jueves, 27 de noviembre de 2008

Dualidades

Dualidad razón-emoción

No sé porque, tendemos a dualizar tantos aspectos de nuestras vivencias, pero no sólo de una manera conceptual, que lo entendería, sino incluso de dividir, lo que nos hace perder la riqueza del todo. La lógica y los sentimientos. La razón y las emociones. Aquí tenemos una de esas dualidades. En el pensamiento, podemos distinguir estas dos realidades, pero no las debemos vivir como algo separado. Ambas forman parte de todo un mundo, interaccionando mutuamente en todas las facetas de nuestra vida.

“Este árbol es un roble, mide 20 metros, pesa 800 Kg, tronco marrón y hojas perennes verdes” o “en este árbol, mientras caían las gotas de rocío, en una mañana azul, besé por primera vez a mi amor”. Son dos realidades vividas y sentidas de forma distinta pero que se pueden dar (y se deben dar) perfectamente en la misma persona, y no como algo disgregado, sino como una unidad.

Nunca me ha parecido positivo ver el mundo desde el exclusivo prisma de la razón ni tampoco vivir la vida a golpes de sentimientos...ambas nos hacen infelices e, incluso diría, injustos con los que nos rodean.

Dualidad dogma-relativismo

Todos tendemos a dogmatizar nuestras propias ideas, porque nos hace sentir mucho más seguros. Solo vivimos 70-80 años y no queremos o no podemos, estar toda nuestra vida planteándonos todo. El relativismo, llevado hasta un cierto extremo, es muy incómodo y poco práctico: los pocos años que vivimos podríamos ser muy infelices. Una cierta dosis de autoengaño y de comodidad, dejándonos llevar en algunas ocasiones, puede ser un magnífico remedio para conseguir ser más felices. Luchar contra todo y plantearse absolutamente todo puede ser un ejercicio de honestidad.....y una fuente de infelicidad.

Pero, por otra parte, no plantearse nada, nos lleva a un borreguismo servil y a una falta de libertad que nos hace ser cada vez menos “yo”. Estamos expuestos a ser y vivir como quieren otros y no como necesitamos nosotros.

Una constante en mi vida, que empecé a usar como bandera en mi vida personal fue “aprender a desaprender lo aprendido”. Esto me lleva a ser muy crítico con las ideas y tierno con las personas. En cualquier foro de discusión que entre, pocas veces voy a estar de acuerdo con todo lo que se diga en él. Vivo mi vida de forma muy diferente a como veo en mi entorno, sin olvidarme de adaptarme a él. Ejemplos puedo poner muchos:
• No me identifico con ninguna opción política y veo cosas positivas y negativas en casi todas las ideas, sean de derechas o de izquierdas.
• No puedo tragar ningún tipo de dictadura, sea del signo que sea.
• No me gusta el machismo, por las mismas razones que no me gusta el feminismo prejuicioso.
• Intento no pertenecer a ninguna “tribu”, porque en todas las tribus hay dogmas y sobra la heterocrítica y falta la autocrítica.
• No pertenezco a ninguna religión, ni creo en Dios, pero tengo mi propia religión.
• Soy un científico extremadamente crítico con la ciencia. No os podéis imaginar lo que se ríen mis propios compañeros cuando, en las sesiones clínicas, me pongo a criticar cualquier artículo.
• Soy médico y me parece vergonzosa la manera de ejercer la profesión de la mayoría de mis compañeros. No busco, como hacen muchos de los miembros de la “tribu médica”, excusas para la tremenda falta de respeto y empatía hacia las personas que atienden ni las barbaridades que se cometen. Pero diferencio claramente lo que es la Medicina, de lo que es “la mala práctica de la medicina”. Intento vivir y ejercer con dignidad mi profesión y, para ello, he tenido que desaprender muchas de las cosas aprendidas.

En resumen, no a los dogmas, pero a ninguno, ni los dogmas establecidos por la Sociedad, ni los dogmas que establecemos nosotros mismos, muchas veces en contraposición y como reacción a los dogmas establecidos. El fanatismo de algunas ideas, que se han enfrentado a los dogmas establecidos, han resultado ser mucho más dogmáticos y aplastantes que aquellos contra los que luchaban. Y como colofón: abogo por el equilibrio y, como decía antes, ni dogmatismo ni relativismo.

