A raíz de leer una magnífica entrada en el blog de Portorosa (pinchar aquí para verla) sobre la cultura (que en la actualidad no la suscribiría su autor), he pensado sobre el concepto que tengo sobre la misma.
Según de quién se trate, la cultura se menosprecia o se valora en exceso.
Nunca ha sido plato de gusto para los que tienen el poder que el pueblo sea culto, porque supone conocimiento y crítica a su labor. Gente bien informada es difícil de manipular. Para otros supone un esfuerzo inútil y se centran más en lo tangible porque no saben encontrarle utilidad.
Pero también puede ser vista por algunos como la panacea, como la condición necesaria para cualquier acto de nuestra vida e incluso algunos llegan a pensar que, sin cultura, no hay verdadera felicidad.
La cultura puede ser fuente, no sólo de conocimiento sino también de belleza. Se transforma en sublime cuando aúna ambas.
Para mí tiene tres beneficios fundamentales:
1. El placer que proporciona.
2. La capacidad de libertad que genera el conocimiento. Cuanto más conoces, más opciones se plantean donde escoger.
3. La ilusión que proporciona el enriquecimiento progresivo y el sinfín de posibilidades que nos abre.
Pero tiene alguna desventaja:
1. Cuanto más se conoce y hay más opción donde elegir, más dudas se pueden generar.
2. Cuanta más información se tiene más conciencia hay de lo bueno….y de lo malo.
Cómo se puede usar la cultura
1. El disco duro. Son personas que almacenan una enorme cantidad de datos pero no los procesan. Pueden sentir placer mientras los recolectan, pero no se convierten en auténtico conocimiento. La conciben como un fin en sí mismo y no como un medio, como una herramienta que nos sirva para batirnos en la vida
2. Culto: no sólo tienen datos y los disfrutan, sino que aprenden de ellos y los relacionan para conseguir comprender (he leído por ahí que los jóvenes aprenden y los viejos comprenden).
3. Intelectual: van un paso más allá. A partir de lo que saben son capaces de generar nuevos conocimientos.
4. Sabio: es el que saber aunar todo su conocimiento para una interacción con el medio que le procura felicidad. Es el que consigue el equilibrio y la armonía con los demás y con la naturaleza. Puede no saber leer o escribir pero consigue disfrutar de la belleza donde otros no la perciben.
La creación de cultura generalmente viene precedida por la asimilación de la misma, pero no siempre es así. Personas incultas pueden ser muy creativas y productoras de belleza.
Resultados de la cultura.
La cultura, en manos de una persona emocionalmente inestable, se puede convertir en una herramienta dañina:
1. Como he dicho previamente, la cultura nos ayuda a comprender. Pero es tamizada por muchos factores: el pesimismo u optimismo, la autoestima, la situación personal en un momento dado, la situación político-social en que se desenvuelve el individuo, las emociones y el nivel de control que se tenga de las mismas, la situación sentimental, la educación recibida y una larguísima lista.
2. Vastos conocimientos en una persona pesimista, con baja autoestima, en una situación política injusta o en un momento sentimental negativo, puede ahondar aún más la sensación de infelicidad. En estos casos se emplea la “herramienta” en contra de nosotros mismos. Pero iría más lejos: con todas las circunstancias a favor, poseer cultura no nos hace vivir en un mundo rosa. La cultura genera placer pero no necesariamente felicidad.
3. Con la capacidad de crítica que otorga al que la posee, si no se está muy centrado, si no se realiza una correcta autocrítica no culpabilizadora, se pueden encontrar motivos de sobra para creer que el mundo es hostil y tenemos que defendernos y ya se sabe que, el que se apresta a defenderse contra todo y todos, vive en un clima permanente de miedo generador de ansiedades.
4. Con la capacidad de duda que genera, si bien nos hace más libres también nos puede desestabilizar y paralizar por lo que, si la duda no la gestionamos con inteligencia emocional, forja aún más miedo.
5. Si la empleamos para manipular, tergiversar, engañar o crear falsas expectativas se puede hacer mucho daño a la sociedad. El que ostenta el poder sin escrúpulos, será tanto más peligroso cuanta más cultura e inteligencia tenga.
La cultura, en una persona emocionalmente equilibrada, se convierte en la herramienta perfecta:
1. Nos pone en disposición de disfrutar de miles de momentos inolvidables. Afina de tal manera nuestra sensibilidad que el arte pasa de ser hermoso a ser glorioso.
2. Los conocimientos generan dudas que nos ocupan, pero no nos preocupan.
3. Hace de la humildad una de las características de quien la posee porque cuanto más sabes de una cosa más consciente eres de lo que no sabes.
