Además, con sus fallos, que son muchos, tiene un nivel de calidad altísimo.
Los recortes del actual gobierno son injustos, innecesarios y poco eficaces.
El copago de recetas es absurdo. Según los que lo impulsan, va a ahorrar 200 millones de euros: FALSO.
El sistema de control para verificar los ingresos de cada usuario se llevará la gran mayoría de ese ahorro, porque no sólo hay que verificar 45 millones de tarjetas, metiendo los datos en cada una de ellas, es que posteriormente hay que verificar si las circunstancias económicas de cada usuario cambian con el tiempo. Aumenta de manera espectacular la burocracia y ésta se llevará el tan pretendido ahorro.
Se van a quitar medicamentos que supuestamente tienen un perfil terapéutico bajo y se va a potenciar el uso del medicamento genérico y, éstos, se adquirirán mediante subasta: FALSO.
Uno de los grandes errores del sistema sanitario ha sido la potenciación de la multirreceta. Si se tienen pocos minutos para atender a un paciente, el médico tiende a solucionarlo todo a base de recetas (que se tardan unos segundos en rellenarlas) en vez de explicar al paciente modos de vida más sanos (que se tardan 15minutos). Por ejemplo, en mi propia experiencia, si viene una señora con dolor de pies, tardo 10 segundos en rellenar una prescripción de plantillas. Si le explico el tipo de calzado que debe usar para que los pies no le duelan y la convenzo de que el uso del calzado femenino es pésimo, tardo 10 minutos. Una plantilla cuesta al sistema 98 euros y no le resuelve el problema a la señora. El uso de calzado adecuado le solucionará el problema, no cuesta nada al sistema y estoy educando a la población en salud.
Así, si quitan medicamentos con poca eficacia (que suelen ser los más baratos), el médico se va a limitar a recetar otros, más caros.
El problema no radica en el precio de los fármacos, que también, sino en el abuso generalizado de su prescripción. Además, esto genera en la conciencia colectiva que salud=fármacos. Ir al médico equivale a que te tiene que recetar algo que solucione cualquier dolencia que tengas. Y nada más lejos de la realidad. Calculo que en España, el 70% de las recetas, no deberían haber sido prescritas. Sólo con este ahorro, se conseguiría mucho más que con todos los ahorros que ha propuesto el PP
¿Cómo se consigue este ahorro?: más tiempo por paciente y controlar más la prescripción de los médicos en el sentido de que sea una prescripción de calidad, sujeta a la mejor evidencia científica disponible.
Y por último, para no cansar al personal (hay muchas más cosas), echo en falta lo más sensato, lo que realmente hay que hacer y que brilla por su ausencia en estos recortes. Se habla sólo de recortes…pero no se habla para nada de racionalizar la gestión. Con una buena gestión de los recursos de los que se disponen, podríamos tener una Sanidad infinitamente mejor, comparable a la mejor sanidad privada de USA, con un coste mucho menor, sin recortar ni un solo derecho. Pero gestionar bien no es tan fácil como recortar por lo sano…..
5 comentarios:
Lo de siempre, la gestión. Parece tan fácil, eh? Pues se ve que no se nos da nada bien.
Qué gran verdad eso de que te recetan en diez segundos y a correr. Pasa casi siempre. Muchas veces no te da ni tiempo a explicar qué te pasa y ya te están recetando. "Mire, es que últimamente me duele mucho la espalda..." "Tómate eso" "Pero espere, verá, es que acabo de hacer una mudanza y..." "Una contractura. Lo dicho, tómate esto".
Y fuera. No interesan los detalles, para qué vamos a palpar, o a derivar al traumatólogo o a quien corresponda? Recetita al canto y siguiente. Cierre al salir.
Ahora que me han diagnosticado una dolencia crónica me preocupa sinceramente el tema más que nunca. Y aprovecho para decir que el sistema es una marcianada. Hasta ahora, si quería recetas para mi tratamiento tenía que ir cada quince días a la médica de cabecera a pedírselas. Me consta que hay pacientes catalogados como crónicos. Me consta que en muchos sitios recogen sus recetas para el mes (o el tiempo estipulado) en "ventanilla", o que se usan unos buzones para ir dejando "el pedido" y luego pasar a recogerlo. Que algunos médicos, o algunos centros (no sé quién es el responsable) no te permitan esas facilidades se me escapa. Tengo dos bebés, no puedo ir al médico y dejarles solos (y por las mañanas estoy sola casi siempre) ni me parece de recibo carretarlos cada 15 días al centro de salud. Pero así está el tema.
Si todos los problemas de nuesta sanidad se van a arreglar con el requetepago y dejando sin asistencia a personas sin papeles... apaga y vámonos.
Aquí en Andalucía hay un sistema que funciona de maravilla en los pacientes con dolencias crónicas y es más barato: la receta electrónica. No tienes que ir al médico salvo que necesites cambiar de tratamiento. Mientras sigues con el mismo, sólo tienes que acudir a la farmacia y te dispensan tu medicación.