Dualidad ciencia-fe

A la ciencia se le achaca que sólo cree en lo que ve, que no tiene en cuenta muchas facetas y necesidades humanas. Que sólo entiende de razón y desprecia la emoción.

El método científico no es más que una herramienta, no es una forma de vida. No pretende generar ningún debate con lo irracional ni quiere ni persigue una manera de vivir y de sentir, ni es una ideología. Simplemente ES UNA HERRAMIENTA MAS A NUESTRO SERVICIO, que bien empleada puede dar, y de hecho los ha dado, unos resultados espectaculares....y por supuesto una mala utilización, puede ser el origen de auténticas catástrofes. Un ejemplo que puede ilustrar lo que pienso sobre el método científico es el siguiente: el método científico SOLO PRETENDE MEDIR LO MEDIBLE. Si tú vas a una frutería a comprar plátanos, exigirás que te midan exactamente lo que pesan para pagar por lo que te dan, ni más ni menos. Si el frutero tiene una balanza no te conformarás con que te coja tres plátanos y te asegure que pesa un Kg, no, tú querrás y exigirás que te lo pese “PORQUE ES MEDIBLE”. Sin embargo, no pretendas medir los metros cuadrados que tiene tu casa con la balanza del frutero, porque si lo intentas, chungo. Tampoco pretendas que la balanza mida el placer que supone sentir la dulzura del plátano en tu paladar, porque no sirve para eso.

Pues el método científico, no es más que la balanza del frutero: sirve para medir exclusivamente lo que es medible y además hay que saber emplear esa herramienta porque sólo sirve para pesar. Si quieres medir los metros cuadrados de tu casa tendrás que saber que tipo de método es el más adecuado. Y jamás, bajo ningún concepto, pretendas medir con el método científico lo que es inmedible. Con el método científico, una de las metas que se persiguen, es que exista el menor engaño posible. Si te paseas por Internet y ves los miles de remedios mágicos que curan todas las enfermedades, te darás cuenta que son como el frutero que no pesa la fruta, que tienes que confiar en que él es capaz, a ojo de buen cubero, de ponerte un Kg de plátanos sin medirlo con un método objetivo. Y te aseguro que en Medicina se pueden medir muchas cosas, muchísimas, si se emplean las herramientas adecuadas. Pero, las mal llamadas medicinas alternativas, son extremadamente cómodas en sus planteamientos: no tengo que demostrar nada: apelo a la FE. Las balanzas del los fruteros son malas porque no me interesa pesar, no me interesa demostrar.

Pero esa medición, que es positiva y necesaria, se puede convertir en la lógica aplastante de la EVIDENCIA: lo que no se puede evidenciar, no existe. Pero esto sería una mala práctica científica. Esto no tiene que ver nada con el método científico, el cuchillo no es culpable del mal uso que se haga de él. La ternura de unos padres con sus hijos enfermos, los besos sanadores, la caricia del médico a su paciente, la escucha activa, no entran dentro del método científico, ni deben entrar. Es responsabilidad del médico en particular y del científico en general saber conjugar la evidencia con la ternura.

Hay ramas del conocimiento como la Sociología, Psicología, Filosofía, o Arte en que el método científico puede ayudar en algunas facetas, pero la observación, reflexión e incluso la emoción son factores más poderosos que la ciencia pura y dura.

Dualidad analítico-sintética.

Este apartado explica, bajo mi punto de vista, porqué existe tanta dualidad.

El análisis intenta dividir la realidad en trocitos para comprenderlos mejor a nivel intelectual. Las clasificaciones, los criterios, las divisiones y subdivisiones, son un intento de simplificar aquello que es muy complejo y difícil de abarcar como un todo. Pero si te quedas en el simple análisis, sin hacer las debidas interrelaciones entre los elementos divididos, sin aprehender lo simple para volver a reconstruir el todo desde el conocimiento adquirido con el examen, nunca se llega a la sabiduría, al conocimiento de la realidad completa. Este es el origen de tanta dualidad.