4. Una visión más amplia del mundo también te hace ser más transigente con los errores propios y ajenos.
5. Puede ayudar a construir un mundo más justo. Un político honrado e inteligente puede beneficiar mucho a la sociedad. Si además es culto, tiene la herramienta indispensable para mirar más allá y saber leer las disfunciones de un sistema y las oportunidades que se generan en cada momento, basadas en muchas ocasiones en las lecciones de la historia que muchas veces hemos estudiado pero no hemos aprendido.
La cultura en sí misma no es maravillosa, dependerá del uso que hagas de ella. La hace extraordinaria la persona que ha conseguido ser sabia y no se es sabio porque se sea culto. El camino de la sabiduría no se aprende en las bibliotecas ni en los museos sino en la vida. Vivir en armonía contigo y con lo externo, haciéndolos uno. Si partimos de esta premisa, la cultura llenará de equilibrios la existencia.
13 comentarios:
Pero, ¿que es la cultura para tí?
Si en tu entrada cambias la palabra cultura por conocimiento, encaja como un guante.
Un bes.
No he definido la cultura deliberadamente. La acepción de la RAE no me gusta.
Así pues, lo dejo para un posible debate. ¿Qué se entiende por cultura?.
Un abrazo y un besazo
Ufffffff...
Acabo de leerme la entrada y el generoso debate que ha derivado.
Como acabo de comentar en ella, creo que la cultura es siempre un magnífico tesoro, pero que su efecto depende de la personalidad de quien lo adquiere.
La cultura enriquece, el conocimiento proporciona amplitud de miras, pero también se puede ser un erudito y ser un zopenco. Todo depende del cómo y para qué se asimile ese conocimiento.
Y estoy de acuerdo contigo en cuanto a la sabiduría.Se puede alimentar de cultura, pero yo la veo más basada en la experiencia vital. Se puede ser un sabio y no haber leído un libro. De hecho, muchos ancianos de aldeas y pueblos recónditos a los que la cultura no ha llegado, lo son. Tal y como se apunta en el blog de Portorosa, personas que ni siquiera saben leer ni escribir son sabias por todo lo que han visto y vivido, que a veces la propia vida es el libro que más enseñanzas contiene.
Enhorabuena por la entrada. Cada visita a tu casa me enriquece.
Un beso y un abrazo enorme
Has mencionado demasiadas veces la palabra "belleza" unida a la cultura o a lo que implica o inspira, como para que sea algo casual.
Curiosamente, no te lo he dicho, llevo unas dos semanas con la palabra belleza metida en mi cerebelo (o era celebro?), pensando en algo para aclararme y, si surge, volcarlo en una entrada en la que, entre otras cosas, contaría que aún no había leído el libro de Ecco sobre la belleza, aunque lleve toda la vida mirando las creaciones que contiene.
Y, además, esto me lleva a celebrar una experiencia de unos amigos, estaban tan unidos que parecían sincronizados, aun sin hablar de ciertos temas, y hoy me parece que me ha pasado a mí...gennnialll¡
Io, me encanta el resumen que haces, centras el tema y estoy de acuerdo contigo en esa tesitura, es importante lo que señalas, diferenciar que lo sabio no siempre coincide con lo culto o erudito, totalmente de acuerdo.
Esos viejitos del lugar...
Un bes, Io
Un bes, Juan
Tienes razón Io, la cultura es un divino tesoro...que hay que saber emplear, como pasa con cualquier tesoro. Mi mujer y yo intentamos con nuestros hijos que, ante todo, se formen como personas y les damos todas las herramientas de las que disponemos para que accedan a la cultura a través de la diversión y la curiosidad.
Las personas más desesperadas que conozco (sin una aparente causa obvia como la muerte de hijos, por ejemplo) son muy cultas. Precisamente por esa amplitud de miras que proporciona, el que está pendiente de la maldad, encontrará mucha más maldad.
Sí Kaken, hablo mucho de belleza. Porque la cultura no es sólo pensamiento y conocimiento. La cultura es la expresión de nuestro ser racional pero también de nuestro ser emocional. ¿De qué manera se puede expresar mejor el amor que con un poema, una canción o una pintura?: sólo viviéndolo en la carne directamente, pero esto no siempre está disponible. La ilusión, la desesperanza, el miedo, la ira, la amistad....¿hay algún sentimiento que no haya sido magistralmente retratado por algún artista?.
Muchas gracias Io y Kaken, sois geniales.
Un abrazo
Para mí la cultura también es lo que se aprende en la calle, desde mirar al cielo antes de salir de casa, pasando por las fiesta en que todavía se convierte algún velatorio, el modo de piropear desde el andamio, o la manera de hacer el caldo.
Dejo ésto por aquí a ver qué pasa :-)
un abrazo
Cultura popular, que es una de las formas de la cultura.