De hecho se ha ahorrado en la factura farmacéutica más que ninguna otra comunidad.
El problema de la gestión no es que no se nos dé bien. El Corte Inglés, Repsol, el Santander o Telefónica gestionan muy bien. Pero es que les va la vida en ello.
Hay una herramienta hipereficaz para mejorar la gestión: la productividad. Lo que sucede es que los políticos y los sindicatos se niegan a llevarla a la práctica con todas sus consecuencias. La tan traída y manida "igualdad" lo impide. Si todo el personal ganara un sueldo base relativamente pequeño y gran parte de su sueldo dependiera de lo que producen, se empezaría a ver lo creativa que es la gente y como todos empezaríamos a trabajar en el sentido de producir más a menor precio. Una parte del ahorro conseguido iría a pagar a todos los profesionales que hagan las cosas de manera más eficiente.
Tendríamos más calidad a mucho menor precio. Y el sistema está más que inventado. Hay estándares de calidad para casi todos los actos médicos y el que mejor los cumpla, más sueldo.
Ahora lo que tenemos es un sistema desincentivador. El médico que mejor trabaja, publica artículos científicos, hace cirugía del más alto nivel y saca máas trabajo gana exactamente lo mismo que el maleducado que se rasca la barriga y trata mal a sus pacientes. Encima, al bueno, le llueven los pacientes extras pues todos los compañeros les llevan a sus familiares para que los vea. El que trabaja bien encima se le sobrecarga con el mismo sueldo. El que trabaja menos, cada vez tiene menos trabajo. Más tarde o temprano, el bueno se va volviendo al lado oscuro.
Hay que ser valientes. El que no trabaja igual no debe cobrar lo mismo.
Y este es el mismo problema en toda la función pública, por esta razón el Sistema Público no da de sí todo lo que pudiera y debiera.
Pues mira, no creas que me disgusta del todo. Lo que me preocupa es si podríamos, sabríamos (y sobre todo querríamos) hacerlo bien. Sin cargarnos aún más los derechos mínimos de los currantes, digo. Desconfío tanto en la clase política que miedo me da. Capaces serían de poner ese suelo mínimo demasiado mínimo, consiguiendo que para vivir medio bien la peña no sólo tuviera que esforzarse, sino esclavizarse.
Y seguro que algo tramarían los que se rascan la barriga, que son muchos!!!! No sé, Juan, no te das cuenta de que en este país antes de que se apruebe una ley ya se nos han ocurrido ochocientas formas de burlarla????
Pero no se puede legislar en base a que pueden haber muchos que burlen las leyes. Según eso habría que quitar el paro, porque hay gente que lo cobra y sigue trabajando, habría que quitar todas las ayudas sociales porque hay gente que abusa, habría que quitar las recetas de pensionistas porque hay gente que saca sus medicinas con el carnet de la abuela.
España es un país de pícaros, pero toda la acción política no puede estar condicionada por esa picaresca.
De hecho la picaresca más fácil es la que hay ahora: trabaje lo que trabaje, lo haga bien o mal, siempre voy a cobrar lo mismo. Y es una picaresca muy contagiosa, de hecho la mayoría se acoge a esta picaresca. Los funcionarios, en general, trabajamos poco y, el que trabaja mucho y bien es tildado por los demás como tonto, si se cree que el seguro es suyo, si se creerá que se lo van a agradecer, etc.
Mira, con la mitad de lo que cobramos los funcionarios se sigue viviendo. Si lo demás es repartido en base a productividad por objetivos te aseguro que la mayoría espabilaría y se pondría las pilas. Te aseguro que trabajando 7 horas al día nadie se esclaviza. Pero es que la peña no quiere ni trabajar esas 7 horitas¡¡¡¡. Y si los funcionarios se ponen las pilas, es cuando, de verdad, el Estado del bienestar comenzará a funcionar. ¿Te imaginas a los médicos curando en serio, investigando, innovando?. ¿Te imaginas a los maestros hipermotivados intentando nuevas vías docentes para que sus alumnos mejoren el rendimiento y les guste leer y aprender?. ¿Te imaginas ir a hacer papeleos y que el funcionario de turno te largue una sonrisa y te coja los papeles y diga, no se preocupe de nada, de esto me encargo yo?. ¿Te imaginas a un empresario que quiere comenzar un negocio y en vez de perder seis meses de ventanilla en ventanilla, llegue a una ventanilla y le digan: mañana ya puede comenzar con la actividad, de los papeleos nos encargamos los funcionarios?.
Parece un mundo de ficción, pero todo ello es posible
El sistema público es salvable, de verdad, pero hay que gestionarlo de manera similar al mundo privado. Tanto trabajas, tanto ganas. Tanto te implicas, tantos beneficios obtienes. Un esfuerzo no recompensado termina, más tarde o temprano, quemando al personal. La desidia es mucho más difícil que se dé cuando ganas según lo que trabajas.
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