Por el contrario, hay personas que buscan el conocimiento desde la síntesis. Toman la realidad completa, sin despedazarla, y construyen todo su pensamiento desde esta perspectiva. Un ingrediente fundamental para esta forma de pensamiento es la intuición y la comparación. Un problema en esta forma de acercarse a la realidad es que, al examinar algo muy complejo, se escapen muchos elementos que no se han tenido en cuenta a la hora de elaborar las conclusiones, por lo que éstas no son todo lo consistentes que se desea.

Todos conocemos personas que son eminentemente analíticas y otras que son principalmente sintéticas. Hablando de dualidades, los primeros se decantarán más por las ciencias y los segundos por las letras.

Creo que lo ideal es un equilibrio entre ambas formas de acercarse al conocimiento.

Personalmente, analizo cuando pienso y sintetizo cuando vivo.

25 comentarios:

Sra de Zafón dijo...

Me admira tu capacidad para reflexionar de semejante y prolífica manera y ...me estoy quedando sin batería y me dejé el cable en la oficina... snif,snif.

Mañana lo intentaré, a ver si llego a tiempo que tengo pendientes unas cuantas entradas tuyas.

Kaken dijo...

Lo digo a brote pronto, conste...
¿Y quién te dice a tí que la síntesis, a veces, sea el fruto super rápido de un análisis?

A ver, no concibo que exista una síntesis sin un previo análisis, la diferencia puede darla la rapidez mental...

Un bes sintético.

Juan dijo...

Muchas gracias Chusa. Cuida la batería jejejeje.

Kaken: no creo que existan modelos absolutos. Es una mezcla de ambos. Todos tenemos capacidades analíticas y sintéticas, sólo que más o menos desarrolladas según cada persona.

Los análisis superrápidos, sobre todo si se trata de temas complejos, suelen ser muy defectuosos.

Un abrazo.

Sra de Zafón dijo...

Aquí estoy, antes de lo que pensaba. Pues allá voy:
Sabiendo que el equilibrio es lo más acertado para llegar al conocimiento me declaro totalmente sintética. :-)
Como tú bien dices, creo que la síntesis no permite verlo todo con la consciencia que aporta el análisis, pero a los sintéticos la consciencia no nos hace falta para alcanzar el conocimiento :-) (aquí en vez de esta carita tendría que poner un montón)
Los sintéticos dependemos casi exclusivamente de la correcta interpretación que hagamos de las señales del inconsciente, (con la amígdala liderando las emisiones) y tanto, o más, de lo que hemos aprendido fallando, que acertando.
Soy incapaz de practicar el análisis puro más que como un juego, sin embargo practico la síntesis cada instante de mi vida, porque para ello no necesito parar de vivir, o lo que es lo mismo: de sentir. Sintetizar para mí es leer las sensaciones producidas en mi piel, en mi estomágo, en mi pecho. Es comparar a millones de kms por segundo acontecimientos y situaciones similares,y reconocer en el presente las señales del pasado ocultas en una mirada, en un tono de voz, en el modo en que una persona anda, o está sentada, o, dejando a las personas fuera, en como unas barcas se dan la vuelta todas a la vez mirando al sur antes de comenzar a llover.
Así que para alcanzar el conocimiento, el mío, me paso la vida buceando en un mar de laberintos de algas y rocas, con las medusas y otro seres luminosos y menos irritantes emitiendo sus hermosísimas señales. Siendo conciente en todo momento que mis balizas no son infalibles.
Unas veces acierto y otras no, a veces salgo escocida y otras cabalgo sobre caballos de mar :-) pero, aunque admiro el equilibrio de la dualidad, como me va bastante bien, ya no la persigo.

¡Cuánto me haces pensar! :-)
Ya ves porque ayer me fastidiaba tanto no tener batería :-)
a ver si consigo publicar esto sin que salga repetido.

Juan dijo...

Se nota que eres muy sensitiva Chusa.

Como he expuesto, justo en la última frase, yo también vivo de forma sintética. Intento que mi piel se extienda al máximo para poder palparlo todo. Mis sentidos se expanden al máximo para captar el entorno e integrarlo en una única sensación multicolor.

Sin embargo cuando pienso, soy incapaz de ver el todo sin antes analizar los componentes. Soy muy reflexivo y, cuando estoy en esos momentos, los sentidos se apagan y es el neocortex el que se pone a funcionar a 100 por hora.