Al pueblo andaluz se le ha tachado de inculto, sin embargo, la cultura popular andaluza posiblemente sea una de las más potentes que existen. Tan potente que ha traspasado sus fronteras hasta tal punto, que los símbolos culturales por los que se conoce a España en el mundo, son en realidad andaluces en su mayoría.
Esto es lo que ha pasado Chisa, jejejeje.
Un abrazo.
Esto, para variar, me da mucho que pensar. Me reconozco entre los primeros, porque fui así hace tiempo. Bastante cínica y pesimista. Devoraba conocimiento (no me tiraré faroles, devoraba lo que me interesaba, lo que me llamaba la atención. En cosas como la física seré siempre analfabeta, lo confieso) y disfrutaba compartiéndolo, masticándolo, debatiéndolo, analizándolo. Cosa que me sigue gustando, claro está.
La diferencia es que ahora no me produce luego esa sensación tan pesimista, esa sensación de "no se puede hacer nada". Seguramente porque antes aspiraba a cambiar el mundo y ahora he aprendido la felicidad de cambiar yo en lo que no me gusta, y cómo puedo ayudar a cambiar lo que me rodea. Y, naturalmente, no me refiero a cambiar a las personas en ese plan tan egoísta en el que solemos caer (otro gran peligro de la cultura: volverse un arrogante y un listillo. La teoría es que, a más cultura, menos prejuicio, más sabiduría, pero nanay, eso hay que currárselo también. Es fácil volverse un snob de la cultura, igual que los hay del dinero, por ejemplo)
Lo que encuentro hermoso es aprender a escuchar, aprender de los demás y compartir lo que uno sabe. No basta con memorizar datos si no se saca nada de ellos. Y no creo que baste sacar algo de ellos si se atesora con avaricia. Es bonito compartirlo. Y, muchas veces, lo esencial no es quién dijo qué, ni en qué fecha, lo esencial no es saber citar como un lorito. A veces un mensaje ayuda mucho a ver caminos que no se veían, da igual de quién fuera el mensaje.
No sé si me estoy explicando, para variar, jejeje. Pero esto también me recuerda a los culturetas, de los que no tengo muy buen concepto, como aquí se demuestra:
http://esperandoalosbuhos.blogspot.com/2007/05/sndromes-diversos.html
Taba yo calentita ese día, ejem, ejem ;)
Saluditos!!!
Aun no lo he leído,Lenka, pero vaya por delante que, como de costumbre y aunque me siga asombrando, te explicas de maravilla.
Y yo me pregunto cómo a un ser que es capaz de hacer con el lenguaje lo que quiere y mil maravillas más, se pregunte con tanta frecuencia "si se está explicando".:-)
Un bes, Lenka.
Lenka, me ha gustado una frase: "antes aspiraba a cambiar el mundo". A mí me pasaba igual. Pero es como darse tortazos contra una pared. Han habido algunas personas que lo han conseguido, muy pocas, pero hacen falta tener unas capacidades impresionantes que no tenemos la mayoría y, si se tiene una aspiración tan alta, el desánimo se hace dueño de nuestras vidas y, al final ni cambiamos el mundo ni mejoramos nosotros.
Finalmente opté por mejorar mi mundo y conocerme yo, un objetivo nada fácil pero realista.
Con lo de citar, tengo una pésima memoria, no soy capaz de citar nada, ni me acuerdo del nombre del director ni siquiera de los actores principales de una película, ni de títulos de libros y muchas veces ni quién los escribió. Recuerdo el sentimiento o el pensamiento que me ha encantado, pero nunca la frase exacta ni quién la escribió.
Estoy de acuerdo con lo que dice Kaken. Te expresas de maravilla. Yo casi siempre te entiendo a la perfección.
Un abrazo a las dos.
Gracias a los dos, de verdad. Sé que me desenvuelvo bien con el palabrerío (para compensar lo de no ser capaz de hacer una división, ejem) pero siempre tengo la sensación de perderme demasiado, de irme por los cerros de Úbeda y perder el rumbo de lo que realmente quería decir. Supongo que es un cierto pudor a resultar una brasa insufrible!!!!
No hay de qué, Lenka.
Permiteme una curiosidad: te costó todo el trabajo del mundo aprender a multiplicar?
En cuanto a lo de irte por los Cerros de Ubeda, sensación de perderte, etc, a veces lo veo en mis hijos o en mí, una especie de falta de concentración o de hilazón ¿es eso?
Me gustaría poder hacer alguna entrada, o que la haga alguien, sobre este tipo de cosas que nos ocurren y que son tan interesantes y tan íntimas, como pensamos, como procesamos y como nos sentimos según cómo lo hacemos.
Por último, yo he vivido ese pudor casi toda la vida, jejejeje. Me he preguntado de donde venía y mil cosas más, y ahora voy encontrando respuestas. Seguro que a tí te irá mejor :-)
Un bes, Lenka.
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