Mi sistema me ha dado buenos resultados, como a tí el tuyo. Al final, lo importante en este terreno no son los medios que empleemos, sino los resultados: una percepción lo más realista y humana posible.

Un abrazo Chusa. Por cierto, tengo ganas de volver a leerte en tu blog.

Io dijo...

Otra entrada magistral, Juan!

Me siento muy identificada con ese conjunto de dualidades. Soy consciente de que vivo con un pié en este mundo y con otro en un mundo que me da más alegrías que este.

Me ha gustado mucho la exposición de la Sra. de Zafón (Me gusta mucho cómo escribe su marido, Sra. de Zafón, je,je). Ese registro de experiencias que se almacenan en el cerebro es lo que yo interpreto como intuición.

Es lo que sucede por ejemplo cuando, a veces, te cruzas con alguien a quien no recuerdas pero que te produce una sensación de rechazo, y no sabes por qué. Y cuando recuerdas quién era recuerdas también el desagradable momento que te hizo pasar, el motivo de ese rechazo. El cerebro lo tiene almacenado y actúa en consecuencia, aunque conscientemente tú no lo recordases.

Y mis primeras impresiones rara vez me han fallado. Supongo que lo que llamamos primera impresión no es más que un ejercicio comparativo de nuestro cerebro basándose en patrones anteriores.

Pero en otras ocasiones no busco una razón lógica a mis reacciones. He pasado mucho tiempo dándome cabezazos contra un muro por aspectos económicos. He hecho de casi todo, me he dejado los cuernos, y el dinero no ha querido venir. Otras veces, con mucho menos esfuerzo, me llegó a manos llenas. Así que al final decidí apoyarme en ese otro pié y dejar de luchar, preguntarme por qué nada me salía bien, y conluir que tenía que ser así, que era una experiencia necesaria para recibir algún tipo de enseñanza. Como verás, esta conclusión es más propia de Paulo Coelho que de alguien que a los 28 años tenía 40 personas a su cargo en su empresa.

Imagino que habrá gente que piense que digo muchas tonterías, pero la base de mi otro pié no está en los libros de nadie ni en teorías ajenas. Está basado en experiencias propias. Y es un aspecto que enriquece mucho mi vida. No creer en nada debe de ser bastante descorazonador, y no hablo de religiones, que me parecen la gran manipulación de la historia del hombre, sino de creencias propias, basadas en la propia existencia de uno.

Yo tampoco me caso con nadie, no comulgo con ningún partido político al cien por cien y no pertenezco a ninguna tribu, no ya sólo por desacuerdo total o parcial con cualquier tipo de doctrina, sino también porque huyo de cualquier cosa que me pueda convertir en "masa".

¡Enhorabuena! Te superas a tí mismo.

Un beso y un abrazo fuerte.

Kaken dijo...

Chusa, has descrito exactamente lo que me sucede a mí. Lo intenté preguntar de forma torpe más arriba, me ocurre que a veces sintetizo tanto tanto...que me leo y parezco tonta.

Io, yo también concibo la intuición como la pintas, similar.
Para mí la intuición es la forma de acercarse a la realidad como tu cuentas, en base a experiencias guardadas, pero a mi me parece que también es, además, una forma muy compleja de comunicación interna.
La intuición tiene mala fama por no medible o predecible. Pero no todo el mundo intuye con la misma facilidad o acierto.
A mi me parece una herramienta muy útil, instintiva, automática y de la que me fío pero con la puerta abierta.

Siempre que pienso en la intuición, me viene a la memoria Miss Marple :-)

Un bes.

Io dijo...

Kaken, utilizamos tan sólo entre un 3 y un 5 por ciento del cerebro.

Me gustaría saber qué sorpresas guarda esa mayoría sin estrenar, que aspectos de lo que ahora llamamos "sobrenatural" o "intuitivo" y que está tan denostado por la ciencia, tienen su origen en esa zona desconocida.

Probablemente tenemos mucho más poder de lo que imaginamos. Algunos lo rechazan de plano, y otros nos damos un voto de confianza.

Un besazo

Kaken dijo...

Totalmente de acuerdo, Io.
Vivimos bajo mínimos, ni siquiera somos capaces de "fijarnos" en que tenemos cerebro y cómo actúa.
Sentimos las manos, los pies, àrtes de nuestro cuerpo, la piel...¿Y el cerebro?

Por circunstancias personales largas y aburridas de explicar, acabo de descubrir mi cerebro, y estoy en un proceso feliz de conocimiento y desaprendizaje.

Es muy muy interesante el tema, Io.

Un besazo

Rose dijo...

Io, Kaken, me acabáis de dar la mejor definición de intuición que me ha llegado hasta ahora.
Kaken "Por circunstancias personales largas y aburridas de explicar, acabo de descubrir mi cerebro, y estoy en un proceso feliz de conocimiento y desaprendizaje". Pues a mí me gustaría que lo explicaras. Lo que tú consideras aburrido, seguro que otros lo consideraríamos muy interesante.
Juan, yo me considero más bien analítica, y en mi profesión me decanté por los números, pero aún no consigo entender muy bien por qué, porque en realidad me apasionan las letras. Ains.... creo que tengo un rollo dual muy complejo....

Io dijo...

Estoy con Rose, Kaken. Las circunstancias personales nunca son aburridas. Puede que sean largas, pero estamos a viernes. Hay finde por delante, je,je.

Juan dijo...

Io y Kaken, estoy de acuerdo con Rose en que entre las dos habeis esbozado de manera magistral lo que es la intuición. En absoluto es irracional ni sobrenatural sino absolutamente real. Almacenamos una cantidad ingente de información en nuestro cerebro sin ser conscientes que está ahí guardada. Cuando sale a la superficie, lo llamamos intuición cuando en realidad no es más que expresar una parte de nuestra experiencia que la teníamos olvidada en el consciente.

"Me gustaría saber qué sorpresas guarda esa mayoría sin estrenar, que aspectos de lo que ahora llamamos "sobrenatural" o "intuitivo" y que está tan denostado por la ciencia, tienen su origen en esa zona desconocida."

La verdadera ciencia no denosta lo desconocido, simplemente no puede ofrecer explicaciones razonables. Ante lo desconocido lo único que puede hacer es plantearse llegar a conocerlo. El científico que arremete contra lo que no puede explicar, no es científico sino memo.

Muchas gracias. Sois geniales.

Io dijo...

Un inciso:

...que de alguien que a los 28 años tenía 40 personas a su cargo en su empresa.

Se me ha ido un SU empresa por un LA empesa. La empresa, que además era un Banco, no era mía. Yo trabajaba a sueldo.

Ya tá. Es que no me gusta dármelas de lo que no soy.

Esto son cosas de la abstinencia, je,je,je.

Celadus dijo...

Es una descripción magnífica, Juan, como de costumbre. A mi juicio se te ha olvidado la dualidad más importante de todas, la que más nos condiciona en nuestras vidas: la dualidad yo-lo otro, yo-los demás, yo-la naturaleza, etc. Esa separación artificial es la que nos provoca los mayores sufrimientos, según mi experiencia. Sí, ya se que algunos me direis que la dualidad yo-los demás es real y en cierta medida lo es. Pero resulta que nosotros no solemos ver a los demás sino a una imagen de los demás que nosotros mismos creamos. Es decir que esa imagen forma parte de nuestra consciencia, de nosotros mismos y es con ella con quien realmente nos relacionamos desde nuestra imagen de nosotros mismos. Se relacionan dos imágenes (la nuestra y la del otro) que son producto de nuestra mente, de nuestra consciencia, luego forman parte de nosotros mismos.
Con respecto al mundo pasa algo semejante, pero para no extenderme demasiado lo dejo aquí e intentaré desarrollarlo en una entrada en mi blog.
Respecto a la intuición, estoy bastante de acuerdo con lo que decís, aunque me consta que si existe algo que no puede ser explicado por la memoria incosciente: las premoniciones.
En cuando a lo del uso del cerebro, no hace mucho leí que no es cierto eso de que usamos una mínima parte de él, aunque sobre eso seguro que Juan puede informarnos mejor.
Un saludo a todos.

Celadus dijo...

Acabo de extenderme más sobre el tema en mi blog. Podeis leerlo aquí:
http://memorialdeislanegra.blogspot.com/2008/11/dualidad.html

Juan dijo...

Celadus, no he intentado hacer un examen de todas las dualidades posibles. Hay muchas más: lo femenino y lo masculino, por ejemplo, es una de las que más me interesan y lo tengo pensado para otra entrada. Sólo intento esbozar esa capacidad de dividir que muchos tienen/tenemos, pero no de aunar.

Tienes razón en que una de las dualidades más importantes es el yo/no yo. Pero eso te lo comento mejor en tu blog, que has hecho una entrada genial.

Un abrazo

Kaken dijo...

Para mí la intuición y la premonición son un mismo proceso mental, solo que se producen en distinto espacio-tiempo.

La intuición actuaría procesando datos de la experiencia del individuo para actuar sobre un presente inmediato.

La premonición se formaría del mismo modo, pero sus conclusiones, acertadas o no, se difieren en el tiempo.

¿Y que es para tí premonición, Celadus?

Un bes

Sra de Zafón dijo...

Me cuelo, me cuelo, como un niño levantando la mano en la escuela.
Que no seamos conscientes del uso de gran parte del cerebro no significa que no lo usemos, creo...
Me voy al blog de Celadus y luego vuelvo por aquí :-)

Celadus dijo...

"¿Y que es para tí premonición, Celadus?"

Es saber o presentir algo que aún no ha sucedido pero que va a suceder en un futuro más o menos cercano. Y no me refiero a generalidades sino a hechos concretos y puntuales que le ocurren a personas concretas, con nombres y apellidos. Eso no se puede explicar por la experiencia pasada.

Juan dijo...

Parte de las premoniciones entran dentro del campo de la intuición. Pero hay algunas para las que, de momento, no hay respuestas.

Con respecto al conocimiento que se tiene del cerebro, depende del punto de vista del que dé la respuesta.

Para un anatomista, se conoce todo.

Para un patólogo, casi todo.

Para un fisiólogo, se sabe una parte importante del mismo.

Para un bioquímico se conoce bastante.

Para un religioso se sabe poco.

Para un filósofo, no se sabe nada.

Todavía hay mucho por descubrir, pero el conocimiento que se tiene es muy amplio. Y sobre el uso, lo usamos en un porcentaje altísimo. Otracosa es que lo usemos bien, jejejejeje.

Un abrazo a todos.

Lenka dijo...

Uf, esta entrada da mucho que pensar. Llevo todo el finde en casa, escondida del temporal, pegándome una maratón de pelis y tengo la cebza demasiado embotada ;)

Sintética, desde luego (qué mal suena!!!) Ya me has leído otras veces hablando de "los poderes" y "las pequeñas magias", ya sabes. Mi cerebro siempre ha funcionado de ese modo. Registra datos y los archiva sin demasiado orden y, más adelante, cuando se repite una situación parecida, dispara ciertas alarmas que, racionalmente, no logro explicar, pero que me ponen alerta. Me ocurre también con las personas. Supongo que toda es información, que es un tanto caótica para nuestro "consciente" pero muy clara para nuestro "inconsciente", es lo que llamamos intuición, o incluso sexto sentido cuando nos ponemos poéticos.

Sólo es información, aunque suene mucho menos bonito. Lo curioso es que no logro captar la relación de esos avisos. Me explico. Algo o alguien me escama, y sé que es por alguno de esos datos archivados en el pasado. Pero no logro recordar qué dato es ese ni qué tiene que ver con la situación presente. No puedo ser analítica ni aunque lo intente. Lo que sí sé es que la señal de alarma ha funcionado muchas, muchísimas veces. Prácticamente todas, en realidad. Así que les hago caso, aunque no pueda entender sus motivos lógicos.

Eso sí, parte del análisis funciona. Funciona lo bastante como para permitirme ver y sopesar la realidad objetiva, más allá de señales. Consigo ver la realidad por un lado y recordarme a mí misma que la intuición puede fallar. Que, aunque no suela pasarme, siempre puede ocurrir. Y que, en cualquier caso, no puedo consentir que mis intuiciones se conviertan en prejuicios o en miedos, que me condicionen respecto a ciertas personas o me frenen ante ciertos momentos o decisiones en mi vida. Así que, una vez sintetizado y analizado (jjejeje) sigo con mi vida procurando no juzgar ni anticiparme. Al final, el tiempo suele dar la razón a mis intuiciones, pero, al haber analizado todo lo posible, descubro que no pasa nada. Que he seguido con mis asuntos y con mi vida, que no me he detenido, que la confirmación de mis sensaciones no logra hundirme.

Por qué digo lo de "hundirme"? Porque, curiosamente, ese radar mío suele activarse ante lo negativo. Lo positivo me pilla por sorpresa (lo cual es agradable), lo negativo casi nunca (lo cual no es agradable, pero al menos minimiza el porrazo)

Y bueno, no sé para qué me enzarzo con este ladrillo, si estoy tan espesa que ni sé lo que intento decir.
Muy buena entrada, Juan. Da para sacarle mucho jugo, sólo que hoy no estoy para muchas profundidades.
;)

Juan dijo...

Precisamente se habla de sexto sentido o intuición (como si fuera algo sobre natural) porque a la mayoría de las personas les pasa lo que a tí: algo les escama, pero no consiguen saber porqué, que situación anteriormente vivida les está poniendo en alerta.

Así que ya sabes Lenka, te pareces a Miss Marple pero aún te queda algo que aprender: a identificar el origen de tus sospechas.

Como bien dices tú, es peligroso dejarse llevar por las intuiciones (tanto como desecharlas). Hay que conseguir el equilibrio y hacer como tú expresas: tenerlas en cuenta pero que no guíen tu conducta. Si nos comportamos con alguien de acuerdo a nuestras sospechas, aunque sean falsas alarmas, se convertirán en realidad precisamente por el comportamiento que vamos a tener con el otro.

Un abrazo.

Kaken dijo...

Yo he aprendido a analizar mi intuición. A posteriori reviso que cosas, que datos me están poniendo en guardia.
Luego, decido si hago un ejercicio de confianza muy difícil y me expongo, o no, simplemente me distancio y sigo observando.

Pero es cierto que el tirón intuitivo, que muchas veces puede parecer sólo un fácil prejuicio, es tremendamente fuerte.

Me haces notar una cosa en la que no había caído, Lenka, mi intuición también funciona en positivo. Es cuando alguien te gusta e primeras y sin reservas (casi), por ejemplo. Es como si se activara un "detector de miradas límpias". Ese si que no me falla jamás.Motivos puede haberlos, no los ignoro, los conozco, pero quizás insistiendo nos demos cuenta de que la intuición también tiene dos caras.

Un bes.

Lenka dijo...

Ostras, Kaken, pues ahora que lo mencionas, sí, sí que funciona con la gente. Algunas de mis mejores amigas me dieron esa sensación desde el primer momento, esa sensación de honestidad, de familiaridad, del "parece que te conozco de toda la vida". Y es cierto, tampoco eso me falla. Me pasó también con mi pareja. Mira que me había pegado porrazos y llevado desilusiones a patadas, pero chica, durante mi primera charla con él ya tuve claro que, pasara lo que pasara, estaba siendo honesto.

Fíjate, yo cayendo en mi pesimismo de siempre y resulta que no, no sólo me sirve la intuición para avisar de lo malo. Será que lo malo se nota más porque te hace darle más vueltas al coco, ponerte en guardia. De lo bueno disfrutas y ya está.

Así que consigues analizar tus intuiciones?? Buf, eso sí que me parece admirable. Yo aún no he aprendido a hacerlo, por más que pienso y repienso. Al final no me queda otra que fiarme de mi instinto y observar, porque por más que analizo, no veo las conexiones hasta que se han confirmado. Entonces es cuando me digo: "leñe, era por esto!"
Ojalá consiga algún día poder analizar mis intuiciones!!! (Algún truquillo, Kaken????)

Kaken dijo...

Es dificil de explicar Lenka. Para mí es muy evidente el lenguaje corporal, la actitud y, sobre todo, la mirada.
Cuando alguien mira a los ojos directamente sin invadirte y con un cierto ritmo de pestañeo, jejeje, es complicado explicarlo porque es algo que siento, no lo pienso.

En cualquier caso, nos hemos ayudado a descubrir las dos la intuición en positivo, y eso ya es algo.

Un bes¡